1220. Esta pintura de Nathaniel Hone, hoy
expuesta en la National Portrait Gallery de Londres, retrata a la bella
Catherine Maria 'Kitty' Fisher, una famosa cortesana británica del siglo XVIII.
Un aspecto destacable es que el cuadro incluye un gatito tratando de agarrar un
pececito de una pecera, un guiño visual que juega con el apodo con el cual
llamaban en ese momento a la protagonista, Kitty Fisher, en español “gatito
pescador”, y una clara alusión a su actividad en aquel año de 1764.
1219. Es que ser turco indica que eres amante de
los gatos. Juegos Olímpicos de París 2024. Yusuf Dikeç, 51 años, participante
en la disciplina de Tiro con Pistola de Aire, brindó una clase magistral en la
competición por equipos mixtos con un par de tapones en sus orejas, una postura
relajada y una vista de águila que le valió la presea plateada. El suboficial
retirado de la Gendarmería Turca, nacido en la provincia de Kahramanmaraş, al
sur del país de medio oriente, se convirtió en sensación, por lo que los
usuarios de las redes sociales investigaron su historia y descubrieron algo que
los conmovió aún más: el medallista olímpico es, como buen turco, un amante de
los gatos, de los cuales asegura haber aprendido, con nada más observarlos a
diario, equilibrio y concentración.
1218. El papel que desempeñaban los gatos en la
vida cotidiana de los egipcios era sumamente importante y contribuyó con su
deificación. Los antiguos egipcios eran agricultores que en sus graneros
acumulaban cereales para vivir en los tiempos de siembra. Los gatos monteses
africanos cazaban a los roedores invasores que comían sus cultivos. También
protegían a los egipcios del diario peligro de las serpientes, por lo que
pronto se dieron cuenta de lo mucho que necesitaban a los gatos y comenzaron un
proceso de domesticación que evolucionó hasta vincularlos con sus creencias
religiosas. Según Jaromir Malek, autor de “El gato en el Antiguo Egipto”, los
egipcios deificaron al gato dándole la forma y el estatus de la diosa Bastet
durante la dinastía XXII, alrededor del 975 a.C. Bastet era una de las deidades
más importantes, la diosa de la protección, la fertilidad, la maternidad, el
bienestar y la felicidad. Su culto duró más de 1000 años y alcanzó su apogeo en
el período ptolemaico, 332-330 a.C. Cada año se llevaba a cabo la celebración
anual de la Diosa Bastet en la localidad de Vouvastis donde los egipcios
exhibían sus representaciones de sus sagrados gatos en estatuas y murales. El
historiador griego Heródoto explica que el pueblo egipcio era particularmente
sensible a los asuntos relacionados con los gatos. Han quedado registrados
rituales de luto tras la muerte de un gato e incidentes de venganzas, por
ejemplo, contra quienes osaban hacerles daño. Los gatos eran además momificados
para que accedieran al más allá.
1217. El maestro francés de ajedrez Alexander
Alekhine llevaba a “Chess”, su inseparable siamés, a todas partes. Aquí
aparecen en esta fotografía de 1936 en una de las míticas partidas entre
Alekhine y su frecuente rival, el maestro holandés Max Euwe, quien tras las
inapelables derrotas solía pretextar ser alérgico a los gatos, buscando que el
siamés de Alekhine sea retirado del escenario y pese a que en el estatuto de la
competición no existía cláusula ni regla alguna que avalara su pretensión.
1216. 'La Electrizante Vida de Louis Wain' es la
película de 2021 dirigida por Will Sharpe. Cuenta la extraordinaria historia
del genial artista británico Louis Wain, interpretado por Benedict Cumberbatch.
Claire Foy interpreta a su amada esposa Emily en tanto Olivia Coleman es la voz
en off que narra. Will Sharpe y su director de fotografía, Erik Alexander
Wilson, redimensionan el uso de la luz, el color y demás elementos visuales
para comunicar la visión del mundo de Wain. “Tratamos de contar su vida desde
sus ojos” dice Sharpe. “Cuando tuve mi primer contacto con el guión no sabía
nada sobre Wain. Conocía sus ilustraciones pero nunca me había parado a pensar
en quién las había concebido y realizado. La gente en Gran Bretaña especula con
que fue él quien hizo que los gatos se vieran como animales domésticos, fue su
obra la que provocó ese cambio. A mí, sin embargo, lo que me interesaba era
Wain como ser humano más que como figura o artista histórico. La etapa de su
obra más apreciada por el mundo artístico es esa última en la que pintaba gatos
psicodélicos y caleidoscópicos, gatos cada vez más surreales o abstractos.” La
película es sin duda recomendable, por muchas razones, pero también porque
cuenta con la participación de Nick Cave, protagonizando al extraordinario autor
visionario H.G. Wells, amigo y defensor de Louis Wain y su memorable obra. En la foto promocional de la referida película la pareja que encarna a
Louis y Emily posan con el gato negro y blanco que protagonizó al Peter que
fuera adoración de los Wain en la vida real.
1215. Tras ser diagnosticado con esquizofrenia, el trabajo de Louis Wain se volvió más estridentemente colorido y sus gatos antropomorfizados de siempre tuvieron expresiones más enigmáticas y hasta inquitantes; incluso algunos diseños debido a su visión y enfermedad son hoy considerados una mirada de avanzada para el Pop Art, el comic y la psicodelia. Tal fue la notable contribución al arte de la ilustración de este verdadero artista que terminó recluido en sus últimos años en el Hospital Psiquiátrico Napsbury del condado de Hertfordshire, establecimiento en cuyos jardines pululaban los gatos, lo que le permitió fallecer cerca de los seres a los que tanto amó y a quienes se dedicó a retratar. Años después, la historia de este genio de la ilustración se narraría para la posteridad en la película de 2021 "La Electrizante Vida de Louis Wain".
1214. Louis Wain (5 de agosto de 1860 - 4 de
julio de 1939) fue un artista británico famoso por sus tan personales como
extravagantes ilustraciones de gatos, su gran pasión y predilección desde la
cuna. Nacido en 1860 en Londres fue uno de los seis hijos de una familia con
antecedentes de enfermedades físicas y mentales. El propio Wain nació con labio
leporino y padeció problemas de desarrollo, aunque muy pronto mostraría una
descomunal capacidad para el dibujo y las ilustraciones. Cuando Wain tenía 20
años su padre falleció y las responsabilidades económicas de la familia
recayeron en él como hermano mayor. Antes de intentar valerse como ilustrador
profesional trabajó como asistente de profesor, hasta que en 1883 se casó con
Emily, una mujer que, además de ser el amor de su vida, adoraba tanto como él a
los gatos. La felicidad matrimonial sería completa cuando, poco tiempo después,
Wain recibiera el encargo de ilustrar el libro infantil "Madame Tabby's
Establishment", una historia sobre una Escuela de Modales para mininos.
Sus ilustraciones tuvieron gran suceso de inmediato y Wain en seguida creó
“Kitten's Christmas Party” para la edición navideña de Illustrated London News.
Lamentablemente la buena fortuna por sus logros se vería oscurecida por el
fallecimiento de su amada esposa Emily tras varios meses de enfrentar un
virulento cáncer. Esto lo sumió en una honda depresión luego de la cual le
diagnosticaron esquizofrenia, la que a su vez le hizo perder su carrera como
ilustrador. Pero igual Wain continuaría con su pasión de siempre dibujando
gatos por el resto de su vida…
1213. Mohamed Aziz tiene 72 años y es el librero
más famoso del mundo. Vive en Rabat, Marruecos, la llamada ‘ciudad de los
gatos’, y vende libros en un país donde el 30% de la población no sabe leer, lo
que implica un acto de amor para con su ciudad, la literatura de su país y el
mundo. Huérfano desde los 6 años, Aziz tuvo una vida difícil; ni siquiera pudo
terminar el colegio porque los libros de texto eran demasiado caros para él. A
los 15 años, en 1963, comenzó su carrera de librero con tan sólo una estera
extendida bajo un árbol con 9 libros. Ahora su librería tiene cientos de libros
y él pasa sus días inmerso en sus lecturas, devorando historias en compañía de
sus gatos. “Es mi venganza con mi infancia y pobreza”, dice. “He leído más de
4.000 libros en árabe, francés, inglés o español, lo que significa que he
vivido más de 4.000 vidas. ¡Todo el mundo debería tener esa oportunidad! Sólo
necesito un almohadón y un libro para disfrutar el momento”. Cuando una vez le
preguntaron por qué dejaba los libros afuera, donde podían ser robados,
respondió que “los que no saben leer no roban libros, y los que saben leer no
son ladrones”. Además tiene gatos guardianes de los roedores que podrían mordisquearles
los libros. “Por lo que no necesito más compañía”.
1212. Victor Hugo adoraba a los gatos. Aunque no habló mucho de ellos en su obra, siempre tuvo gatos y les dio un lugar importante en su vida. “Dios creó al gato para darle al hombre el placer de acariciar un tigre”, supo decir. Afirman que fue su gato Chanoine quien inspiró esta famosa frase de Hugo que en todo momento lo consideró un miembro más de su familia. Champfleury (Jules Husson, su verdadero nombre), escritor y también amante de los gatos, escribió un libro titulado “Gatos: historia, costumbres, observaciones y anécdotas” que fue su mayor éxito. Se hizo amigo de Victor Hugo y escribió sobre Chanoine, al que conoció durante una visita a su residencia: “En el centro había un gran dosel rojo, sobre el cual estaba sentado un gato que parecía estar a la espera que le rindan pleitesía los visitantes. Un enorme collar de pelo blanco destacaba como la capa de un canciller sobre su vestimenta negra. El bigote era el de un magiar húngaro y, cuando el animal avanzó hacia mí majestuosamente, mirándome con ojos llameantes, comprendí que el gato había inspirado al poeta y que esos ojos reflejaban los grandes pensamientos que llenaban toda la casa. Chanoine fue el gato abisinio efigie que acompañaba a Victor Hugo quien, como atento y dedicado abuelo, le obsequió a su nieta su primer gatito al que llamó Gavroche. (Texto extractado de www.micetto.com y aportado, junto con la imagen de la British Library de Londres con la rubrica de Victor Hugo, por Livy, mi muy inspiradora amiga y administradora de un blog que muchos en la blogosfera seguimos extrañando: http://moinonplusosi.blogspot.com/)
1211. Cuando cuando era apenas un artista
comercial en Nueva York durante los años 50, Andy Warhol tuvo varios gatos
siameses a los que les permitía andar y hacer lo que quisieran, incluso con sus
trabajos artísticos. De hecho, en 1959, publicó una parodia de libro de cocina,
'Wild Raspberries', y lo mandó a la imprenta con las huellas de las patas de
los siameses marcadas en los originales. Nadie puede decir exactamente cuándo
empezó su amor por los gatos en general o aquella inicial obsesiva debilidad
por los siameses. La primera referencia puede encontrarse en la carta que le
escribió a Truman Capote, la cual así rubricaría al final: '¡De parte mía y de
mis gatos!'. En el punto máximo de su tutela de gatos Andy Warhol llegó a tener
26. A todos excepto a uno los llamó 'Sam'. Al otro lo llamó 'Blue Pussy'. En
imagen vemos la cubierta original que tuvo '25 Cats Name Sam and One Blue
Pussy'.
1210. “El inventor Nikola Tesla es hoy reconocido a nivel mundial por sus contribuciones al diseño moderno del suministro de energía. Existen además muchas facetas suyas conocidas, entre las que destaca su amor por los animales, con los que convivió desde niño. En una carta incluso le agradece a Macak, su gato negro de la infancia, por ayudarlo a entrar en contacto por primera vez con la electricidad. Una noche Tesla acariciaba a su gato cuando notó que le salían ‘chispas’ de su pelaje y le preguntó a su padre sobre aquel interesante fenómeno, a lo que su padre le respondió: ’Es electricidad’, dejando una huella que durante años fascinó al inventor, quien de inmediato se inquirió si acaso no sería la naturaleza ‘un gigantesco gato’. La carta de Tesla titulada ‘Una historia de juventud’, según su biógrafa Margaret Cheney, iba dirigida a Pola Fotic, hija pequeña de Konstantin Fotic, el entonces embajador de Yugoslavia en Estados Unidos. En ella el inventor explicaba el cariño que desde niño sentía por los animales y le dedica un recordatorio a ‘un amigo muy especial’: el ‘imponente Macak, el gato más precioso del mundo’. Tesla relata que cuando tenía tres años se resguardaba en su casa de una tormenta de nieve junto a su gato, cuando de pronto, sintió el impulso repentino de querer acariciar su lomo y observó un hecho que lo dejó sin habla. ‘El lomo del gato resplandecía y al pasarle la mano saltaban crepitantes chispas que se oían por toda la habitación’. Esa misma noche Tesla notó que ‘Macak sacudía las patas como si caminara sobre una superficie mojada’ y en la oscuridad de la habitación se percató de que ‘un aura, similar al de la cabeza de los santos’, cubría el pelaje de su amado gato. Chaney culmina entonces en la biografía que desde ese momento no pasaría ni un sólo día sin que Nikola Tesla tratara de averiguar qué sería la electricidad, aunque sin dar con la respuesta.”(Extractado de una nota encontrada en infobae.com)
1209. ¡¡¡Felices Fiestas!!! Vaya este gran aporte
de JLO del imperdible blog “Cuando el arte ataque” (https://ceaa.blogspot.com/)
como expresión de mis sinceros deseos de gatuna celebración para Tod@s. Con
todo lo que eso para mí significa. (CP)
1208. Tombili, el gato mascota del barrio Kadköy
de Estambul, se paseaba por la zona con actitud llamativamente humana, para
recalar siempre en el mismo bar. Tombili en turco significa “gordito”, dicho
con afecto, y es hoy mundialmente conocido por una fotografía que lo muestra
apoyado en el cordón de la vereda como si fuera una persona acodada en el
mostrador de un bar. Tras la infausta muerte de Tombi, en el barrio se juntaron
20.000 firmas y el tan querido “gordito” fue inmortalizado en su sitio
favorito, donde se sentaba a ver pasar el mundo, con una estatua en bronce del
escultor local, Seval Şahin, oficialmente inaugurada por el alcalde del barrio,
Başar Necipoğleído, el 4 de octubre de 2016, hasta que días después apenas, el
16 de noviembre, desapareció, se la habían robado, lo que causó una serie de
protestas públicas por considerar el hecho como un atentado contra el
patrimonio emocional popular. Tal fue el revuelo reinante que la noticia estuvo
en todos los medios de comunicación, los niños en los colegios hicieron sus
actos de reclamo, en el parlamento hubo sesión especial, se escucharon
encendidos discursos para que pronto encuentren a los culpables: "Se
robaron el monumento dedicado a nuestro Tombili. Fueron los enemigos de todo lo
que es bello y todo lo bueno. Están entre nosotros, llenos de odio y violencia.
Dolor y guerra es todo lo que proponen a la sociedad", hasta que un par de
días después, por la mañana bien temprano, la estatua de Tombili apareció en el
mismo sitio de donde la habían sustraído y donde desde entonces se le rinde
homenaje para siempre.
1207. A antes
de convertirse en Napoleón III, cuando en 1850 visitó el Castillo de Pierrefonds,
Luis Bonaparte quedó impresionado por la desidia de quienes habían dejado que
permanezca en ruinas durante más de dos siglos esa magnífica obra
arquitectónica derrumbada alrededor del 1500. Cuentan que ni bien se convirtió
en Emperador ordenó al arquitecto Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc que restaurara
el castillo. Viollet-le-Duc de inmediato se puso al frente de las obras diseñando
en los planos un castillo de una magnificencia que impactó favorablemente en el
ánimo de Napoleón III, sobretodo porque imponía respeto la inédita visión de
concebir y plasmar el ornato de los tejados, frisos, cúpulas y columnas, y
también para los jardines interiores, ventanas, decoración de pisos y molduras,
con figuras de gatos. Es que Viollet-le-Duc amaba a los gatos con tal pasión
que ideó que las alturas del castillo se vieran decoradas con medio centenar de
estatuas de gatos ubicadas a determinada distancia, cada cual con su distintivo
atributo y todos en diferentes poses. (Ilustran
dibujos originales de Viollet-le-Duc para el Castillo de Pierrefonds)
1206. Gata gárgola. Estatua de una gata aferrando
a su gatito con los dientes en uno de los tejados del Castillo de Pierrefonds,
construido de 1393 a 1407, en Francia. Cabe destacar que el castillo fue en
parte demolido alrededor del 1500 y que en tales condiciones, invadido por
arbustos y pastizales, permaneció durante siglos, hasta ser reconstruido entre
1858 y 1885 por el célebre arquitecto gatófilo Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc,
por orden de Napoleón III.
1205. Gustav Klimt era un devoto amante de los
gatos y una de sus fotografías más famosos, tomado en 1911 por Moritz Nähr, lo
muestra acurrucando a un gato, uno de los muchos que “malcriaba” y consentía en
su estudio vienés de la Josefstädterstraße. Obviamente los gatos creaban un
gran caos en su estudio y un importante crítico de arte de la época, Arthur
Roessler, dio detalles de esta curiosidad en uno de sus registros: “Una vez
estaba sentado con Klimt, quien rebuscaba entre un montón de papeles, rodeado
de ocho o diez gatos que maullaban y ronroneaban jugando o peleándose entre
ellos hasta el punto que los papeles del estudio crujían, volaban, los
mordisqueaban, y entonces le pregunté, perplejo, que por qué toleraba que los
gatos, con tan extraños comportamientos estropearan cientos de sus dibujos y
bocetos más hermosos. Con una sonrisa comprensiva, embelesada con sus traviesos
gatos, Klimt me respondió: No, amigo, aunque arruguen o rompan este o aquel
papel, no importa, son meros bocetos. Aparte, por más que orinen sobre ellos,
ya sabe, usted. No existe mejor fijador que ése!“
1204. “Hay una larga historia de marineros con
gatos como compañeros de barco. Algunos de ellos incluso dejaron registrado en
sus bitácoras que sus gatos los ayudaron a navegar y a determinar el clima. Si
un gato estornudaba significaba que iba a llover, si se mostraba juguetón que
habría fuertes vientos y si lamía su pelaje a contrapelo quería decir que se
acercaba una tormenta de granizo. Si bien los gatos estaban allí principalmente
para controlar que no hubiera roedores que pudieran mordisquear en las alacenas
los alimentos de la tripulación o los cargamentos de trigo, por ejemplo, la
mayoría de los marineros aseguraban que traían buena suerte. Uno en especial
figura en los anales de la navegación por esto mismo. Se trata de Tiddles, un
gato negro que “protegió” a los portaaviones HMS Argus y HMS Victorious de la
Royal Navy y viajó alrededor de 30.000 millas a lo largo de su documentada
carrera, y que en 1940 fue nombrado Capitán Gato en honor a sus años de
servicio siempre listo en el cabrestante de popa junto a la campana.”
(Extractado de un artículo en infobae.com)
1203. El cuadro "Gato con máscara" de
Robert Montenegro, realizado en 1943, presenta una notable composición con un
gato siamés ubicado en primer plano. La silueta estilizada y elegante del gato
y sus penetrantes ojos azules cautivan al espectador, mientras que detrás de él
se asoma una máscara o rostro tan sereno como enigmático, tal vez inspirado en
el arte precolombino o asiático. El contraste entre el vívido felino y la
máscara inanimada crea una interacción convincente de vida y artificio. Montenegro,
conocido por su participación en el movimiento modernista mexicano, a menudo
exploraba temas de identidad y herencia cultural. El uso de tonos cálidos y
terrosos en su pintura añade profundidad y riqueza, evocando la sensación de contemplación
de un misterio. (Óleo sobre masonita de Roberto Montenegro, 1887-1968)
1202. Ernest Hemingway (1899-1961), ganador del premio Pulitzer, escritor, periodista, corresponsal de guerra, aventurero, fue un autoproclamado amante de los gatos. Hemingway se enorgullecía de su "colección de gatos" diciendo que nada le gustaba más que la sensación de tener a sus gatos entre sus pies. Llamándolos "fábricas de ronroneos" y afirmando que "un gato lleva a otro", el autor ya tenía más de 50 gatos mientras vivía en su famosa casa, Finca Vigia, en Cuba. Los visitantes de la casa han contado infinidad de historias de gatos en las mesas del comedor, el vestíbulo, la cocina, por todos lados, de respaldos de camas escritos: "ningún animal tiene más libertad que el gato", dejó dicho Hemingway con dedicación en For Whom the Bells Toll, mostrando que sus gatos disfrutaban de total libertad en cada habitación de la casa. Por lo demás, Hemingway siempre los alimentaba abundantemente con cajas de salmón y bebiendo con ellos, por las noches, una fusión que él preparaba con leche y whisky. Fue en Cuba que comenzó a “coleccionar gatos polidáctilos” (de seis dedos, a los que siempre consideró de buena suerte) que nacieron de una cruza regalo de unos marineros. Su gato más famoso tal vez haya sido uno blanco y negro llamado “Boise”, al que inmortalizó como personaje en la novela “Islas en la Corriente” y al que tiene en brazos en la foto que ilustra esta entrada. Con nombres como “Bola de nieve”, “Princesa de seis dedos”, “Pluma”, “Zane Grey”, “Clark Gable”, “Tío Wolfer”, “Furhouse”, “Christobal” y “Good Will”, Hemingway creyó en la perfecta individualidad de cada uno de sus gatos y gatas, profesando una profunda admiración por lo que solía llamar “la absoluta honestidad emocional del gato”. En la actualidad, en el Museo de la Casa Hemingway en Key West, Florida, viven decenas de gatos, se dice que en su mayoría polidáctilos descendientes de “Bola de Nieve”, todos cuidados y preservados en los términos que Hemingway dejó expresamente estipulados para bienestar de sus "esponjas de amor". (Extractado de "Un gato lleva a otro: Los muchos gatos de Ernest Hemingway” por Erin Knibb)
1201. En un lluvioso día de primavera, Miyu, una
chica que vive sola en una gran ciudad, encuentra un gato acurrucado en una
caja de cartón y se lo lleva a su casa. A ella como siempre le cuesta expresar
lo que siente mientras en la convivencia el gato sigue de cerca sus torpezas y
rutinas. Cada cual en su propio universo, darán a la vez el salto al mundo
exterior, donde encontrarán a otros seres con distintos problemas, a veces
nimiedades y a veces dramas. A todo esto otra chica, Reina, no reúne suficiente
valor para presentarse a los exámenes de ingreso de la escuela de Bellas Artes
y Aoi, quien vive atormentada por la muerte de su mejor amiga, van entrelazando
sus historias al tiempo que sus respectivos gatos gravitan emocionalmente en
sus vidas. “Ella y su gato” es una novela de historias engarzadas en torno a
gatos recogidos de las calles. Fue escrita por Naruki Nagakawa sobre una idea del
prestigioso director de animación Makoto Shinkai. https://www.librosdelarrabal.com.ar/