La foto del presidente regional autonómico
vasco, Urcuyo, blandiendo la invitación que le habían cursado para la
inauguración de la planta de coque de Petronor, ha merecido titulares estelares
estos últimos dos días, de hecho, ocupaba la práctica totalidad de la portada
de la edición impresa de El Correo de ayer, no en vano se trataba de un acto,
presidido por el Príncipe de Asturias, para poner en valor la mayor inversión
económica en la historia de nuestra región (más de 1.000 millones de euros),
una inversión récord en tiempos de crisis y, sobre todo, de pesimismo y
desánimo.
Pero Urcuyo no
asistió, prefirió irse a Cádiz, a Sancti Petri, de vacaciones, a
"conciliar" con la parienta; como si ella no fuera una aldeanita
impostada “del partido”, que consiguió su plaza, a saber cómo, en la
administración de los suyos (trabaja en la macrocomisaría de la Erchaina en
Erandio, Vizcaya), y ahora ha llegado al olimpo NaZionalista: ser lendakaresa
consorte.
Hay cosas que no
se entienden: que no asista el miércoles, un día laborable de la Semana de
Pascua, a un acto tan fundamental para la economía vasca, pero solo tres días
antes, el Domingo de Resurrección, en plenas fiestas de Semana Santa, dedicara
su ocio a echar el mitin del Aberri Eguna a unas docenas de personas en la
Plaza Nueva de Bilbao.
Pero hay más, al
día siguiente de no aparecer por Petronor, estaba prevista la presencia de
Urcuyo en otra inauguración, también de gran contenido económico: la de la nueva
sede de Naturgas, con presencia de personalidades extranjeras. Pues bien, en
esta ocasión, como el individuo sabía que iba a estar de vacaciones en Sancti
Petri (Cádiz), pidió un aplazamiento de la inauguración, cuando incluso ya
estaban hechas las invitaciones ... y, ¡cómo no!, se ha hecho el aplazamiento,
así que de momento la inauguración del edificio de Naturgas será cuando San Juan
baje el dedo, por ahora sin fecha.
Y lo peor de todo es
que Urcullo inicialmente ha mentido a todos los ciudadanos, porque alegó
"motivos de agenda", y "compromisos previos" fuera de
Vascongadas para su doble escaqueo. Y al final ha tenido que reconocer la
mentira, y se ha justificado con una vulgaridad: el derecho de los políticos a
la "conciliación familiar", "somos personas", llegó a
afirmar como corolario. Aunque el subtitular de la noticia ha sido "He
celebrado una efeméride que solo sucede una vez en la vida".
Pero la única
conclusión posible para las personas responsables y honestas es muy simple:
para Urcuyo el interés general decae frente a una apetencia personal de muy
poca monta.
De verdad que no se entiende: Urcuyo, a la hora de
trabajar, ausente por vacaciones.