cuando vives en una isla que come única y exclusivamnete del turismo, en la que hay unos especímenes que trabajan como máximo (sí, sí cómo máximo) 6 meses al año (o tres o cuatro) y viven (nada mal por cierto) del 'agosto' de las hordas de alemanes e ingleses que nos invaden cada año (a ver si una población de 1 millón de habitantes recibe a 12 millones de turistas, es una invasión en toda regla) ver un cartelito de cerrado por vacaciones a 15 de agosto es, cuanto menos, chocante.
Pues los hay, y no pocos, en cuestión de una semana me han cerrado, la frutería, la carnicería, la pastelería, tres bares donde habitualmente hacía el apertitivo y ¡hasta el rent a car!
Francamente, no entiendo la idiosincrasia mallorquina pero entiendo aún menos ¿por qué la gente vuelve de vacaciones a un sitio donde te calcan 2,5 euros por 33 cl de agua, 3 por un helado medio derretido, te hablan en mallorquín cuando eres finlandés y te has aprendido con mucha fuerza de voluntad tres frases en castellano y te cobran 12 euros por recorrer 3 km en un taxi para el que tienes que esperar 30 minitos en coger?
Como decía Asterix, están locos estos mallorquinarros.
martes, 17 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)