
Ayer alguien me dijo que me lo tomo todo en serio y que me pico. Otra característica que no creía poseer y que también me demostraron que sí.
Lógicamente lo que a uno le dicen y lo que uno interpreta a partir de ahí no siempre son lo mismo.
La teoría dice que según vamos creciendo, nuestro autoconcepto depende bastante menos de lo que los demás piensan de nosotros y más de nuestras percepciones internas, pero aún así, lo que los demás nos devuelven también influye para que nos sintamos mejor o peor o para que introduzcamos variaciones en nuestra forma de percibirnos.
La putada llega cuando somos conscientes de ciertas limitaciones o errores que nos gustaría cambiar y resulta que no podemos... Todas esas cosas que nos gustaría cambiar y no pudemos, resulta que nos definen y (supongo) es lo que los demás perciben de nosotros sin que seamos conscientes de ello... Técnicamente nuestros defectos y virtudes son parte de nosotros y, aunque los grandes cambios que percibimos en la metamorfosis son perfectamente identificables, los microcambios que se dan día a día no se notan.
Todo eso andaba yo meditando esta lluviosa mañana de miércoles...