06 June 2010

PROGRAMA DEL TALLER DE NARRATIVA EN KASA BIZARRA




TALLER DE NARRATIVA

(Nivel Intermedio)



DIRIGIDO:

-A todos aquellos estudiantes, profesionales y público en general interesados en la creación de textos narrativos breves: cuentos o novelas cortas. Este taller les permitirá a los participantes tener un conocimiento de algunas estrategias narrativas y técnicas de redacción para elaborar un texto narrativo efectivo y contundente.



OBJETIVOS:

-El taller tiene como objetivos permitir que todos los participantes tengan un acercamiento a la creatividad literaria y el conocimiento de las técnicas literarias que permiten la creación de un texto literario. En cada sesión se trabajará en la lectura de textos de escritores clásicos que ofrezcan una comprensión de la estructura literaria de un texto narrativo corto.


TEMARIO:

1.- Algunos aspectos generales del relato. El proceso de la creación literaria. Acumulación de materiales, ideas y experiencias. El cuento según los grandes maestros: Chejov, Borges, Quiroga, Hemingway, Cortázar, Piglia. Lectura de cuentos de Ribeyro y Cortázar.

2.- la estructura narrativa: el inicio, el nudo y el desenlace. La teoría clásica aristotélica sobre una historia. La aplicación de las técnicas cinematográficas. Lectura de cuentos de Carver y de Cheever.

3.- El personaje: características. Cómo crear personajes atractivos y perdurables. Lectura de un cuento de Salinger y .


4.- Los diálogos: el lenguaje coloquial. La técnica del dato escondido o el iceberg. El final. La corrección y autocrítica. La teoría de Piglia. Lectura de cuentos de Hemingway y Scott Fitzgerald.

EXPOSITOR:

Max Palacios Cortez (Chiclayo, 1972)


Realizó estudios de Derecho en la Universidad Mayor de San Marcos y una Maestría en Literatura Peruana y Latinoamericana en la misma casa de estudios. Ha publicado los libros Historia de la Literatura (1997), Mitología Griega y Latina (1999), Literatura Peruana (2002); asimismo, la novela Con el diablo dentro (2001) y los libros de cuentos Amores bizarros (2003) y La culpa la tiene Nabokov (2005). Además, la antología de literatura bizarra Abofeteando a un cadáver (2007).

Ha obtenido el segundo lugar en los Juegos Florales de la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San Marcos (2003) por el libro de cuentos Amores bizarros y ha sido distinguido en la Primera Bienal de Cuento Mario Vargas Llosa de la Universidad San Agustín de Arequipa (2004) y en el concurso de cuentos Alfredo Bryce Echenique de la ACJ (2003). Actualmente, se dedica a la docencia, dirige el sello independiente Bizarro Ediciones y administra el blog literario www.amoresbizarros.blogspot.com.

05 June 2010


José Antonio Galloso está de regreso al Perú y esta vez para presentar su nueva novela Lima Mala (Alfaguara, 2010).

La presentación se realizará el viernes 11 de junio a las 8 p.m. en el Canta Rana (Génova 101, Baranco)

04 June 2010

LA SARITA (CARIÑITO)

ZONA DEL ESCRIBIDOR (VERSIÓN 2.0)


Mi amigo Richar Primo me comenta que le ha dado un nuevo formato a su blog, en una versión mejorada, con nuevos ingredientes y sumamente atractiva. Chekeen en enlace:

http://www.zonadelescribidor.blogspot.com/

(Chekeen tambien el blog de escritores peruanos en la misma página)

01 June 2010

KASA BIZARRA SE TRALADA A MIRAFLORES

Una buena noticia para los seguidores de la onda bizarra: ahora Kasa Bizarra se traslada a Miraflores, a una cdra. de Larcomar, en donde seguiremos dictando nuestros acostumbrados talleres de creatividad literaria. Por lo pronto les anunciamos el nuevo inicio del Taller de Narrativa (Nivel Intermedio) para este Miercoles 9 de junio. En estos dias posteamos el programa.






25 May 2010

MICRO-RELATO DE FERNANDO MOROTE EN "EDICIONES IRREVERNETES"

Como un anticipo a la publicación de la novela Polvo ilegales, agarres malditos (Bizarro ediciones, 2010) del narrador peruano radicado en New Yrok, Fernando Morote, cuelgo un micro-relato suyo que ha sido publicado en la página española EDICIONES IRREVERENTES:


EL BIGARDO


by: fernando morote



En la discoteca. Al principio titubeó mucho, estaba muy nervioso, inseguro más bien, casi no hablaba, no encontraba tema de conversación, dos tragos, una sonrisa, alguna palabra, basta, otro trago, más trago, más trago carajo, ja, ja, oye, te iba a decir algo, ¿sí?, salud…luego vino su bailecito, aparradito, mañosito, y ya vengo, voy al baño, su par de tiritos, y listo. Antes de eso, él no hubiera imaginado nunca que en algún momento de la noche hubiese podido estar sopesando las ubres de Diácona y diciéndole audazmente al oído: “siempre soñé con poner mis manos aquí”; tampoco sospechó que más tarde, casi montado sobre ella, le susurraría otra vez al oído: “yo necesito una cama para conversar contigo”. No olvidaré jamás aquella noche, cuando celebramos la ordenación de mi primo Tácito como sacerdote.

19 May 2010

UN AMOR BIZARRO: AMOR JUBILADO



AMOR JUBILADO

by: max palacios


Cuando Leopoldo Romero abrió el diario del domingo, jamás imaginó que un aviso publicitario contratado por el colegio en el que había trabajado durante veinte años le traería viejos recuerdos que había condenado a la más absoluta indiferencia. Revivió lejanos días en los que pensó que su vida había cobrado sentido y, poco a poco, fue reconstruyendo lo que hasta ese momento había considerado como la mejor –o quizá peor- etapa de su vida.

Por aquellos tiempos, le faltaba pocos meses para jubilarse y recibir su liquidación por los años de labor docente (tenía planeado viajar por todo el mundo hasta que el dinero se le acabara). Desde que inició su actividad en la educación, sus días se resumían a lo siguiente: se levantaba a las seis de la mañana, realizaba una rutina de ejercicios, tomaba media hora en su aseo personal, desayunaba junto a su octogenaria madre –era hijo único- y, finalmente, salía rumbo al colegio a dictar sus clases de Historia Universal con su eterno saco azul y dos libros bajo el brazo. Era un hombre alto y de una delgadez que lindaba con la desnutrición; su rostro era taciturno, adornado por un bigote elegante, y el cabello largo que llevaba le otorgaba una apariencia bohemia a su aspecto.

Permanecía en el colegio hasta un poco después de las dos de la tarde y regresaba a casa para almorzar con su anciana madre. Posteriormente, preparaba las clases del día siguiente y al caer la noche colocaba unos discos en el equipo para deleitarse con las óperas de Mozart y Verdi.

Los fines de semana salía a pasear por las calles antiguas de Barranco y en las noches asistía a algún cine club a presenciar películas del neorrealismo italiano y la nueva ola francesa. Los domingos se pasaba todo el día leyendo novelas históricas y de aventuras, soñando a través de estas lecturas la apasionante vida de la que fue privado en el mundo real. Ese era, en resumen, la rutina que había llevado durante veinte años de docencia después de graduarse como licenciado en Historia en la Universidad Católica. Jamás permitió que ningún acontecimiento turbara su vida ni que ninguna persona pusiera en riesgo la rutinaria existencia a la que estaba acostumbrado. Es por ello que nunca admitió amar a alguien y mucho menos tener enemigos. El odio y el amor eran sentimientos que mantenía muy alejados de su persona. En el colegio no se había ganado el aprecio de sus colegas, pero tampoco podía decirse que le tenían aversión; era de las personas que no producían ningún tipo de sentimiento y de no ser por su extrema delgadez y su rostro taciturno, hubiera pasado desapercibido toda la vida.

En ese último año de trabajo, antes de las vacaciones por Fiestas Patrias, un pequeño incidente estuvo a punto de romper con su rutina: al finalizar las clases del día jueves, una de las alumnas del último año de secundaria se le acercó para pedirle unas clases particulares del curso que dictaba, a lo cual él se negó firmemente aduciendo que no tenía tiempo. Cuando llegó a casa, su madre le comunicó que una estudiante había llamado. Esta noticia lo inquietó mucho y estuvo toda la tarde caminando por la casa sin poder concentrarse en nada. Al caer la noche, el timbre del teléfono lo sacó de su turbación. Cogió el auricular y pudo notar que las manos le sudaban:

-Aló… Buenas tardes, con el profesor Leopoldo Romero… Sí, él habla… Cómo está profe, habla María Cristina, la alumna del Quinto A… ¿Cómo está señorita?, dígame, ¿qué ocurre?… Se acuerda lo de las clases particulares, profe, de verdad, necesito tomarlas porque si no me van a desaprobar… Señorita, ya le explique que no tengo tiempo… Profe, por favor, búsquese un tiempito, yo puedo en cualquier momento, si quiere voy hasta su casa… No, señorita, de ninguna manera… Pero, profe, no sea malito, se lo suplico… Mire, yo no estoy acostumbrado a dictar clases particulares, pero lo voy a hacer con la promesa de que sea la última vez que me lo solicita… Esta bien, profe, la última vez… Otra cosa más, no comente lo de las clases con sus compañeros, no quiero que me estén llamando para molestarme… Profe, entonces, ¿cómo quedamos?… En el colegio nos ponemos de acuerdo, señorita… Esta bien, profe… Una última cosa, señorita, no me diga profe... Ya “profe”, está bien, chau.

Leopoldo colgó el teléfono y se sintió más angustiado que cuando no había recibido la llamada. No podía creer que había aceptado dictar esas clases: en sus veinte años de labor educativa jamás aceptó una solicitud de ese tipo (se había prohibido toda clase de relación con sus alumnos fuera del colegio). Bueno, se dijo, sólo será un par de horas de asesoría y nada más. Colocó unos discos de Mozart en el equipo y se recostó en el sofá para relajarse un momento. Cuando despertó, los primeros rayos del sol ingresaban por entre las cortinas de la sala. Sintió un poco de vergüenza al tomar conciencia de que no había dormido en su habitación. Se duchó muy rápido y obvió la rutina de ejercicios. Desayunó con su madre y salió deprisa a tomar el ómnibus que lo conducía al trabajo.

Al llegar al colegio se sobresaltó un poco al darse cuenta que había olvidado sus libros de consulta; sin embargo, recuperó la tranquilidad cuando recordó que esa semana las clases eran un repaso de todo el avance del bimestre. Revisó su horario y se dirigió al Quinto A. Dentro del salón, intentó desarrollar su clase con total tranquilidad, pero la mirada fija de Maria Cristina lo intimidaba. Le hubiera gustado decirle: “Señorita, concéntrese en la clase, por favor”, pero le faltaba coraje para atreverse. La muchacha tenía una belleza hechizante capaz de vencer cualquier hostilidad hacia ella. Era una chica alta, de piel bronceada, cabellos largos y ojos color caramelo. Llevaba el uniforme por encima de la rodilla, el pelo suelto y los ojos delineados. Detrás de sus enormes pestañas dejaba filtrar una mirada dulce, pero el brillo de sus ojos le otorgaba cierta malicia que lindaba con lo perverso. “Todo ángel es terrible”, recordó Leopoldo citando a un poeta cuyo nombre no recordaba. En ese momento ella levantó la mano y le hizo una señal como llamándolo. Él se dirigió hacia las últimas carpetas del aula.

-Profe, ¿cómo quedamos?…Hable más bajo, señorita…Ya pues, profe, no se me haga el difícil…Más bajo, por favor…Yaaa, profe, está bien, pero dígame, ¿cómo hacemos?…A la hora del descanso nos ponemos de acuerdo en el horario y el lugar…Chévere, profe, en el descanso.

A la hora del descanso Leopoldo se dirigió a la cafetería del colegio y cuando estaba a punto de llevarse a la boca el segundo café de la mañana una voz dulce y ensayada se oyó en todo el ambiente: “Profe, lo estoy buscando, ¿cómo quedamos?”. Todos los docentes voltearon la mirada hacia el umbral de la puerta, algunos de ellos dejaron las tazas sobre la mesa como en cámara lenta, y pudieron distinguir la figura de una muchacha espigada que llevaba las manos sobre la cintura. Leopoldo se levantó algo abochornado y se dirigió hacia donde había venido la voz.

-Señorita, pero, ¿por qué es tan impertinente?, no podía ser más discreta…Ay, profe, es que usted no me hace caso…Miré, vamos a terminar esto de una vez por todas…Profe, pero si ni siquiera hemos empezado…No se haga la graciosa. La espero después de clases en la sala de profesores…Esta bien, “pro-fe”.

En la tarde, después de clases, Leopoldo estaba sentado en uno de los sillones de la sala de profesores. Al poco tiempo ingresó la muchacha y se sentó a su lado.

-Vayamos a la mesa…Aquí está bien, profe…No, señorita, a la mesa…Profe, qué pesado…Le ruego que se exprese bien, señorita…Estaá bien.

Leopoldo abrió el libro de Historia Universal que había sacado de la biblioteca y en una hora despachó todo lo concerniente a la Primera y Segunda Guerra Mundial. Hizo algunas notas de ayuda y se las entrego a su pupila. La chica se levantó y le agradeció muy entusiasmada. Al despedirse, se acercó un poco y le dio un beso muy cerca de la comisura de los labios. Leopoldo se retiró muy aturdido y ella esbozó una sonrisa coqueta.

Aquel fin de semana fue muy diferente. En lugar de su acostumbrado paseo por las calles de su antiguo distrito, Leopoldo prefirió ir de compras a un centro comercial y compró algunas camisas, dos pantalones y un saco sport; se recortó el cabello y pidió que le afeitaran el bigote. Cuando se miró al espejo de la peluquería, la imagen que vio fue la de una persona mucho más joven y renovada. Al llegar a casa, pasó gran parte de la tarde probándose la ropa que había adquirido. El domingo se levantó temprano y salió a correr por el malecón. En la tarde ojeó el periódico y se animo a ver una comedia romántica que pasaban en el cable.

La semana que siguió, el trabajo en el colegio estuvo muy descansado. Lo único que se tenía que hacer era supervisar la evaluación de los alumnos. Al llegar al colegio, todos se dieron cuenta del cambio de Leopoldo. Hasta el portero le dirigió una mirada de sorpresa que no se molestó en disimular. Él se sintió un poco cohibido y hubiera preferido regresar a casa y volver a vestirse como siempre, pero algo se lo impidió. Con el paso de los días, el asunto del cambio ya no era de interés. Leopoldo se sintió aliviado e incluso se animó a ser más sociable con sus compañeros de trabajo.

En la tarde del viernes, recibió una llamada inesperada. Al otro lado de la línea, María Cristina lo invitaba a cenar en casa de sus padres: “Están contentos porque he aprobado el curso, pues, profe, así que lo esperamos esta noche… Para serle sincero, no esperaba esta invitación, señorita… No sea chupado, pues, profe, anímese… Bueno, deme su dirección… Mejor, yo lo voy a recoger, profe, si no, se me pierde”.

Antes de colgar el teléfono, Leopoldo le dio su dirección y algunas señas para ubicarse bien. Se levantó del sillón y fue a vestirse con sus mejores ropas. Cuando ya estuvo listo, se animó a tomarse una copa de vino para aplacar los nerviosos. Al poco rato, llegó María Cristina, subieron al auto y partieron rumbo a la casa.

-Pensé que iba a venir con sus padres, señorita… No, profe, no tenían tiempo… ¿Y le permiten que maneje siendo menor de edad?… Ya soy mayor de edad y tengo mi brevete… Qué bien, no quisiera que nos detenga algún policia… No se preocupe, profe.

La muchacha conducía el vehículo con una habilidad que él envidiaba: entraba y salía de un carril a otro, adelantaba a los vehículos, cerraba a los ómnibus de transporte urbano y cuando algún chofer le gritaba, ella sacaba la mano por la ventana y les hacía una señal con el dedo medio. Llegaron a casa de los padres en menos de media hora, a pesar de que el trayecto era muy largo. Era un chalet de dos plantas, de una arquitectura futurista y estaba ubicado en las afueras de Lima, en una urbanización a la que la gente de dinero se había trasladado después de que Miraflores y San Isidro se convirtieron en distritos muy intranquilos e inseguros. Cuando ingresaron a la casa, todo estaba a media luz. Leopoldo pudo distinguir en el comedor una mesa preparada como para una cena íntima. Desde donde estaba, las grandes lunas polarizadas le permitía observar hacía afuera una laguna artificial rodeada por todos los chalets de la urbanización.

-¿Y sus padres?… No están, profe, se fueron de viaje a Estados Unidos… Pero, usted me dijo que… ¿Qué pasa profe?, ¿le tiene miedo a una chica de dieciocho años?… No es eso, pero pensé que la invitación era de sus padres… No importa, profe. Venga, siéntese aquí… ¿Dónde puedo dejar mi saco?… En el sillón, profe.

Leopoldo se sintió un poco confundido. Nunca había sido engañado así, nunca había tenido una cena para dos. Intentó sobrellevar las cosas con naturalidad, pero los nervios lo traicionaron: casi al terminar la cena, vació una copa de vino sobre la mesa. La muchacha se levantó, colocó unas servilletas sobre la parte húmeda y volvió a llenar la copa.

-Disculpe, no fue mi intención… No se preocupe, profe, suele suceder. Más bien, vayamos a la sala a escuchar algo de música… Creo que me tengo que retirar… No sea aguafiestas, profe, véngase a tomar algo con su alumna.

La muchacha se levantó, cogió la botella de vino y las copas y se fue a sentar al sofá de la sala. Él la siguió con una servidumbre perruna. Se sentaron uno al lado del otro en silencio. Desde el sofá, la muchacha programó unos discos en el equipo y la voz de un cantante español de moda se dejó escuchar por toda la sala. En menos de una hora despacharon la botella de vino y estaban hablando como si fueran viejos amigos. Cuando la muchacha se levantó para traer otra botella de vino, Leopoldo pudo contemplar el esplendoroso cuerpo que se alejaba con un movimiento de caderas capaz de seducir a cualquier monje tibetano.

Ella volvió a sentarse a su lado y posó una mano sobre su rodilla, él intentó alejarse, pero ella lo contuvo. “¿Qué pasa, profe, nunca a estado a solas con una mujer?”, le dijo mientras acercaba sus labios y antes de que él retirara el rostro, ella ya estaba sobre él besándolo con una pasión desbordante. Leopoldo se dejó llevar por el momento, pero cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo se levantó como disparado por un mecanismo ajeno a su voluntad. Ella volvió al ataque y en pocos minutos ya estaban ingresando a una habitación grande y decorada muy sobriamente. Ella lo tumbó sobre la cama y le hizo el amor como una gran conocedora de las artes amatorias.

“Ésa fue tu primera vez, Leopoldo”, se dijo mientras seguía mirando el periódico sin leer ya nada. “Tu primera vez con una muchacha que hubiera podido ser tu hija y lo disfrutaste como nunca”. Se acomodó los lentes y volvió a abandonarse a sus recuerdos.

Después de aquella noche, vinieron las vacaciones de medio año y durante un par de semanas vivió en un estado de zozobra y angustia. Cuando volvieron las clases tuvo vergüenza de todo lo que había sucedido y le solicitó al director que hiciera un cambio en el horario del Quinto A para evitar la presencia de la muchacha. Todos sus esfuerzos fueron en vano: a medio año era imposible realizar cualquier cambio en el horario. Llenó sus pulmones con todo el aire que pudo e ingresó al aula. Dentro del salón se escuchó una serie de rumores que lo perturbaron un poco. Recobró el aplomo y empezó la clase olvidando la presencia de María Cristina. Cuando ya estaba a punto de culminar su labor, se escuchó una voz desde el fondo del salón: “Profe, creo que se olvidó esto en mi casa” y vio a la muchacha sosteniendo una corbata entre sus largos dedos. Leopoldo hubiera preferido desaparecer en ese momento. Sintió cómo la sangre se le subía al rostro y sus orejas ardían al rojo vivo. Se dirigió hacia ella y le arrebató la prenda sin decir palabra alguna. Cuando salió del salón, escuchó que los alumnos se reían y rumoreaban entre ellos. El resto de la mañana le fue muy difícil concentrarse en las clases. Al escuchar el timbre de salida, sintió un gran alivio. Se dirigió muy apresurado a casa, almorzó y se tiró a dormir. Antes del anochecer, el sonido del teléfono lo despertó. Un poco somnoliento contestó:

-Aló…¿Con el Profesor Leopoldo?…Él contesta…Profe, habla María Cristina…¡Señorita!, ¿cómo se le ocurre llamarme después de lo que me hizo esta mañana?

Tiró el teléfono y se volvió a acostar. Apenas se recostó, volvió a sonar el teléfono.

-Aló… Profe, soy yo… Señorita, le pido, por favor, que deje de molestarme… Profe, si me vuelve a colgar voy a encargarme de que todo el colegio se entere de lo nuestro… ¿De lo nuestro?… Sí, de lo que pasó en mi casa… Señorita, por favor, no cometa la imprudencia de contarle a alguien lo que pasó, me podría perjudicar y yo estoy a punto de jubilarme… Entonces no sea descortés conmigo, además esa noche la pasamos muy bien… Esta bien, pero le ruego que sea discreta… Profe, yo no voy a contar nada a nadie, pero creo que va a tener que hacer méritos… Está bien, está bien, pero, por favor, sea discreta.

Cuando Leopoldo colgó el teléfono, no imaginó lo que vendría. Primero fue la petición de las preguntas del examen bimestral de su curso, luego, las preguntas de los exámenes de los demás cursos de letras, y, finalmente, las preguntas -con sus respectivas soluciones- de los exámenes de ciencias. A nada de eso se pudo negar el profesor; la muchacha tenía la sartén por el mango, de tal manera que al finalizar el año, María Cristina y su grupo de amigos habían aprobado todos los cursos con notas sobresalientes, incluso uno de ellos ocupó el segundo lugar de mérito dentro del salón. Leopoldo se sintió tranquilo y pudo culminar el año sin ningún sobresalto, pero algo había ocurrido sin que él se diera cuenta: estaba enamorado de la muchacha que le había hecho la vida imposible.

Un sábado por la tarde, antes de las fiestas navideñas, ella le pidió que se encontraran en un centro comercial de las afueras de la ciudad.

-¿Cómo está, profe?… Muy bien, María Cristina… Qué bueno, profe, se le ve muy bien, no sé, como rejuvenecido… Gracias, se hace lo que se puede… Profe, yo quería hablar con usted porque le iba a pedir un último favor… ¿En qué te puedo ayudar?, cuenta conmigo para lo que sea… Profe, mis padres están en mala situación y necesito dinero… Pero, Maria Cristina, tu sabes que los profesores no ganamos mucho, no sé cómo te podría ayudar. ¿Cuánto es lo que necesitas?… Algo de mil dólares… ¡Mil dólares!… Sí, profe, es para pagar una deuda con el banco, sino los embargan… Pero mil dolares es mucho dinero… Profe, yo le prometo que le voy a pagar cada dólar y sería capaz de hacer cualquier cosa por usted… No se trata de eso María Cristina, es que es mucho dinero… Por favorcito, profe, se lo suplico.

Leopoldo vio la cara triste de la muchacha y se le partió el alma. Se acercó a ella, le hizo una caricia paternal y se levantó. “Vamos al banco”, le dijo. Ella cambió de semblante, se le iluminó el rostro y caminaron hacia el banco.

-Profe, no se preocupe, yo le voy a pagar hasta el último centavo.

Fueron a tomar algo y luego terminaron en un hotel cerca del centro comercial. Esa fue la última vez que la vio. Después de fin de año, durante las vacaciones, Leopoldo llamó por teléfono a María Cristina. Nadie contestó. Salió de casa y se fue a buscarla. Cuando llegó al chalet que meses atrás había visitado, se pegó al intercomunicador y llamó.

-Buenas tardes, con la señorita María Cristina… No, ella ya no vive aquí, la familia Martínez viajó a Estados Unidos… ¿Cómo dice?… Ya lo escuchó, viajaron a los Estados Unidos… ¿Hace cuánto que viajaron?… Antes de navidad… ¿No hay manera de comunicarse con ellos?… No. Y, disculpe, tengo cosas que hacer.

Leopoldo quedó perplejo. No podía entender todo lo que estaba pasando. Intentó ordenar sus ideas, pero todo era inútil: la muchacha le había engañado de la manera más vil y no podía hacer nada. Caminó con las manos en los bolsillos y no tuvo ganas de regresar a casa. Tomó un taxi y se dirigió hacia un bar. Frente a un vaso de cerveza, intentó sofocar sus penas.

Cuánto tiempo había pasado desde que dejó de ver a María Cristina. Se había prometido olvidar este incidente que había perturbado seriamente su vida. Sin embargo, la herida se mantenía abierta y a pesar de los cabellos blancos que poblaban su cabeza, Leopoldo no pudo evitar que una lágrima rodara por la página central del diario que hacía muchas horas había dejado de leer. Se levantó del sillón, fue hasta el bar y abrió la segunda botella de vino de la tarde. Sus recuerdos se fueron disipando con la llegada de la noche.

(De Amores bizarros)




11 May 2010

PRESENTACION DE "MORIDOR" DE WILLY GOMEZ



EDICIONES PAKARINA invita a la presentación del libro
MORIDOR de Willy Gómez Migliaro

Acompañarán al autor
Rodolfo Hinostroza, Dalmacia Ruíz Rosas, Carolina Fernández
DÍA: 20 de mayo
LUGAR: Instituto Raúl Porras Barrenechea, Calle Colina Miraflores,
(altura Cdra. 52 de la Av. Arequipa)

HORA: 7:00 pm

CONCURSO DE CUENTO EN LA MUNICIPALIDAD DE LA VICTORIA


06 May 2010

NUEVA NOVELA GRÁFICA DE HERNÁN MIGOYA





EL PLANETA DE LOS SIMIOS EN LATINOAMÉRICA

La novela narra las aventuras de John Figueroa y Nancy Veles, dos pijos de un país latinoamericano imaginario que, debido a su fuerte tradición católica, deben asistir a un curso matrimonial que les encierra una semana entera junto a otras parejas de muy diversa clase y condición. Allí estallará el detonante dramático.

“La idea para esta novela explica el propio Migoya nació con mi primer viaje al Perú para celebrar mi boda. Allí estuve con mi novia junto a otras muchas parejas, encerrados 13 horas seguidas en un claustro, recibiendo un demagógico discurso santurrón por parte de un profesor laico. Era como estar en otra época, en una España de hace 200 años. En primer lugar, me chocó mucho que a mí, que procedo de la clase obrera, me tratasen en Lima como si fuera un aristócrata, solo por el hecho de ser español. Eso me reveló el tremendo complejo que subsiste allí. Pero me interesó mucho más darme cuenta de que probablemente aquella iglesia era el único lugar donde el fuerte clasismo de la sociedad latina desaparecía: la única ocasión en que parejas de todas las clases, ricas y pobres, cultas y ágrafas, se reunían bajo un mismo techo. Imaginé qué podría ocurrir si una pareja de niños bien limeños llegaban allí y conocían por vez primera cómo eran los estratos más bajos, donde la miseria y el racismo están tan arraigados. Y el resultado de ese contacto, al contrario de la visión complaciente e idealista que proyectaría la mayoría de europeos, perniciosamente influidos por Rousseau es, lógicamente, una auténtica pesadilla”.

PRESENTACIÓN DE "EL LIBRO DE VOYEUR" EN FERIA DEL LIBRO DE MADRID

El libro del voyeur (trailer) from El libro del voyeur on Vimeo.

Ediciones del Viento acaba de confirmarme la fecha en que se realizará la presentación de El libro del voyeur en la Feria del Libro de Madrid:

Sábado 29 de mayo de 2010 a las 20 horas,
en el Pabellón Carmen Martín Gaite.

24 April 2010

NOCHE DE NARRATIVA BIZARRA EN EL YAKANA BAR DEL CENTRO DE LIMA

Este viernes 30 de abril, en el Yakana Bar del Centro de Lima, a las 7 p.m. se realizará una Mesa de Narrativa Bizarra que contará con la presencia de los siguientes escritores:

-Carlos Carrillo
-Fernado Carrasco
-Juan José Sandoval, Barrunto

-Max Palacios

Después de la presentación, los tragos de rigor. Los esperamos.

SABOR Y CONTROL (SÁBADO 25 DE ABRIL, LA NOCHE DE BARRANCO)

23 April 2010

LA LITERATURA AMAZÓNICA EN PALACIO DE GOBIERNO


Mi amigo Francisco Bardales, verdadero promotor del arte y la literatura amazónica, me envía esta nota de prensa:

Este sábado 24 de abril, a las 6 p.m. la literatura amazónica tendrá una oportunidad de expresarse en la propia Casa de Gobierno, gracias a la Cámara Peruana del Libro.

Estaremos dialogando a través de una charla multimedia sobre las realidades, vicisitudes y posibilidades de un campo de acción que ha sido poco estudiado en la historia de la literatura nacional. De paso, conmemoraremos al libro, a la edición y a sus increíbles e improbables convergencias con los diversos modos del ser amazónico, como el cine, la música o las artes plásticas.

El evento será en la Sala Túpac Amaru, en la Feria del Libro de Palacio de Gobierno, este sábado 24 a las 6 p.m, con un poquito de saber y harto sabor amazónico.

21 April 2010

PROGRAMA DEL TALLER DE POESÍA EN "KASA BIZARRA"

TALLER DE POESÍA

Dirige: Héctor Ñaupari

Presentación

El poema es el resultado de un trabajo meditado y minucioso, un organismo perfectamente medido y reflexionado por un autor lúcido con un objetivo determinado. Bajo esta premisa, el Primer Taller de Poesía de Héctor Ñaupari está dirigido a todos aquellos que pretenden aprender a leer y a escribir poesía.

Objetivos Generales

El Taller de Poesía pretende que el alumno:

1. Obtenga una idea genuina, informada y meridiana de lo que es la poesía y de lo que es un poema.
2. Desarrolle su proceso creativo y su propia expresión poética.
3. Conozca de modo exhaustivo el lenguaje poético y sus características.
4. Maneje con solvencia los elementos propios del género poético: ritmo, verso, musicalidad, entre otros.
5. Experimente la experiencia estética.

Metodología

Estos objetivos se realizarán por medio de:

1. El aprendizaje y discusión de la teoría poética.
2. La práctica de la poesía mediante ejercicios prácticos y la lectura de poemas seleccionados.
3. El análisis de los poemas de los propios alumnos y su comentario conjunto.

Estructura de cada Sesión

Cada Sesión tendrá la siguiente estructura:
1. Teoría Literaria
2. Historia de la Poesía
3. Lecturas Poéticas
4. Ejercicios prácticos comentados
5. Audición comentada
6. Comentario y crítica de los poemas de los alumnos

De acuerdo al horario, los puntos 1) al 3) se llevarán a cabo de 9:00 a.m. a 10:10 am. Se dispondrá de un receso de 10 minutos, luego del cual se realizarán los puntos 4) al 6) desde las 10:20 a.m. hasta las 11:00 a.m.

Programa Temático

1. El Arte Poética. Diferencia de la poesía con los otros géneros literarios. Introducción a la escritura poética. El poema.
2. Las perspectivas de la poesía: el autor, el texto y el lector.
3. Apreciación de la poesía: ritmo, tono, musicalidad, visualidad, subjetividad, densidad significativa.
4. Recursos de la poesía: la versificación, lo fónico, lo gramatical, el léxico.
Horario y Duración

El Taller de Poesía se realizará los sábados, de 9:00 a.m. a 11:00 a.m.
El Taller de Poesía dará inicio el sábado 24 de abril, y concluirá el sábado 29 de mayo.

Profesor:

Héctor Ñaupari es un distinguido poeta y ensayista peruano nacido en Lima en 1972. Integró los grupos Neón y Vanaguardia en la década de los noventa. Ha vivido y estudiado en Lima, Madrid, Salamanca y Guatemala. Es autor del libro de poemas En los sótanos del crepúsculo (Ediciones UNMSM, Lima, 1999) que presentase en España y Perú, coautor de Poemas sin límites de velocidad, antología poética 1990–2002 (Lord Byron Ediciones, Lima, 2002) y de Rosa de los vientos (Ediciones El Santo Oficio, Lima, Perú, 2006), libro presentado en Guatemala y Perú. Como ensayista, es autor de los libros Libertad para todos (Editorial Grito Sagrado, Buenos Aires, Argentina, 2008), prologado por el prestigioso intelectual y periodista Carlos Alberto Montaner, y presentado en Perú, Panamá, Costa Rica, Venezuela, Ecuador y Bolivia, así como Páginas libertarias (Ediciones Zignos–Altazor, Lima, 2004), que ha sido presentado con éxito en Brasil, Guatemala, Paraguay, Ecuador y Perú. Poemas suyos fueron publicados en importantes antologías poéticas nacionales e internacionales, como Salamanca, azul y oro (Fundación Caja Duero, Salamanca, España, 2001); Diez escritores peruanos contemporáneos según ellos mismos (México, D.F., 2002); Roda mundo, roda gigante–antología internacional 2004 (Editorial Ottoni, Sorocaba, Brasil, 2004); Encuentro de escritores nuevos (Universidad Científica del Sur Ediciones, Lima, Perú, 2004); y, Los diez, antología de la nueva poesía peruana (Ediciones El Santo Oficio, Lima, Perú, 2005). Héctor Ñaupari obtuvo en el 2008 la mención honrosa del III Concurso de Ensayos Camino de Libertad (México). En el 2001 resultó ganador del Premio Académico Internacional de Ensayo Charles S. Stillman, Guatemala, organizado por la Universidad Francisco Marroquín, y obtuvo el tercer lugar en el Concurso de Poesía On–Line para Jóvenes Universitarios de la Universidad Castilla–La Mancha, España. Éste es su primer Taller de Poesía.

Ficha del Taller
Duración : Mensual
Frecuencia : Cuatro (04) sábados
Horas lectivas y distribución : Ocho (08) lectivas de dos horas (2h 00min.) cada uno.
Inversión : Cien (S/.100.00) soles por alumno

MOLESKINE LITERARIO SE MUDA

La bitácora de Iván Thays se muda a un nuevo soporte digital y con ello habrá que actualizar las nuevas direcciones para estar al día de las novedades del mundo literario.

Por lo pronto, en la nueva dirección he podido apreciar el Premio que recibió una pelíula sobre Mario Bellatín en Argentina y un adelanto de la nueva novela de Alonso Cueto.

18 April 2010

TALLERES DE CREATIVIDAD EN "KASA BIZARRA"



Iniciamos de lleno las actividades en KASA BIZARRA,con talleres de teatro, poesía y narrativa. El Taller de Teatro estará a cargo del dramaturgo Alejandro Alva, el de Poesía a cargo de Héctor Ñaupari, quien se lanza por primera vez a dictar un taller de este tipo, y el Taller de Narrativa estará bajo mi cargo. Para mayores informes, escribir a:

bizarroediciones@gmail.com

"NO ES POSIBLE QUE TODO EL MUNDO TENGA EL MISMO GRADO DE CONOCIMIENTO"


En la misma sección Luces, se entrevista, también, a Mario Vargas Llosa, sobre la democratización de la cultura y la especialización del conocimiento. Una interesante entrevista al reciente ganador del Premio Internacional Don Quijote de la Mancha:

Recientemente dijo en Lima que “la finalidad de las letras es revolucionar la vida del lector”. ¿Es la finalidad conmover y mover?
Conmover y mover es una expresión que no he usado, pero que me gusta muchísimo; te la voy a robar. Me parece muy exacto porque creo que si la literatura está bien lograda, toca fibras íntimas de nuestra sensibilidad y al mismo tiempo nos estimula a actuar, a pensar de una cierta manera, a conducirnos de un cierto modo. La buena literatura produce en nosotros un desasosiego, una actitud crítica frente a lo que vivimos, frente a nuestra sociedad, frente a nuestro destino, a nuestra condición. Por eso la literatura de un modo indirecto es un motor del cambio, de la transformación, del progreso. Esa es la razón de que a lo largo de nuestra historia todos los sistemas autoritarios han establecido sistemas de censura.

Reivindica los valores de la cultura de élite frente a la chabacanería imperante y la “cultura del espectáculo”. ¿Es una preocupación permanente?
Considero que es un problema muy actual porque creo que a partir de mayo de 1968 surgió una tesis que se ha extendido en cierta forma en buena parte del mundo: que había que acabar con las élites. Esa actitud es un puro disparate porque acabar con las élites significa simplemente convertir a la cultura en un simulacro de lo que la cultura es. No es posible que todo el mundo tenga el mismo grado de conocimiento, que tenga el mismo grado de especialización; eso es una utopía absolutamente irreal. La verdad es que hay dentro del conocimiento una selección, una división y que dentro de esa organización existen unas élites que son las que fijan la forma superior del conocimiento, de la especialidad, y eso establece las jerarquías que son tan importantes a la hora de defender ciertos valores como a la hora de rechazar ciertos desvalores. El odio, el rechazo a las élites considero que ha creado una confusión tan extraordinaria que en algunos campos como el del arte ya la gente no sabe qué cosa tiene valor y qué cosa no la tiene. Ya simplemente que algo debe o no ser bello parece que fuera incorrecto y el resultado es que hay un arte tramposo, embustero, que se hace pasar por lo que no es, y esa confusión, por desgracia, se está extendiendo a otros campos artísticos y literarios. Creo que hay que volver a aceptar que las jerarquías existen si queremos tener valores y desvalores claramente definidos.

¿La democratización de la cultura genera esta situación paradójica de decadencia de la cultura?

No, porque yo estoy a favor de la democratización en el sentido de que la cultura debe llegar al mayor número y hay que hacer todos los esfuerzos necesarios para tener una buena educación. Ahora, la democratización de la cultura no puede ser que todo valga lo mismo en el campo de la cultura.

¿La gente se aleja cada vez más del libro de papel? ¿Esto se acentuará con la llegada del e-book y del i-Pad?
Hay muchas cosas que pueden ser provechosas gracias al libro digital, por ejemplo la posibilidad de llegar a un número de lectores al que el libro de lector no llega, eso es positivo. Al mismo tiempo hay que tratar de mantener la calidad porque el peligro es que esa cultura digital simplemente signifique una banalización, una simplificación de la lengua, de la palabra, que desaparezca un cierto rigor en el uso de la lengua. Algo de eso ha pasado ya con el uso de la Internet, y eso es una preocupación. Pero eso se puede combatir con la educación y con una actitud crítica permanente.

LA SEMANA TIENE SIETE MUJERES (ENTREVISTA A GUSTAVO RODRÍGUEZ)


El día de hoy, en la sección Luces de El Comercio, se entrevista a Gustavo Rodríguez con motivo de la aparición de su libro La semana tiene siete mujeres. Las preguntas de rigor:

¿De dónde nace la novela?
Creo que la llamita de la que salió ocurrió cuando me acordé de algo. La que fue mi esposa durante casi 18 años, es rubia, blanca y descendiente de inmigrantes extranjeros y yo, por el contrario, soy descendiente de migrantes internos, provincianos. Y me acordé de que ella había tenido un novio, un enamoradito, quizá, un pelirrojo descendiente de escoceses. Entonces pensé “¿qué habrá sentido este pata al verme ahora con ella?”.

Pero de ese disparador, en el que se plantea la relación básica entre el narrador y el piurano, pasas a una mirada mucho más profunda acerca del racismo
Lo que pasa es que yo creo que esta novela se ha ido cocinando a lo largo de mi vida por una sencilla razón: en ella están estos dos personajes: un blanco empobrecido y un cholo enriquecido y de alguna manera yo no he dejado de sentirme, sobre todo en los últimos años, que estoy en ambos espacios. Recuerdo cuando tuve que ponerle el color de piel a mi avatar de los Simpson: me quedé atracado porque no sabía qué color ponerme. Cuando pasó eso, me acordé de esa teoría sociológica según la cual en el Perú hay toda una gradación por la cual siempre va a haber alguien más blanco que tú y, también, alguien más cholo que tú, dependiendo de a quién tengas al frente.

Y el piurano exitoso y el blanquito empobrecido son las dos caras de esa moneda.
Sí, son como imágenes de espejo Son cara y contracara, finalmente. Me hace acordar a una cita de Castoriadis que en alguna oportunidad Jorge Bruce dijo en una entrevista y es que el odio hacia el otro es el reflejo del odio que te tienes a ti mismo. Desde esa mirada, el piurano [se echa hacia atrás y se lleva las manos a la cabeza y alza la voz para decir: “por qué no les puse nombre a los personajes!” y luego ríe] y el narrador están condenados a ser parte de la misma moneda.

Todos tus personajes están como guiados, impulsados por una suerte de traumas fundacionales ¿Así ves a las personas en general?
Yo creo que sí; es una buena manera de ponerlo, traumas fundacionales Esos que nos acompañan inconscientemente y que nos hacen a veces tener gestos desproporcionados y que no sabemos explicar muchas veces. Me parece una explicación de ciertas conductas, pero no es una justificación. Imagínate si todos justificáramos nuestras reacciones sobredimensionadas o nuestros errores porque nos faltó afecto de niños o algo así. Cada uno es responsable de encontrar las herramientas para sobrellevar eso y ser consciente de lo que tiene y finalmente tratar de vivir con eso. Y eso es algo que el piurano en la novela no llega a procesar y que, curiosamente, sí empieza a procesar el cronista blanco que lo tiene que retratar.

16 April 2010

ENTREVISTA A EDITOR DE "LIBRO DE VOYEUR"



En la Revista de Libros, entrevistan al director de Ediciones del Viento, Eduardo Riestra, el editor del proyecto independiente Libro de Voyeur. Los dejo con algunas preguntas:

Como le vengo diciendo a otros editores que no están en el eje tradicional Madrid-Barcelona, creo que la labor de tu editorial tiene un mérito múltiple, por lo periférico, por lo independiente, por apostar por la literatura de viajes, por mantener la edición en castellano y renunciar a cierto tipo de subvenciones y, por si fuera poco, por enfrascarte de vez en cuando con el relato breve. ¿No es Ediciones del Viento como aquella aldea gala del cómic, no toma por locos a estos romanos del mainstream? Ya en serio, ¿tuviste clara desde el principio esta línea para tu editorial?

Tenía claro lo que quería hacer, pero no cómo. No sabía que Viento Simún iba a ser una colección, pero sí quería publicar muchos títulos que hoy la forman. En seguida vi que de ahí saldría una colección de viajes. Lo de mi tierra es otra cosa. No tengo ni he tenido nunca relación con la concejalía de cultura del ayuntamiento coruñés; no he tenido hasta hace unos pocos meses relación alguna con la consellería de cultura de la Xunta, y en la de ahora se me deja claro que no habrá apoyos a la edición en castellano; soy miembro del gremio de editores de Madrid porque en Galicia no existe más que una asociación de editores en lengua gallega… en fin. Pero en cambio la prensa, los libreros y los lectores me tratan muy bien. Es evidente que soy un editor gallego como Joyce era un escritor irlandés. Como diría Espronceda, a despecho del inglés.

Este carácter marcado comporta llevarse de vez en cuando algún que otro revés. De un tiempo a esta parte hemos dejado de ver en las librerías aquellas deliciosas ediciones vuestras en pequeño formato y papel reciclado, ya sabes, John Steinbeck, Julio Camba, Felisberto Hernández, etcétera. Estoy seguro de que el lector curtido las valoraba (doy fe) pero, ¿te deja ese tipo de cosas la sensación de que la velocidad del Mercado engulle a veces más de lo que puede digerir? ¿Te replanteas tu trabajo según la respuesta del público y de los medios? Y meto el dedo en la llaga porque creo que el editor independiente se enfrenta a esta clase de retos que pueden condicionar no ya su actividad, sino su labor como (si se me permite ponerme la mano en el pecho un poco) garantes de la diversidad cultural y de la calidad de los fondos en las librerías. Sí, acabo de desahogarme como lector porque siento que por culpa de esta inercia me estoy perdiendo cosas. Desahógate también un poco, Eduardo, si quieres.

La colección que citas, Viento del Oeste (Oh salvaje viento del oeste, tú que eres aliento del otoño, escribía Shelley), es uno de los mayores disgustos que me he llevado en esta ya no tan corta vida editorial. A mí me parecía una colección modélica, por el diseño, las medidas, el papel y sobre todo los textos. Los que citas, pero también Huxley, Bromfield, Azcona, Brandão, Anatole France, Eça de Queirós. Pero lo cierto es que el público ni se enteró. Vendimos bien los tres primeros títulos. Después nos despeñamos y tuvimos que parar, como quien se amputa una pierna gangrenada. Yo todavía siento la pierna, y me duele.

(...)

Repasando vuestro catálogo en narrativa, entre novela y novela uno puede encontrar varios libros de relatos. Incluso uno de vuestros autores fundamentales, Óscar Esquivias, con varias novelas en Ediciones del Viento, se hizo con el Premio Setenil al mejor libro de cuentos editado en España gracias a La marca de Creta. Los que trabajamos en esto y desde cualquier punto de la cadena (como editores, críticos o autores), sabemos lo que a estas alturas cuesta todavía vender relatos. Sin embargo, luego el lector de cuento es un lector fiel y activo. ¿Cómo fue la experiencia posterior al Setenil? ¿Va a seguir Ediciones del Viento pendiente del cuento?

Yo no tengo la cabeza tan departamentada con respecto a eso. Es cierto que prefiero editar novelas que colecciones de relatos, pero también porque es más fácil tomar una decisión frente a una obra que frente a un conjunto. Si un libro de relatos es bueno (o es buenísimo, como La marca de Creta), desde luego lo voy a publicar. Ahora vamos a sacar un volumen que ya está levantando mucha expectación: El libro del voyeur. Se trata de una colección de microrrelatos y de poemas de 69 (esta cifra la tengo que poner con números) autores más o menos jóvenes, muchos muy conocidos, que cada uno de ellos ilustra un dibujo erótico de Pablo Gallo. Es un proyecto personal del artista que me ha encantado y que vamos a presentar en la feria del libro de Madrid (y a la que están todos los lectores invitados).