domingo, 31 de agosto de 2008

- PLAZA CHICA

Los sitios donde crecimos guardan rincones con mucho significado. La Plaza Chica de los Llanos es un lugar lleno de recuerdos y de sentimientos

viernes, 29 de agosto de 2008

- DETRAS DEL CIRCULO ESPIRAL


Sol que dejaste
tu huella prendida
en mis labios tristes
torciste la esquina
abriste otro espejo
de soledad traslúcida
de pacto solitario
de miradas anónimas
de deseo sin fin
de intento fallido
de regreso incierto
¿cuánto me recordarás?


jueves, 28 de agosto de 2008

- MI PRIMERA CASA


Un tiempo de este verano lo pasé en La Palma, la isla donde nací. Visité el barrio de Tajuya y la casa de mi abuela donde viví la niñez y toda la adolescencia. A veces el tiempo, en vez de precipitarse, se alarga mucho más de lo que uno puede imaginar. Así que me costó poco girar los años para reconocer en otro tiempo tantas mañanas parecidas a esta, con similares sombras, iguales paisajes y los mismos murmullos de siempre.

miércoles, 27 de agosto de 2008

- DETRAS DE LA PUERTA


Todo queda en el alma, porque no se puede calibrar la verdadera intensidad de los sentimientos, que son capaces de sobrevivir a las más duras tormentas que se manifiestan en forma de reproches o indiferencia. Son como las algas que se adhieren a las paredes del fondo del mar y van soportando las embestidas de las olas, dejándose llevar lentamente hasta que algún día logran soltarse y amanecen en otro lugar. Son como las cenizas fijadas a las piedras de un antiguo volcán, que la humedad de las nubes va deshaciendo poco a poco. Aquella semana Abilio había ido amasando penas y había contado muchas veces las mismas estrellas en tantas noches de azotea que no podía compartir al límite de la tristeza. Se despertó tarde y abrió los ojos lentamente, como queriendo retrasar lo inevitable e intentando situar todo lo que pasaba en el piso de abajo. Anduvo despacio por la habitación, recogiendo las cosas con desgana, como si evitara despertar a un niño dormido después de un llanto. Bajo con pasos lentos la escalera, deseando que apareciera en cualquier instante y le quitara la maleta de las manos, dejándola a un lado para sentarse, como si volviera de un viaje que nunca pudo hacer. Al cruzar la puerta se dio cuenta que estaba sólo. Se giró levemente antes de que sus pasos sonaran cada vez más lejos, pero no volvió a mirar la ventana de la planta alta porque ya no era necesario.

martes, 19 de agosto de 2008

-TIEMPO PARA TODO, PARA TODOS

..En este pasar del tiempo contemplativo, de holganza que a veces parece un sueño luminoso salpicado de mil imágenes que he ido destilando día a día, me he detenido hoy para darle las buenas noches con música a Elisabeth. Esta persona tiene la cara de todas aquellas que se quedaron sin verano y para quienes no brilló el sol a pesar de quemarle la espalda. En esta noche no he podido dejar de pensar en todos aquellos que no pudieron cruzar el puente de las flores marchitas, los que no se atrevieron a descubrir su secreto más intimo, los que sólo vivieron de los recuerdos que se quedaron cosidos al alma, los que se enamoraron de forma equivocada, los que sólo sacaron a pasear su mirada vulnerable de perjuicios, los que no tuvieron la oportunidad de recorrer el camino en solitario, los que caminaron deprisa con las manos en los bolsillos como queriendo ocultarse, los que no tuvieron ni pasión para interpretar un fado, los que sólo pudieron respirar sin alegría, los que no llegaron a ver el mar. Este pensamiento es para todos los que transitaron por caminos de niebla en un verano así, sin pensar ni tan siquiera en merecerlo, sin forzar la vida más allá de la medida de lo posible y es también para mi hermana, que aún espera sabiendo que no volverá.

jueves, 7 de agosto de 2008

- EN ESTE DISTINTO VERANO


Ando en este tiempo con un contagio de no hacer nada que hace que todas aquellas cosas que formaban parte de lo diario hayan dejado paso a ese otro estado de latencia en el que sólo tienen cabida los impulsos del momento. Y es que hubo veranos que fueron preludio de tristezas, veranos de los de contar los días de agosto porque se hacían interminables y veranos de los de subir aprisa la cuesta de la sobremesa, como un latigazo, para cambiar el aire más insoportable, siempre dispuesto para la huida urgente llevando al vacío como única compañía. Ahora que el aire es limpio, que las miradas son amorosas, que está el alma en reposo, que me he liberado de la angustia del perdido y no tengo que buscar a nadie que no esté, hago del tiempo un privilegio difícil de dominar. Así que igual me siento en el ordenador a las siete de la mañana, que hago una siesta a la una de tarde y en medio, leo los otros libros que he ido acumulando a lo largo del año, escudriño lugares donde llega el mar, me lleno del aire dulce y pausado que se respira en las calles al anochecer y me dejo sorprender. Es un tiempo distinto para todo, en el que he renunciado a la sucesión continua de las horas y vivo en una especie de intemporalidad gratificante donde no tiene cabida la prisa.