Don´t fade away.
De vuelta de estos días invitados en las Jornadas de cómic de Avilés, de nuevo la misma sensación que cuando vuelves de la Semana Negra, esa especie de melancolía radiante que te llena de energía y nostalgia al mismo tiempo. Vamos, que no sabes si reir o llorar.
Y siempre una acogida y un cariño por parte de la Organización que no me cansaré de recalcar. Con mucho y durísimo trabajo ponen unas ganas y una ilusión porque tantos autores y tantos lectores disfrutemos de las Jornadas, que acaban contagiando a todos los que pasamos por allí de una energía exagerada que renueva la pasión que tenemos por el cómic. Son momentos que me regalan junto a ellos o junto a otros autores que me reafirman y me animan a seguir dibujando en esta cueva ahora un poquito más iluminada.
Es un Festival en el que sobre todo recibes cariño. De la organización, de los autores que ves de nuevo, de los autores que no conocías y con los que, de repente, te das cuenta de que ya tenías más en común de lo que parecía… y también, recibes el apoyo y cariño de los lectores que te agradecen lo que haces… ¿Qué sería de los autores sin lectores?, -se planteaba Ángel de la Calle en la ceremonia de clausura.- Está claro que nada. Y si no tenemos festivales en los que los autores podamos sentir el apoyo y contacto con ellos o con otros autores, tampoco. En Avilés se cuida enormemente eso, el trato entre la gente. Sea profesional o no. Los autores que ya son leyendas y los que todavía no han tenido su primera oportunidad. Los lectores y sus autores. Autores con otros autores. Momentos. Avilés está llenos de pequeños momentos en los que los ídolos y los mortales se mezclan y pasan un rato juntos. Para mí, es algo especial poder disfrutar de esto.
Muchas gracias a los que saben que lo hacen posible, en Avilés y en Gijón.
Y siempre una acogida y un cariño por parte de la Organización que no me cansaré de recalcar. Con mucho y durísimo trabajo ponen unas ganas y una ilusión porque tantos autores y tantos lectores disfrutemos de las Jornadas, que acaban contagiando a todos los que pasamos por allí de una energía exagerada que renueva la pasión que tenemos por el cómic. Son momentos que me regalan junto a ellos o junto a otros autores que me reafirman y me animan a seguir dibujando en esta cueva ahora un poquito más iluminada.
Es un Festival en el que sobre todo recibes cariño. De la organización, de los autores que ves de nuevo, de los autores que no conocías y con los que, de repente, te das cuenta de que ya tenías más en común de lo que parecía… y también, recibes el apoyo y cariño de los lectores que te agradecen lo que haces… ¿Qué sería de los autores sin lectores?, -se planteaba Ángel de la Calle en la ceremonia de clausura.- Está claro que nada. Y si no tenemos festivales en los que los autores podamos sentir el apoyo y contacto con ellos o con otros autores, tampoco. En Avilés se cuida enormemente eso, el trato entre la gente. Sea profesional o no. Los autores que ya son leyendas y los que todavía no han tenido su primera oportunidad. Los lectores y sus autores. Autores con otros autores. Momentos. Avilés está llenos de pequeños momentos en los que los ídolos y los mortales se mezclan y pasan un rato juntos. Para mí, es algo especial poder disfrutar de esto.
Muchas gracias a los que saben que lo hacen posible, en Avilés y en Gijón.