Tragedia en el palacio de Holyrood
Sucedió el 9 de marzo de 1566. El palacio de Holyrood, ubicado actualmente al final de la Royal Mile, en Edimburgo, fue testimonio de una tragedia. Allà vivÃa MarÃa Estuardo, reina de los escoceses (1542-1567), de apenas veintitrés años, junto a su marido y rey consorte, Henry Darnley, un noble inglés primo suyo. Ambos se casaron en el mismo palacio de Holyrood, un 29 de julio de 1565. Defensora del catolicismo, pronto se granjeó la enemistad de los lores y de su hermanastro, el conde de Moray, decidido a reclamar su derecho al trono e imponer, como en Inglaterra, el creciente protestantismo. El mismo Darnley, viéndose relegado a un segundo plano, exigió de MarÃa Estuardo plenas funciones y el tÃtulo de rey. Pero la reina, que empezaba a despreciar su arrogante actitud, denegó sus peticiones y se rodeó de un nuevo confidente, David Rizzio. Este musiquillo de la corte, italiano, moreno de piel y de baja extracción social, alcanzó en poco tiempo el grado de consejero de la reina. Corrió el rumor entre sus nobles de que ambos mantenÃan relaciones ilÃcitas, historias que aprovecharon para planear un ataque contra MarÃa Estuardo. A ellos se les unió, como cabecilla de la conspiración, Henry Darnley, el marido celoso al que desde hacÃa un tiempo se le habÃa negado el lecho matrimonial.
AbadÃa anexa al palacio (siglo XII)
Era de noche. MarÃa Estuardo se encontraba, junto a David Rizzio y sus más fieles servidores, en un Ãntimo comedor ubicado en una de las torres de Holyrood. Allà se servÃa la cena. La actuación ya estaba planeada. De pronto se les unió Henry Darnley, fingiendo bien su papel, hasta que un grupo de nobles irrumpió en la estancia. De nada le sirvió a MarÃa Estuardo intentar negociar con ellos, pues sus ansias de combate hicieron que del cuerpo del joven Rizzio brotaran rÃos de sangre. La reina, embarazada de cinco meses del heredero al trono de Escocia e Inglaterra, el futuro Jacobo VI, vio cómo a su alrededor se desmoronaba todo su mundo. Era tiempo de planear su huÃda.
El palacio de Holyrood fue asà testimonio de ésta y de muchas otras tragedias a lo largo de su historia; visitarlo es revivir entre sus muros todo su pasado. Ahora es una de las residencias veraniegas de la reina de Inglaterra.
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