martes, 28 de noviembre de 2023

La Navidad en sus manos

Ni una Navidad sin una película española para amenizarla, aunque la de este año bebe mucho de las producciones norteamericanas. Eso sí con menos espectacularidad y calidad en cuanto a efectos, pero mucho mayor grado de ternura y humor español. Estas Navidades las pantallas de los cines se van a llenar de copias de La Navidad en sus manos.

Incluso el protagonismo recae en un personaje tan poco latino como el gordo de Rojo. Sí, sí. Papa Noel le come terreno a los Reyes Magos desde hace años y eso es un hecho. Aunque aún haya un pequeño reducto que pertenezcamos al team Reyes Magos, más por nostalgia que otra cosa. El caso es que los niños quieren los regalos antes y es muy lógico, que las vacaciones están para disfrutarlos, no para olerlos y empezar el cole, los deberes, las tareas, los trabajos, lo exámenes... Que sí, que los Reyes Magos juegan más con al expectación y crean mucho más hype, peeero... En fin, que esta vez gana el personaje bonachón que se hincha a polvorones y licor en cada casa mientras ríe con su característico "Ho ho ho".

El argumento ya nos lo hemos encontrado millones de veces: Papa Noel sufre un accidente y necesita sustituto. Por supuesto el sustituto elegido por cuestiones de urgencia máxima será un pícaro que se mueve en un terreno de dudosa moralidad, pero que en el fondo tiene un grandísimo corazón. ¡Un diamante en bruto! Que tendrá su milagro de la Navidad, porque estas películas son para emocionarse, reír, soltar alguna lagrimita y salir de la sala con el espíritu navideño a tope. ¡Claro que sí!

Nos vamos a reir, sí. Vamos a pasar un buen rato con los peques, sí. Vamos a ver un gran peliculón, eeerrr... Pues hombre, no. Pero tampoco es lo que buscamos. Aquí se viene a emocionarse con la navidad, blanca navidad. Blanca por la inocencia de los peques, blanca por la ilusión de todos, blanca hasta en el humor, blanca aunque no haya nieve de verdad. Que nos hace mucha falta más risas y menos agobios, estrés y corre corre (también tan típicos de esta época).

Pues hagamos una parada en el cine y un pequeño inciso en nuestras vidas con este Papa Noel a la española encarnado por el Santiago Segura que ya conocemos y un elenco muy metido en sus estereotipados, pero que siempre funcionan en este tipo de productos, personajes.

La Navidad en sus manos se estrena este viernes 1 de diciembre y no me digáis que no es una actividad muy chula para comenzar un calendario de adviento lleno de actividades divertidas en familia.

lunes, 27 de noviembre de 2023

Desatando la creatividad, Desmitificando la IA generativa- Un viaje a través de lo imaginario

La última actividad a la que asistí con motivo de la Semana de la Ciencia fue acompañada de Iván. A Daniel también le hubiera gustado asistir, pero no pudo por la carga de exámenes y tareas que tiene a sus espaldas. ¡Y es que la cosa iba de IA! y eso llama mucho la atención. El taller se llamaba Desatando la creatividad, Desmitificando la IA generativa- Un viaje a través de lo imaginario y lo organizaba la Universidad Nebrija.

Nada más llegar nos metimos en un laberinto de pasillos y patios con las indicaciones del bedel de la puerta para llegar al aula que nos indicaban en el email de confirmación. Aún así tuvimos que preguntar una par de veces más antes de dar con el sitio. No tuvimos que esperara mucho para sospechar que ahí no tenía pinta que se fuera a dar el taller porque estaban dando otro de energías renovables que no tenía pinta de acabar a la hora que empezaba el nuestro.

Preguntamos a un señor muy amable que nos aconsejó volver a la recepción. Nuestra cara fue un poema, pero el caso es que en el camino de vuelta por el laberinto de pasillos y patios no nos perdimos y llegamos sin problemas. Allí nos encontramos de nuevo al bedel, que intentó ayudarnos de todas las maneras posibles, pero todo daba a un callejón sin salida. Nosotros nos lo tomamos como un juego pistas para vencer al laberinto, pero el bedel no tenía tanta imaginación y se estaba agobiando muchísimo por nosotros porque no encontraba el aula a la que se le había asignado el taller. 

Como última opción nos ofreció acompañarnos a buscar al organizador, que él conocía, pero con la limitación de que no podía alejarse mucho de la portería porque no la podía dejar desatendida. Ya pensábamos que nos íbamos a volver a casa derrotados por el laberinto y una extraña concurrencia de errores y maleficios del laberinto, cuando nos encontramos de frente con una angustiadísimo organizador. Parecía muy aliviado al vernos y nos guio por una camino inexplorado hacia nuestra esquiva aula. Que conste que se equivocó una vez. Cada vez estoy más segura de que esa facultad está viva y cambia los corredores a su antojo.

De la magia de mis fantasías, nos metimos de lleno en la ciencia informática. Sacamos el portátil y nos dispusimos a aprenderlo todo acerca del machine learning, deep learning, IA generativa y ChatGPT.

Lo primero que nos dejaron claro es que La IA que está detrás de la IA generativa y el ChatGPT no se parece ni de lejos a la consciencia humana, sino que está alimentada por millones y millones y mil millones de datos cruzados y ontologías (que cataloga y establece relaciones), así que no le podemos pedir peras al olmo y tenemos que tener mucho cuidado con las limitaciones que tienen estas herramientas. 

Uno de esos límites, por ejemplo, es el lenguaje informal. Si lo usamos existe una alta probabilidad de que no nos entienda y nos dé una respuesta equivocada. En la clase nos pusieron como ejemplo ir suelto al baño, que ChatGPT entendió por ir solo al baño.

Otra limitación son las citas o referencias que nos presentan estas herramientas cuando les pedimos que citen de dónde podemos sacar una información u otra. A veces son documentos que se citan por Internet, pero el documento en sí no existe o es imposible encontrarlo.

Y, por último, también tiene restricciones en problemas de lógica ya que aplica directamente cálculos matemáticos, antes que un razonamiento lógico. Por ejemplo, a la pregunta de cuantas veces se puede restar 1 a 1.111, la mente humana deducirá que sólo se puede hacer una vez, ya que en la siguiente operación el 1.111 habrá sido sustituido por 1.111 con lo que ya no se cumple la premisa inicial de la pregunta, pero la máquina hará sus cálculos sin tener en cuenta esto y restará 1 1.111 veces hasta llegar a 0. Es decir, nos dará una respuesta equivocada.

Una vez nos queda claro que la IA a veces no da con la respuesta correcta comenzaron a explicarnos como usar herramientas de IA generativa para imágenes y herramientas de chat con IA. Lo más importante es ser precisos y dar descripciones lo más completas posible de lo que queremos. Y, aún, así siempre nos sorprenderán los resultados. Si no es lo que queremos, no debemos desanimarnos y volveremos a intentarlo con una descripción aún más precisa.

Los chats son muy útiles para consultarlos en investigaciones o en metodología o procedimientos en el trabajo, pero hay que tener mucho cuidado con dar datos sensibles o privados. No olvidemos que detrás siempre hay una empresa privada a la que pagamos el servicio con nuestra información. ¿U os creíais que esto era gratis? Aquí metimos el tema de cómo vendemos nuestra alma (datos personales) al hacernos perfil en cualquiera de las redes sociales a las empresas que están detrás. Y lo hacemos con gusto e inconsciencia total porque nos gusta lo que nos dan (¿Quién se lee las condiciones que hay que aceptar cuando te das de alta?). El gran hermano de George Orwell llegó hace mucho tiempo, pero con una gran diferencia, proviene del sector privado.

En esta línea, comenzamos a discutir sobre los límites de la moralidad y la legalidad en cuanto a IA. Cada uno tenía una opinión, a cada cual más interesante, pero yo sigo convencida de que la IA no se puede medir con esos parámetros, ya que lo que tienen que respetar estos límites son las personas que las programan y las que las usan. Con lo cual, estamos en las mismas de siempre. La moral y los límites los ponen los humanos y las herramientas son más o menos peligrosas según el mal uso que se haga de ellas. Pero por otro lado, pueden llegar a ser extremadamente beneficiosas si se usan bien.

También hablamos un poco del intrusismo de estas aplicaciones en ciertas profesiones vs progreso. La eterna batalla de profesiones que se crean y se destruyen o transforman y la necesidad de actualización constante en el conocimiento y técnicas de los profesionales. Un proceso que cada vez es más rápido y estresante, lo admito, pero una realidad que hay que asumir, en mi modesta opinión.

De los conocimientos con los que salí de la carrera pocos me resultan útiles a día de hoy. He tenido que reciclarme constantemente con tantos adelantos en comunicación como hay. Incluido el desarrollo en herramientas basadas en IA.

Acabamos el taller con una práctica en la que teníamos que generar la historia de un cómic de cuatro viñetas en el que estuvieran presente unas palabras concretas que nos facilitaban los profesores y luego generar las imágenes de cada una de ellas.

Fue muy entretenido y sorprendente. A veces, hasta una poco frustrante porque las IA no entendían muy bien lo que queríamos y nos presentaban unas idas de olla fascinantes y/o inquietantes.

Lo pasamos genial y aprendimos muchísimo. La verdad que ha sido una Semana de la Ciencia muy aprovechada.

martes, 21 de noviembre de 2023

Del cacao al bombón

Siguiendo con la semana de la ciencia, no pude evitar caer en al tentación del Taller del bombón que ofertaban desde la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid. Sonaba demasiado delicioso. Las fieras se quedaron con las ganas, pero sólo había turno de mañana y entre semana, así que era imposible que asistieran.

Lo curioso es que cuando acudí me encontré en medio de una clase de 4º de la ESO que me recordó mucho a la fiera mayor. Está genial que los Instituto y colegios aprovechen estas oportunidades siempre que puedan, porque en el centro de mis hijos las clases son más numerosas que plazas se ofertan para este tipo de talleres. El caso es que me encontré rodeada de chiquillería más que motivada a elaborar sus propios bombones. En mi caso, iba para mejorar mi técnica, porque hago bastantes cosas con chocolate y me gustaría obtener mejores resultados.

El taller comenzó con una introducción hacia las ingenierías invisibles, como las que se ocupan de la alimentación, ya que, cuando vemos un avión nos viene a la mente aeronáutica, o cuando pasamos un puente pensamos en ingeniería civil, pero cuando tenemos un plato de cocido delante no nos da por pensar en que ahí ha tenido mucho que ver la ingeniería agronómica.

Nuestro profesor también nos habló sobre el sector del cacao, que viene de un árbol y del que se sacan varios subproductos con los que luego se hacen las deliciosas barritas de chocolate, los bombones que son un pecado o pasteles y tartas, por ejemplo. Los principales subproductos son el licor de cacao, la manteca de cacao y el cacao en polvo. Me pareció curioso porque pensaba que al chocolate siempre le agregaban manteca sacada de otro vegetal, pero suelen usar la que sacan del propio cacao. Ahora pienso que el chocolate blanco puede ser más chocolate de lo que pensaba, a pesar de no llevar licor de cacao o cacao en polvo. 

También se habló de los países productores que no tienen que coincidir con los países exportadores porque depende la producción, que, por cierto, es imposible producir este producto en España porque el cacao se da en ambientes tropicales y en nuestro país, a pesar de que ha zonas con este tipo de microclimas en los que se cultivan productos tropicales; como kiwi, aguacate o mango; el cacao no se puede dar porque la infraestructura necesaria no es rentable con respecto a la producción que se obtendría.

Centrándonos ya en el Bombón, el profesor nos relató que cuenta una leyenda que el rey de Francia Luis XIV tenía su propio master chef en el que al que triunfaba le mandaba directo al estrellato, pero el que fracasaba acababa estrellado y sin cabeza. En este contexto, a un repostero se le ocurrió fundir chocolate y mezclarlo con mantequilla para darle una textura más suave. El rey al probarla comentó "bon...bon" y con bombón se quedó. Y el repostero se quedó con su cabeza. Eso también.

Hay varias formas de fundir el chocolate, pero le mejor es al baño maría. Nosotros en el taller lo hicimos utilizando el microondas porque es la manera más segura y fácil teniendo en cuenta que estábamos en una sala polivalente y que la mayoría de los asistentes no eran mayores de edad. Utilizando este método lo mejor es meter una tableta entera durante un minuto, luego se revuelve y aplasta para acelerar el proceso de derretimiento. Si no se derrite del todo se pone un poco más al micro (menos de un minuto, evidentemente) y se vuelva a comenzar con el procedimiento. Mejor si utilizamos recipiente de barro que conserva mejor el calor. Si nos despistamos y se nos quema el chocolate, ¡a la basura con él!, porque se forman sustancias cancerígenas.

Se puede mezclar el chocolate con mantequilla o nata para darle cuerpo, brillo y suavidad, pero si te pasas empieza a exudar grasa, que se puede recuperar añadiendo más chocolate y extrayendo la grasa agitando el molde y dando suaves golpecitos con una servilleta de papel. La mantequilla o la nata no se debe poner en chocolate blanco para fundir ya que es básicamente manteca de cacao y ya tiene demasiada sustancia grasa en su composición. 

Una vez tenemos la base de nuestros bombones preparada, ya sea solo chocolate o la mezcla con mantequilla o nata, podemos añadirle diferentes elementos para darles sabores que mariden con el sabor del chocolate como, por ejemplo, frutos secos (normalmente avellanas o almendras), piel de cítricos (lo mejor que se adapta es la piel de la naranja, pero la de limón también le va bien. Cuidado con añadir sólo piel y no la parte blanca de  dentro, que amarga), y aceites de esencias como la de vainilla. Frutos secos y pieles de cítricos hay que rallarlos muy finos antes de mezclarlos con la base de chocolate.

Cuando el chocolate; o la mezcla tanto de productos grasos como de frutos secos o pieles de cítricos; está en el molde hay que golpearlo contra la mesa con decisión para eliminar las burbujas de aire y que exude la grasa en el caso de que lo necesite. Si hay grasa se retira con una servilleta de papel.

Finalmente hay que dejar enfriar de forma gradual, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera, pero, por falta de tiempo, tenían preparadas neveras a temperaturas muy bajas para acelerar el proceso.

Desgraciadamente, yo me tuve que ir un poco antes porque tenía que cumplir con mis deberes como madre, pero el profesor tuvo un detallazo y me dio bombones del taller del día anterior. ¡Estaban buenísimos! Cuando las fieras acaben los exámenes vamos a hacer un montón de bombones con los nuevos conocimientos que he adquirido.

Junto con el profesor, había un ayudante que también me ayudó mucho respondiendo a mis preguntas. La verdad es que salí muy contenta del taller.

lunes, 20 de noviembre de 2023

Walking Live Okuda San Miguel

Gracias al Abonoteatro de Madrid conocí al existencia la exposición Walking Live Okuda San Miguel y del museo en la que se expone, el Museo Gran Vía 15. Aunque más que museo, me pareció una tienda con espacio para exposiciones y eventos. De hecho, una de las salas es una caja fuerte porque al local antes era una joyería. ¡Y flipas! La sala en sí, independientemente de lo que se exponga dentro mola un montón.

Que no quiere decir que la exposición molara menos. Al contrario. Es una explosión de color y formas alucinante. Es ideal para instagramers, pero también para aquellos que no vivan fotografiando su vida para colgarla en las redes y lo que busquen sea arte diferente e innovador. 

En la puerta te aconsejan que te lo tomes con calma y vayas reparando en todos los detalles, porque una vez que sales de una sala no puedes volver. La razón es obvia, se montaría mucho follón entre los que van y vienen porque el sitio no es muy grande, pero estaría genial que dejaran hacer el recorrido al menos dos veces porque el primer impulso es acelerarte para tener muchas primeras impresiones porque cada sala es una colorida sorpresa. Pero si lo haces así se acaba pronto, ya que el sitio no es muy grande. Y encima te pierdes un montón de detallitos chulos.

Detrás nuestro pasaron unos chicos de institutos que nos adelantaron y se debieron hacer el recorrido en dos segundos más o menos. Y eso que la profesora iba corriendo detrás pidiéndoles calma.

Hay que aclarar que no es una exposición para tocar. Son obras de arte. Lo único con lo que se puede interaccionar es el pasillo de estalactitas suaves y coloridas y el caleidoscopio que es una pasada. El resto de obras se disfrutan sólo con la vista, que ya es más que suficiente. Hay una sala en especial en la que parece que te metes dentro de la obra y es una pasada, aunque no se pueda tocar nada.

El precio, me parece un poco excesivo para la duración de la experiencia, pero eso ya depende de cada uno. La entrada general cuesta 15 euros, lo que para una familia de cuatro miembros, como la mía, supone 60 euros. Se nos va del presupuesto por mucho. Con el abono teatro nos salió por mucho menos (24 euros).



















sábado, 18 de noviembre de 2023

Del vino al vermut: la ciencia de los vinos aromatizados

Dentro de la Semana de la ciencia me apunté a un taller sólo para adultos porque incluía alcohol: Del vino al vermut: la ciencia de los vinos aromatizados. ¡Que ganas de aprender sobre vinos aromatizados! la experiencia me encantó, fue muy completa. Estaba organizada por Imidra en el Centro de Innovación Gastronómica, que es un lugar donde la investigación, la innovación y la promoción de los productos de Madrid se dan la mano. Allí se experimenta con ingrediente producidos en Madrid para dar lugar a nuevos productos gastronómicos, según nos explicó su directora, Almudena Lázaro, en su charla introductoria.

Después de hablarnos de los sectores gastronómicos más sobre de la Comunidad; liderados por el vino, el aceite y la carne de Guadarrama; pasamos a un laboratorio en el que actualmente se llevan dos líneas de investigación principales, una gira alrededor del pan y otra sobre el vermut.

Allí nos explicaron cómo funcionaban los aparatos que manejaban, tanto científicos como culinarios y el por qué de cocinar al vacío: entre otras cosas, porque no se necesitan temperaturas tan altas para elaborar las recetas y los productos no pierden tantos nutrientes como con otras formas de cocinar y se preservan mejor los sabores. Bueno se habló de muchísimas más cosas, tanto de vino, como de vermut, pasando por las uvas, y también de otro tipo de alimentos. Todo muy interesante y ameno. 

Nos contaron que allí hacía pruebas para obtener vermuts que entre sus ingredientes tuvieran hierbas autóctonas de Madrid como artemisa, manzanilla, anís o ajenjo, e vez de las habituales como vainilla, canela o cardamomo.

También usan para el mismo efecto aceitunas de Campo Real liofilizadas, que nos dieron a probar y estaban crujientes y buenísimas. También nos dieron a probar una chuche, al estilo de gominola, de madroños y otra de madroño y chocolate blanco, ¡deliciosas!

El taller en el laboratorio también incluyó oler diferentes líquidos que eran el producto de extraer aromas por separación y unos brandis aromáticos.

El orador incluso nos explicó de forma práctica como hacer un vermut exprés.


Por último, nos llevaron a la sala de catas y nos dieron a probar tres vermuts blancos y tres vermuts rojos para un estudio de producto. Por cierto, si quieres participar en sus estudios y catas sólo tienes que rellenar este formulario que se encuentra en su web.

Lo pasé muy bien y me fui de ahí encantada con la experiencia y todo lo que había aprendido.

Fuente: Imidra