SINOPSIS:
La magnitud del terremoto que en 1995 asolo la ciudad japonesa de Kobe, y
que se cobró más de cinco mil vidas, inspiró a Haruki Murakami seis impactantes
relatos que transcurren poco después de la tragedia.
OPINIÓN PERSONAL:
Un ovni aterriza en Kushiro
En menos de
40 páginas, Murakami sabe cómo atraparte en una historia donde mezcla la cotidianidad
con el drama, la separación y el misterio.
Después del
terremoto, la mujer de Komura se queda parapetada en su sofá sin hacer otra
cosa que mantener la mirada fijada en las noticias. Murakami nos relata
brevemente como es el devenir de este matrimonio a lo largo de los años y como
Komura tras llegar a su casa cinco días después del incidente tras el trabajo,
encuentra que su mujer ha desaparecido. Algo que hacia habitualmente para
trasladarse a ver a su familia, pero esta vez lo hace de forma definitiva. No
quiere saber nada más de él, sin que aparentemente, haya ocurrido nada que
justifique tan dramática situación.
De repente
todas sus pertenencias no están y Komura encuentra un vacío que nunca tuvo con
su presencia pese al carácter adusto de su mujer.
“Por muy lejos que uno vaya, jamás
puede huir de sí mismo”
Tras este
suceso y conseguir unos días de vacaciones, un compañero de trabajo le brinda
un favor personal que hacerle y este emprende un viaje.
Siendo una
historia tan breve, el autor sabe hacerte una radiografía muy certera acerca
del matrimonio y como pueden entenderlo de forma tan distinta sus integrantes.
El plus de la historia viene cuando parte de viaje y nos encontramos la
historia del ovni y la de los osos. Bajo la capa superficial de la historia,
Murakami nos hace ver cómo puede afectar una desgracia o un evento que está muy
por encima del entendimiento del ser humano a personas que no lo han padecido
directamente y como puede alterar nuestra percepción y hacernos valorar toda
nuestra realidad hasta dicho momento.
Paisaje con plancha
“Lo único que cuenta es el ahora. No
sabemos cuándo acabará el mundo”
Una
reflexión que nace fruto de una conversación sobre Pearl Jam y hogueras. Una
nueva historia que versa sobre la cotidianidad y la introspección personal.
Junko, una
de las protagonistas de esta historia está fascinada con un relato, Encender un fuego de Jack London.
Donde según su percepción el protagonista quiere morir. Sabe que es su destino
aunque luchara de forma feroz para que no ocurra, una lectura que en su clase
no obtuvo más que burlas.
Mientras en
el exterior hacen un fuego surge una conversación
que tiene con el señor Miyake sobre las cosas que se sienten mientras se mira
al fuego, que es oro puro. Los presentimientos y la muerte polarizan la charla
que no es más que un precedente ante el verdadero protagonista de la historia:
el vacío existencial.
Dos
historias y Murakami te tiene completamente atrapada y con el alma en un puño
sabiendo que solo él puede entender cómo te sientes. Esa es su magia y lo manifiesta
en cada escrito que pubica.
Todos los hijos de Dios bailan
“Si Dios puede poner a prueba a los
hombres, ¿por qué los hombres no pueden poner a prueba a Dios?”
De las tres
historias leídas hasta el momento es la más flojita ya que se centra en Yoshida
en plena resaca y que trabaja en una editorial especializada en libros de
viajes al extranjero y que tiene por decirlo de algún modo una difícil relación
afectiva y de atracción hacia su madre. Este sentimiento de culpa y de cierta
pérdida por no haber tenido padre centralizan la historia.
Katagiri se
encuentra con una gran rana cuando llega a su apartamento. Además habla y le
llama por su nombre. Está ahí para predecirle el terremoto que asolará Tokio
próximamente y que será aún mayor que el anterior. Es una historia extraña por los
propios interlocutores pero que habla de lo serviciales que podemos ser y del poco feedback que recibimos por ello.
En una de
las anotaciones, Murakami nos señala, que la rana en diferentes proverbios
japoneses es y cito textualmente “paradigma
de la simpleza y la falta de sensibilidad o inteligencia”.
Aquí
Murakami parece que nos está gritando que frente a la adversidad y al miedo que
nos genera no nos queda otra opción que la de enfrentarnos a ello, aunque no
sepamos como, pero es como debe ser nuestro proceder. El valor como principal valía
del ser humano.
“Mi enemigo es, a la vez, una parte
de mí mismo”
La torta de miel
Nuestro
protagonista es un osito de nombre Masakichi, aunque no del todo. Junpei le
contaba una historia del osito a Sara hija de Sakoyo. La historia surge después
de que la niña se despierte como viene haciendo regularmente en los últimos
días agitada desde que ocurrió el terremoto. El misterio acerca del hombre del
terremoto y las palabras del autor sobre el amor por el arte de escribir son
dos de los aspectos más reseñables del relato. Es una historia de tres y de
amores no correspondidos.
“Las ruedas dentadas de la vida giraban con un
ruido seco, metálico, siempre hacia delante, sin una posible vuelta atrás. Eso
era irrefutable”