El miércoles por la tarde, viendo que el jueves puedo sacar un hueco para escaparnos al monte, le mando un mensaje a Kike para ver que planes tiene, con la seguridad de que ya tendría algo previsto, y a lo mejor podría unirme al plan… me contesta al momento y me dice que ha quedado con Chabi y que tenían pensado subir a Riglos a escalar el Mallo de la Visera por la vía “Mosquitos 330 m. 6b”, solo oír “VISERA” se me ponen los pelos como escarpias, pero Kike me tranquiliza con las frases de siempre… que no me preocupe, que se puede acerar… que es fácil, que tiene muchas chapas… que los paraboles están muy cerca… total, que quiere el ciego, sino ver… que me convence (estoy deseando escalar ese mallo) las 9 y media de la mañana y ya en Riglos dispuesto intentar mi primera ascensión a la Visera (la “primera onomástica” a la visera en esta quincena del mes de abril, aprovechar este blog para desde aquí lanzar un mensaje a todos mis tocayos “Melchores”, el 0,018 % de la población, y que les guste la montaña… para que me aviséis de vuestra actividad para no repetirnos… jejejeje, y seguir haciendo asi primeras repeticiones “onomásticas”, no confundir con primeras “mundiales”, “nacionales”, etc.).
Tras la parada de rigor para desayunar… con un día espectacular, y tras remontar los 10 o 15 minutos de sendero de subida, nos encontramos a pie de mallo, Kike y Chabi se reparten los largos de primero, Chabi los 4 de inicio y Kike los restantes… yo me ofrezco con la boca pequeña… (apenas me escuchan, deseando no encabezar la cordada porque soy consciente de los alejes, perdón “ambientes” de Riglos y de lo que asusta la pared desde aquí abajo, con su imponente desplome, pero se apiadan de mi, y me dejan en medio, bufff, menos mal) La vía, por ser la más asequible hacia la cumbre del mallo, está hiper-repetida y los largos que en teoría no “apretan” demasiado, los que discurren por diedros y fisuras, tienen las presas muy, pero que muy resbaladizas (pulidas por sus mil repeticiones) y aunque las manos se agarran con seguridad, los pies son un verdadero calvario de resbalones impredecibles que superas una y otra vez, en el último instante.
Superados los 4 primeros largos, el 5º reserva una “agradable” sorpresa… la llegada al trono (una repisa de roca espectacular, en mitad de la vía) en travesía en horizontal, de la que había leído alguna reseña aterradora (no se que pasa, pero cada vez que busco una reseña de una vía en Google… la primera que me sale siempre es la peor, y juro que no pongo en el buscador “vía mosquitos riglos caída”) travesía en la que si te piras el vuelo incluye visita a la parte de debajo del trono, con vuelo incluido, del que no te salvas por ir de segundo, ya que una caída te coloca, gracias al péndulo de la cuerda, bajo la repisa, sobre la nada, con una difícil escapatoria. Despues de todo, la travesía, no me resultó especialmente difícil, aunque el desplome de la pared te tira hacia atrás, se resuelve más o menos bien, con buenos bolos, permite subir hasta apoyar los pies en oposición en la roca del mismo trono, que tiene una calidad excepcional, entrando en la repisa en “modo digno”, existiendo otra forma de escalarlo “modo indigno”, que debe de ser “subiendo el culo y sentándose” en el trono, pero que por suerte no tuve la ocasión de practicar.
Tras el trono, el siguiente largo de la vía se endurece notablemente (6b) los pasitos, un par antes de cada chapa, hay que darlos, y permiten acerar lo justo en cada panza. Mi cabeza, al ver que Kike se colgaba antes de dar los pasos para estudiar la jugada, decidió no escalar más, y gracias a un pedal improvisado y la ayuda inestimable de Chabi, estoy aquí contando la aventura y no en el mallo esperando un rescate… jejeje. Superado ese primer largo, tras el trono, la vía vuelve a una dificultad humana y un más que discutible V+ (6a en algunas reseñas…) sucesivas panzas, te dejan ante una fácil trepada, con roca bastante descompuesta, que te lleva hasta la cima del mallo, asegurándonos en una sabina.
Una vez arriba, abrazos, felicitaciones por mi primera al mallo visera y a disfrutar de las espectaculares vistas del valle. Bajada rápida (especialmente Chabi que vuela en las bajadas…) y bocata de longaniza en Ayerbe que con la consabida copa helada de cerveza, supo a gloria, tras el esfuerzo realizado.
Un abrazo montañeros…
Actividad realizada el jueves 7 de abril de 2011 por Kike, Chabi y Melchor.
