¿No os han preguntado por qué La Pascua no se celebra siempre el mismo día en nuestros respectivos países?
La Pascua es la fiesta más importante del calendario eclesiástico cristiano pero sólo en el siglo VIII la cristiandad acordó una manera común de determinarla, si bien la mayoría de las iglesias cristianas habían adoptado antes las recomendaciones del Concilio de Nicea, celebrado en el año 325 D.C.:
a) la Pascua debería ser en el Día del Señor
b) no debería depender de o coincidir con el cálculo lunar judío de la Pascua, aunque debía tener alguna reminiscencia de la conexión original.
Por eso, la Pascua se celebra el domingo siguiente a la primera luna llena, después del equinoccio de la primavera del Hemisferio Norte.
En 1582, el papa Gregorio XIII reformó el calendario juliano.
La reforma gregoriana mantuvo ese procedimiento para calcularla, pero agregó algunos cambios para que la fecha nunca fuese anterior al 22 de marzo ni posterior al 25 de abril y mantener la Pascua en la primavera septentrional.
El calendario gregoriano, sin embargo, no se impuso de inmediato.
La división actual entre los Cristianos del Oriente y de Occidente, en este asunto, es consecuencia del rechazo, por parte del Este de aceptar la acción unilateral de Occidente, de adoptar el calendario Gregoriano, puesto que la tradición del Este era nunca celebrar la Pascua antes de la Pascua Hebrea (que cae en marzo o en abril), y había una manera distinta de calcular la epacta, que significa, la discrepancia entre el ciclo lunar y el ciclo solar.