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miércoles, 28 de marzo de 2012
Grupo Arte-Memoria Las caras del Nunca Más
"El arte como impugnación del silencio" es el nombre de la muestra que presenta retratos de desaparecidos realizados de manera colectiva, además de fotografías, proyecciones y textos.
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Por Nanu Zalazar
El grupo “Arte- Memoria, colectivo” no solo ve en el arte la posibilidad de expresión y de visibilidad del tema de los desaparecidos. El retrato, por ejemplo, lo considera como una forma de representar a las víctimas del Terrorismo de Estado. Las imágenes, realizadas por muchas manos, generan una obra anónima y colectiva, y mientras se trabaja estos encuentros sirven muchas veces para el intercambio de anécdotas y relatos entre los familiares y amigos.
El primer retrato fue de un amigo desaparecido del artista Jorge González Perrín, que utilizó el método del cuadriculado. El artista vio en esta antigua técnica la posibilidad de que muchos, sin experiencia artística, pudiesen reconstruir los rostros de sus seres queridos. Muchos de estos trabajos luego se transformaron en pancartas con las que se acompañaron los juicios y las lecturas de las sentencias a los militares de la última dictadura.
La primera vez que se representó artísticamente a los desaparecidos se partió de un proyecto de tres artistas, Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores y Guillermo Kexel, que en 1983 presentaron “El siluetazo”, un conjunto de siluetas de personas tamaño natural a las que, en algunos casos, se les escribían nombres y la fecha de su desaparición.
Con los retratos se logra hacer presente la ausencia en forma individual, que ya no es anónima sino que tiene nombre y apellido y que figura de manera visible en la misma obra.
El grupo “Arte- Memoria, colectivo” elige a la expresión artística como una manera de reforzar la memoria, al retrato como una especie de reparación. Es una acción que surge de las reuniones de familiares y amigos de desaparecidos, a partir de las que se buscaron fotos sobre las que basar las obras. Pero esto fue en la medida en que se podía elegir entre varias, porque muchos se vieron obligados a deshacerse de sus fotos en los tiempos de la dictadura por razones de seguridad.
La representación de los retratados responde a una consigna: se busca que estén sonriendo o en un momento feliz para hacer hincapié de alguna manera en sus sueños y en sus proyectos, para hablar de la vida y no de la muerte.
La técnica consiste en realizar un cuadriculado a la foto, que luego se traslada a una tela, se numera y cada uno de los cuadrados son pintados por familiares y amigos. Se asigna solo un cuadrado por persona y la idea es que los que intervienen se focalicen y traten de reproducir lo que ven en el que les tocó. Cada parte es importante ya que junto a las otras forman la imagen, el todo.
En la exposición hay paneles que muestran el paso a paso para hacer los retratos con la técnica de la cuadricula. Y se encuentra el retrato de la docente y gremialista Graciela Lo Tufo, de Rosario, que fue realizado en tres jornadas organizadas por el grupo “Memoria Maestro”, que había realizado un libro con las historias de los docentes desaparecidos de esa ciudad, acompañados por fotos en blanco y negro. De allí salió el retrato de Lo Tufo en el que trabajaron niños, adolescentes, familiares, amigos y docentes, y que desde su realización se encuentra en el salón de asambleas de Amsafé, gremio que nuclea a los maestros de santafesinos. La obra, por otra parte, no termina cuando está terminado el cuadro, sino que se completa en sus apariciones públicas.
Entre los documentales que se proyectan está “Walsh entre todos”, que muestra como se realizó la construcción del retrato del periodista abatido por la dictadura. Esta vez, en lugar de usar un lienzo se usaron tablas de madera de 15 x 15 cm con las que formaron una imagen de 3 x 2,2 metros, que fue rearmado sobre las escaleras del monumento a la Bandera. También se realizaron 400 pancartas con la serigrafía de Walsh que se portaron el 26 de octubre de 2011 en la que lectura de la causa ESMA.
Arte-Memoria comenzó sus actividades en el 2010 al abrir las puertas de su taller así como también asesorando a quienes quieran aprender esta técnica. El grupo permite rescatar desde otro lugar las iconografías de personas que físicamente ya no están y de este modo generar una voz que, como dice el nombre de la muestra, impugne al silencio.
Hasta el 22 de abril en el Palais de Glace. De martes a viernes, de 12 a 20 horas. Sábados y domingos, de 10 a 20. En Av. del Libertador 1248 o Posadas 1725.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 23 de Marzo de 2012
Claudio GALLINA Juguemos en el bosque
Claudio Gallina expone “Homo Ludens”, un recorrido por la infancia, pero ya no desde las aulas o los patios de las escuelas, como en otros momentos, ya que esta vez los personajes juegan en lugares abiertos con árboles y sin referencias geográficas. El otro cambio que presenta este artista en su obra es que, junto con las pinturas, se muestran dibujos, objetos y una escultura realizada en cartapesta.
El artista habla con naturalidad sobre la infancia y los juegos de esta etapa de la vida como un momento en el que se forja la personalidad y se construye la relación con los otros. El juego resulta una escuela informal de aprendizaje en la que los niños, a través de las teatralizaciones, van intentando comprender el mundo adulto y la violencia, que también es parte del mundo. El arma elegida por Gallina es una pequeña gomera y algunas obras sufren su ataque, que deja agujeros impactados en los dibujos.
Con una paleta de colores acotada, Gallina también juega con el color de los recuerdos, que para él parecieran estar en verde, celeste y gris. También experimenta con otros soportes y divide el fondo de la figura en dos obras que se complementan.
Haciendo un puente entre sus obras, que remiten a la escuela, aquí aparece un pizarrón negro y con la madera de un pupitre le da vida al asiento de un “subeybaja”. Para conectarnos con otros momentos de nuestra vida está muestra resulta imperdible. Hasta el 8 de abril en el Centro Cultural Recoleta, en Junín 1930.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 23 de Marzo de 2012
Descubren que una obra anónima era en realidad de Van Gogh
La pintura fue sometida a estudios de rayos-X fluorescentes y los expertos descubrieron que está pintado encima de otro cuadro.
El cuadro "Naturaleza muerta floral con amapolas y rosas" que se exhibía en el museo holandés Kröller-Müller y se atribuía a un artista anónimo pertenece a Vincent van Gogh, según pudieron confirmar los expertos después de un año de investigaciones.
La obra fechada en 1886 se exponía en la colección de cuadros del siglo XIX del mencionado museo y aunque se sospechaba que pudiera tratarse de un Van Gogh, sus grandes dimensiones (1 metro por 80 centímetros) habían hecho dudar de esa autoría.
"El lienzo no tenía las características morfológicas más propias de Van Gogh. Además, se trata de un tamaño de cuadro poco habitual para el artista", confirmó uno de los expertos del Kröller-Müller a la prensa holandesa, en declaraciones reproducidas por la agencia DPA.
La pintura fue sometida a estudios de rayos-X fluorescentes y los expertos descubrieron que está pintado encima de otro cuadro que muestra a dos hombres practicando lucha libre, que Van Gogh retrató en 1886 durante su estancia en la Escuela de Bellas Artes de Amberes (Bélgica).
Cuando el pintor regresó a París decidió pintar encima las flores, pero directamente sin quitar previamente a los luchadores.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 20 de Marzo de 2012
Italia: Expertos creen haber descubierto una obra de Leonardo
Fue anunciado por especialistas en arte durante una conferencia de prensa en el Palazzo Vecchio, de Florencia.
Expertos en arte anunciaron hoy (lunes 12) que creen haber hallado rastros de una obra inacabada que atribuyen al genio italiano del Renacimiento, Leonardo da Vinci, en una conferencia de prensa en Florencia, capital de Toscana.
Estos rastros fueron hallados gracias a microcámaras colocadas a través de una obra de Vasari, que se encuentra en una sala del Palazzo Vecchio, sede de la municipalidad, en Florencia.
Nota publicada en www.gacetamerantil.com el 12 de Marzo de 2012
Sergio Lamana y sus "Esculturas en movimiento"
Este dibujante y escultor trabaja en distintos formatos y materiales. Actualmente expone en una muestra colectiva que abarca tres generaciones de dibujantes en la galería Masotta Torres.
Por Nanu Zalazar
Sergio Lamana dibuja desde chico. "El primer contacto en el que yo sentí que eso era lo mío fue cuando hice la escuela de cerámica. El modelado, la alfarería, todo eso me sirvió para estar en contacto con la escultura, con las tres dimensiones", relata. Después eligió continuar en la escuela de Bellas Artes "Prilidiano Pueyrredón", en la orientación escultura. Antes de terminar le ofrecieron trabajo en la Parque de la Costa y para él fue como otra escuela. "Aprendí muchas cosas que todavía sigo utilizando como el aerógrafo, diferentes pátinas, el tallado en grandes dimensiones", cuenta. Cuando ese trabajo se terminó, empezó a concurrir al taller de Juan Doffo y dejó la escultura por un tiempo.
Se sentía cómodo con el dibujo pero buscaba otras cosas porque "uno se estanca", dice. Así fue como comenzó a experimentar con papel vegetal y cosiendo papeles. En ese proceso se inició en la filmación y a editar de manera casera. "Les ofrecí mis trabajos a los chicos de Ataque 77 –recuerda–, y como les gustó se hizo un video clip para el tema ‘Morbo Porno’. Primero hice la animación en un recital en Obras en el tema ‘Western’, y después también para ‘Neo Satán’, en la que hice la cara de (Carlos) Menem".
Lamana trabaja en pequeño tamaño y después, para una muestra, lleva sus obras a tamaño natural. De este modo hizo su primera muestra, que fue en un hostel en San Telmo, "Boquitas pintadas", y después en el IMPA.
La temática, al inicio, hablaba de la represión a través de obras eróticas y de personajes de la dictadura. “En mis obras canalizo lo que reprimo, siempre hablo sobre la guerra de Malvinas y en la muestra en Massotta Torrés presento dos obras sobre este tema”.
De los papeles chicos pasé a los más grandes, y descubrió que el movimiento le permitía trabajar en las caras aplicando gestos. “La cara está divida en cuatro partes que se articulan. Los cosía con elásticos y me empecé a preocupar más en la anatomía, en la tensión, en la articulación”, describe.
“Lo mío fue una búsqueda que comenzó por curiosidad –apunta–, después encontré que en otros lugares había objetos con movimiento, como los títeres de Indonesia, que tienen un pivot en las articulaciones, tienen mucho de las lámparas orientales por la superposición de elementos traslúcidos, y también están esos pescaditos que se articulan. Pero yo partí de una búsqueda personal”.
Cuando trabajaba sobre temas pornográficos prefirió buscar obras más sutiles y las transparencias, mostrar el interior del cuerpo, que provoca imágenes más misteriosas. Con el video le gusta la posibilidad de manejar el tiempo, ralentar o acelerar el movimiento.
El caballo tamaño natural realizado en papel, que tiene movimiento, tardó en resolver como lograba el movimiento de las patas hasta que un amigo escultor lo ayudó a solucionarlo a través de paralelas que permiten los movimientos de caminar.
“Tuve la suerte de haber hecho el taller con Juan Doffo, que fue un gran maestro para mí. También estuve en el taller de Luis ‘Yuyo’ Noé, y ambos me dieron un empujón enorme y muchos conocimientos de manera generosa”, resalta Lamana.
Lo invitaron a participar en una muestra en la ESMA, que a través del arte se está limpiando un lugar en donde se torturó y se mató a personas. “Una energía que estaba podrida, está cambiando”, se entusiasma el artista. Para este último proyecto, Lamana estaba preparando unas alas rojas para aprovechar el espacio aéreo. “El lugar es muy alto y, pensando en lo que fue el ‘Plan Cóndor’, hice las alas de color rojo, pero por falta de presupuesto parece que no puedo terminarlo”, se lamenta.
Las obras de Lamana podrán verse en la muestra DAC 36 hasta el 20 de abril en la galería Masotta Torres, en México 459.
Publicadao en www.gacetamercantil.com el 12 de Marzo de 2012
La mujer rota de Luján Funes
Luján Funes inauguró “Rota”, su muestra en el Museo de la Mujer. Se trata de una artista conceptual y el eje de sus obras gira sobre los problemas del mundo femenino. En esta ocasión corre el velo y deja ver algunos de los mandatos que reciben las mujeres a través de las revistas femeninas, que agigantan temas superfluos y de los verdaderos y profundos no se ocupan. Son revistas donde se escribe en miles de notas sobre cómo deben actuar las mujeres para “seducir a un hombre”, pero nunca hay una nota sobre el aborto. Desbordan los consejos de cómo perder kilos pero no hablan de política, el peor enemigo es la celulitis y no una pareja violenta.
Estas publicaciones, que no cambian los mandatos vertidos desde sus páginas desde las primeras publicaciones del siglo pasado, terminan resultando manuales de la perfecta “geisha”, con consejos sobre sexo y recetas de cocina, todo para hacer sentir bien al hombre.
Funes exhibe el cuerpo de la mujer como una tapa de revista realizada en cerámica: las que están bien cuidadas están en estantes, en cambio las que recibieron maltrato, aparecen tiradas en el piso.
Con paciencia, durante muchos años, Luján Funes viene recortando notas, titulares y hasta palabras sueltas, y con ellas arma una crítica a la sociedad. Como con el mueble repleto de cajones en cada uno de los cuales coloca títulos como si se tratara del sumario de una revista. En uno de estos cajones se pueden ver cientos de verbos imperativos, “disfrutá” o “gozá”, como si estos sentimientos dependieran exclusivamente de la propia voluntad.
Resulta inquietante ver en las revistas que se autodenominan “femeninas” que se desgranen tantos guiños machistas, lo que se torna un círculo vicioso.
Museo de la Mujer, Pje. Rivarola 147 (alt. B. Mitre al 1300). De martes a sábado de 15 a 20 horas. La muestra cierra el 11 de abril.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 12 de Marzo de 2012
Rematan versión de "El Grito" del artista noruego Edvard Munch
Es la única en propiedad de un privado. Lo hará la casa Sotheby's, en Nueva York, en mayo próximo. Hay otras dos piezas en museos.
La única versión en manos privadas de las obra maestra "El Grito" del artista noruego Edvard Munch, cuyo valor podría exceder los 80 millones de dólares, será subastada por Sotheby's en Nueva York en mayo próximo, anunció hoy (martes 21) la casa de remates.
"El Grito" de Munch (1863-1944), una de las pinturas más famosas del mundo, encabezará las ventas de arte moderno e impresionismo que organizará Sotheby's a partir del próximo 2 de mayo, señaló la casa de remates en un comunicado.
"El Grito", cuyas cuatro versiones fueron pintadas entre 1893 y 1910, muestra a una figura tomándose la cabeza en un momento de angustia y desesperación existencial delante de un paisaje de colores vívidos.
La obra que se subastará data de 1895 y es "una de las cuatro versiones de la obra y la única versión aún en manos privadas", indicó Sotheby's.
"Dado cuán raros son los verdaderos íconos que llegan al mercado, es difícil predecir el valor de 'El Grito'. El reciente éxito de obras maestras en Sotheby's sugiere que el precio podría exceder los 80 millones de dólares", dijo el vicepresidente de Sotheby's y titular del departamento de Arte Moderno e Impresionismo, Simon Shaw.
La obra es propiedad del empresario noruego Petter Olsen, cuyo padre Thomas fue amigo, vecino y mecenas de Munch.
La pintura será exhibida en Londres por primera vez en su historia a partir del próximo 13 de abril, y en Nueva York, en forma previa a su subasta, desde el 27 de ese mismo mes.
En los últimos quince años, dos versiones de la obra fueron objeto de espectaculares robos.
En 1994, una versión de "El Grito" fue robada de la Galería Nacional de Oslo y recuperada poco después por la policía.
En agosto de 2004, otra versión de "El Grito" fue robada en pleno día por hombres armados en el Museo Munch de Oslo. La pintura fue recuperada en 2006.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 21 de Febrero de 2012
Turismo es cultura
El perfil del turista extranjero que visita Buenos Aires tiene una motivación por el universo cultural de la Ciudad. Es por eso que se da gran promoción a los grandes eventos de la Ciudad y a la cultura como rasgo identitario, y tanto para el interior como el exterior del país el turismo cultural fue ganando espacio y actualmente se puede hablar de un visitante con un claro perfil cultural.
Los resultados de la Encuesta en Museos 2011, realizada por el Observatorio Turístico de la Ciudad, confirman lo que fuera una tendencia y ahora se constituye casi sin lugar a dudas como el principal atractivo de la Ciudad de Buenos Aires: su oferta cultural.
La investigación se realizó con la colaboración de la Dirección General de Museos del Ministerio de Cultura porteño y de varios museos privados sobre un universo de 972 turistas encuestados en siete museos porteños. El ranking de los museos más visitados por turistas lo encabezó el Museo Evita, que concentró el 25,4 % del total de los encuestados. El segundo puesto fue para el Malba, con 23,4%; y el tercero fue para el Museo Boca Juniors, con 22,4 %. Le siguen en orden de importancia el Centro Cultural Recoleta (14%), Casa Museo Carlos Gardel (9%), el Museo de la Ciudad (4%) y el Museo Isaac Fernández Blanco (3%).
La encuesta destaca que tanto en el caso de los turistas internacionales (45,5%) como en el de los nacionales (31,9%), la oferta cultural de la Ciudad se transformó en uno de los principales motores de elección de su viaje.
Del estudio se desprende que quien visita los museos de la Ciudad también visita varias veces en un trimestre algún museo o centro cultural en su lugar de residencia. Este comportamiento se refleja en el 19,8% de los extranjeros y en el 12,6% de los nacionales.
La opinión general de los turistas nacionales encuestados sobre los museos seleccionados en la muestra fue “excelente” para el 23,5%, “muy buena” para el 42,9% y “buena” para el 24,4%. En cuanto a los extranjeros, el 20,4% de los encuestados la calificó como “excelente”, el 35,9% “muy buena” y el 39,9%, como “buena”.
Nota publicada el 20 de Febrero de 2012, en www.gacetamercantil.com
Tamara de Lempika La preferida de Madonna
Se destacó como retratista del "art decó" pero entró en un cono de sombra y volvió a ser reconocida tardíamente. Nació en Polonia, vivió en París y Los Ángeles y murió en Cuenavaca, México. La vida de una vanguardista del arte.
Por Nanu Zalazar
Tamara Gorska de Lempicka (se pronuncia “Uempitsca”), que nació en Varsovia, Polonia, en 1889 y murió en Cuernavaca, México, en 1980, se destacó como retratista dentro del estilo “art decó”. Pintaba retratos y desnudos de hombres y mujeres representados de manera etérea, con ropas movidas por el viento, y luces y sombras marcadas que les dan cierta impronta emparentada con la escultura.
Una de sus obras más famosas es un autorretrato realizado en 1929, "Tamara en Bugatti verde", en donde ironiza sobre la trágica muerte de la famosa bailarina estadounidense Isadora Duncan, que murió estrangulada cuando su larga chalina se enredò en las ruedas de su auto deportivo.
Tamara creció en el seno de una familia acaudalada y su primer retrato fue el de su hermana, en 1910, para desafiar al pintor que había contratado su familia. Ese año un viaje por Italia la puso frente a un mundo estimulante y desarrolló una vocación que la acompañaría el resto de su vida.
Vivió una vida de lujo junto a su marido en San Petersburgo y, cuando estalla la revolución rusa, se traslada un tiempo a Copenhague y luego a París, donde nace su única hija, Kizzette, y en donde Tamara conoce y estudia con el artista André Lothe y logra en poco tiempo exponer en varias galerías de la “Ciudad Luz”. En 1925 se realiza en la capital francesa la primera exposición “art decó” y ella comienza a hacerse un lugar dentro de la sociedad.
En 1926 viaja a Milán, donde expone y conoce al poeta Gabriel D’Annunzio, con quien tiene un romance, y participa de los círculos sociales locales, donde su talento como artista es bien considerado. En 1933 se divorcia pero sigue firmando sus obras con el apellido de su ex marido. Su movida vida social, sus infidelidades y su bisexualidad son algunos de los muchos motivos que conducen a su separación.
Al poco tiempo se casa con Raoul Kuffner, un barón acaudalado con quien se muda a Nueva York, ciudad en la que se inserta sin inconvenientes dentro de la burguesía de Manhattan. En 1934 se muda a Beverly Hills y es el glamour de Hollywood el que necesita de una artista tan sofisticada como Tamara. Una exposición personal en la “Julien Lévy Gallery” neoyorquina supone un gran éxito y permite a la artista construirse una nueva fama. Lévy repite la experiencia unos meses más tarde en su nueva galería de Los Ángeles: el éxito está garantizado con la asistencia de lo más selecto de Hollywood a la inauguración en el local ubicado en Sunset Boulevard
Su depresión y un profundo mistisismo la llevan a internarse varias veces en Suiza, y allí cambia su temática artística por temas religiosos, y también hay cambios en su estilo, que se hace más abstracto.
En las siguientes muestras la suerte que acompañaba a su talento se fue apagando y debió sorpotar varios fracasos hasta que, recién en 1967, unos jóvenes galeristas de París descubren sus obras en revistas viejas. En 1972, Alain Blondel organiza en su galería una muestra con los trabajos realizados entre 1925 y 1935 con mucho éxito de público y de crítica. Es un momento de redescubrimiento.
En 1963 se había mudado a Houston para estar cerca de su hija y también pasaba largas temporadas en Cuernavaca, México, donde muere en 1980. Su hija Kizette, cumpliendo el pedido de su madre, esparce sus cenizas desde un helicóptero sobre el cráter del volcán Popocatépetl, junto a Víctor Manuel Contreras, un escultor mexicano, que heredó una gran cantidad de sus pinturas. Contreras contó con su amistad desde que se conocieron estudiando en la escuela de Bellas Artes de Nueva York.
Antes de morir donó 150.000 dólares a una obra caritativa en Cuernavaca y su hija se enojó porque veía reducida su herencia, a lo que Tamara contestó para finalizar el reclamo. “Todo lo que tengo es gracias a mis pinceles. Y es por eso que no tengo que consultarlo con nadie”.
En los ’90, la cantante Madonna, admiradora y coleccionista de sus obras, en su video “Vogue” usó varios de sus cuadros en blanco y negro, todo acompañado por una estética que recuerda los años ’30. Y en “Deeper and deeper”, otro video personifica a una mujer glamorosa manejando un auto descapotado, igual al famoso autorretrato de Tamara. Otros famosos como el actor Jack Nicholson o Barbra Streinsand son confesos coleccionistas de la obra de Lempicka, lo que hace perdurar el glamour que la caracterizó en vida.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 20 de Febrero de 2012
Dos encapuchados roban 78 piezas antiguas del Museo de Olimpia
El atraco en esa ciudad cuna de los Juegos Olímpicos provocó la renuncia del ministro griego de Cultura Pavlos Gerulanos. Todavía no se informó el valor de los objetos.
Sesenta y ocho piezas antiguas en cerámica y en bronce fueron robadas esta mañana (viernes 17) en el museo de Olimpia, en Grecia, lo que provocó la renuncia inmediata del ministro de Cultura.
"Sesenta y ocho objetos en cerámica y en bronce fueron robados por dos hombres encapuchados", que entraron de mañana en uno de los dos museos de la ciudad de Olimpia, cuna de los juegos olímpicos, precisó la fuente policial.
Por su parte, el ministro de Cultura Pavlos Gerulanos presentó su renuncia, indicó una fuente gubernamental a agencia "AFP".
El asalto tuvo lugar en el antiguo museo de Olimpia, llamado "Museo de los Juegos Olímpicos", y no en el principal museo arqueológico de la antigua ciudad olímpica.
"Los dos hombres estaban armados, inmovilizaron a la guardiana a las 7 locales después de haber neutralizado el sistema de alarma", indicó a la radio Flash el alcalde de Olimpia, Thymios Kotzias.
"Hay que esperar al director del servicio arqueológico de la comuna para tener más detalles sobre "el valor inestimable de esos objetos", agregó.
La antigua ciudad de Olimpia, visitada por cientos de miles de turistas todos los años, es uno de los lugares más célebres de Grecia.
Este atraco tuvo lugar pocas semanas después del robo de tres obras, incluyendo a un cuadro de Pablo Picasso y otro de Piet Mondrian, en la Pinacoteca Nacional de Atenas.
Nota publicada el 17 de Febrero de 2012 en www.gacetamercantil.com
Los jugadores de cartas, de Cézanne, la pintura más cara de la historia
Fue adquirida por la familia real de Catar en 250 millones de dólares y superó así a una de Picasso, "Desnudo, Hojas verdes y Busto", que fue vendida en 106,5 millones en 2010.
La pintura "Los jugadores de cartas", de Paul Cézanne, fue adquirida por la familia real de Catar por 250 millones de dólares, un precio récord para un cuadro vendido en subasta o en una transacción privada, reveló hoy (lunes 6) la revista Vanity Fair .
La venta de la conocida pieza, que representa una partida de cartas entre dos campesinos franceses, sorprende por su elevado costo, ya que la cifra pulveriza cualquier récord de los que los expertos del arte tienen constancia.
La pintura más cara jamás vendida en una subasta hasta el momento es "Desnudo, Hojas verdes y Busto", del español Pablo Picasso, subastada en Nueva York en mayo de 2010 por 106,5 millones de dólares.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 6 de Febrero de 2012
jueves, 16 de febrero de 2012
Gustav Klimt, Los años dorados
En el 150 aniversario de su nacimiento, el museo Belvedere de Viena celebra al genio que llevó a la cumbre al "Art nouveau".
Por Nanu Zalazar
Con motivo de cumplirse los 150 años del nacimiento de Gustav Klimt, el museo Belvedere de Viena, Austria, su ciudad natal, celebra con una muestra retrospectiva desde el año pasado y hasta julio próximo todo un año dedicado al artista.
Junto a sus seis hermanos, Klimt tuvo una infancia signada por la pobreza. Su padre trabajaba como dorador de marcos y su madre era una cantante que no pudo demostrar su talento.
Este artista descolló dentro del movimiento “Art nouveau” como un pintor simbolista por excelencia. Sus primeros pasos fueron dentro del taller de su padre y a los 14 años logra ingresar a una escuela local de arte y artesanía, donde se lo admitió por sus habilidades como dibujante y pintor. Junto con su hermano Ernst, también artista, y Franz Matsch comenzaron a ganar buenas sumas de dinero decorando los nuevos edificios de la ciudad, en donde los nuevos ricos querían rodearse de objetos y de lugares similares a los que tenía la aristocracia histórica. Fue un buen momento para Klimt, ya que el mecenazgo alentó su intensa actividad en la pintura, la escultura y la arquitectura.
Klimt concordaba con los preceptos del ideario romántico y el desnudo femenino siempre fue su inspiración, lo que le ocasionó no pocos inconvenientes al inicio de su carrera, ya que apuntaba a temas con demasiada pulsión sexual para la época. Se lo considera un continuador de los dibujos eróticos de August Rodin y de Jean August Ingres.
Klimt ocupó lugares muy importantes en la sociedad intelectual de Viena. De joven deseaba que se lo reconociera como un pintor de decoraciones de grandes espacios públicos como teatros, museos e iglesias y es en estos espacios que desarrolla sus series de alegorías con sectores en oro, volcado al simbolismo y donde además comienza a trabajar espacios abstractos, todos elementos característicos de sus obras.
En 1894 recibe el encargo de realizar tres pinturas para decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena, por las que recibió muchas críticas. El artista debía representar a la Filosofía, la Medicina y la Jurisprudencia, pero para los académicos les resultó un simbolismo simple y a los católicos les molestaron los desnudos, a los que consideraron pornográficos. Además, varias de las obras diferían de los bocetos aprobados por la comisión y esto provocó una gran controversia. La universidad decidió finalmente no instalar las obras de Klimt, y éste no volvió a admitir encargos a partir de entonces. Por desgracia, los tres cuadros fueron destruidos por las “SS” hitlerianas durante su retirada de Viena, en mayo de 1945.
Tres años más tarde, Klimt fue uno de los fundadores de la “Secesión vienesa”, un colectivo de artistas que tenía como objetivo promocionar a artistas jóvenes, organizar muestras y publicar una revista en la que figuraran las obras más importantes de los miembros del grupo. El grupo, con apoyo del gobierno, logró edificar una sala de exposiciones para presentar sus obras al público.
Esta asociación nucleaba a arquitectos y artistas con diferentes estilos, tanto naturalistas, realistas como simbolistas, y a pesar de su eclecticismo dio lugar a la versión vienesa del “Art nouveau” que tuvo diferentes nombres en distintos países: en España se lo conoce como Modernismo; Modern Style es para los anglosajones; Liberty o Floreale, en Italia. El movimiento estaba fuertemente inspirado en la naturaleza, con preferencia en los vegetales, las flores y las formas redondeadas que se entrelazan con la figura principal. La asimetría y la estilización se alejan del estilo realista alentado por las academias. La figura femenina, en actitudes delicadas y sensuales hasta llegar al erotismo en muchos casos, particularmente en Klimt, era representada con cabelleras frondosas y ondulantes y con vestimentas repletas de pliegues.
El “Art nouveau” no sólo se desarrolló en la pintura, la escultura y la arquitectura, sino también en las artes aplicadas o decorativas y se evidencia en las artes gráficas, el diseño de muebles, la herrería, la joyería y la cristalería, incluyendo lámparas y cerámicas.
Muchas de las características fueron tomadas por el “Art decó”, pero endureciendo las líneas y geometrizando las formas.
Aceptado por la crítica y acompañado por un éxito comercial, Klimt vivió una “etapa dorada”, lo que coincidió con el uso de láminas de oro en sus obras.
El estilo inconfundible de Gustav Klimt, que murió de neumonía en 1918, lo ha convertido en un referente ineludible de la moda y la estética de su tiempo y los precios millonarios alcanzados en subastas comprueban que su éxito continúa hasta el presente.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 3 de Febrero de 2012
Por Nanu Zalazar
Con motivo de cumplirse los 150 años del nacimiento de Gustav Klimt, el museo Belvedere de Viena, Austria, su ciudad natal, celebra con una muestra retrospectiva desde el año pasado y hasta julio próximo todo un año dedicado al artista.
Junto a sus seis hermanos, Klimt tuvo una infancia signada por la pobreza. Su padre trabajaba como dorador de marcos y su madre era una cantante que no pudo demostrar su talento.
Este artista descolló dentro del movimiento “Art nouveau” como un pintor simbolista por excelencia. Sus primeros pasos fueron dentro del taller de su padre y a los 14 años logra ingresar a una escuela local de arte y artesanía, donde se lo admitió por sus habilidades como dibujante y pintor. Junto con su hermano Ernst, también artista, y Franz Matsch comenzaron a ganar buenas sumas de dinero decorando los nuevos edificios de la ciudad, en donde los nuevos ricos querían rodearse de objetos y de lugares similares a los que tenía la aristocracia histórica. Fue un buen momento para Klimt, ya que el mecenazgo alentó su intensa actividad en la pintura, la escultura y la arquitectura.
Klimt concordaba con los preceptos del ideario romántico y el desnudo femenino siempre fue su inspiración, lo que le ocasionó no pocos inconvenientes al inicio de su carrera, ya que apuntaba a temas con demasiada pulsión sexual para la época. Se lo considera un continuador de los dibujos eróticos de August Rodin y de Jean August Ingres.
Klimt ocupó lugares muy importantes en la sociedad intelectual de Viena. De joven deseaba que se lo reconociera como un pintor de decoraciones de grandes espacios públicos como teatros, museos e iglesias y es en estos espacios que desarrolla sus series de alegorías con sectores en oro, volcado al simbolismo y donde además comienza a trabajar espacios abstractos, todos elementos característicos de sus obras.
En 1894 recibe el encargo de realizar tres pinturas para decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena, por las que recibió muchas críticas. El artista debía representar a la Filosofía, la Medicina y la Jurisprudencia, pero para los académicos les resultó un simbolismo simple y a los católicos les molestaron los desnudos, a los que consideraron pornográficos. Además, varias de las obras diferían de los bocetos aprobados por la comisión y esto provocó una gran controversia. La universidad decidió finalmente no instalar las obras de Klimt, y éste no volvió a admitir encargos a partir de entonces. Por desgracia, los tres cuadros fueron destruidos por las “SS” hitlerianas durante su retirada de Viena, en mayo de 1945.
Tres años más tarde, Klimt fue uno de los fundadores de la “Secesión vienesa”, un colectivo de artistas que tenía como objetivo promocionar a artistas jóvenes, organizar muestras y publicar una revista en la que figuraran las obras más importantes de los miembros del grupo. El grupo, con apoyo del gobierno, logró edificar una sala de exposiciones para presentar sus obras al público.
Esta asociación nucleaba a arquitectos y artistas con diferentes estilos, tanto naturalistas, realistas como simbolistas, y a pesar de su eclecticismo dio lugar a la versión vienesa del “Art nouveau” que tuvo diferentes nombres en distintos países: en España se lo conoce como Modernismo; Modern Style es para los anglosajones; Liberty o Floreale, en Italia. El movimiento estaba fuertemente inspirado en la naturaleza, con preferencia en los vegetales, las flores y las formas redondeadas que se entrelazan con la figura principal. La asimetría y la estilización se alejan del estilo realista alentado por las academias. La figura femenina, en actitudes delicadas y sensuales hasta llegar al erotismo en muchos casos, particularmente en Klimt, era representada con cabelleras frondosas y ondulantes y con vestimentas repletas de pliegues.
El “Art nouveau” no sólo se desarrolló en la pintura, la escultura y la arquitectura, sino también en las artes aplicadas o decorativas y se evidencia en las artes gráficas, el diseño de muebles, la herrería, la joyería y la cristalería, incluyendo lámparas y cerámicas.
Muchas de las características fueron tomadas por el “Art decó”, pero endureciendo las líneas y geometrizando las formas.
Aceptado por la crítica y acompañado por un éxito comercial, Klimt vivió una “etapa dorada”, lo que coincidió con el uso de láminas de oro en sus obras.
El estilo inconfundible de Gustav Klimt, que murió de neumonía en 1918, lo ha convertido en un referente ineludible de la moda y la estética de su tiempo y los precios millonarios alcanzados en subastas comprueban que su éxito continúa hasta el presente.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 3 de Febrero de 2012
Los jugadores de cartas, de Cézanne, la pintura más cara de la historia
Fue adquirida por la familia real de Catar en 250 millones de dólares y superó así a una de Picasso, "Desnudo, Hojas verdes y Busto", que fue vendida en 106,5 millones en 2010.
La pintura "Los jugadores de cartas", de Paul Cézanne, fue adquirida por la familia real de Catar por 250 millones de dólares, un precio récord para un cuadro vendido en subasta o en una transacción privada, reveló hoy (lunes 6) la revista Vanity Fair .
La venta de la conocida pieza, que representa una partida de cartas entre dos campesinos franceses, sorprende por su elevado costo, ya que la cifra pulveriza cualquier récord de los que los expertos del arte tienen constancia.
La pintura más cara jamás vendida en una subasta hasta el momento es "Desnudo, Hojas verdes y Busto", del español Pablo Picasso, subastada en Nueva York en mayo de 2010 por 106,5 millones de dólares.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 6 de Febrero de 2012 |
La pintura "Los jugadores de cartas", de Paul Cézanne, fue adquirida por la familia real de Catar por 250 millones de dólares, un precio récord para un cuadro vendido en subasta o en una transacción privada, reveló hoy (lunes 6) la revista Vanity Fair .
La venta de la conocida pieza, que representa una partida de cartas entre dos campesinos franceses, sorprende por su elevado costo, ya que la cifra pulveriza cualquier récord de los que los expertos del arte tienen constancia.
La pintura más cara jamás vendida en una subasta hasta el momento es "Desnudo, Hojas verdes y Busto", del español Pablo Picasso, subastada en Nueva York en mayo de 2010 por 106,5 millones de dólares.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 6 de Febrero de 2012 |
"The Worldwide Photography Gala Awards". Fotos del mundo
Organizada por la "The Worldwide Photography Gala Awards", las fotos de la muestra en el Borges se subastarán a beneficio de las fundaciones FLENI y "Save the Children" el 14 en el Malba.
Por Nanu Zalazar
La mayoría de las imágenes de esta Bienal de fotografía fueron capturadas por mujeres de 39 países, y fueron parte del concurso "La mujer detrás de la cámara" de las ediciones 1 y 2 del premio "Julia Margaret Cameron", lo que da una ecléctica visión del mundo.
Además, se complementa con las fotos seleccionadas de los premios "Pollux" y "Jacob Riis", organizados por "The Worldwide Photography Gala Awards", entidad que organiza además esta bienal.
La primera edición de esta exposición se realizó en junio de 2010 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con la exhibición de 160 obras procedentes de cinco países. En esta ocasión, en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires participan 220 expositores que exponen 320 obras y provienen de 39 países, entre los que se encuentran Argentina, Alemania, Japón, Turquía, Vietnam y Eslovaquia.
Por el número y calidad de obras, así como por la excelencia de los jurados de selección, la Bienal será sin duda uno de los eventos de arte fotográfico más importantes de América Latina.
La muestra es con entrada paga, pero han tenido el buen tino de dejar en la entrada del centro cultural y una sala anterior a la exposición, una cantidad de fotografías de la misma muestra para quienes no puedan pagar los 15 pesos de la entrada. (10 para estudiantes).
Por la variedad de la temática esta bienal toca casi todos los ítems. Es por eso que en la recorrida se pueden encontrar fotos de autor como las de Kamil Vojnar, en donde una joven levita y el paisaje interior tiene una impronta de otro tiempo, acentuada por el color amarillento que predomina; pero también con el autorretrato de Rehanna, una joven fotógrafa, que decide recrear la "Venus de Urbino" de Tiziano.
En la misma tónica de la fotografía como una disciplina expresiva, Jeannine Chaban presenta una imagen brumosa, teñida de colores azulados en donde un elegante señor camina hacia el mar, quizás tratando de tomar el paraguas, que es el protagonista de la obra. Diane Deaton-Street, por la temática y el color, inmediatamente nos transporta a un pasado con algo de thriller psicológico y algo de surrealismo.
El mexicano Juan Jesús Aguilar recrea una escena familiar parecida a la "Última cena" de Leonardo, con un estilo similar al del argentino Arturo Aguiar. De lo poético a las situaciones extremas, las que se encuentran muchas personas en la India, refleja G.M.B. Akash, de Bangladesh, donde un niño trabaja cargando con pólvora juegos artificiales, y en otra una niña es ofrecida para prostitución con un título demoledor "Life for rent".
De esta imagen se llega a otra de colores vibrantes realizada por la fotógrafa noruega Jane Gottlieb, que es como una escena de Salvador Dalí: un balcón frente al mar con cortina y una silla de colores saturados llama la atención del espectador desde lejos.
Se exhibe una imagen con impronta del Renacimiento. Una chica sumergida en el agua nada entre telas que la envuelven, con un fondo oscuro donde resalta el movimiento de esas telas y de los cabellos de la joven.
A unos pasos se encuentra Aftermath #19, obra que reúne tomas de una fotógrafa que acompañó los cambios en el cuerpo de una mujer con cáncer de pecho.
Alicia Moneva juega con el cuerpo de la mujer en una serie, en la que una joven desnuda adopta distintas posiciones dentro de una caja de cartón. En otra foto, dentro de una bañera con aguas de colores la misma mujer lucha contra ese medio. La fotógrafa las presenta en series de cientos de pequeñas imágenes con las que construye un entramado visual.
La muestra va del retrato al autorretrato, pasando por el paisaje de vistas de interiores, exteriores y aéreas, con imágenes en primeros planos y otras que abarcan espacios enormes. Técnicamente, las fotos seleccionadas van desde las que utilizan programas digitales para modificarlas hasta las tomas directas sin intervenciones, del color saturado al blanco y negro, de imágenes que cuentan realidades a otras que son producidas, y de ahí se pasa a otras en las que sólo hay colores y formas abstractas. En esta interesante muestra están presentes todas las variantes posibles de la fotografía.
La exhibición de las obras se prolongará hasta el 27 de febrero en el Centro Cultural Borges, Viamonte y San Martín. De lunes a sábado de 10 a 21 horas. Domingos y feriados, de 12 a 21.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 23 de Enero de 2012
Por Nanu Zalazar
La mayoría de las imágenes de esta Bienal de fotografía fueron capturadas por mujeres de 39 países, y fueron parte del concurso "La mujer detrás de la cámara" de las ediciones 1 y 2 del premio "Julia Margaret Cameron", lo que da una ecléctica visión del mundo.
Además, se complementa con las fotos seleccionadas de los premios "Pollux" y "Jacob Riis", organizados por "The Worldwide Photography Gala Awards", entidad que organiza además esta bienal.
La primera edición de esta exposición se realizó en junio de 2010 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con la exhibición de 160 obras procedentes de cinco países. En esta ocasión, en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires participan 220 expositores que exponen 320 obras y provienen de 39 países, entre los que se encuentran Argentina, Alemania, Japón, Turquía, Vietnam y Eslovaquia.
Por el número y calidad de obras, así como por la excelencia de los jurados de selección, la Bienal será sin duda uno de los eventos de arte fotográfico más importantes de América Latina.
La muestra es con entrada paga, pero han tenido el buen tino de dejar en la entrada del centro cultural y una sala anterior a la exposición, una cantidad de fotografías de la misma muestra para quienes no puedan pagar los 15 pesos de la entrada. (10 para estudiantes).
Por la variedad de la temática esta bienal toca casi todos los ítems. Es por eso que en la recorrida se pueden encontrar fotos de autor como las de Kamil Vojnar, en donde una joven levita y el paisaje interior tiene una impronta de otro tiempo, acentuada por el color amarillento que predomina; pero también con el autorretrato de Rehanna, una joven fotógrafa, que decide recrear la "Venus de Urbino" de Tiziano.
En la misma tónica de la fotografía como una disciplina expresiva, Jeannine Chaban presenta una imagen brumosa, teñida de colores azulados en donde un elegante señor camina hacia el mar, quizás tratando de tomar el paraguas, que es el protagonista de la obra. Diane Deaton-Street, por la temática y el color, inmediatamente nos transporta a un pasado con algo de thriller psicológico y algo de surrealismo.
El mexicano Juan Jesús Aguilar recrea una escena familiar parecida a la "Última cena" de Leonardo, con un estilo similar al del argentino Arturo Aguiar. De lo poético a las situaciones extremas, las que se encuentran muchas personas en la India, refleja G.M.B. Akash, de Bangladesh, donde un niño trabaja cargando con pólvora juegos artificiales, y en otra una niña es ofrecida para prostitución con un título demoledor "Life for rent".
De esta imagen se llega a otra de colores vibrantes realizada por la fotógrafa noruega Jane Gottlieb, que es como una escena de Salvador Dalí: un balcón frente al mar con cortina y una silla de colores saturados llama la atención del espectador desde lejos.
Se exhibe una imagen con impronta del Renacimiento. Una chica sumergida en el agua nada entre telas que la envuelven, con un fondo oscuro donde resalta el movimiento de esas telas y de los cabellos de la joven.
A unos pasos se encuentra Aftermath #19, obra que reúne tomas de una fotógrafa que acompañó los cambios en el cuerpo de una mujer con cáncer de pecho.
Alicia Moneva juega con el cuerpo de la mujer en una serie, en la que una joven desnuda adopta distintas posiciones dentro de una caja de cartón. En otra foto, dentro de una bañera con aguas de colores la misma mujer lucha contra ese medio. La fotógrafa las presenta en series de cientos de pequeñas imágenes con las que construye un entramado visual.
La muestra va del retrato al autorretrato, pasando por el paisaje de vistas de interiores, exteriores y aéreas, con imágenes en primeros planos y otras que abarcan espacios enormes. Técnicamente, las fotos seleccionadas van desde las que utilizan programas digitales para modificarlas hasta las tomas directas sin intervenciones, del color saturado al blanco y negro, de imágenes que cuentan realidades a otras que son producidas, y de ahí se pasa a otras en las que sólo hay colores y formas abstractas. En esta interesante muestra están presentes todas las variantes posibles de la fotografía.
La exhibición de las obras se prolongará hasta el 27 de febrero en el Centro Cultural Borges, Viamonte y San Martín. De lunes a sábado de 10 a 21 horas. Domingos y feriados, de 12 a 21.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 23 de Enero de 2012
Anuncian el descubrimiento de una copia de la Mona Lisa
Lo anunció el Museo del Prado, de Madrid. Habría sido ejecutada en la misma época que el original por un alumno del maestro.
Por Sara Barderas
(dpa) - Durante años colgó de las paredes del Museo del Prado sin que los visitantes le otorgaran gran valor, más allá de algunos curiosos que preguntaban por "la Mona Lisa" de la pinacoteca española. Ahora, ese lienzo catalogado hasta el momento en la escuela flamenca cobra gran importancia. El Prado ha descubierto que es una "Gioconda" gemela de la de Leonardo da Vinci, pintada por un discípulo en su taller florentino mientras él realizaba la suya.
"Invita a mirar con unos ojos completamente distintos la obra original", aseguró hoy delante del lienzo, en proceso de restauración, el jefe del departamento de pintura italiana del Museo del Prado, Miguel Falomir. Ahí es precisamente donde reside la gran importancia de este retrato, de unas dimensiones muy similares a la joya que exhibe el Louvre.
El autor de esta obra gemela de "La Gioconda" es, casi con toda certeza, Francesco Melzi, un artista milanés procedente de una familia noble pero pobre, que se convirtió en uno de los discípulos preferidos de Da Vinci, para el que trabajó como estrecho ayudante.
Los expertos confían en poder conocer en mayor profundidad la verdadera "Gioconda" (1503-1506) porque su réplica está en un estado de conservación mucho mejor, presenta una mayor nitidez y permite apreciar elementos, como la cenefa del escote de la modelo o los pliegues en su atuendo, que en la obra de Da Vinci apenas ya se intuyen. Una curiosidad de la tela: Melzi pintó a la dama con unas cejas que no aparecen en el retrato del maestro.
De la "Gioconda" existen muchísimas copias, pero hasta ahora nunca se ha certificado que alguna de ellas saliera del taller florentino del pintor renacentista. Y mucho menos que a lguna de ellas se pintara a la par que la "Mona Lisa" de verdad.
¿Cómo es posible que durante tantos siglos nadie se diera cuenta de que esa imagen de mujer había salido del mismo taller de Leonardo, al mismo tiempo que la que pintó el maestro?
Una de las causas es que el fondo sobre el que aparecía la modelo -la joven Lisa Gherardini, esposa de un comerciante florentino, según la tesis más extendida- era oscuro, al contrario que el de "La Gioconda", del verde de los paisajes italianos. Otra es que la madera sobre el que estaba hecho era un soporte de tabla de roble, como las que usaban los flamencos y holandeses, y no del nogal que utilizaban los artistas florentinos.
Pero un buen día, un estudio del lienzo sin autoría clara, iniciado hace dos años por el Prado de cara a la restauración de la tela para una exhibición en el Louvre, dio al traste con esos dos argumentos. Resulta que el oscurísimo fondo había sido añadido dos siglos después de la realización de la obra y debajo de él había un paisaje luminoso similar al de la "Mona Lisa" original. Y la madera no era roble, sino nogal.
"No es fácil saber por qué se cubrió el fondo de oscuro, puede tener que ver con los gustos estéticos del momento", explicó hoy Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, en uno de los sótanos de la pinacoteca.
Allí es donde el director de la institución, Miguel Zugaza, y los expertos presentaron a la prensa el hallazgo en una convocatoria urgente, después de que éste se filtrara a la publicación especializada londinense "The Art Newspaper".
El Prado, no obstante, mantiene su intención de hacer la presentación oficial, ya con el lienzo listo, el próximo 21 de febrero. Después, esta "Gioconda" gemela viajará a París para la exposición "La Santa Ana" de Leonardo, que abrirá sus puertas en el Louvre entre el 25 de marzo y el 25 de junio.
Las dos gemelas no podrán unirse, porque la "Mona Lisa" de Da Vinci no puede moverse de sala, pero la intención es reunirlas en algún momento.
Se desconoce con exactitud cuándo llegó a España la "gemela" de la obra del maestro renacentista italiano, si bien la primera vez que apareció citada en el país fue en 1666, en los inventarios de la Colección Real del Alcázar.
La revolución en torno a esta segunda "Gioconda" comenzó a conocerse en los círculos más selectos del mundo museístico hace un par de semanas, cuando Ana González Mozo, una de las especialistas del Prado, presentó una ponencia sobre el tema en un congreso en la National Gallery de Londres dedicado a Da Vinci. Ahora, el gran hallazgo del Prado ya es vox populi.
Nota publicada en dpa el 1 de Febrero de 2012
Falleció el arquitecto Jorge Glusberg, ex director del MNBA
Tenía 79 años y, en su extensa carrera, fue co-director del Departamento de Arte de la Universidad de Nueva York.
El ensayista, editor, arquitecto, promotor cultural y ex director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), Jorge Glusberg, falleció ayer (jueves 2), a los 79 años.
La noticia de su muerte fue confirmada por su familia a la agencia Télam y sus restos no serán velados.
Glusberg había nacido el 23 de septiembre de 1932.
En su extensa carrera, fue co-director del Departamento de Arte de la Universidad de Nueva York y presidió la sección argentina de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Gestor e interlocutor de artistas, intelectuales y diversos coleccionistas, también fue miembro del comité editorial de la revista D'Ars, de Italia, corresponsal de las revistas M. E., de Hungría, y Leonardo, de Estados Unidos. Tuvo una columna semanal en el periódico Ambito Financiero.
Desde allí promovió una zona importante del arte de los 90, enfrentándose a los sectores más conservadores del MNBA, representados por los Amigos del Museo.
Durante la última dictadura cívico-militar, Glusberg, desde el CAYC, intentó reconstruir el espacio que supo ocupar el Instituto Di Tella, y así, durante la oscuridad de esos años, pudieron verse algunas cosas que de otra manera hubiera sido imposible.
Publicó libros sobre arquitectura, diseño, arte moderno. Sus títulos, "Mitos y magias del fuego, el oro y el arte", "Art in Argentine", "Del pop-art a la Nueva Imagen", "Orígenes de la Modernidad", "Moderno-Postmoderno" y "Obras Maestras del Museo Nacional de Bellas Artes", entre otros.
Nota publicada el 3 de Febrero de 2012 en www.gacetamercantil.com
El ensayista, editor, arquitecto, promotor cultural y ex director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), Jorge Glusberg, falleció ayer (jueves 2), a los 79 años.
La noticia de su muerte fue confirmada por su familia a la agencia Télam y sus restos no serán velados.
Glusberg había nacido el 23 de septiembre de 1932.
En su extensa carrera, fue co-director del Departamento de Arte de la Universidad de Nueva York y presidió la sección argentina de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Gestor e interlocutor de artistas, intelectuales y diversos coleccionistas, también fue miembro del comité editorial de la revista D'Ars, de Italia, corresponsal de las revistas M. E., de Hungría, y Leonardo, de Estados Unidos. Tuvo una columna semanal en el periódico Ambito Financiero.
Desde allí promovió una zona importante del arte de los 90, enfrentándose a los sectores más conservadores del MNBA, representados por los Amigos del Museo.
Durante la última dictadura cívico-militar, Glusberg, desde el CAYC, intentó reconstruir el espacio que supo ocupar el Instituto Di Tella, y así, durante la oscuridad de esos años, pudieron verse algunas cosas que de otra manera hubiera sido imposible.
Publicó libros sobre arquitectura, diseño, arte moderno. Sus títulos, "Mitos y magias del fuego, el oro y el arte", "Art in Argentine", "Del pop-art a la Nueva Imagen", "Orígenes de la Modernidad", "Moderno-Postmoderno" y "Obras Maestras del Museo Nacional de Bellas Artes", entre otros.
Nota publicada el 3 de Febrero de 2012 en www.gacetamercantil.com
Babar va al museo
El elefante Babar es un dibujito que acaba de cumplir 80 años desde que Cecile, la esposa del artista y dibujante Jean de Brunhoff, inventaba historias para cuando sus hijos, Laurent y Mathieu, se iban a dormir. A los chicos les gustaban tanto que Brunhoff comenzó a hacer un libro con sus ilustraciones para uso familiar, sin sospechar que con el tiempo llegaría a miles de hogares. Brunhoff escribió seis historias antes de morir, en 1937, y su hijo Laurent, que también era dibujante y escritor, continuó la historia desde 1946. También fue él quien tomó la historia original y la transformó en dibujos animados para la televisión francesa en 1969.
Babar es un pequeño elefante que parte de la jungla y llega a una ciudad, en la que se viste como hombre, y al regresar es coronado rey de los elefantes.
Para celebrar el 80 aniversario del elefantito se realiza una muestra en la Galería des Arts Décoratifs, que comienza con aquellos primeros bocetos, los libros y una selección de cien dibujos originales prestados por instituciones francesas y extranjeras, entre las que se encuentran la biblioteca nacional gala, la Biblioteca Morgan y la Mary Ryan Gallery en Nueva York, y también por coleccionistas privados.
Como parte de la muestra se exhibe a Babar en los otros soportes que fue adoptando a lo largo de los años gracias a su popularidad, desde peluches, juegos de mesa, figuras, juguetes, libros didácticos y hasta películas en 3D. En Les arts Decoratifs, en París, del 8 de diciembre 2011 al 2 de septiembre de 2012.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com 23 de Enero de 2012
Arriba esas palmas, esto es un asalto
Cuando se habla de artes plásticas en los medios, fuera de los espacios de cultura, generalmente se tocan dos tópicos: el robo de una obra valiosa o el precio sideral alcanzado por un cuadro en algún remate. Lo que parece ubicarnos ante la disyuntiva sobre qué es primero, si el huevo o la gallina.
Siempre hubo robos de objetos de arte. En la antigüedad los saqueadores de tumbas y templos buscaban elementos que estuvieran realizados en oro o piedras preciosas, las formas o las temáticas no importaban sino con qué materiales se habían realizado.
El robo de obras es generalmente por motivos económicos, han sido muy pocos los casos en la historia en que los ladrones respondían ante pulsiones internas del tipo cleptómano, pero con obras de arte. O como el italiano que robó la Gioconda del Louvre para llevarla al país de origen de ambos, casi un acto patriótico si no fuera porque luego la quiso vender a la Galería degli Uffizi, en Florencia.
Existe un mercado negro de obras de arte que se supone se maneja por encargo. Una danza de millones que salen del mercado oficial para adquirir obras de arte valiosas o que, por su fama, no están a la venta y que también en este mundo oscuro tienen precio.
Galerías y museos aún de renombre tienen sistemas de seguridad poco eficientes o como ocurrió en 2010 en el Museo de Arte Moderno de París, cuando en media hora los ladrones pudieron llevarse cinco obras cuyo valor supera los 100 millones de euros. La alarma del museo no funcionaba desde hacía dos meses.
Es fácil acceder a los datos de las obras valiosas. Muchos museos y galerías tienen visitas virtuales en la web, que los delincuentes usan para moverse con familiaridad dentro de estos edificios.
El FBI y la Interpol tienen listas en sus sites donde exhiben fotos de las obras robadas que aún no se han podido localizar. Como ejercicio, quienes quieran saber cuáles son las obras de arte más buscadas, pueden entrar en http://www.fbi.gov/about-us/investigate/vc_majorthefts/arttheft o en http://www.interpol.int/Crime-areas/Works-of-art/Works-of-art
Nota publicada el 2 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com
ARTE Y CIENCIA. Proyecto Beyond Text Veo, luego percibo
Un científico argentino convocó a un artista y compatriota a trabajar en un experimento en la universidad de Leicester para tratar de explicar como opera la percepción.
¿Qué ves cuando se ve? Parafraseando a la canción de "Divididos", éste es un interrogante que se viene haciendo el Hombre desde el principio de los tiempos y son los artistas visuales los que muchas veces lo responden desde sus obras, ya sea estudiando los principios de la física o desde un conocimiento intuitivo.
El hombre conoce el mundo y toma conciencia de sí mismo a través de sus sentidos, y es como respuesta a los estímulos que se presentan como los organiza en su cerebro, proceso que estudia la neurociencia. Otras teorías basan la percepción en estímulos que responden a procesos psicológicos (como la Gestalt), otros prefieren pensar que la percepción tiene un origen innato, rozando lo esotérico.
Sobre cómo se construye la realidad con lo que nos llega a través de los sentidos es uno de los misterios que los científicos intentan reveIar.
En Londres, el profesor Rodrigo Quian Quiroga, un neurocientista argentino que trabaja en la Universidad de Leiscester, invitó al artista visual Mariano Molina a formar parte de un equipo para trabajar combinando los conocimientos de ambos acerca de la percepción visual. Como parte del proyecto, en diez telas se plasmaron los principios de la percepción, acompañados de textos explicativos sobre esos principios.
Según Quian Quiroga los artistas utilizan muchos de los principios de la percepción. Es por eso que pensó en un artista visual para resolver la representación de sus teorías.
No es la primera vez que se cruzan ciencia y arte. Hace tiempo, Jorge Luis Borges le alcanzó a Quian Quiroga, con su personaje "Funes, el memorioso", una respuesta a la teoría del olvido y llegó a la conclusión de que ciertas células del cerebro se limpian de información superflua –es decir, olvidan- para que podamos focalizarnos.
Al neurocientista le gusta crear puentes entre dos disciplinas totalmente distintas: la ciencia y el arte. "Lo que hacemos con Mariano Molina es que él crea obras de arte nuevas usando principios de la neurociencia", explica el científico.
Por ejemplo, sobre la oclusión apunta que "si algo cubre una cosa, sabemos que la primera está más cerca que la segunda. Y si empezás a usar esto en las pinturas podés crear una sensación de profundidad".
Otro principio, que es un poco más complejo, se llama rivalidad binocular: "Este principio dice que la información que recibimos de los dos lados converge en el cerebro y de esto obtenemos imágenes en 3D, podemos ver en profundidad". Ahora, si de repente se muestran dos fotos diferentes a cada uno de los ojos el cerebro se confunde. "Y lo que pasa es que el cerebro va a cambiar de una imagen a otra. Esto crea confusión en el cerebro, que sólo puede procesar las imágenes de a una y las va alternando".
Otro efecto de profundidad se puede crear fácilmente usando los antejos para ver películas en 3D y si se pinta una tela con los colores exactos de los anteojos, "se verá que las imágenes se alternan de manera azarosa", agrega Quian.
Quian y Molina acordaron cómo aplicarían los principios en imágenes. El artista en su computadora creó una imagen y en el medio de esa imagen hay círculos con muchos puntos en el medio, los que producen el efecto de hacer vibrar al resto de la obra.
"La idea con la obras es realizar una muestra en 'Embrace Arts', en Leicester, Inglaterra, y que con ellas se muestre y se expliquen los principios de la percepción", apuntó Quian Quiroga.
Para el público, se trata de alcanzar un conocimiento en otro formato ya que no está leyendo un libro sobre neurociencia, sino experimentando de manera directa una obra de arte que utiliza esos principios.
La foto de la difusión del proyecto presenta a Molina y a Quian Quiroga y es una especie de resumen de la interacción, ambos de pie con un fondo blanco y como si entre ellos y el espectador hubiera un vidrio sobre el que dibujan: el neurocientista, una red neuronal, y el artista, adapta unos dibujos de Santiago Ramón y Cajal, considerado el padre de la neurociencia, y de quién se conservan las obras de sus estudios sobre la comunicación entre neuronas, que Quian Quiroga ve similares a las obras de Jackson Pollock. Es por esto que a Pollock se lo muestra como protagonista en otra de las obras.
El objetivo final es que la gente se interese, y hacer que la muestra sea itinerante. "Este intercambio entre ciencia y arte provocó algo que de otra manera hubiera sido imposible, ya que no había muchas posibilidades para empezar estas colaboraciones". En el arte hay mucha ciencia para ver, no solo está en los libros.
Nota publicada el 20 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com
¿Qué ves cuando se ve? Parafraseando a la canción de "Divididos", éste es un interrogante que se viene haciendo el Hombre desde el principio de los tiempos y son los artistas visuales los que muchas veces lo responden desde sus obras, ya sea estudiando los principios de la física o desde un conocimiento intuitivo.
El hombre conoce el mundo y toma conciencia de sí mismo a través de sus sentidos, y es como respuesta a los estímulos que se presentan como los organiza en su cerebro, proceso que estudia la neurociencia. Otras teorías basan la percepción en estímulos que responden a procesos psicológicos (como la Gestalt), otros prefieren pensar que la percepción tiene un origen innato, rozando lo esotérico.
Sobre cómo se construye la realidad con lo que nos llega a través de los sentidos es uno de los misterios que los científicos intentan reveIar.
En Londres, el profesor Rodrigo Quian Quiroga, un neurocientista argentino que trabaja en la Universidad de Leiscester, invitó al artista visual Mariano Molina a formar parte de un equipo para trabajar combinando los conocimientos de ambos acerca de la percepción visual. Como parte del proyecto, en diez telas se plasmaron los principios de la percepción, acompañados de textos explicativos sobre esos principios.
Según Quian Quiroga los artistas utilizan muchos de los principios de la percepción. Es por eso que pensó en un artista visual para resolver la representación de sus teorías.
No es la primera vez que se cruzan ciencia y arte. Hace tiempo, Jorge Luis Borges le alcanzó a Quian Quiroga, con su personaje "Funes, el memorioso", una respuesta a la teoría del olvido y llegó a la conclusión de que ciertas células del cerebro se limpian de información superflua –es decir, olvidan- para que podamos focalizarnos.
Al neurocientista le gusta crear puentes entre dos disciplinas totalmente distintas: la ciencia y el arte. "Lo que hacemos con Mariano Molina es que él crea obras de arte nuevas usando principios de la neurociencia", explica el científico.
Por ejemplo, sobre la oclusión apunta que "si algo cubre una cosa, sabemos que la primera está más cerca que la segunda. Y si empezás a usar esto en las pinturas podés crear una sensación de profundidad".
Otro principio, que es un poco más complejo, se llama rivalidad binocular: "Este principio dice que la información que recibimos de los dos lados converge en el cerebro y de esto obtenemos imágenes en 3D, podemos ver en profundidad". Ahora, si de repente se muestran dos fotos diferentes a cada uno de los ojos el cerebro se confunde. "Y lo que pasa es que el cerebro va a cambiar de una imagen a otra. Esto crea confusión en el cerebro, que sólo puede procesar las imágenes de a una y las va alternando".
Otro efecto de profundidad se puede crear fácilmente usando los antejos para ver películas en 3D y si se pinta una tela con los colores exactos de los anteojos, "se verá que las imágenes se alternan de manera azarosa", agrega Quian.
Quian y Molina acordaron cómo aplicarían los principios en imágenes. El artista en su computadora creó una imagen y en el medio de esa imagen hay círculos con muchos puntos en el medio, los que producen el efecto de hacer vibrar al resto de la obra.
"La idea con la obras es realizar una muestra en 'Embrace Arts', en Leicester, Inglaterra, y que con ellas se muestre y se expliquen los principios de la percepción", apuntó Quian Quiroga.
Para el público, se trata de alcanzar un conocimiento en otro formato ya que no está leyendo un libro sobre neurociencia, sino experimentando de manera directa una obra de arte que utiliza esos principios.
La foto de la difusión del proyecto presenta a Molina y a Quian Quiroga y es una especie de resumen de la interacción, ambos de pie con un fondo blanco y como si entre ellos y el espectador hubiera un vidrio sobre el que dibujan: el neurocientista, una red neuronal, y el artista, adapta unos dibujos de Santiago Ramón y Cajal, considerado el padre de la neurociencia, y de quién se conservan las obras de sus estudios sobre la comunicación entre neuronas, que Quian Quiroga ve similares a las obras de Jackson Pollock. Es por esto que a Pollock se lo muestra como protagonista en otra de las obras.
El objetivo final es que la gente se interese, y hacer que la muestra sea itinerante. "Este intercambio entre ciencia y arte provocó algo que de otra manera hubiera sido imposible, ya que no había muchas posibilidades para empezar estas colaboraciones". En el arte hay mucha ciencia para ver, no solo está en los libros.
Nota publicada el 20 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com
Mariano Molina presenta su muestra sobre percepción visual
Desde hace muchos años Mariano Molina presenta obras en las que fuerza la mirada del espectador. Este artista visual juega con la perspectiva y le agrega efectos ópticos a sus obras. Por ejemplo, ha utilizado la técnica de anamorfosis, que sirve para crear ilusiones ópticas (Sobre el césped de la canchas esta técnica se utiliza para poner publicidad con apariencia de volumen).
En su última muestra, las multitudes borrosas recuerdan los movidos días de la crisis económica del 2001 en Argentina. Las imágenes entronizan una especie de protagonismo colectivo, pero donde fondo y figura no son tan claros. Tampoco era claro el lugar que teníamos la mayor parte de los argentinos por aquellos días.
En las primeras multitudes creadas por Molina las personas eran casi de tamaño natural, sino algo más grandes. Luego vinieron las vistas de esas multitudes como congeladas por una cámara con "zoom", en las que sólo unos pocos estaban en foco y se podían individualizar. En esta muestra recurre a su serie "Textuales", en donde las multitudes se minimizan y son imágenes en pequeños papeles, que entran dentro de su puño, y éste cobra una dimensión colosal, en telas de 2 x 1,50 metros. La palma de la mano es la protagonista de esta muestra entre la quiromancia, las líneas como destino o como autopistas para los autos que las transitan. Su mano como un lugar en donde converge el universo, como el mítico punto en "El Aleph" borgeano.
En otras obras las masas son perforadas visualmente por puntos blancos, como una ráfaga de disparos sobre ellas. Las obras donde utiliza el rojo y el azul ya estaban antes de su partida a la residencia que lo llevó a Londres, en 2009, pero ahora se ven enriquecidas por los conocimientos de neurociencia adquiridos (ver nota principal). De manera simultánea a la muestra en Londres, se puede visitar la montada en Buenos Aires en Hotel A, art Gallery, en Azcuénaga 1268.
Nota publicada el 20 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com
En su última muestra, las multitudes borrosas recuerdan los movidos días de la crisis económica del 2001 en Argentina. Las imágenes entronizan una especie de protagonismo colectivo, pero donde fondo y figura no son tan claros. Tampoco era claro el lugar que teníamos la mayor parte de los argentinos por aquellos días.
En las primeras multitudes creadas por Molina las personas eran casi de tamaño natural, sino algo más grandes. Luego vinieron las vistas de esas multitudes como congeladas por una cámara con "zoom", en las que sólo unos pocos estaban en foco y se podían individualizar. En esta muestra recurre a su serie "Textuales", en donde las multitudes se minimizan y son imágenes en pequeños papeles, que entran dentro de su puño, y éste cobra una dimensión colosal, en telas de 2 x 1,50 metros. La palma de la mano es la protagonista de esta muestra entre la quiromancia, las líneas como destino o como autopistas para los autos que las transitan. Su mano como un lugar en donde converge el universo, como el mítico punto en "El Aleph" borgeano.
En otras obras las masas son perforadas visualmente por puntos blancos, como una ráfaga de disparos sobre ellas. Las obras donde utiliza el rojo y el azul ya estaban antes de su partida a la residencia que lo llevó a Londres, en 2009, pero ahora se ven enriquecidas por los conocimientos de neurociencia adquiridos (ver nota principal). De manera simultánea a la muestra en Londres, se puede visitar la montada en Buenos Aires en Hotel A, art Gallery, en Azcuénaga 1268.
Nota publicada el 20 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com
Eduardo Faradje presenta "Las otras historias"
La muestra de este artista original justifica una mirada atenta. No todo es como es ni dice lo que parece. Desde la pintura, Faradje aporta otra visión de los acontecimientos nacionales.
Eduardo Faradje presentó su muestra de pinturas "Historia y otras historias", con obras de gran formato realizadas en bastidores con collages a las que les adosa elementos y en las que aplica una antigua técnica como la encáustica, que utiliza la cera como adhesivo de los pigmentos haciendo una mezcla densa y cremosa, aunque también permite el uso de materiales más modernos como la resina poliéster y los esmaltes sintéticos.
Este artista toma momentos de la historia argentina, muchos de los cuales son parte de nuestro imaginario. Faradje recrea en sus obras algunas imágenes icónicas como el abrazo entre Eva y Juan Domingo Perón el día del renunciamiento de la postulación a la vicepresidencia; o a San Martín en el cruce a de los Andes en dos luchas: una vinculada con la actividad artística; y en la otra, el ejército realista es personificado por la silueta del monumento al soldado desconocido de Washington, como si la lucha para San Martín no terminara nunca y se prolongara en el tiempo y siempre hubiera enemigos contra quienes pelear. Para acentuar la atemporalidad, sobre los Andes no hay un cóndor sino un avión cayendo en picada.
Sensible ante la pérdida de vidas en diferentes momentos históricos, Faradje la evidencia al hablar de dos hechos lejanos entre sí en el tiempo: el hundimiento del crucero General Belgrano o la matanza de los inocentes ordenada por Herodes. Dos hechos de los tantos, absurdos, que se han cobrado vidas inocentes en la Historia de la Humanidad.
El artista elige expresarse con una paleta de colores restringida, la materialidad (telas, objetos y maderas) y expresivos trazos, especialmente los cargados de brea. Con estos elementos consigue trasmitir a su obra un enorme dramatismo.
Cuando en el 2001 la crisis empuja a muchos argentinos a buscar entre la basura elementos para subsistir, actividad se bautiza como "cartoneo", es imposible no asociar ese material con la pobreza. En las obras donde el edificio del Congreso se hace con cartón corrugado, se crea un parentesco visual con los precarios conventillos del barrio de la Boca, de chapa y cartón. Pero quizás el aire de pobreza no sea sólo edilicio sino también en el terreno de las ideas y de las discusiones políticas que se confrontan dentro del recinto.
En una obra se intuye un palco de políticos desdibujados que le hablan a una muchedumbre que marcha con pancartas, y en otra, tan desdibujada como ellos, solo una bandera de Montoneros se hace visible y recuerda sin duda otro desencuentro de ideas: cuando fueron echados por Perón de la Plaza de Mayo y pasaron de "juventud maravillosa" a "estúpida e imberbe".
La carga de materia y los colores oscuros cambian de cuajo la idea que nos puebla el inconsciente desde la infancia, cuando los manuales y las revistas para niños nos entregaban otra imagen de la Patria y, con ella, una construcción colectiva, edulcorada y estoica, que afortunadamente en las obras de Faradje gana fuerza gracias a lo expresivo y temperamental de sus trazos.
Cristóbal Colón viene llegando a América en una carabela repleta de malos augurios, quizás el comienzo de muchas de las desgracias que cayeron sobre los pueblos de la región, que pagó un precio alto para ser parte del mundo conocido.
¿Cómo hubiera sido nuestra historia si no hubiéramos sido colonia de nadie? Seríamos parte del Imperio Inca? Y de haber sido colonizados por otros de los que también llegaron a América, portugueses, ingleses, franceses y holandeses, ¿hablaríamos otro idioma, tendríamos otras religiones? Sin duda seríamos otros, ni mejores, ni peores, simplemente otros.
Las otras historias, como las llama Faradje desde el título de la muestra, son contadas desde un original estilo pictórico, donde no todo está tan visible y hay que mirar con atención, porque hay detalles que podrían derrumbar las primeras ideas que se nos vienen a la mente con el primer golpe de vista. Cierre: domingo 26 de febrero. Sala C, Centro Cultural Recoleta. Junín 1930.
Nota publicada el 13 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com
Eduardo Faradje presentó su muestra de pinturas "Historia y otras historias", con obras de gran formato realizadas en bastidores con collages a las que les adosa elementos y en las que aplica una antigua técnica como la encáustica, que utiliza la cera como adhesivo de los pigmentos haciendo una mezcla densa y cremosa, aunque también permite el uso de materiales más modernos como la resina poliéster y los esmaltes sintéticos.
Este artista toma momentos de la historia argentina, muchos de los cuales son parte de nuestro imaginario. Faradje recrea en sus obras algunas imágenes icónicas como el abrazo entre Eva y Juan Domingo Perón el día del renunciamiento de la postulación a la vicepresidencia; o a San Martín en el cruce a de los Andes en dos luchas: una vinculada con la actividad artística; y en la otra, el ejército realista es personificado por la silueta del monumento al soldado desconocido de Washington, como si la lucha para San Martín no terminara nunca y se prolongara en el tiempo y siempre hubiera enemigos contra quienes pelear. Para acentuar la atemporalidad, sobre los Andes no hay un cóndor sino un avión cayendo en picada.
Sensible ante la pérdida de vidas en diferentes momentos históricos, Faradje la evidencia al hablar de dos hechos lejanos entre sí en el tiempo: el hundimiento del crucero General Belgrano o la matanza de los inocentes ordenada por Herodes. Dos hechos de los tantos, absurdos, que se han cobrado vidas inocentes en la Historia de la Humanidad.
El artista elige expresarse con una paleta de colores restringida, la materialidad (telas, objetos y maderas) y expresivos trazos, especialmente los cargados de brea. Con estos elementos consigue trasmitir a su obra un enorme dramatismo.
Cuando en el 2001 la crisis empuja a muchos argentinos a buscar entre la basura elementos para subsistir, actividad se bautiza como "cartoneo", es imposible no asociar ese material con la pobreza. En las obras donde el edificio del Congreso se hace con cartón corrugado, se crea un parentesco visual con los precarios conventillos del barrio de la Boca, de chapa y cartón. Pero quizás el aire de pobreza no sea sólo edilicio sino también en el terreno de las ideas y de las discusiones políticas que se confrontan dentro del recinto.
En una obra se intuye un palco de políticos desdibujados que le hablan a una muchedumbre que marcha con pancartas, y en otra, tan desdibujada como ellos, solo una bandera de Montoneros se hace visible y recuerda sin duda otro desencuentro de ideas: cuando fueron echados por Perón de la Plaza de Mayo y pasaron de "juventud maravillosa" a "estúpida e imberbe".
La carga de materia y los colores oscuros cambian de cuajo la idea que nos puebla el inconsciente desde la infancia, cuando los manuales y las revistas para niños nos entregaban otra imagen de la Patria y, con ella, una construcción colectiva, edulcorada y estoica, que afortunadamente en las obras de Faradje gana fuerza gracias a lo expresivo y temperamental de sus trazos.
Cristóbal Colón viene llegando a América en una carabela repleta de malos augurios, quizás el comienzo de muchas de las desgracias que cayeron sobre los pueblos de la región, que pagó un precio alto para ser parte del mundo conocido.
¿Cómo hubiera sido nuestra historia si no hubiéramos sido colonia de nadie? Seríamos parte del Imperio Inca? Y de haber sido colonizados por otros de los que también llegaron a América, portugueses, ingleses, franceses y holandeses, ¿hablaríamos otro idioma, tendríamos otras religiones? Sin duda seríamos otros, ni mejores, ni peores, simplemente otros.
Las otras historias, como las llama Faradje desde el título de la muestra, son contadas desde un original estilo pictórico, donde no todo está tan visible y hay que mirar con atención, porque hay detalles que podrían derrumbar las primeras ideas que se nos vienen a la mente con el primer golpe de vista. Cierre: domingo 26 de febrero. Sala C, Centro Cultural Recoleta. Junín 1930.
Nota publicada el 13 de Enero de 2012 en www.gacetamercantil.com
Roban de un museo de Grecia un valioso cuadro de Pablo Picasso
Se trata de "Cabeza de Mujer", un oleo de la etapa cubista del autor español fechado en 1939. También hurtaron uno de Mondrian.
Las obras de arte robadas anoche de la Galería Nacional de Atenas incluyen una "Cabeza de Mujer" de Picasso y un cuadro de Mondrian, anunció el lunes 9 de enero la policía griega.
Este óleo de Pablo Picasso data de 1939 y mide 56 centímetros por 40.
El cuadro de Piet Mondrian se llama "Molino" y data de 1905. También desapareció un dibujo del artista Guglielmo Caccia, del siglo XVII, representando el éxtasis de un santo.
La pinacoteca exponía hasta el domingo una exposición de "tesoros ocultos", antes del cierre temporario para ampliación de las salas.
El fondo artístico de ese museo está consagrado esencialmente al arte griego desde la época de Bizancio, con una pequeña colección de obras del Renacimiento y de El Greco.
La policía había anunciado previamente, también este lunes, que dos obras de arte habían sido robadas durante la noche de la Galería Nacional de Atenas, sin precisar de qué obras se trataba.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 9 de Enero de 2012
Las obras de arte robadas anoche de la Galería Nacional de Atenas incluyen una "Cabeza de Mujer" de Picasso y un cuadro de Mondrian, anunció el lunes 9 de enero la policía griega.
Este óleo de Pablo Picasso data de 1939 y mide 56 centímetros por 40.
El cuadro de Piet Mondrian se llama "Molino" y data de 1905. También desapareció un dibujo del artista Guglielmo Caccia, del siglo XVII, representando el éxtasis de un santo.
La pinacoteca exponía hasta el domingo una exposición de "tesoros ocultos", antes del cierre temporario para ampliación de las salas.
El fondo artístico de ese museo está consagrado esencialmente al arte griego desde la época de Bizancio, con una pequeña colección de obras del Renacimiento y de El Greco.
La policía había anunciado previamente, también este lunes, que dos obras de arte habían sido robadas durante la noche de la Galería Nacional de Atenas, sin precisar de qué obras se trataba.
Nota publicada en www.gacetamercantil.com el 9 de Enero de 2012
Edvard Munch. Retrato de una vida atormentada
El autor de "El grito", una obra fundamental del arte occidental, fue catalogado de "degenerado" por el nazismo. Vivió atravesado por la angustia. Las peripecias de su obra.
Para los nazis Edvard Munch era un artista degenerado. Habían divido al arte en dos grandes segmentos: los degenerados y los heroicos. El primer grupo fue prohibido por considerarlo "no alemán", con influencias comunistas y judías. Sobre quienes recaía esta etiqueta se les impedía dar clases, exhibir y vender sus obras.
En 1937 el Estado alemán organizó una muestra itinerante de arte "degenerado" que pasó por muchas ciudades de Alemania y Suiza con el fin de provocar un sentimiento hostil en el público. La muestra fue montada con obras de arte moderno colgadas de manera desprolija, con textos que ridiculizaban el contenido y la temática y sin olvidar colocar los precios elevadísimos que habían alcanzado y cómo el Estado anterior a 1933 había comprado y gastado una fortuna en ellas, mientras el pueblo pasaba hambre. En contrapartida a esta manera de representación, el arte heroico reunía pinturas y esculturas basadas en la belleza clásica y que exaltaban los valores de la pureza racial.
Para Munch, pintor y grabador nacido en Noruega en 1863, considerado como el artista que más influyó en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX, Alemania no era un buen lugar para desarrollar una carrera artística. Los temas más frecuentes en su vasta obra están relacionados con los sentimientos y, al igual que Paul Gauguin, él prefería realizar obras evocativas, pintar sobre lo que vivió y no copiar la naturaleza.
A Munch le atraía la idea de analizar el alma humana, así como Leonardo da Vinci lo había hecho con los cuerpos. Su obra "El grito" habla de un estado de angustia, en el que Munch vivía de manera permanente.
Para este artista la vida no fue muy fácil. Su madre murió de tuberculosis cuando tenía 5 años y a los 9 muere su hermana por la misma enfermedad. Fue criado por su padre, un médico que con su fanatismo religioso y su severidad hizo del hogar un lugar opresivo y triste. Y los temores sobre el fin del mundo marcaron al artista en su vida solitaria.
Siendo muy joven decidió abandonar la carrera de Ingeniería para dedicarse al arte, estudió en Oslo y allí recibió una beca para perfeccionarse en Alemania, donde todavía el estilo impresionista, tan desarrollado en Francia, no había sido aceptado, mucho menos lo que proponía Munch. Tanto molestó su obra que su primer muestra en 1892, en Berlín, fue clausurada a los pocos días de su inauguración.
De todos modos vivió muchos años en Alemania realizando exhibiciones en diferentes ciudades, las que intercalaba con cortas estancias en París. Gracias a una vida ascética podía subsistir con poco dinero.
De su obra "el Grito" existen cuatro versiones realizadas por mismo el artista, tres pinturas y una serigrafía. La versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Oslo y fue concluida en 1893. Todas tienen en el primer plano una figura humana -que no se distingue si es hombre o mujer- tomándose el rostro con las dos manos y parada sobre un puente. De fondo, se ve un cielo rojo y naranja que tiñe el agua y la colina de Ekeberg, en Oslo. Para algunos estudiosos ese cielo es una de las consecuencias de la explosión del volcán Krakatoa, que erupcionó en 1883 y sus cenizas cubrieron el cielo de todo el mundo pero en Noruega produjo una especie de aurora boreal roja y naranja. Y la preocupación del personaje principal podría ser la llegada del fin del mundo, idea con la que creció Munch y que era un tema recurrente de su padre.
Así describió el artista la experiencia que lo llevó a pintar esta obra: "Caminaba yo con dos amigos por la carretera. Entonces se puso el sol, de repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, indeciblemente cansado. Lenguas de fuego y sangre se extendían sobre el fiordo negro azulado. Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás temblando de miedo, y sentí el grito enorme, infinito, de la naturaleza".
"El grito" fue robado en 1994 de la Galería Nacional de Oslo. Los ladrones, en el lugar de la obra dejaron un mensaje: "Gracias por la falta de seguridad", y pidieron un millón de dólares de rescate, pero el cuadro fue localizado por Scotland Yard y devuelto al Estado noruego.
Este cuadro es una obra icónica de la cultura occidental. En agosto de 2004, otra versión fue robada por tres hombres encapuchados y armados que entraron al museo Munch de la capital noruega, y se lo llevaron junto con "La Madonna". Durante dos años estas obras estuvieron desaparecidas, y cuando las encontraron se hallaban muy dañadas.
Otra versión se encuentra en el mismo museo, mientras que la cuarta versión, la serigrafía, pertenece a una colección particular. En 1895, además, Munch realizó también una litografía con el mismo título.
Publicada en www.gacetamercantil.com el 2 de Enero de 2012
Para los nazis Edvard Munch era un artista degenerado. Habían divido al arte en dos grandes segmentos: los degenerados y los heroicos. El primer grupo fue prohibido por considerarlo "no alemán", con influencias comunistas y judías. Sobre quienes recaía esta etiqueta se les impedía dar clases, exhibir y vender sus obras.
En 1937 el Estado alemán organizó una muestra itinerante de arte "degenerado" que pasó por muchas ciudades de Alemania y Suiza con el fin de provocar un sentimiento hostil en el público. La muestra fue montada con obras de arte moderno colgadas de manera desprolija, con textos que ridiculizaban el contenido y la temática y sin olvidar colocar los precios elevadísimos que habían alcanzado y cómo el Estado anterior a 1933 había comprado y gastado una fortuna en ellas, mientras el pueblo pasaba hambre. En contrapartida a esta manera de representación, el arte heroico reunía pinturas y esculturas basadas en la belleza clásica y que exaltaban los valores de la pureza racial.
Para Munch, pintor y grabador nacido en Noruega en 1863, considerado como el artista que más influyó en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX, Alemania no era un buen lugar para desarrollar una carrera artística. Los temas más frecuentes en su vasta obra están relacionados con los sentimientos y, al igual que Paul Gauguin, él prefería realizar obras evocativas, pintar sobre lo que vivió y no copiar la naturaleza.
A Munch le atraía la idea de analizar el alma humana, así como Leonardo da Vinci lo había hecho con los cuerpos. Su obra "El grito" habla de un estado de angustia, en el que Munch vivía de manera permanente.
Para este artista la vida no fue muy fácil. Su madre murió de tuberculosis cuando tenía 5 años y a los 9 muere su hermana por la misma enfermedad. Fue criado por su padre, un médico que con su fanatismo religioso y su severidad hizo del hogar un lugar opresivo y triste. Y los temores sobre el fin del mundo marcaron al artista en su vida solitaria.
Siendo muy joven decidió abandonar la carrera de Ingeniería para dedicarse al arte, estudió en Oslo y allí recibió una beca para perfeccionarse en Alemania, donde todavía el estilo impresionista, tan desarrollado en Francia, no había sido aceptado, mucho menos lo que proponía Munch. Tanto molestó su obra que su primer muestra en 1892, en Berlín, fue clausurada a los pocos días de su inauguración.
De todos modos vivió muchos años en Alemania realizando exhibiciones en diferentes ciudades, las que intercalaba con cortas estancias en París. Gracias a una vida ascética podía subsistir con poco dinero.
De su obra "el Grito" existen cuatro versiones realizadas por mismo el artista, tres pinturas y una serigrafía. La versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Oslo y fue concluida en 1893. Todas tienen en el primer plano una figura humana -que no se distingue si es hombre o mujer- tomándose el rostro con las dos manos y parada sobre un puente. De fondo, se ve un cielo rojo y naranja que tiñe el agua y la colina de Ekeberg, en Oslo. Para algunos estudiosos ese cielo es una de las consecuencias de la explosión del volcán Krakatoa, que erupcionó en 1883 y sus cenizas cubrieron el cielo de todo el mundo pero en Noruega produjo una especie de aurora boreal roja y naranja. Y la preocupación del personaje principal podría ser la llegada del fin del mundo, idea con la que creció Munch y que era un tema recurrente de su padre.
Así describió el artista la experiencia que lo llevó a pintar esta obra: "Caminaba yo con dos amigos por la carretera. Entonces se puso el sol, de repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, indeciblemente cansado. Lenguas de fuego y sangre se extendían sobre el fiordo negro azulado. Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás temblando de miedo, y sentí el grito enorme, infinito, de la naturaleza".
"El grito" fue robado en 1994 de la Galería Nacional de Oslo. Los ladrones, en el lugar de la obra dejaron un mensaje: "Gracias por la falta de seguridad", y pidieron un millón de dólares de rescate, pero el cuadro fue localizado por Scotland Yard y devuelto al Estado noruego.
Este cuadro es una obra icónica de la cultura occidental. En agosto de 2004, otra versión fue robada por tres hombres encapuchados y armados que entraron al museo Munch de la capital noruega, y se lo llevaron junto con "La Madonna". Durante dos años estas obras estuvieron desaparecidas, y cuando las encontraron se hallaban muy dañadas.
Otra versión se encuentra en el mismo museo, mientras que la cuarta versión, la serigrafía, pertenece a una colección particular. En 1895, además, Munch realizó también una litografía con el mismo título.
Publicada en www.gacetamercantil.com el 2 de Enero de 2012
Ladrones no logran vender cuadro de Magritte y lo devuelven
Había sido robada en 2009 por dos hombres que ingresaron armados a la casa donde residía el artista en la ciudad belga de Jette, que fue transformada en museo.
Una obra del artista surrealista belga René Magritte, robada dos años atrás, fue devuelta luego de que los ladrones fracasaran en su intento de encontrar un comprador en el mercado negro, informó hoy (viernes 6) el museo René Magritte de Bruselas.
La obra, titulada "Olympia", un desnudo de su mujer Georgette sobre un fondo de un paisaje costero, valorada entre tres y cuatro millones de euros, fue robada en 2009 por dos hombres que ingresaron armados con una pistola a la casa donde residía el artista en Jette, que fue transformada en museo.
Poco más de dos años después, un hombre llamó a un experto en arte y ofreció devolverla, indicó el restaurador del museo, André Garitte. "Finalmente se dieron cuenta que no podían vender la obra ya que era demasiado conocida" explicó.
"La pintura se había convertido en un problema para ellos y prefirieron desembarazarse de ella. Al menos, felizmente, no la destruyeron".
El museo, que recuperó la obra, no decidió qué hará con ella y la investigación sobre el robo continúa, precisó Garitte.
"Olympia", un cuadro de 60 por 80 centímetros, fue pintado por Magritte en 1948. El toque surrealista del cuadro, a su vez de corte clásico, está dado por la presencia de una concha -que tal vez simboliza el mundo subterráneo o el inconsciente- sobre el vientre de la mujer.
Nacido en Hainaut, al oeste de Bélgica, en 1898 y muerto en Bruselas en 1967, Magritte es uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
Su "Esto no es una pipa", con el dibujo de una... pipa, o sus hombres en traje con sombrero flotando se han convertido en íconos en el mundo entero.
El artista prefería no obstante la vida simple de la ciudad belga de Jette, al lado de Georgette y de su perro, a la más rimbombante de París.
Eso, además de sus constantes enfrentamientos con el considerado padre del surrealismo André Breton, explica que regresara a su casa de la calle Esseghem, de donde fue robado el cuadro. Es en ese sitio donde Magritte pintó casi la mitad de su obra.
Aunque cada vez más difíciles de vender, los ladrones de arte intentan revender los cuadros en el mercado negro o pedir dinero por ellos a las compañías de seguros o al Estado.
Uno de los robos más sonados fue el protagonizado el 22 de agosto de 2004 por dos hombres armados y encapuchados que irrumpieron a la luz del día en el museo Munch de Oslo y se llevaron el "Grito" y "La Madonna", del pintor noruego Edvard Munch.
Las dos obras fueron halladas el 31 de octubre de 2006 en circunstancias que siguen siendo misteriosas y sus autores fueron condenados.
Publicado en www.gacetamercantil.com el 6 de Enero de 2012
Una obra del artista surrealista belga René Magritte, robada dos años atrás, fue devuelta luego de que los ladrones fracasaran en su intento de encontrar un comprador en el mercado negro, informó hoy (viernes 6) el museo René Magritte de Bruselas.
La obra, titulada "Olympia", un desnudo de su mujer Georgette sobre un fondo de un paisaje costero, valorada entre tres y cuatro millones de euros, fue robada en 2009 por dos hombres que ingresaron armados con una pistola a la casa donde residía el artista en Jette, que fue transformada en museo.
Poco más de dos años después, un hombre llamó a un experto en arte y ofreció devolverla, indicó el restaurador del museo, André Garitte. "Finalmente se dieron cuenta que no podían vender la obra ya que era demasiado conocida" explicó.
"La pintura se había convertido en un problema para ellos y prefirieron desembarazarse de ella. Al menos, felizmente, no la destruyeron".
El museo, que recuperó la obra, no decidió qué hará con ella y la investigación sobre el robo continúa, precisó Garitte.
"Olympia", un cuadro de 60 por 80 centímetros, fue pintado por Magritte en 1948. El toque surrealista del cuadro, a su vez de corte clásico, está dado por la presencia de una concha -que tal vez simboliza el mundo subterráneo o el inconsciente- sobre el vientre de la mujer.
Nacido en Hainaut, al oeste de Bélgica, en 1898 y muerto en Bruselas en 1967, Magritte es uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
Su "Esto no es una pipa", con el dibujo de una... pipa, o sus hombres en traje con sombrero flotando se han convertido en íconos en el mundo entero.
El artista prefería no obstante la vida simple de la ciudad belga de Jette, al lado de Georgette y de su perro, a la más rimbombante de París.
Eso, además de sus constantes enfrentamientos con el considerado padre del surrealismo André Breton, explica que regresara a su casa de la calle Esseghem, de donde fue robado el cuadro. Es en ese sitio donde Magritte pintó casi la mitad de su obra.
Aunque cada vez más difíciles de vender, los ladrones de arte intentan revender los cuadros en el mercado negro o pedir dinero por ellos a las compañías de seguros o al Estado.
Uno de los robos más sonados fue el protagonizado el 22 de agosto de 2004 por dos hombres armados y encapuchados que irrumpieron a la luz del día en el museo Munch de Oslo y se llevaron el "Grito" y "La Madonna", del pintor noruego Edvard Munch.
Las dos obras fueron halladas el 31 de octubre de 2006 en circunstancias que siguen siendo misteriosas y sus autores fueron condenados.
Publicado en www.gacetamercantil.com el 6 de Enero de 2012
Paul Gaugin, el hombre que pintó el paraíso
Marino y agente de bolsa exitoso, un día conoció a unos pintores impresionistas y su vida cambió para siempre. Su búsqueda interna lo llevó a extender los límites del color y de la imaginación.
La vida de Paul Gauguin estuvo signada por la búsqueda, respondiendo a sus inquietudes internas: primero quiso conocer el mundo, y siendo casi un adolescente se embarcó y recorrió los mares en la marina mercante. Luego, se alistó en la Armada francesa, con lo cual siguió su vida de recorrida por los puertos de varios continentes. Sintió la necesidad de establecerse y regresó a París, en 1870, donde trabajo con éxito como agente de bolsa, conoció a una joven danesa, Mette Gad, a la que apodó "la Vikinga" y con quien tuvo cinco hijos. Llevaba una vida burguesa, de confort y comodidad. Su amigo Gustave Arosa, hombre de negocios como él y amante del arte, es quien le presenta a varios pintores impresionistas y comienza una etapa como coleccionista. La visita a los talleres y las largas charlas sobre arte despiertan una vocación en este joven empresario, que toma sus primeras clases de dibujo y pintura.
Cuando la bolsas se desploman en 1882 y se queda sin trabajo, decide dar uno de los tantos giros en su vida y se dedica de lleno a la pintura. Sin un centavo en el bolsillo se traslada a Copenhague en busca de la ayuda de su familia política, que no ve con buenos ojos la decisión de Gauguin de ser artista. Después de varias peleas, decide volverse solo a París, dejando a su esposa e hijos a cargo de su suegro.
La amistad con el artista Camille Pissarro lo lleva a trasladarse a la ciudad de Rouan, en Normandía, pero, respondiendo a una invitación de su cuñado y con la promesa de un trabajo, viaja a Panamá, donde labora como obrero en la construcción del Canal (la mano de obra era mayoritariamente francesa). En sus pocos ratos libres pintaba, aunque el paisaje no le resultaba muy atractivo. El clima y las enfermedades tropicales mellan su salud y cuando se recupera viaja a la isla Martinica, viaje fundamental para la pintura de Gauguin y el momento en que a sus cuadros los invade el color y la exuberancia primitiva, lo que le permite abrir su mente llena de prejuicios. Debilitado y sin saber aún que se había contagiado sífilis por sus frecuentes visitas a los prostíbulos, vuelve a Francia, donde es invitado por Theo Van Gogh a exponer en su galería y conoce a Vincent, con quien traba amistad y se muda al pueblo de Arlés.
Después de una estadía tormentosa por el maltrato verbal y físico que de manera cotidiana se propinaban ambos pintores, de carácter irascible y algo trastornados por el alcohol (el famoso episodio del corte de la oreja de Vincent ocurrió mientras Gauguin vivía con él), Gauguin busca un entorno primitivo, tratando de encontrar en él al artista salvaje que suponía que tenía latente.
A Gauguin, la observación y representación de la luz de los impresionistas no lo convencen demasiado, él busca a través de sus obras simbolismos y alegorías como se hace en la literatura. Y cree que su mayor expresividad la alcanzaría fuera de la cultura europea. En la búsqueda de su estilo renuncia a representar los colores al natural y opta por colores arbitrarios, que responden a sus recuerdos y a sus sentimientos. Ve con admiración el arte indígena, el arte de la Edad Media y algo de las estampas japonesas, influenciado por Van Gogh. Todo forma parte del proceso autodidacta del artista, pero siempre apuntando a la expresividad que, para él, era lo más importante a transmitir desde el arte: la expresión como una puerta que permite el ingreso a otro nivel de realidad, algo que no es ni real ni imaginario, sino que se nutre de ambos.
Esta idea de plasmar el carácter de las cosas y no su mera representación es una de las bases del sintetismo, que fue un estilo ejecutado por un grupo de pintores llamado Grupo de Nabis. También, su estilo influyó en los pintores fauvistas y expresionistas.
Enfermo, Gauguin se dirige a la Polinesia en 1891 con apenas un poco de dinero producto de las ventas en su última muestra y una pequeña herencia de un tío, y se establece en Tahití.
Las características esenciales de su pintura, en la que sigue usando grandes superficies de colores vivos, no cambian demasiado, aunque hace más simples sus composiciones. De este período saldrán las mejores obras, tanto en pintura como en las esculturas talladas en madera. Allí convive con una nativa de no más de 13 años, que será su modelo en muchas obras, y regresa a una vida sexualmente promiscua.
Debido a su mal estado de salud decide ponerle fin a su vida e intenta suicidarse con arsénico, pero no lo logra. Finalmente, muere en 1903 en la mayor de las miserias a causa de un derrame cerebral. Antes realiza su obra más importante: "¿Qué somos? ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos?", preguntas que sin duda atravesaron su existencia y que lo empujaron a su inagotable búsqueda del paraíso en la tierra.
Nota publicada el 20 de Diciembre de 2011 en www.gacetamercantil.com
La vida de Paul Gauguin estuvo signada por la búsqueda, respondiendo a sus inquietudes internas: primero quiso conocer el mundo, y siendo casi un adolescente se embarcó y recorrió los mares en la marina mercante. Luego, se alistó en la Armada francesa, con lo cual siguió su vida de recorrida por los puertos de varios continentes. Sintió la necesidad de establecerse y regresó a París, en 1870, donde trabajo con éxito como agente de bolsa, conoció a una joven danesa, Mette Gad, a la que apodó "la Vikinga" y con quien tuvo cinco hijos. Llevaba una vida burguesa, de confort y comodidad. Su amigo Gustave Arosa, hombre de negocios como él y amante del arte, es quien le presenta a varios pintores impresionistas y comienza una etapa como coleccionista. La visita a los talleres y las largas charlas sobre arte despiertan una vocación en este joven empresario, que toma sus primeras clases de dibujo y pintura.
Cuando la bolsas se desploman en 1882 y se queda sin trabajo, decide dar uno de los tantos giros en su vida y se dedica de lleno a la pintura. Sin un centavo en el bolsillo se traslada a Copenhague en busca de la ayuda de su familia política, que no ve con buenos ojos la decisión de Gauguin de ser artista. Después de varias peleas, decide volverse solo a París, dejando a su esposa e hijos a cargo de su suegro.
La amistad con el artista Camille Pissarro lo lleva a trasladarse a la ciudad de Rouan, en Normandía, pero, respondiendo a una invitación de su cuñado y con la promesa de un trabajo, viaja a Panamá, donde labora como obrero en la construcción del Canal (la mano de obra era mayoritariamente francesa). En sus pocos ratos libres pintaba, aunque el paisaje no le resultaba muy atractivo. El clima y las enfermedades tropicales mellan su salud y cuando se recupera viaja a la isla Martinica, viaje fundamental para la pintura de Gauguin y el momento en que a sus cuadros los invade el color y la exuberancia primitiva, lo que le permite abrir su mente llena de prejuicios. Debilitado y sin saber aún que se había contagiado sífilis por sus frecuentes visitas a los prostíbulos, vuelve a Francia, donde es invitado por Theo Van Gogh a exponer en su galería y conoce a Vincent, con quien traba amistad y se muda al pueblo de Arlés.
Después de una estadía tormentosa por el maltrato verbal y físico que de manera cotidiana se propinaban ambos pintores, de carácter irascible y algo trastornados por el alcohol (el famoso episodio del corte de la oreja de Vincent ocurrió mientras Gauguin vivía con él), Gauguin busca un entorno primitivo, tratando de encontrar en él al artista salvaje que suponía que tenía latente.
A Gauguin, la observación y representación de la luz de los impresionistas no lo convencen demasiado, él busca a través de sus obras simbolismos y alegorías como se hace en la literatura. Y cree que su mayor expresividad la alcanzaría fuera de la cultura europea. En la búsqueda de su estilo renuncia a representar los colores al natural y opta por colores arbitrarios, que responden a sus recuerdos y a sus sentimientos. Ve con admiración el arte indígena, el arte de la Edad Media y algo de las estampas japonesas, influenciado por Van Gogh. Todo forma parte del proceso autodidacta del artista, pero siempre apuntando a la expresividad que, para él, era lo más importante a transmitir desde el arte: la expresión como una puerta que permite el ingreso a otro nivel de realidad, algo que no es ni real ni imaginario, sino que se nutre de ambos.
Esta idea de plasmar el carácter de las cosas y no su mera representación es una de las bases del sintetismo, que fue un estilo ejecutado por un grupo de pintores llamado Grupo de Nabis. También, su estilo influyó en los pintores fauvistas y expresionistas.
Enfermo, Gauguin se dirige a la Polinesia en 1891 con apenas un poco de dinero producto de las ventas en su última muestra y una pequeña herencia de un tío, y se establece en Tahití.
Las características esenciales de su pintura, en la que sigue usando grandes superficies de colores vivos, no cambian demasiado, aunque hace más simples sus composiciones. De este período saldrán las mejores obras, tanto en pintura como en las esculturas talladas en madera. Allí convive con una nativa de no más de 13 años, que será su modelo en muchas obras, y regresa a una vida sexualmente promiscua.
Debido a su mal estado de salud decide ponerle fin a su vida e intenta suicidarse con arsénico, pero no lo logra. Finalmente, muere en 1903 en la mayor de las miserias a causa de un derrame cerebral. Antes realiza su obra más importante: "¿Qué somos? ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos?", preguntas que sin duda atravesaron su existencia y que lo empujaron a su inagotable búsqueda del paraíso en la tierra.
Nota publicada el 20 de Diciembre de 2011 en www.gacetamercantil.com
100 años del Salón Nacional en el Palais de Glace
Considerado el concurso más importante de las artes plásticas en nuestro país, el Salón Nacional cumplió 100 años. Se trata de un espacio de legitimación para artistas y una de las piezas fundamentales del Estado para promover la producción artística a nivel nacional.
El panorama artístico se concentra en el Salón, que premia las categorías pintura, grabado, dibujo, fotografía, arte textil, arte cerámico, escultura y nuevos soportes e instalaciones.
La muestra, hasta enero, presenta los trabajos premiados y los seleccionados de las disciplinas cerámica, grabado y arte textil. Rico en variedad de soportes por las disciplinas, especialmente en cerámica y textil, que año a año se presentan, se respeta aquí la categoría para cual se inscribió el artista ya que muchas veces los materiales elegidos comparten la manera de tratar el espacio o se entrecruzan las técnicas, lo que hace que muchas veces sea difícil encuadrarlos. La calidad artística de los envíos a este certamen, que provienen de todo el país, lleva a largas discusiones de los jurados propuestos.
En el recorrido se puede observar la cartuchera gigante de Silvia Carbone, los hombres hámster de Marcia Larrubia, una colorida obra realizada en fieltro de Andrea Cavagnaro o un corazón de peluche de colores pop de Paola Michaels, pasando por una escultura de un paseador de perros de tamaño natural con cinco perros de diferentes razas de Leandro Niro y los calados sobre papel de Gloria Battistetti.
En arte textil se presentaron 209 obras, de las que se seleccionaron 63, cuatro recibieron premios y cinco se llevaron menciones. En el rubro cerámica fueron 107 las obras enviadas y 34 las seleccionadas, con cuatro premios y cuatro menciones. En grabado se anotaron 189, se seleccionaron 40, cuatro se llevaron premios y cinco menciones.
Este Salón consagratorio entregó 30 mil pesos al ganador y una pensión vitalicia a partir de los 60 años. Palais de Glace, Posadas 1725, de martes a viernes de 12 a 20 horas, y sábados y domingos de 10 a 20 horas, con entrada libre y gratuita.
Publicado en Gaceta Mercantil el 20 de Diciembre de 2011
El panorama artístico se concentra en el Salón, que premia las categorías pintura, grabado, dibujo, fotografía, arte textil, arte cerámico, escultura y nuevos soportes e instalaciones.
La muestra, hasta enero, presenta los trabajos premiados y los seleccionados de las disciplinas cerámica, grabado y arte textil. Rico en variedad de soportes por las disciplinas, especialmente en cerámica y textil, que año a año se presentan, se respeta aquí la categoría para cual se inscribió el artista ya que muchas veces los materiales elegidos comparten la manera de tratar el espacio o se entrecruzan las técnicas, lo que hace que muchas veces sea difícil encuadrarlos. La calidad artística de los envíos a este certamen, que provienen de todo el país, lleva a largas discusiones de los jurados propuestos.
En el recorrido se puede observar la cartuchera gigante de Silvia Carbone, los hombres hámster de Marcia Larrubia, una colorida obra realizada en fieltro de Andrea Cavagnaro o un corazón de peluche de colores pop de Paola Michaels, pasando por una escultura de un paseador de perros de tamaño natural con cinco perros de diferentes razas de Leandro Niro y los calados sobre papel de Gloria Battistetti.
En arte textil se presentaron 209 obras, de las que se seleccionaron 63, cuatro recibieron premios y cinco se llevaron menciones. En el rubro cerámica fueron 107 las obras enviadas y 34 las seleccionadas, con cuatro premios y cuatro menciones. En grabado se anotaron 189, se seleccionaron 40, cuatro se llevaron premios y cinco menciones.
Este Salón consagratorio entregó 30 mil pesos al ganador y una pensión vitalicia a partir de los 60 años. Palais de Glace, Posadas 1725, de martes a viernes de 12 a 20 horas, y sábados y domingos de 10 a 20 horas, con entrada libre y gratuita.
Publicado en Gaceta Mercantil el 20 de Diciembre de 2011
Joaquín Torres García, el constructivismo charrúa
Joaquín Torres García fue un pintor, profesor y escritor, considerado el principal artista uruguayo del siglo XX. Es el creador de una escuela que influyó en tres generaciones de artistas.
Joaquín Torres García nació en Montevideo en 1874, y en sus comienzos como estudiante en la escuela de Bellas Artes de Barcelona sus obras respondían al estilo clásico ya que abrevaba en imágenes tomadas de esculturas griegas y romanas. Este espíritu clásico sobrevivió dentro de su estilo en la manera de dividir el espacio en las obras, respondiendo a la proporción aurea o divina. Torres García creó una superficie organizada en la que todas las partes se relacionan entre sí y con el todo.
Por influencia de Antoni Gaudí, el gran arquitecto catalán, Torres García se sumerge en el "noucentismo", un movimiento estético plástico y literario preocupado en generar un arte social y que superara la estética del modernismo y simbolismo a los que, como toda vanguardia, consideraban decadentes.
En 1926 se traslada a París y es allí donde siente haber completado su educación artística de manera definitiva.
Las líneas fueron cobrando mayor importancia en su estilo. Sus composiciones respetaban más los planos, sin dar la sensación de volumen, y sus obras comenzaron a ganar más sencillez y sólo ubica las figuras recortadas sobre un fondo.
En 1928, la visita a una exposición de arte precolombino en París despierta en Torres García una vocación por el estudio de estas civilizaciones y el material que recopila es una fuente de nuevos símbolos que pasan a integrar sus trabajos.
En 1934 emprende el regreso a su Montevideo natal junto a su mujer y sus cuatro hijos, y en la capital uruguaya lo reciben como a una auténtica estrella. Al llegar fundó la Asociación de Arte Constructivo y su taller, "La Escuela del Sur", pero el artista nunca imaginó que tendría una influencia decisiva en tantos artistas en Latinoamérica.
Después de cumplir 50 años, Torres García alcanzó su estilo definitivo, el constructivismo, con su particularidad de ver y hacer arte realizando una síntesis de las vanguardias por las que transitó en Europa junto con el estudio de culturas prehispánicas.
A comienzos del siglo XX, Torres García comenzó a escribir y a hacerse preguntas sobre el mundo del arte, y durante toda su vida seguiría realizándoselas. Sus enseñanzas a través de conferencias y libros dejó plasmadas muchas de las premisas que tomaron quienes lo siguieron. Su búsqueda en las culturas precoloniales estaba dirigida a encontrar un nexo en las tradiciones artísticas de América del Sur.
Torres García creía que a lo abstracto debería corresponderle una forma de expresión gráfica, como un signo, y descubre en la cuadricula la forma de construir un muro y en cada compartimiento ubica un diseño. Tiene diferencias entre lo que propone artísticamente Piet Mondrian, aunque coinciden en escribir en la misma época ensayos sobre el mismo tema. Mientras el artista sudamericano publica el artículo "Origen y desarrollo del cubismo", Mondrian presenta "El arte abstracto puro". La coincidencia entre ambos es el uso de la geometría.
Torres García propone la representación de toda la creación y el microcosmos del orden universal. "Esto se encuentra en orden geométrico, pasando de las formas puras a formas de vida, y, a continuación, simbólicamente, en un esquema geométrico, encontramos el mundo y el hombre", afirma.
En su taller, "La Escuela del Sur", Torres García animó a sus alumnos a "ser primitivos y trabajar en lo elemental". Y aquí primitivo no significa prehistórico, sino más bien alguien que está al principio de un ciclo artístico.
El artista comenzó con un grupo de más de treinta pintores que trabajaban y mostraban sus obras juntos, tal como lo hacían en París en 1930 con "Circle et Carré", un grupo del cual Torres García fue parte junto con Marcel Suphor, Mondrián y otros.
En su taller Torres García enseñó dibujo y pintura independientemente de la Academia Europea tradicional, con un enfoque modernista, por lo tanto desarrolló nuevos métodos de enseñanza. La dinámica de esta interacción con sus estudiantes enriqueció su propia obra, así como su ideología, por lo que produjo en consecuencia muchas conferencias, libros y artículos.
Después de su muerte, en 1949, el estudio siguió abierto hasta 1967. La "Escuela del Sur" es su mayor obra maestra, la que continúa su influencia hasta la actualidad con un enorme legado para los jóvenes artistas de nuestro continente.
Nota publicada el 26 de Diciembre de 2011
Joaquín Torres García nació en Montevideo en 1874, y en sus comienzos como estudiante en la escuela de Bellas Artes de Barcelona sus obras respondían al estilo clásico ya que abrevaba en imágenes tomadas de esculturas griegas y romanas. Este espíritu clásico sobrevivió dentro de su estilo en la manera de dividir el espacio en las obras, respondiendo a la proporción aurea o divina. Torres García creó una superficie organizada en la que todas las partes se relacionan entre sí y con el todo.
Por influencia de Antoni Gaudí, el gran arquitecto catalán, Torres García se sumerge en el "noucentismo", un movimiento estético plástico y literario preocupado en generar un arte social y que superara la estética del modernismo y simbolismo a los que, como toda vanguardia, consideraban decadentes.
En 1926 se traslada a París y es allí donde siente haber completado su educación artística de manera definitiva.
Las líneas fueron cobrando mayor importancia en su estilo. Sus composiciones respetaban más los planos, sin dar la sensación de volumen, y sus obras comenzaron a ganar más sencillez y sólo ubica las figuras recortadas sobre un fondo.
En 1928, la visita a una exposición de arte precolombino en París despierta en Torres García una vocación por el estudio de estas civilizaciones y el material que recopila es una fuente de nuevos símbolos que pasan a integrar sus trabajos.
En 1934 emprende el regreso a su Montevideo natal junto a su mujer y sus cuatro hijos, y en la capital uruguaya lo reciben como a una auténtica estrella. Al llegar fundó la Asociación de Arte Constructivo y su taller, "La Escuela del Sur", pero el artista nunca imaginó que tendría una influencia decisiva en tantos artistas en Latinoamérica.
Después de cumplir 50 años, Torres García alcanzó su estilo definitivo, el constructivismo, con su particularidad de ver y hacer arte realizando una síntesis de las vanguardias por las que transitó en Europa junto con el estudio de culturas prehispánicas.
A comienzos del siglo XX, Torres García comenzó a escribir y a hacerse preguntas sobre el mundo del arte, y durante toda su vida seguiría realizándoselas. Sus enseñanzas a través de conferencias y libros dejó plasmadas muchas de las premisas que tomaron quienes lo siguieron. Su búsqueda en las culturas precoloniales estaba dirigida a encontrar un nexo en las tradiciones artísticas de América del Sur.
Torres García creía que a lo abstracto debería corresponderle una forma de expresión gráfica, como un signo, y descubre en la cuadricula la forma de construir un muro y en cada compartimiento ubica un diseño. Tiene diferencias entre lo que propone artísticamente Piet Mondrian, aunque coinciden en escribir en la misma época ensayos sobre el mismo tema. Mientras el artista sudamericano publica el artículo "Origen y desarrollo del cubismo", Mondrian presenta "El arte abstracto puro". La coincidencia entre ambos es el uso de la geometría.
Torres García propone la representación de toda la creación y el microcosmos del orden universal. "Esto se encuentra en orden geométrico, pasando de las formas puras a formas de vida, y, a continuación, simbólicamente, en un esquema geométrico, encontramos el mundo y el hombre", afirma.
En su taller, "La Escuela del Sur", Torres García animó a sus alumnos a "ser primitivos y trabajar en lo elemental". Y aquí primitivo no significa prehistórico, sino más bien alguien que está al principio de un ciclo artístico.
El artista comenzó con un grupo de más de treinta pintores que trabajaban y mostraban sus obras juntos, tal como lo hacían en París en 1930 con "Circle et Carré", un grupo del cual Torres García fue parte junto con Marcel Suphor, Mondrián y otros.
En su taller Torres García enseñó dibujo y pintura independientemente de la Academia Europea tradicional, con un enfoque modernista, por lo tanto desarrolló nuevos métodos de enseñanza. La dinámica de esta interacción con sus estudiantes enriqueció su propia obra, así como su ideología, por lo que produjo en consecuencia muchas conferencias, libros y artículos.
Después de su muerte, en 1949, el estudio siguió abierto hasta 1967. La "Escuela del Sur" es su mayor obra maestra, la que continúa su influencia hasta la actualidad con un enorme legado para los jóvenes artistas de nuestro continente.
Nota publicada el 26 de Diciembre de 2011
Diego Rivera vs. J.D. Rockefeller
El muralista mexicano y el financista neoyorquino mantuvieron un conflicto famoso a comienzos de los '30. En medio de una nueva crisis financiera global, una exposición reivindica la "indignación" en la Gran Manzana.
Sin duda, si en el momento en que Diego Rivera estaba en Nueva York hubieran explotado las manifestaciones contra Wall Street (motivos no faltaban ya que estaban en pleno coletazo del crack del '29) sabríamos con quienes estaría, como también a quien apoyaría John David Rockefeller.
El Rockefeller Center fue escenario involuntario, allá por los años '30, de una sonada controversia entre el magnate financiero John David Rockefeller y el muralista mexicano Diego Rivera.
El RC es un complejo de 19 edificios comerciales que ocupa noventa mil metros cuadrados en pleno centro de Manhattan. De estilo Art Decó, incluye el teatro Radio City, una pista de patinaje sobre hielo y un abeto donde todos los años se monta un árbol de navidad gigantesco que es visitado por miles de turistas.
J.D. Rockefeller, el por entonces dueño del complejo, pensó que el imponente vestíbulo del edificio central podría albergar un mural no sólo decorativo sino que a los visitantes los ayudara a reflexionar. El tema que propuso era las "nuevas fronteras" y quería que estuvieran representados los acontecimientos sociales más relevantes de la época.
Por la importancia de la obra invitó a dos artistas mundialmente consagrados, Pablo Picasso y Henri Matisse, pero ambos rechazaron el convite.
Abigail "Abby" Aldrich Rockefeller conoció a Diego Rivera mientras realizaba cinco murales móviles en el Museum ol Modern Art (MoMA), del que ella era la cofundadora, y que fueron exhibidos con éxito de público entre diciembre del 1931 y febrero de 1932. "Abby" sabía de la capacidad artística del artista mexicano pero también del fervor que había provocado en los visitantes y con estos argumentos convenció a su hijo J.D. para que convocara a Rivera con el fin de dar vida al mural, con su colorido estilo. Pero la señora pasó por alto que la afiliación y militancia del artista en el Partido Comunista mexicano estaba siempre plasmada en sus obras, en favor de los trabajadores. Se hubiera ahorrado un dolor de cabeza, de hecho Rivera realizó los cinco murales comprometidos al museo y agregó otros tres más en los que retrató a la clase trabajadora urbana y también la profundización de las divisiones entre las clases después del crack del '30. Entre los murales se encuentra un famoso retrato del líder revolucionario Emiliano Zapata al frente de la revuelta agraria.
Rivera aceptó la propuesta de Rockefeller y en 1933 comenzó el mural. Las imágenes que pensó representaban la lucha de clases, y los avances en la industria y en las ciencias en un siglo XX repleto de cambios vertiginosos. Que Rivera incluyera dentro del mural una manifestación del 1º de Mayo con banderas rojas y un retrato de Vladimir I. Lenin, no tendría que haber sido una sorpresa. De hecho estaban en los bocetos que habían sido aprobados por "Abby".
J.D. Rockefeller tuvo un gran disgusto cuando fue a visitar la obra sobre la que trabajaba Rivera. Al principió el millonario le pidió que reemplazara a Lenin por alguien desconocido y el artista mexicano le ofreció, para contrarrestar el peso del líder soviético, representar en el mural a Abraham Lincoln. Ninguno de los dos cedió y no pudieron llegar a un acuerdo. Rivera volvió a México sin terminar el mural, que durante un año fue tapado y que, finalmente, fue destruido. Rivera protestó por lo que consideró era un atropello y acusó al millonario neoyorquino de hacerlo víctima de "vandalismo cultural".
Uno de sus asistentes, Lucienne Bloch, había fotografiado el mural y este material se usó como referencia para realizar otro, aunque en una escala menor, en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. En ese están Lenin, y también León Trostky, Karl Marx y del mismo Rockefeller dentro en una disco. El mural que en Nueva York se llamó "El hombre en el cruce de caminos" en México fue rebautizado como "El hombre controlador del Universo".
En el lugar del mural de Rivera en el Rockefeller Center hay uno que tiene a Abraham Lincoln como protagonista.
La controversia duró semanas, alimentada por la prensa que vio en el mural un enfoque propagandístico de Rivera en contra del capitalismo. También hubo una defensa por la libertad artística por parte de los admiradores de Rivera y recibió apoyo de los liberales que defendían a ultranza la libertad de expresión, que consideraron al hecho un acto de censura.
Como homenaje a los 125 años del nacimiento de Diego Rivera, desde el pasado noviembre el MoMA exhibe aquellos murales mostrados en 1931 junto a bocetos y maquetas, e incluye los bocetos del mural para el Rockefeller Center.
Después de otra profunda crisis económica que sacudió a Estados Unidos, por muchos comparada con la del '29, y que llevó a miles de jóvenes "indignados" a ocupar la zona de Wall Street para protestar contra el capitalismo, nadie duda de con quién estaría hoy el muralista mexicano. Y con quién el financista estadounidense.
Publicado en www.gacetamercantil.com el 12 de Diciembre de 2011
Sin duda, si en el momento en que Diego Rivera estaba en Nueva York hubieran explotado las manifestaciones contra Wall Street (motivos no faltaban ya que estaban en pleno coletazo del crack del '29) sabríamos con quienes estaría, como también a quien apoyaría John David Rockefeller.
El Rockefeller Center fue escenario involuntario, allá por los años '30, de una sonada controversia entre el magnate financiero John David Rockefeller y el muralista mexicano Diego Rivera.
El RC es un complejo de 19 edificios comerciales que ocupa noventa mil metros cuadrados en pleno centro de Manhattan. De estilo Art Decó, incluye el teatro Radio City, una pista de patinaje sobre hielo y un abeto donde todos los años se monta un árbol de navidad gigantesco que es visitado por miles de turistas.
J.D. Rockefeller, el por entonces dueño del complejo, pensó que el imponente vestíbulo del edificio central podría albergar un mural no sólo decorativo sino que a los visitantes los ayudara a reflexionar. El tema que propuso era las "nuevas fronteras" y quería que estuvieran representados los acontecimientos sociales más relevantes de la época.
Por la importancia de la obra invitó a dos artistas mundialmente consagrados, Pablo Picasso y Henri Matisse, pero ambos rechazaron el convite.
Abigail "Abby" Aldrich Rockefeller conoció a Diego Rivera mientras realizaba cinco murales móviles en el Museum ol Modern Art (MoMA), del que ella era la cofundadora, y que fueron exhibidos con éxito de público entre diciembre del 1931 y febrero de 1932. "Abby" sabía de la capacidad artística del artista mexicano pero también del fervor que había provocado en los visitantes y con estos argumentos convenció a su hijo J.D. para que convocara a Rivera con el fin de dar vida al mural, con su colorido estilo. Pero la señora pasó por alto que la afiliación y militancia del artista en el Partido Comunista mexicano estaba siempre plasmada en sus obras, en favor de los trabajadores. Se hubiera ahorrado un dolor de cabeza, de hecho Rivera realizó los cinco murales comprometidos al museo y agregó otros tres más en los que retrató a la clase trabajadora urbana y también la profundización de las divisiones entre las clases después del crack del '30. Entre los murales se encuentra un famoso retrato del líder revolucionario Emiliano Zapata al frente de la revuelta agraria.
Rivera aceptó la propuesta de Rockefeller y en 1933 comenzó el mural. Las imágenes que pensó representaban la lucha de clases, y los avances en la industria y en las ciencias en un siglo XX repleto de cambios vertiginosos. Que Rivera incluyera dentro del mural una manifestación del 1º de Mayo con banderas rojas y un retrato de Vladimir I. Lenin, no tendría que haber sido una sorpresa. De hecho estaban en los bocetos que habían sido aprobados por "Abby".
J.D. Rockefeller tuvo un gran disgusto cuando fue a visitar la obra sobre la que trabajaba Rivera. Al principió el millonario le pidió que reemplazara a Lenin por alguien desconocido y el artista mexicano le ofreció, para contrarrestar el peso del líder soviético, representar en el mural a Abraham Lincoln. Ninguno de los dos cedió y no pudieron llegar a un acuerdo. Rivera volvió a México sin terminar el mural, que durante un año fue tapado y que, finalmente, fue destruido. Rivera protestó por lo que consideró era un atropello y acusó al millonario neoyorquino de hacerlo víctima de "vandalismo cultural".
Uno de sus asistentes, Lucienne Bloch, había fotografiado el mural y este material se usó como referencia para realizar otro, aunque en una escala menor, en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. En ese están Lenin, y también León Trostky, Karl Marx y del mismo Rockefeller dentro en una disco. El mural que en Nueva York se llamó "El hombre en el cruce de caminos" en México fue rebautizado como "El hombre controlador del Universo".
En el lugar del mural de Rivera en el Rockefeller Center hay uno que tiene a Abraham Lincoln como protagonista.
La controversia duró semanas, alimentada por la prensa que vio en el mural un enfoque propagandístico de Rivera en contra del capitalismo. También hubo una defensa por la libertad artística por parte de los admiradores de Rivera y recibió apoyo de los liberales que defendían a ultranza la libertad de expresión, que consideraron al hecho un acto de censura.
Como homenaje a los 125 años del nacimiento de Diego Rivera, desde el pasado noviembre el MoMA exhibe aquellos murales mostrados en 1931 junto a bocetos y maquetas, e incluye los bocetos del mural para el Rockefeller Center.
Después de otra profunda crisis económica que sacudió a Estados Unidos, por muchos comparada con la del '29, y que llevó a miles de jóvenes "indignados" a ocupar la zona de Wall Street para protestar contra el capitalismo, nadie duda de con quién estaría hoy el muralista mexicano. Y con quién el financista estadounidense.
Publicado en www.gacetamercantil.com el 12 de Diciembre de 2011
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