miércoles, 31 de diciembre de 2008
Mi año 2008 en canciones
Algunos de los grupos que más he escuchado este año 2008 que ya se acaba, según Last.fm:
01. Sparks - 'When do I get to sing my way'
02. Comet Gain - 'Love without lies'
03. The Hot Toddies - 'Seattle'
04. Cub - Go Fish
05. Best Friends Forever - 24
06. Math and Physics Club - La La La Lisa
07. Beat Happening - Hot Chocolate Boy
08. Helen Love - Debbie loves Joey
01. Sparks - 'When do I get to sing my way'
02. Comet Gain - 'Love without lies'
03. The Hot Toddies - 'Seattle'
04. Cub - Go Fish
05. Best Friends Forever - 24
06. Math and Physics Club - La La La Lisa
07. Beat Happening - Hot Chocolate Boy
08. Helen Love - Debbie loves Joey
lunes, 29 de diciembre de 2008
'Felicidad Clandestina' de Clarice Lispector
Cuando entro en una librería me siento irresistiblemente atraída por títulos del tipo "Todos los cuentos" o "Narrativa completa". Es una fuerza irresistible. Así que no es nada extraño que acabara comprándome los "Cuentos reunidos" de Clarice Lispector en tapa dura sin ni siquiera haber leído ni un miserable cuento suyo antes. Los cuentos están agrupados por colecciones y empecé por 'Felicidad Clandestina' porque me pareció el título más bonito. Son trece cuentos muy breves, de tres (o cuatro) páginas de extensión. Trece cuentos evocadores, llenos de sensualidad y melancolía. Muchos tienen como protagonistas a niños que se hacen mayores y pocos relatos he leído yo que sepan plasmar de una manera tan acertada el mundo de la infancia. Todos son cuentos deliciosos con una mirada muy particular, llenos de felicidad y tristeza, todo a la vez. Son cuentos que te hacen sentir, recordar, vivir. Son cuentos preciosos que te hablan a ti y de ti. Y tienen una prosa perfectamente elegante, ideal para saborearla poco a poco. Todos los cuentos son preciosos, pero el que más el que da título al recopilatorio, 'Felicidad Clandestina', que todo el mundo que ama a los libros debería leer. Pero también está el de la niña que siempre ha visto la vida por la ventana pero que por primera vez en la vida se va a poder disfrazar en Carnaval, el de la niña que roba rosas, el de la niña que observa tanto a las gallinas que les conocía el alma, el del primer beso de un niño, etc. Y todos son inolvidables.
sábado, 27 de diciembre de 2008
'La Princesa de Cléves' de Madame De La Fayette
¿Una novela histórica escrita el siglo XVII ambientada en la corte francesa del siglo XVI? Créedme, ante esta prespectiva yo era más escéptica que nadie. El elogio de "la primera novela moderna" es un elogio que pesa como una losa. La empecé más por curiosidad intelectual que por un verdadero interés personal. Y me ha sorprendido. Me ha sorprendido gratamente. Me ha sorprendido lo mucho que me ha llegado a gustar. Lo bien que me lo he pasado.
Se puede leer como una novela histórica que retrata el ambiente de la corte y las intrigas que se desarrollan en ella. Se puede leer como una intriga sentimental centrada en un triángulo amoroso. Se puede leer como una novela moral que hace una defensa y un elogio de la virtud (sorprendentemente sin meter nunca de por medio conceptos religiosos como Dios). Se puede leer como una novela psicológica que decribe con un detallismo y una delicadeza admirables los procesos mentales por los que pasa la protagonista, el enamoramiento pero también sus dudas, sus miedos, sus deseos, su sentimiento de culpa. Todas estas lecturas por supuesto no funcionan por separado sino que se entrecruzan. Hay historias dentro de historias, personajes reales que se mezclan con personajes de ficción. Y todo se junta para formar un mosaico compacto y de una gran riqueza.
Pero además de estos aspectos (nada desestimables) aún hay algo más en esta novela de más de 300 años que hace la que tan cercana a mí. Y este algo es para mí lo de que en último término habla 'La Princesa de Cléves'. Una cosa es la imagen que dan los tres personajes principales y otra lo que realmente son. Los tres protagonistas son un fraude o, en el mejor de los casos, un fracaso. La princesa de Cléves quiere hacer lo correcto, pero son muchísimas las veces en las que acaba haciendo todo lo contrario de lo que se había prometido hacer. Además, mete la pata de manera notable y acaba haciendo daño a los que la quieren y a los que ella quiere. El príncipe de Cléves se vende como un marido perfecto, le promete a su mujer que nunca se pondrá celoso, pero a la primera dificultad real se vuelve un celoso del copón y de una forma pasivo-agresiva se convierte en un tirano que domina a su mujer. El Duque de Nemours se vende como un enamorado perfecto y sensible, pero es un bocazas y un acosador de lo más empalagoso (la persecución a la que somete a su amada es digna de solicitar una orden de alojamiento).
Una cosa es lo que nos gustaría ser y otra cosa es lo que acabamos siendo. Una cosa son nuestros ideales y otra la realidad. El Duque de Nemours en el fondo no es más que un Don Juan de tres al cuarto. Quiere tanto a la princesa por el simple hecho de que es una presa difícil de conseguir. No nos engañemos, tan pronto como el duque consiga lo que quiere, ya no lo querrá más. El amor una vez se consigue deja de existir. El amor sólo existe como ideal no realizado. La princesa también lo sabe. Y es por todo esto que esta obra es tan cercana, porque todos cometemos errores, porque a todos nos gustaría ser una versión mejorada de nosotros mismos, porque todos fracasamos. Dios, qué pesimista es esta obra. Me encanta.
Se puede leer como una novela histórica que retrata el ambiente de la corte y las intrigas que se desarrollan en ella. Se puede leer como una intriga sentimental centrada en un triángulo amoroso. Se puede leer como una novela moral que hace una defensa y un elogio de la virtud (sorprendentemente sin meter nunca de por medio conceptos religiosos como Dios). Se puede leer como una novela psicológica que decribe con un detallismo y una delicadeza admirables los procesos mentales por los que pasa la protagonista, el enamoramiento pero también sus dudas, sus miedos, sus deseos, su sentimiento de culpa. Todas estas lecturas por supuesto no funcionan por separado sino que se entrecruzan. Hay historias dentro de historias, personajes reales que se mezclan con personajes de ficción. Y todo se junta para formar un mosaico compacto y de una gran riqueza.
Pero además de estos aspectos (nada desestimables) aún hay algo más en esta novela de más de 300 años que hace la que tan cercana a mí. Y este algo es para mí lo de que en último término habla 'La Princesa de Cléves'. Una cosa es la imagen que dan los tres personajes principales y otra lo que realmente son. Los tres protagonistas son un fraude o, en el mejor de los casos, un fracaso. La princesa de Cléves quiere hacer lo correcto, pero son muchísimas las veces en las que acaba haciendo todo lo contrario de lo que se había prometido hacer. Además, mete la pata de manera notable y acaba haciendo daño a los que la quieren y a los que ella quiere. El príncipe de Cléves se vende como un marido perfecto, le promete a su mujer que nunca se pondrá celoso, pero a la primera dificultad real se vuelve un celoso del copón y de una forma pasivo-agresiva se convierte en un tirano que domina a su mujer. El Duque de Nemours se vende como un enamorado perfecto y sensible, pero es un bocazas y un acosador de lo más empalagoso (la persecución a la que somete a su amada es digna de solicitar una orden de alojamiento).
Una cosa es lo que nos gustaría ser y otra cosa es lo que acabamos siendo. Una cosa son nuestros ideales y otra la realidad. El Duque de Nemours en el fondo no es más que un Don Juan de tres al cuarto. Quiere tanto a la princesa por el simple hecho de que es una presa difícil de conseguir. No nos engañemos, tan pronto como el duque consiga lo que quiere, ya no lo querrá más. El amor una vez se consigue deja de existir. El amor sólo existe como ideal no realizado. La princesa también lo sabe. Y es por todo esto que esta obra es tan cercana, porque todos cometemos errores, porque a todos nos gustaría ser una versión mejorada de nosotros mismos, porque todos fracasamos. Dios, qué pesimista es esta obra. Me encanta.
viernes, 26 de diciembre de 2008
Harold Pinter
Ayer se supo que Harold Pinter había muerto el día de Nochebuena. No podría decir que era de mis escritores favoritos, pero sí que había leído algo de él y me había gustado. Y sé que ya era mayor (78 años) y que ya hacía tiempo que estaba enfermo*, pero por un momento se me encogió el corazón, que se muera un escritor que has leído es como si muriera esa persona con la que un día te quedaste encerrada en un ascensor y, a pesar de que no os conocíais, os explicásteis cosas personales e íntimas y vistéis que teníais mucho en común, y aunque luego no os habéis vuelto a ver, cuando te enteras de que ha muerto no dejas de lamentarte por no haberlo conocido mejor.
A modo de (humilde) homenaje, copio una reseña que escribí en su día sobre una antología suya que leí este mismo año:
___________________
*De hecho me enteré por mi madre que se había muerto. Ella lo vió en las noticias y me dijo: "Se ha muerto un escritor inglés que había ganado el Nobel" No se acordaba de cómo se llamaba, pero no me costó mucho adivinar que tenía que ser Harold Pinter. Lo confirmé consultando el teletexto. Sí, aún existe gente que consulta el teletexto (a veces incluso yo misma me sorprendo que al pulsar el botón del mando a distancia funciona; supongo que con la TDT todo se terminará y luego lo añoraré).
A modo de (humilde) homenaje, copio una reseña que escribí en su día sobre una antología suya que leí este mismo año:
'Esencial' es un libro editado en catalán por Edicions 62 que cogí de la biblioteca y que contiene algunas de las obras de teatro más famosas de Harold Pinter. Mi único contacto previo con Pinter era a través de algunos de sus guiones (dicho sea de paso, su guión para 'El sirviente' de Joseph Losey es una obra maestra, como toda la película). Y su teatro me ha sorprendido porque puede llegar a ser muy pero que muy angustiante. Me recuerda un poco a Samuel Beckett, por los personajes de los que no sabemos nada y que se dedican a mantener diálogos de besugos. Pero también me recuerda a Lynch porque muestra la angustia que se esconde entre los repliegues de la vida diaria.
Pero en realidad no se parece a nada de lo que haya podido ver. Es altamente desconcertante. Sus obras son peces que se muerden la cola. Cuando terminan, no sabes qué pensar, no tienes ni idea de qué es lo que ha pasado allí. Y esto siempre es muy bueno. También se puede argumentar que hay cierta influencia de Chéjov, porque Chéjov fue el primero en combinar comedia y tragedia. Pero Pinter va mucho más allá y no estás nada segura de si estás delante de una farsa o delante de una tragedia con todas las de la ley. Probablemente las obras de Pinter sean las dos cosas a la vez. Y esto me encanta.
De las presentes en el libro, las obras que más me han gustado son 'The Room' y 'The Dumb Waiter'. Son obras oscuras, con muchas puertas cerradas. No sabemos qué hay detrás de éstas, y esto nos angustia. Son obras en las que los personajes están isolados en medio de un vacío formado por habitaciones que no conocen. No sabemos quién hay detrás. Y los personajes se dedican a pasar el tiempo hablando de nada. A veces parece que sólo son monigotes. O autómatas. Las escenas son aparentemente banales pero luego llega el desenlace que es sorprendente, pero cae el telón y realmente no sabemos nada de los personajes ni qué les ha pasado ni qué les pasará.
Luego está 'The Lover', que podría ser sólo una historia más de un matrimonio que se derrumba con cuernos por el medio, pero gracias a un recurso de lo más original se convierte en un juego de espejos, que habla de incomunicación e insatisfacción, y que nos acaba diciendo que la vida es una serie de rutinas banales y vacías que se van repitiendo eternamente. También me ha encantado, aunque no con igual intensidad.
En mi lista de preferencias, luego vendría 'A Kind of Alaska' sobre una adolescente que quedó en una especie de coma y que después de treinta años se despierta sólo para volver a quedar en coma al cabo de unos pocos minutos. Sobrecojedor. Y es un dramón al uso como sería la película 'Despertares' con Robert De Niro y Robin Williams, que tiene el mismo punto de partida, sino que la historia sirve sólo como excusa para hablar de memoria y consciencia, para reflexionar acerca de la frontera entre consciencia e inconsciencia, el mundo de los sueños y el mundo real.
Y finalmente ya quedarían las obras que si bien más o menos siguen lo que parece que són los patrones de la obra de Harold Pinter, no tienen la misma intensidad. Se trata de 'Family Voices', 'Victoria Station' y 'One For the Road'.
Sin embargo, se trata en conjunto de una lectura muy recomendable, por lo desconcertante que puede llegar a ser, por la complejidad que esconde bajo una capa de acciones banales y diálogos absurdos.
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*De hecho me enteré por mi madre que se había muerto. Ella lo vió en las noticias y me dijo: "Se ha muerto un escritor inglés que había ganado el Nobel" No se acordaba de cómo se llamaba, pero no me costó mucho adivinar que tenía que ser Harold Pinter. Lo confirmé consultando el teletexto. Sí, aún existe gente que consulta el teletexto (a veces incluso yo misma me sorprendo que al pulsar el botón del mando a distancia funciona; supongo que con la TDT todo se terminará y luego lo añoraré).
jueves, 25 de diciembre de 2008
'The Gashlycrumb Tinies' de Edward Gorey
Antes de ayer me compré una edición bilingue de 'The Gashlycrumb Tinies' de Edward Gorey (o 'La Colla Mata-Degolla' en traducción catalana). Ayer lo leí y resultó ser una joya del humor macabro. Unas ilustraciones llenas de melancolía y ternura. Un juego lingüístico lleno de ingenio. Cada recuadro me hizo sonreír pero a la vez me produció una angustiante tristeza. Una delícia.
sábado, 6 de diciembre de 2008
Reading Update
Hace ya tres semanas que no actualizava esto. No es que el trabajo no me haga libre, es que el trabajo me tiene esclavizada.
Libros que he comprado en estas tres últimas semanas
- 'La Dama de Reus' d'Ambrosi Carrion
- 'Pastoralia' de George Saunders
- 'Bartleby y compañía' de Enrique Vila-Matas
- 'Allò que tal vegada s'esdevingué' de Joan Oliver
- 'Mao II' de Don DeLillo
Libros que he terminado en estas tres últimas semanas
- 'Entrevistas breves con hombres repulsivos' de David Foster Wallace
- 'La Dama de Reus' d'Ambrosi Carrion
Libros que estoy leyendo actualmente
- 'Elegía' de Philip Roth (a 20 páginas de terminarlo)
- 'La Princesa de Cléves' de Madame de La Fayette (a 15 páginas de terminar la tercera parte y hay cuatro, de partes)
- 'Vida y destino' de Vassili Grossman (30 páginas de 1093)
- 'El beso y otras narraciones' de Dezso Kosztolanyi (apenas cuatro páginas leídas)
- 'Cuentos completos' de Flannery O'Connor (abandonadísimo)
- 'Sixty Stories' de Donald Barthelme (aún más abandonadísimo si cabe)
Confío terminar 'Elegía' en los dos próximos días y 'La Princesa de Cléves' en las dos próximas semanas. El primero me está gustando mucho, después de la decepción de 'La contravida' también de Roth, quizás porque va al grano (y no toca el tema judío) y porque tampoco hay tantos libros que hablen directamente de la muerte, aunque en este caso quizás sería más preciso hablar de "la decadencia física de un cuerpo". Y yo soy la primera sorprendida en encontrar tan deliciosa 'La Princesa de Cléves', que al fin y al cabo es una novela histórica del XVII y esto a priori suena muy duro. 'Vida y destino' con suerte lo terminaré en un año. Hacía tiempo que lo tenía en casa y lo he empezado precisamente ahora que es cuando menos tiempo tengo para leer. Pero yo soy así: cuánto menos tiempo tengo para leer más ganas de leer tengo.
Sobre 'Entrevistas breves' no recordaba lo bueno que era el relato 'En su lecho de muerte, cogiéndote la mano, el padre del aclamado nuevo dramaturgo joven y alternativo pide un favor'. Creo que junto con 'La persona deprimida' y 'Octeto' son los relatos centrales de esta colección (no será por azar que están colocados cada cinco relatos), los más desgarradoramente sinceros, los que mejor dejan entrever los recovecos de nuestra mente y las miserias más inconfesables que nos escondemos a nosotros mismos. 'En su lecho de muerte...' trata de un hombre que se confiesa, sobra decir que en su lecho de muerte. Su confesión versa sobre la repulsión y el odio que siente por su hijo desde su nacimiento, en buena parte propiciado por el infinito egoísmo del niño, pero sin darse cuenta de que probablemente todos los que nos quejamos del egoísmo de alguien estamos siendo egoístas. Es perfectamente gráfico y tremendamente divertido, pero a la vez desolador, deprimente, y en el fondo creo que se pregunta, como la mayoría de relatos de esta colección, sobre si es posible que exista una bondad y una generosidad auténticas. En conjunto es un libro muy duro, muy deprimente, quizás incluso demasiado. De las colecciones de DFW sigo prefiriendo 'Extinción', porque aunque también es tremendamente triste, es más reconfortante.
'La Dama de Reus' se basa en una leyenda popular catalana. Recuerdo que de pequeña me encantaba una canción que versionaba esta historia. Es por eso que tenía tantas ganas de leer esta obra de teatro. Y no me ha decepcionado. Es una obra magnífica, muy grande, muy intensa, épica, con dos protagonistas complejos y ricos en matizes, cuya relación se mueve entre el amor y el odio. No me avergüenza decir que me hizo llorar. A pesar de estar ambientada en el siglo XVIII y ser escrita en la posguerra es un obra terriblemente moderna que rebosa sexualidad. Es buenísima.
Libros que he comprado en estas tres últimas semanas
- 'La Dama de Reus' d'Ambrosi Carrion
- 'Pastoralia' de George Saunders
- 'Bartleby y compañía' de Enrique Vila-Matas
- 'Allò que tal vegada s'esdevingué' de Joan Oliver
- 'Mao II' de Don DeLillo
Libros que he terminado en estas tres últimas semanas
- 'Entrevistas breves con hombres repulsivos' de David Foster Wallace
- 'La Dama de Reus' d'Ambrosi Carrion
Libros que estoy leyendo actualmente
- 'Elegía' de Philip Roth (a 20 páginas de terminarlo)
- 'La Princesa de Cléves' de Madame de La Fayette (a 15 páginas de terminar la tercera parte y hay cuatro, de partes)
- 'Vida y destino' de Vassili Grossman (30 páginas de 1093)
- 'El beso y otras narraciones' de Dezso Kosztolanyi (apenas cuatro páginas leídas)
- 'Cuentos completos' de Flannery O'Connor (abandonadísimo)
- 'Sixty Stories' de Donald Barthelme (aún más abandonadísimo si cabe)
Confío terminar 'Elegía' en los dos próximos días y 'La Princesa de Cléves' en las dos próximas semanas. El primero me está gustando mucho, después de la decepción de 'La contravida' también de Roth, quizás porque va al grano (y no toca el tema judío) y porque tampoco hay tantos libros que hablen directamente de la muerte, aunque en este caso quizás sería más preciso hablar de "la decadencia física de un cuerpo". Y yo soy la primera sorprendida en encontrar tan deliciosa 'La Princesa de Cléves', que al fin y al cabo es una novela histórica del XVII y esto a priori suena muy duro. 'Vida y destino' con suerte lo terminaré en un año. Hacía tiempo que lo tenía en casa y lo he empezado precisamente ahora que es cuando menos tiempo tengo para leer. Pero yo soy así: cuánto menos tiempo tengo para leer más ganas de leer tengo.
Sobre 'Entrevistas breves' no recordaba lo bueno que era el relato 'En su lecho de muerte, cogiéndote la mano, el padre del aclamado nuevo dramaturgo joven y alternativo pide un favor'. Creo que junto con 'La persona deprimida' y 'Octeto' son los relatos centrales de esta colección (no será por azar que están colocados cada cinco relatos), los más desgarradoramente sinceros, los que mejor dejan entrever los recovecos de nuestra mente y las miserias más inconfesables que nos escondemos a nosotros mismos. 'En su lecho de muerte...' trata de un hombre que se confiesa, sobra decir que en su lecho de muerte. Su confesión versa sobre la repulsión y el odio que siente por su hijo desde su nacimiento, en buena parte propiciado por el infinito egoísmo del niño, pero sin darse cuenta de que probablemente todos los que nos quejamos del egoísmo de alguien estamos siendo egoístas. Es perfectamente gráfico y tremendamente divertido, pero a la vez desolador, deprimente, y en el fondo creo que se pregunta, como la mayoría de relatos de esta colección, sobre si es posible que exista una bondad y una generosidad auténticas. En conjunto es un libro muy duro, muy deprimente, quizás incluso demasiado. De las colecciones de DFW sigo prefiriendo 'Extinción', porque aunque también es tremendamente triste, es más reconfortante.
'La Dama de Reus' se basa en una leyenda popular catalana. Recuerdo que de pequeña me encantaba una canción que versionaba esta historia. Es por eso que tenía tantas ganas de leer esta obra de teatro. Y no me ha decepcionado. Es una obra magnífica, muy grande, muy intensa, épica, con dos protagonistas complejos y ricos en matizes, cuya relación se mueve entre el amor y el odio. No me avergüenza decir que me hizo llorar. A pesar de estar ambientada en el siglo XVIII y ser escrita en la posguerra es un obra terriblemente moderna que rebosa sexualidad. Es buenísima.
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