La
noticia que les traemos, con su atinado comentario del escritor y columnista
Santiago González, tiene un interesante recorrido y unas derivadas sobre
las que se centrarán unos y otros en las próximas campañas electorales.
Porque
los jefes del “Partido político Podemos”, que ni son tan jóvenes, ni debutan
ahora en la acción política, ni en la cosa de las tertulias y de las campañas de imagen, van a recibir
unas buenas dosis de su propia medicina, porque tienen su propio pasado y
muchos de ellos, los tienen muy contaminados (en versión de las izquierdas de todo
tipo de este país) por la ideología de sus padres y por el acomodado “modus
vivendi” que les han proporcionado desde la cuna hasta la entrada (vía enchufe
en muchos casos) a puestos de trabajo vitalicios en algunas universidades
españolas que se esta demostrando son bastantes corruptas y muy endogámicas
(dos caras de la misma moneda), y sin controles de ningún tipo, o de los
amiguetes, lo cual es una forma clara de un sin-control discriminatorio.
Pues
bien, además de lo dicho y sobre las formas canallas de desacreditar a los
adversarios (o al menos pretenderlo), está la rumorología (y la reiterada mención)
no ya a los padres, tíos o abuelos, también a las parejas, una especie de
machismo sucio que sobre todo, en este país, practican las izquierdas para
meterse contra las mujeres (recuérdese el caso de la Ministra Mato o de la
infanta). En esta lamentable sendero estuvo el otro día la Sra. Beni.
La
semana pasada en un plató, esta vez de radio, en Onda Cero, programa de J.
Otero, la Beni citó desconsideradamente, de una manera muy machista, la
relación sentimental que existe entre José Ignacio Wert y Montserrat Gomedio,
él, Ministro de Educación, Cultura y Deporte, ella, Secretaria de Estado de
Educación, Formación Profesional y Universidades.
Además
de la indecencia intrínseca del comentario, hay que recordar que antes, en otro
plató, aquella vez de televisión, la Beni se sintió muy ofendida cuando alguien
mencionó su relación de pareja con un conocido magistrado de la Audiencia
Nacional, cuando además fueron coetáneos
algunos juicios muy mediáticos y la publicación de un libro de la susodicha en
relación con la misma materia. Por cierto, habría que profundizar por qué la
indicada Sra. salió (más bien “fue sacada”) del C.G.P.J.