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martes, 24 de agosto de 2021

José Barrueso García (1930 - 2021)

 


Hoy ha muerto un buen hombre, alguien que iba más allá de la bondad: mi tío, cuñado de mi madre. En la imagen, con Lea, hija de una de mis primas. Abajo, junto a mi madre.




sábado, 19 de diciembre de 2020

10 años

 

 Hoy hace exactamente 10 años que murió mi madre, Ana Franco (1954 - 2010).

Su cumpleaños, el 26 de julio (hubiera cumplido 66 años), me pilló unos días en Zamora, por lo que no pude subir ninguna foto (no llevo ordenador cuando viajo). Me pregunto qué hubiera pensado de todo esto de la pandemia, las cuarentenas y demás.

 



viernes, 26 de julio de 2019

26 de julio


Hoy mi madre hubiera cumplido 65 años. Tal día como hoy murió mi abuelo paterno

miércoles, 19 de diciembre de 2018

8 años



Hoy es 19 de diciembre, lo que significa que hace ya 8 años que mi madre murió. He revisado las últimas entradas del blog para comprobar que apenas he subido un par de posts desde hace justo un año. Seguramente con el tiempo dinamice más este blog. De momento no hay tiempo (2 hijos, libros en proyecto, colaboraciones, lecturas, idas y vueltas al colegio...), pero tampoco ánimos: lo resumiré diciendo que en 2018 han fallecido muchas personas a las que conocí (mi abuela, un antiguo colega de instituto, un amigo de siempre y su familia, una mujer que durante un tiempo fue para mí una especie de suegra/madre, un actor para el que escribí un monólogo teatral, padres y madres de amigos y de amigas, conocidos...), de tal manera que es uno de los peores años que recuerdo. Esperemos que 2019 sea menos agresivo.  

miércoles, 21 de marzo de 2018

4 de marzo de 2018


Ese día nació mi segundo hijo, Martín. Desde entonces he estado ocupado en mil historias, casi todas relacionadas con la paternidad (hospital, colegio, pediatría, recados...). Por eso, hasta ahora, no lo había puesto en este blog. Entramos de nuevo en ese mundo de pañales, llantos y biberones: será una etapa agotadora pero, sin duda, muy gratificante.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Olga Miranda Barrueco (5 de febrero de 2018)


Mi abuela murió el lunes. 
En la imagen, me sostiene en brazos; al lado, mi tía Rosa.
Así quiero recordarla aquí.

miércoles, 26 de julio de 2017

Felicidades, Ana / Adiós, Elizabeth


Hoy es su cumpleaños. Arriba, mi madre en los días que pasó en Alemania junto a varios de mis tíos/as y de mis primos/as: se ve que estuvo feliz. Abajo, junto a mi tía Elizabeth, que murió hace sólo unos días: exactamente, el 29 de junio de 2017; es la única foto más o menos actual (de las que yo tengo) en la que salgan juntas, pese a que está borrosa; un recuerdo también para ella.


lunes, 19 de diciembre de 2016

19 de diciembre de 2016


Se cumplen hoy 6 años de la muerte de mi madre. 2016 ha sido extraño porque fallecieron 3 estrellas de la música que ella tenía en un pedestal. Podría afirmar que, de los que estaban vivos en los últimos años, eran sus favoritos (junto a Slash, Lou Reed, Mick Jagger y Keith Richards). Prince, David Bowie y Leonard Cohen cumplían todos los requisitos: le gustaban como hombres, le gustaban como tipos raros y elegantes, le apasionaban las canciones de los 3. Purple Rain, I'm Your Man y The Rise and Fall of Ziggy Stardust fueron 3 de los discos (¡en vinilo!) que más me hizo pinchar en el bar que tuvimos, Pasarela. De estas desapariciones de 2016, creo que la que más me afectó emocionalmente fue la de Bowie porque sus canciones me llegan más que las de Prince, y lo de Cohen más o menos lo esperaba porque ya iba sonando por ahí que estaba enfermo y le quedaba poco. ¿Cuál de estas pérdidas le hubieran afectado más a mi madre, si las hubiera vivido? Supongo que la de Prince, que era el más joven (murió con 57 años, y mi madre lo hizo con 56). Estaba previsto que, en 2016, también se publicara en papel mi libro Ansiedad, la tercera parte de mi trilogía, donde escribo sobre ella, pero de momento sólo ha salido en digital. Por lo demás, he podido comprobar en estos años que a la gente le incomoda hablar de mi madre... Es como un tabú, algo que ya no sucede con otros familiares perdidos, como tíos o abuelos. Supongo que tendrán que pasar unos cuantos años más para estabilizar las cosas.





miércoles, 15 de junio de 2016

El regreso


Anoche soñé con mi madre. Había decidido darle un giro total a su vida y nos anunciaba que se iba de viaje, sin destino fijo, sin fecha de vuelta. Nosotros aceptábamos su determinación sin protestar. Después transcurrían dos años justos, pero en el sueño eran apenas unos segundos gracias a esa inmediatez cinematográfica y a los saltos espaciotemporales propios de lo onírico. Anunció su regreso y mi hermana y yo fuimos a recogerla. Mi hermano no había podido venir, no recuerdo el motivo. La dársena estaba junto a un puerto y así era el ambiente exterior: gaviotas, oleaje, bullicio de pasajeros, bocinas de barco… Llegábamos al lugar cuando ya había salido del vehículo. La vimos a lo lejos, junto a su equipaje, sentada en el suelo, esperando, apoyada en el muro de un edificio de una planta en el muelle. Mi hermana corrió a abrazarla. Yo caminé sin prisa hacia ella, disimulando mis ansias de verla para parecer un tipo duro. Los tres lloramos y reímos, pero no demasiado, para no caer en telenovelas ni en sentimentalismos. Los cambios, tras dos años de periplo por el mundo, eran evidentes en su físico: se había cortado el pelo, la piel estaba tostada, muy morena, y a través de la camiseta se le discernían las costillas. La referencia física no es anómala porque estos días estoy leyendo El cielo protector (de Paul Bowles) y mi memoria evoca en cada página a la actriz de la película inspirada en la novela que rodó Bernardo Bertolucci en los 90: Debra Winger aparecía de esa guisa para interpretar a Kit Moresby y su imagen se cuela en mi lectura y es obvio que se inmiscuyó en mi fantasía nocturna. Pero al mismo tiempo ella, en mi sueño, era un calco de mi hermana en aquel verano de nuestra infancia en el que mis padres le cortaron el cabello como a un chico. Y, a la vez, su físico también recordaba un poco a los primeros días de la quimioterapia, cuando fue a la peluquería a sacrificar su melena y empezó a adelgazar en su descenso al abismo. La historia que se montó en mi cabeza mientras dormía termina ahí: abrazos, lágrimas, sonrisas… Es el perjuicio de los buenos sueños: al despertar uno descubre que la realidad es otra, porque ella murió hace cinco años y medio y no hay regreso posible. Pero también es su virtud: sólo en los sueños puedes volver a reunirte con tus muertos, que en esa zona de nuestro descanso están vivos, como si todos hubiéramos vuelto al tiempo en el que todo parecía posible, incluso burlar a la enfermedad.


[Nota: lo anterior no es un relato, no es una fantasía, no es una invención] 

sábado, 26 de julio de 2014

60






Si mi madre viviera, hoy (26 de julio) cumpliría 60 años. Una cifra redonda. A todos nos gustan las cifras redondas. Parece que son el principio de algo, o el fin de algo. He estado casi dos meses sin actualizar el blog porque este espacio tiene fondo de sacristía, pero también de sala de torturas. Cada vez que recordamos a alguien ausente, al mismo tiempo nos hacemos daño. Por eso he preferido espaciar los post de este blog, poner sólo algunas cosas de vez en cuando. Porque, además, soy un tipo que ahora ríe mucho; que ríe gracias a su hijo, que es el mejor de los regalos, y quiero seguir así, al fin y al cabo la vida es corta. Tengo presente a mi madre cada día; sin embargo, actualizar este blog a diario me hiere. En fin, hoy la felicito desde aquí y dejo algunas imágenes que tenía guardadas en el móvil. Yo aparezco en dos de ellas (pura casualidad). 

viernes, 9 de mayo de 2014

Zamora: las nieves del invierno pasado







Meses atrás me enviaron al móvil estas fotografías de la nevada que cayó en Zamora. Algo insólito, ya que no es frecuente que cuaje allí la nieve. Creo que casi todas me las mandó mi hermana. Las cuelgo aquí ahora (aunque fuera de temporada) porque acabo de pasar las imágenes del teléfono al ordenador. Y porque a mi madre le hubiera gustado ver así la ciudad, otra vez. En la 5ª foto, por cierto, se divisa La Marina, el edificio donde vivíamos antaño (y donde sigue viviendo mi padre).

domingo, 17 de noviembre de 2013

41





Hoy hace 41 años que me parió mi madre. 
Así que es de ley recordarla aquí.
Como es habitual, añoré su llamada.


sábado, 19 de octubre de 2013

Día Internacional contra el cáncer de mama


No creo en todo esto del "Día de...", pero hoy me sirve de excusa para poner esta foto que tenía mi hermana.

jueves, 8 de agosto de 2013

Pink Floyd: Wish You Were Here


Ahora que estoy leyendo Rojo Floyd, un libro sobre la banda Pink Floyd, he recordado esta canción, una de las preferidas de mi madre, que pertenece al álbum del mismo título. La foto de arriba está hecha en Benidorm, cuando nosotros éramos niños. La he colgado porque es una imagen propia de los veranos de mi infancia.