¡Hola a todos buceadores!
Hoy os traigo la reseña del primer libro que he tenido la oportunidad de leer de la autora y os puedo asegurar que me ha conquistado por lo que seguiré leyendo alguno más, pero lo importante aquí es la reseña, así que empecemos:
Título: Croquetas y wasaps
Autor: Begoña Oro
Páginas: 229
Editorial: SM
Precio: 9,95
¿Te has preguntado alguna vez que quedará de ti cuando ya no estés? Clara sí. Justo cuando está al borde de la piscina. Y tiene dos opciones: tirarse de cabeza cuando todo su cuerpo grita para que lo haga, o quedarse quieta tapándose las orejas con las manos.
Lo que más me ha gustado de esta lectura ha sido lo sorprendente que es, yo no había leído ninguna reseña acerca del libro, así que me he "lanzado a la piscina" sin saber si me iba a encontrar tiburones en ella, en la sinopsis tampoco nos detalla nada sobre el argumento, simplemente nos habla de unas croquetas y de distintos valores que nos vamos a encontrar en el libro, gracias a esto, la novela a logrado atraparme desde el principio, por qué no tenía ni idea de si me iba a gustar, ha sido el causante de que me haya gustado tanto.
Pese a que yo no quise saber nada, estoy seguro que alguno de vosotros si, así que voy a hacer un resumen muy escueto, Clara es una adolescente que no está pasando por el mejor momento, lleva unos días saliendo con Lucas, el chico más guapo y popular de toda la clase, pero el no está listo para dar el siguiente paso, Clara se ve sola y abandonada por lo que decide centrarse en como recuperarle, sin saber que va a encontrar algo mucho mejor gracias a ello.
Y en ese momento podrías haberme mirado con la cara que quisieras, que no me enfadaría ni te quitaría la razón: Estaba LOCA de contento. Y sólo quería regodearme en mi triunfo, que cuándo algo bueno nos pasa, hay que saber vivirlo. Hay que lanzarse de cabeza a esa piscina de felicidad, zambullirse sin miedo, perder el traje de baño, empaparse el pelo, irritarse los ojos, tragar agua, apurar hasta quedarse casi sin aire... Dame todo los daños colaterales de la felicidad, pero dame felicidad.
Los personajes son muy buenos, la protagonista, Clara, es una adolescente de las que de verdad te crees, aunque a veces es un poco insoportable en el principio del libro, acaba siendo graciosa y se ha convertido en uno de mis personajes favoritos, pero sin duda, su abuelo ha sido la bendita clave, lo que me he podido reír con su forma de hablar, y lo que me ha recordado al mío, me lo he pasado muy bien con ese personaje y sin duda pasa a ser de mis novelas con personajes buenísimos por excelencia.
No quiero contaros mucho más por qué realmente es de una de las novelas de las que más me está costando hablar, por qué a simple vista puede parecer una historia llana, pero la forma en la que nos hace reflexionar sobre los distintos aspectos de nuestra vida cotidiana es muy especial, la forma que tiene Begoña de hilar un tema con una metáfora para que podamos entender las sensaciones que se nos narran, para mí ha sido un punto muy bueno dentro de la novela.
Si te digo que mis partes favoritas del libro han sido las de amor puedes pensar que se trata de una novela romántica, pero no, el amor se trata en dosis muy pequeñas y necesarias, y he de decir que no es algo que ocurra sin más y que la pareja al instante ya se profesa amor eterno, si no que no sabes siquiera si va a durar, pero no hace falta, por qué está tan bien tratado, es tan fácil de entender por qué sucede que te lo crees sin problema.
Es verdad que puede lamerse solo las heridas. Basta con que haga un poco de contorsionismo. Pero también puede quedarse tumbado y puede dejarse querer, dejarse curar, dejarse consolar, como un cachorro hace con su madre. Por eso, en el portal de Belén, al lado del buey siempre se pone una mula. EL buey nunca está solo.
Por supuesto como nunca falla quiero hablar del final, no he de quejarme por qué lo haya dejado muy interesante, tanto que te haga desear una segunda parte, pero si es cierto que los tres últimos párrafos me han parecido muy bonitos y curiosos, nunca había leído nada que me hubiera emocionado tanto como una historia tan realista pero a la vez con un personaje tan soñador y metafórico. Además, un punto muy a favor es que es una novela cortita y con un ritmo muy ágil que se lee en nada, lo que ayuda a que sea perfecto para el verano y una lectura muy fresca.
Si lo que estáis buscando es una novela que os haga pensar, reír y a veces llorar es lo que encontraréis en croquetas y wasaps, con una prosa muy fácil de seguir y que a mi personalmente me ha conquistado, además de unos personajes que están muy bien construidos y pensados para que sea una historia amena, pero a la vez profunda.
Una historia de la que empecé no esperando nada, pero que me ha conquistado por la cantidad de metáforas, por los personajes peculiares pero perfectos para la historia, y sobre todo por la forma en la que está contada la historia.