Tras seis años, tres blogs, dos fotologs y nosecuántos intentos de cierre, este es el final definitivo.
Matalascañas ha cumplido su ciclo vital (¡y cómo ha durado, el jodío!) y se va esta vez satisfecho, satisfecho por haber dejado atrás todo un historial de memeces que algún día valdrá la pena recordar. "¡Éramos jóvenes e imprudentes!", diremos.
Pero no es un adiós, queridos lectores, es una nueva oportunidad. Una oportunidad para poner el contador a cero, o el lienzo en blanco, o la metáfora que os la ponga más dura, y encarar un nuevo proyecto.
¿Puede hacer algo más ilusión que eso?
Que no os engañen por ahí, amigos y amigas. La vida es la hostia porque vosotros lo queréis. Esa es la moraleja de todo esto.
¡Zenkiumog! ¡Poc poc!