¡Oh
muerte!
Sácame
de este destino.
Ando
entre tinieblas,
sola
y triste como un mendigo.
Vivo
sin esperanza,
buscando
sin encontrar ningún sentido,
a
una vida y a lo que vivo.
¡Oh!
Muerte,
llévame
contigo.
Llévame
con tus brazos,
que
voy dejando de ser yo,
para
convertirme en un despojo
de
la sociedad, de la vida.
¡Oh
muerte!
no
tardes en venirme a buscar.
La
noche guarda los gritos
en
la caja de los recuerdos.
Gritos
que la noche calla,
en
una caja del silencio,
donde
mueren los sueños,
las
ilusiones, las emociones.
Renace
el día la pena y el dolor,
de
los sueños que mueren en silencio
sin
poder gritar.