Vas a ser mamá, ¡ que ilusión!
Todo pinta estupendo, maravilloso, tu mundo se tiñe de rosa y ves arcoíris por todos los lados.
Y, chica, ¿ que quieres te te diga?, pues si, es la etapa más maravillosa para una mujer.
El embarazo, es una pasada. Es la etapa en la que todo lo que necesitas, lo llevas encima y lo demás es prescindible.
Total que todo es súper chulo en tu cuerpo y en tu entorno todo son felicitaciónes y alegría.
Pero, amigas, hay detalles, que las que ya han sido mamás están obviando a las futuras madres; seguramente par que no se asusten, ya que una vez tienes al bebé ya no puedes devolverlo, jijiji.
Bromas aparte, si hay cosas que nadie te cuenta, pero no tengáis miedo que son circustancias puntuales que se pueden llevar bien, si les das la importancia justa (que es la que tienen, no son ningún drama en realidad)
Hoy con la perspectiva que me da haber sido madre hace 10 años, por última vez, os puedo hablar de alguna de esas cosillas.
* Los primeros días, además de ser moviditos, llegan visitas para conocer al bebé.
Y tu, que estás muy contenta con tu criatura pero a la vez estás muy cansada (por que, seamos sinceros, parir no te deja el cuerpo para hacerte un maratón) de lo que menos tienes ganas es de atender a nadie más que a tu niño.
Como consejo os recomiendo que, como hacen en el resto de países europeos, enviéis invitaciones de visita, cuando estéis preparados y os sintáis cómodos en esta nueva etapa.
* No volverás a entrar sola al baño hasta dentro de... nunca.
Al principio te da igual, por que no quieres separarte de tu bebé ni un momento.
Pero cuando van aprendiendo a andar y a tomar autonomía, lejos de darte un poco de tregua, piensan que el baño es el mejor sitio para jugar, más tarde para mantener una conversación.
No es que sea desagradable, pero empieza a ser un poco molesto cuando cumplen 13 años y ahí siguen, tan tranquilos.
* La frase: " en un minuto te la lian", es verdad.
Consejo: es fácil evitar que te la líen. Tenlos siempre cerquita.
Si estás cocinando, ubícalos en un ladito de la cocina lejos de los fogones, horno etc, habilítales una zona de juegos.
Para hacer labores de hogar, ducha, etc, ponlos en el carrito, fular, o mantita de juegos siempre a la vista, y entonces no, no te la lian.
* De arreglanos ni hablamos.
Oye, que hay personas muy pro que son capaces de cuidar al bebé, atender visitas, limpiar la casa y además estar guapas, maravillosas y despampanantes.
Pero, no es la tónica predominante, os lo puedo asegurar.
Bastante tienes con recuperarte, cuidar de tu criatura como para acordarte que tienes cara y cuerpo donde aplicar una crema.
Consejo: no dejéis de cuidaros un poco. No hace falta que te arregles como una Kardasian, pero no te olvides de que tienes piernas que hidratar y bigote que depilar.
No, yo tampoco quise dejar ni un minuto a mi bebé para pensar en mi, pero desde mis 45 años os puedo decir que ya podía haberme cuidado un poco; ahora mis arrugas de más me lo recuerdan.
Buscad un minuto para cuidaros, sin descuidar al bebé. Acordaos que los bebés son portátiles y os lo podéis meter en el baño con la hamaquita o el carrito.
Para que no perdáis el tiempo buscando cremas etc, a la vez que compráis los productos de cuidado del bebé podéis comprar los vuestros; en una web que nos lo pone a huevo, donde puedes encontrar buenos productos de maternidad y consejos estupendos: El Buho Verde, no tenéis excusa.
Y... poco más que añadir, ¿Veis como no era tan dramático?
Son pequeños detalles que, si los tienes contemplados, te harán más sencilla esta fantástica etapa, donde predomina la felicidad ante cualquier contratiempo.