31 October 2009

CAVAFIS BIZARRO

Ningún poema resume esto, por más que quieran poner justificaciones:

Mientras bajaba por la infame escalera,
tú salías por la puerta,
y por un momento vi tu rostro nada familiar y tú me viste.
Luego me escondí donde no me vieses de nuevo,
y tú pasaste rápido ocultando tu rostro,
y te metiste a la casa infame donde no podrías encontrar placer,
como yo no lo había encontrado.

Y aún así, el amor que buscabas,
yo lo tenía para dártelo;
el amor que yo quería– tus ojos me lo dijeron tus cansados y desconfiados ojos– tú lo tenías para dármelo.
Nuestros cuerpos se sintieron y se buscaron;
nuestra sangre y nuestra piel entendieron.
Pero ambos nos ocultamos turbados.

29 October 2009

SOBRE UN PERSONAJE BIZARRO


Dentro de mi libro de cuentos Amores bizarros inclui una historia de amor retorcido entre un muchacho timido y solitario y una chica discapacitada, pero extrañamente hermosa. Todo esto dentro de la ficción, claro está. Jamás pense que esa historia iba a tener su correlato en la realidad, pero de la manera más sórdida y descarnada. Mi bizarrísimo amigo, Carlitos Behavoir, me envía un enlace que ha sido la delicia de toda esta semana. Arriba les dejo a la actriz bizarra Long Jeanne Silver, y si desean más fotos o videos sobre tu trabajo, ya saben donde buscar. No aptos para conservadores, por favor !!!

23 October 2009

PRESENTACIÓN DE ANTOLOGÍA


Bizarro Ediciones se complace en invitarlos a la presentación de la antología de cuentos 12 FORMAS DE MENTIR, que reúne los cuentos que hemos trabajado en el Taller de Narrativa que se dictó en la Librería Ksa Tomada.

Los comentarios estarán a cargo de:

-Richar Primo
-Max Palacios

DIA:
Miercoles 28 de octubre de 2009

HORA:
7 p.m.

LUGAR:
Jazz Zone (Av. La Paz 646, Pasajes El Suche, Mirafores)

Entre los antologados, tenemos la participación de los siguientes talleristas, con sus respectivos cuentos:

CARLOS TUPIÑO
Llamada telefónica

ALEJANDRA ALVARADO
“Ellas”

LUCRECIA GARREAUD
La llave

CARMEN RHOR
El Último Aniversario

KARINA RODRÍGUEZ
Miradas

YASMÍN SAYÁN
Autodiagnóstico

HERNÁN MANRIQUE
“Vientos de cambio”

DIEGO MIÑÁN
Alaridos del silencio

MIGUEL ÁNGEL FAUSTOR MÜLLER
Leslie

CHRISTIAN ARISTA
La pared rosada

ROSINA WINDER
No Olvides No Quitarte Los Zapatos

MARIANO CARRANZA
“Un bonito reloj”

19 October 2009

DOS VISIONES EN TORNO A LÁMPARA DE FIEBRE, DE JORGE CASTILLO FAN



La Ilusión Interior: Sacrificiales

La muerte y la vida están en poder de la lengua,

y el que la ama comerá de sus frutos.

Proverbios 18: 21

Hay cegueras escrupulosas -bienaventuradas mareas- que permiten, solapadamente o no, increíble y pesadillescamente, el acceso a territorios de contraluces extremos donde emerge la Poiésis. Es una zona de llegada, pero también de principios. René Char, que la conoció bebiendo feroz de su manantial, la llamó lo imposible fascinante: vale decir, el más alto grado de lo comprehensible.

Desde Platón con su caverna mítica y Plotino con su asediante Ojo Interior, tan cercano a las indagaciones de Hermes Trimesgistos, hasta Shakespeare con la mirada con que miran los ciegos o -más acá en el tiempo- las sumersiones posesas de un Rimbaud o de un Apollinaire, el intento provoca una escisión de fuego en mitad del desierto. ¿No fue acaso Nietzsche, a su vez, el que recomendaba pararse en mitad del desierto y celebrar una gran fiesta?

Jorge Castillo Fan, declarador de vértigos, anunciador de crueles separaciones en la descripción de un mundo en duelo, provoca con su Lámpara de Fiebre que esta diáspora sea un medio de llegar a descubrir-revelar zonas vedadas a plena luz del día:

La dimensión de esta herida es dos distancias:

derrumbe de los cuerpos almas que se apagan

Un llanto clandestino como en los eclipses.

No resulta imposible encontrar en esta vía de conocimiento los intersticios por los cuales la palabra accede al cuerpo de la sed para instigarlo y, por qué no también, principiar una devastación. Porque en Lámpara de Fiebre toda palabra se asume cuerpo y temblor, fuego y dispersión: En todas las hogueras de tu sueño / sólo labios en cenizas. Es que el autor abraza, desde el comienzo, la búsqueda de esta vía con una terca convicción tan cercana a las pesadillas, ese tigre del género, según nos recordara Borges. Escribe:

Una palabra

Una sola palabra

que aflore del fuego más perfecto

de los cuerpos sellados por el viento

Como en el amor más alto de la hierba y del rocío

(...)

Una palabra

Un puente que se enciende para siempre

Un solo soplo de alma

y todo bajo el cielo estará dicho.

Este sendero hacia la -permítanme definirla como- Poiésis del fuego lustral, prologa dos tentativas: la fiebre y el amor, indisolubles emblemas omnipresentes de una orgía órfica. Los cuatro el Un saludo cordial.

ementos -caros a los asombrados e inactuales presocráticos- tampoco serán ajenos a esta alquimia de una no menos inactual construcción dialógica: ...En fin : el fósforo y la puerta / el tránsito y la senda / en que retorno a mí / En que regreso a ti / por todo el curso de tu ausencia. Síntesis de tierra, de fuego, de aire y de agua, así las ha bautizado Castillo Fan.

A lo largo de toda esta Lámpara de Fiebre la vindicación del sueño -sea a través de las intensidades del amor: ...y en el cielo un relámpago de sed / que clama ¡amor! ¡amor! ¡amor! (y nada)., o por medio del silencio : Hasta que el silencio (voz en hielo) derrítase en canciones por tu cuerpo / tendrá por lecho mi fiebre estos papeles / mi noche por cielo estas palabras...- teje nuevas resignificaciones y desafíos al lector. Tampoco resulta azaroso el acápite, único del libro, del recordado Pedro Salinas: Por ti he sabido yo cómo era el rostro de un sueño: sólo ojos.

Éstos son los ojos caníbales que engendran el escenario de espejos cóncavos de la poesía. Ver para fundar. Ver para describir el mundo. Ver para deformar esa descripción del mundo. Ver para difuminarlo. Ver lo que ha de soñarse entre las madrigueras y los aserraderos de las borrosas sombras encadenadas de esta caverna platónica. La aparente simplicidad del ¿Eres o soñaba? de este texto, reafirma el pánico del desdoblamiento.

Un libro refracta una genealogía de ideas y de emociones, una ebriedad y un vacío, dibuja el plano de una comarca hecha de precisas palabras, que son también -y por fortuna- incesantes. Siguiendo la tradición de Albert Béguin, en esta Lámpara de Fiebre se unen la ensoñación irracional con el desamparo del Yo:

La soledad de mi ceniza

que nunca renunció a tu nombre

Las hélices del pecho

en su canción de lirio y aguacero

El prístino escudo de la espera

Estos redobles crecientes de mi entrega

Dos manos como un ala etérea

o sed perfecta de aire fuego tierra o agua :

una lámpara de fiebre.

Así llegamos a aquel punto de éxtasis que tanto obsesionara a Georges Bataille.* En Lámpara de Fiebre, ese punto abre puertas de irisamiento y desnudez crecientes. Revela los nudos de la ilusión verbal que tatúan lo nombrado. Nombra con valentía los ritos sacrificiales de la desesperante condición humana.

Manuel Lozano

* Cf. L´Alleluiah. He querido y encontrado el éxtasis. Llamo a mi destino el desierto y no temo imponer ese misterio árido. Ese desierto al que he accedido, lo deseo accesible para otros, a los que sin duda falta, nos advierte Bataille en este libro.

Manuel Lozano nació en Córdoba, Argentina. Es escritor (poeta, narrador, crítico literario y ensayista). Ha cursado estudios de literatura y lingüística en Europa. Es “Master en Historia de la Cultura Argentina” En abril de 2003, recibió el "Premio a la Excelencia Educativa 2004", conjuntamente con los títulos de "Doctorado Honoris Causa en Educación", "Magister en Gestión Educativa", "Miembro Activo del Consejo Iberoamericano", como así también el de "Honorable Educador Iberoamericano", distinciones otorgadas a su trayectoria por el "Consejo Iberoamericano en Honor a la Calidad Educativa", con sede en Lima.

Es autor de quince libros (que van del relato fantástico y cuasi-fantástico al ensayo y la poesía), entre ellos: “Libro de Amenemope” (Bs. As., Torres Agüero Editor, 1987), “La Línea y el Círculo” (Bs. As., Ediciones Corregidor, 1988), “Tratado sobre la Rotación de los Encantos” (Barcelona, Libros de la Isla Iluminada, 1992), “Las Caníbales”, “Jam Sessiom”, “El Enigma Silvina Ocampo” (en edición), “Bizancio bajo las aguas” (en edición, Ed. Sudamericana, Bs. As.), “Todas las noches me traías gardenias” (autobiografía ficcional de Billie Holiday), entre otros.
Ha realizado crítica literaria y colaborado con los diarios “La Prensa” (Bs. As.), “La Razón” (Bs. As.), “El Tribuno” (Salta), “Puntal” (Río Cuarto, Córdoba), “La Arena” (Santa Rosa, La Pampa), “La Voz de San Justo” (San Francisco-Córdoba), “La Reforma” (Gral. Pico, La Pampa), “El Universal” (Colombia), entre otros, como así también en publicaciones especializadas como “Cuadernos de la Generación del ´27” (Málaga, España), Revista “Proa” (Bs. As.), “Ser en la Cultura” (Bs. As.), “American Notes and Queeries” (U.S.A.), “Belvedere” (Francia), entre otras.
Recibió 54 premios nacionales e internacionales.

Signos de luces y sombras: territorio prohibido para los límites

¿Alguna vez han escuchado el grito lastimero que emiten las palabras al contacto con el fuego? ¿Han sentido que lo real se puede convertir en la suma de sueños postergados? Responder a estas preguntas es oficio de poetas que bordean los abismos, que se aferran a las palabras para no caer o para no sentir la caída inadvertida. Sentir la ebullición de los sueños más allá de la vigilia es acceder al reino de lo surreal: es penetrar en las comarcas de Jorge Castillo Fan.

Su poemario Lámpara de Fiebre se constituye en un avasallante fulgor de signos que sugieren, a un primer nivel, una cascada de imágenes que transitan entre la frágil contemplación de lo real y la marejada onírica. Mantiene una profunda autorreferencialidad con el lenguaje, el mismo que -por su propia dinámica- se torna en medio y objeto, al mismo tiempo. En un nivel más profundo -revelación de los elementos que motivan y generan los significados subconscientes- encontramos una serie de oposiciones sígnicas que trataremos de explicar por su gran referencialidad.

Para comprender el texto completo partimos de una semiología evidente que atraviesa el poema y que se traduce en dos términos que subrayo: FUEGO y SUEÑO. Veremos que FUEGO se refiere, en su connotación clasemática, a la corporalidad, temporalidad y límite; mientras que SUEÑO referirá una serie de categorías como fugacidad, evasión, intemporalidad. A esto se unen otros elementos como alma, lluvia, ojos, cuerpo, alas, viento, etc, y que -como bien explica la escritora Pilar García Huerta-“…éstos se comunican entre sí porque en todos ellos coexiste lo hallado y lo perdido simultáneamente”. Los poemas están atravesados por imágenes y conceptos que se entrechocan como si fueran tierra y cielo, referente y conciencia: luminarias de un todo que no cesa.

A partir de la corporalidad, que es parte del FUEGO, el Yo lírico empieza su danza metafísica de búsqueda y desvelo: porque lo real es horrendo como fábula, como diría Juan Ojeda. Las primeras luces son ofrecidas por los versos que irán asimilando la dialéctica y ebullición de lo irracional: “deliro / luego existo.”; es el primer concepto anticartesiano que extiende su nube de opacidad. A partir de este instante el discurso es una continua serie de oposiciones entre el FUEGO que anuncia la corporalidad y el SUEÑO (delirio) que refiere la evasión. Muchas palabras y frases sintagmáticas están refiriendo de una manera tenaz a este perpetuo acto calcinatorio: “flor de fiebre”, “alas que crepitan”, “crepitar que se ala”, “lámparas de insomnio”, etc. Por otro lado, el SUEÑO, cuya significancia a nivel profundo nos refiere la idea de lo eterno o intemporalidad, se opone a la noción del FUEGO (corporalidad).

¿Cómo se explica esta noción opositiva y qué relación existe entre las palabras que designan un mundo des-realizado y el Yo lírico? Creemos que el Yo lírico se regodea en una subjetividad que elimina toda referencia a lo externo, tomado éste en su función pragmática. El lenguaje está absolutamente despragmatizado y tiene una autorreferencialidad que celebra su propia búsqueda etérea y surreal del infinito. Las imágenes siguen un orden ascendente y descendente sugiriendo una dialéctica u osmosis ininterrumpida: elipsis de un vértigo que sólo corresponde a la órbita de lo no vivido y lo imposible. Entre la corporalidad -que será el signo del fuego que calcina los últimos escombros (temporalidad)- y el sueño (signo subyacente de la intemporalidad) hay un puente que comunica las pulsaciones en un festín de luces y sombras. Dice:

Una palabra

una sola palabra

que aflore del fuego más perfecto

de los cuerpos sellados por el viento

(…)

Una palabra

un puente que se enciende para siempre

un solo soplo de alma

y todo bajo el cielo estará dicho.

Por eso, el sentido del infinito y de la claridad no se hallan en esta aparente realidad sino en los extramuros, en la otredad donde la lejanía se contempla con ojos acaecidos: “el mar nos presta su lengua”, dice el Yo lírico al reconocer que el silencio es la tortura omnipresente. A través del signo agónico que está celebrando su ardor y su fiebre, el cuerpo se transmuta en una cadena de vibraciones hacia la fugacidad, y la proyección de una tentativa de muerte se desvanece. La evasión se engendra en ese margen donde el Yo lírico bordea el lenguaje, pero tiene la ligera conciencia de que su asimilación total es inasible. Estas recurrencias se observan claramente cuando expresa:

fuego de canto: el alma

canto de fuego: el alma

Su reconversión dialéctica es:

alma del canto: el fuego

canto del alma: el fuego

Este último poema es esencial y se constituye para nosotros en el eje del entendimiento del libro. Estas oposiciones no son gratuitas, al margen de su relación con lo cognitivo. Es idea antes que emotividad. El poemario para esto se carga de una serie de frases cuyos lexemas principales refieren atingencias concretas o abstracciones ideales. Por ejemplo “Y esa palabra / fósforo de tiempo…” es una metáfora que se puede entender como destrucción del tiempo. De igual forma, ejemplos que sustentan esa comunicabilidad entre estas oposiciones son las siguientes figuras:

“la lanza de tu ausencia”, “flor de ensueño”, “jardín de los encuentros”.

El poemario está saturado de este tipo de enunciados que concurren a crear esa sensación de luz y sombra, de vértigo continuo que no muere. Las palabras lámpara, flor, jardín (referentes del lado de la corporalidad y materialidad) son parte de la calcinación que también involucra al cuerpo, mientras que sus adjetivaciones a través de enlaces como ausencia, ensueño, encuentros, están comunicándose con el margen de la intemporalidad: allí la conexión subconsciente con el territorio de lo emotivo.

¿Sólo las palabras son los componentes emulsionadores de una suerte de esperanza y de puente salvable entre ese fulgor-muerte y la otredad que es sueño-evasión? En un primer momento todo concurre a acelerar este proceso; sin embargo, luego hallaremos que al final del poemario -cuando el Yo lírico siente que su recorrido hacia el abismo y la fogata es ineluctable- surge la luz transfigurada de un amor que destruye los márgenes, edifica una nueva ventana:

Más allá del latido y la palabra

tu amor que danza en fuego

y deshace las aspas de la muerte

Más allá de tu fiebre y mi delirio

tu amor que alumbra el agua sin final…

Esta es una referencia intensa, pero no revela un suficiente fulgor para la definición total. Siempre el FUEGO y la fiebre serán una constante celebración que reconoce la fugacidad como ajena a la experimentación feliz: la soledad y el desierto de la sombra y la luz se mezclan con ella: simbiosis de muerte y vida, donde sólo la palabra es el dios fueguino del mundo borgiano.

La palabra aúlla lastimeramente en su caminar viviente a la perfección.

Ítalo Morales

ÍTALO MORALES (Chimbote 1974). Es Licenciado en Educación por la Universidad Nacional del Santa. Ha obtenido varias distinciones en narrativa, como el Primer Puesto en el Concurso de Narrativa Regional Nuevo Chimbote (1998), una Mención Honrosa en el Concurso de Narrativa Lundero (1999) y la II Feria del Libro de Trujillo (2005). Es autor de Días de suerte (1999), Memorias de pagano (2001), El aullar de las hormigas (2003), Camino a los extramuros (2005) y Destierro de Abel (2008).

16 October 2009

NUEVO LANZAMIENTO EN BIZARRO EDICIONES


Bizarro Ediciones se complace en presentar a sus lectores el nuevo libro que publicaremos en los próximos días: Arlequín desnudo, de la escritora y fotógrafa Juddy Lane. La novedad de esta publicación es que esta novela ilustrada de corte fantástico viene acompañada de un CD que contiene algunos soundtracks que se han elaborada pensando en este libro y donde participan las mejores bandas de la escena rockera limeña. Una verdadera invitación a conocer y disfrutar del libro.

Sobre el libro, se ha escrito lo siguiente:

A lo largo de la historia, la figura del Arlequín ha ejercido una fascinación constante en los escritores y pintores europeos. Nacido como un personaje de la Commedia dell’Arte, en la Italia del siglo XVI, el Arlecchino ha trascendido fronteras espaciales y temporales gracias a su enigmática apariencia y compleja personalidad. Pintores como Cezzane, Dalí, Picasso y Miró cayeron rendidos a sus pies y lograron plasmar en sus lienzos aquella dimensión lúdica y cromática del personaje. Esta figura carnavalesca, tradicionalmente, ha sido vinculada como símbolo de la locura y el exceso, pero también con la libertad, la imaginación y el ensueño.

Y es precisamente en esta dimensión -lúdica, libertaria y onírica- que Juddy Lane asume la figura del Arlequín en esta novela y nos presenta una historia en donde los límites entre la realidad y la fantasía se muestran brumosos y difíciles de distinguir. La protagonista, una joven extraviada y confundida, llega a un mundo en donde se encuentra con un personaje encantador que cambiará su visión del mundo y la existencia. Una historia que nos atrapa desde el inicio y que conduce al lector hasta la página final sin ningún respiro.

En el blog de la autora, podemos encontrar más información sobre la novela y escuchar algunos temas del disco en mención:

arlequin desnudo

15 October 2009

NUEVA ANTOLOGÍA DE NARRATIVA IBEROAMERICANA


En el mes de noviembre, la editorial que dirige Gabriel Rimachi, Casatomada, va a lanzar una antología de nueva narrativa iberoamericana, ASAMBLEA PORTATIL, la cual ha sido preparada por Salvador Luis, director de la página virtual de literatura, Los Noveles, y que además será presentada en la Feria del Libro de Guadalajara.

SOBRE EL LIBRO, PODEMOS LEER LO SIGUIENTE:

Hijos de Cortázar, Ribeyro, Lispector, Levrero, Aira, Bolaño, Bellatin, Pauls, Rey Rosa, Vila-Matas... Nacidos entre 1974 y 1987, los veinticinco narradores de este muestrario iberoamericano –modernos para algunos, posmodernos para otros– se inscriben en la literatura de nuestros países a través de una crisis ideológica que amplía sus decisiones estéticas. A diferencia de otros momentos, los narradores más recientes no se ven obligados a manifestarse solamente mediante el discurso de el escritor comprometido en pie de lucha. El compromiso en ellos existe, sí, con el arte y las letras, pero no así los encasillamientos que confinan la producción literaria iberoamericana tan solo a la crítica social y al costumbrismo, como tampoco a la familia Buendía ni al realismo sucio. Lo ecléctico, en cambio, parece ser la norma en nuestros tiempos.


Los autores más recientes, atendiendo a las vanguardias históricas, al Boom y Post-Boom y los McOndos y Kronens, así como a la baja y alta cultura en todas las disciplinas, utilizan un sampling que los libera de la carga impuesta a sus antecesores para crear un panorama más diverso, dejando atrás el estereotipo del país bananero, el dictador monolítico y la miseria que se resuelve con magia. Iberoamérica se transforma en la casa de lo heterogéneo, y los autores de hoy, cada uno desde sus fijaciones y dilemas, nos muestran más de una cara en un mundo que algunos llaman el mundo del afterpop.



Samuel Solleiro (España, 1982) - Rodrigo Fuentes (
Guatemala, 1984) - Solange Rodríguez Pappe (Ecuador, 1976) - Juan Sebastián Cárdenas (Colombia, 1978) - Mónica Belevan (Perú, 1982) - Juan Ramírez Biedermann (Paraguay, 1976) - Jorge Enrique Lage (Cuba, 1979) - Fernanda Trías (Uruguay, 1976) - Miguel Antonio Chávez (Ecuador, 1979) - Rodrigo Hasbún (Bolivia, 1981) - Federico Falco (Argentina, 1977) - Mayra Luna (México, 1974) - Diego Trelles Paz (Perú, 1977) - Lara Moreno (España, 1978) - Rodrigo Blanco Calderón (Venezuela, 1981) - Katya Adaui Sicheri (Perú, 1977) - Diego Zúñiga Henríquez (Chile, 1987) - Leonardo Cabrera (Uruguay, 1978) - Elvira Navarro (España, 1978) - Maximiliano Matayoshi (Argentina, 1979) - Gabriel Rimachi Sialer (Perú, 1974) - Mauricio Salvador (México, 1979) - Claudia Apablaza (Chile, 1978) - Samanta Schweblin (Argentina, 1978) - Michel Encinosa Fú (Cuba, 1974)


Por tal motivo, preparé una entrevista para el antologador sobre lo que nos trae esta nuevo proyecto y la forma cómo se ha enfocado la selección de los escritores incluidos en el libro:

ENTREVISTA SOBRE ASAMBLEA PORTATIL

1. ¿Cuál fue el criterio principal para reunir y seleccionar los textos incluidos en el proyecto (ojo que hablo de textos y no de autores)?

Bueno, el proceso de selección de Asamblea portátil empezó en mayo de 2008 y concluyó de manera oficial en diciembre del mismo año. Originalmente, la compilación era más lúdica, se llamaba 12-pack e incluía, como es de esperarse, doce autores. Durante ese período (tres meses aproximadamente) trabajé con una muestra de 28 escritores, quienes participaron sabiendo que sus textos pasarían por un proceso de pre-selección y que habría sólo 12 finalistas. Después de decidirme por los primeros doce, sin embargo, me di cuenta de que me interesaba añadir unos cuantos textos más de esa primera convocatoria y al mismo tiempo abrí una segunda para completar la participación de algunos países que habían quedado fuera durante la primera selección (el número de pre-seleccionados pasó de 28 a 38, y el de países de 10 a 13). Así fue como finalmente llegamos a los 25 narradores que componen el muestrario. El objetivo primario era hacer una muestra de narradores nacidos entre 1976 y 1984, autores bastante contemporáneos que no hubiesen sido tocados por otras antologías de narrativa continental, luego, al extenderse la convocatoria, el rango final se definió entre los años 1974 y 1987. Todos los narradores, finalistas o no finalistas, enviaron tres textos representativos de su obra, que era el requisito básico para participar. Esta compilación, en el fondo, parte de la selección que los propios autores hicieron; suelo trabajar de ese modo en la revista que dirijo porque el trabajo del compilador es siempre arbitrario; en cambio, si el propio autor es quien da el primer paso, de algún modo la selección es un poco más justa, porque en definitiva tratas con textos que los autores aprecian. Hubo tres casos en los que pedí textos específicos (Miguel Antonio Chávez, Claudia Apablaza y Mónica Belevan), pero la mayoría son producto del proceso que te acabo de detallar. También sería importante resaltar que esta compilación ha ido metamorfoseándose con el paso de los meses, y eso es algo que me ha parecido fascinante ya que de algún modo me he tenido que ajustar a ella, a los autores, y no ellos a mí. El hecho de que Asamblea portátil sea un muestrario de 25 narradores, bastante voluminoso, la verdad, dice mucho de este último punto. Aquella idea original de los doce cuentos, aunque hubiese sido menos costosa para una editorial, no alcanzaba para hacer una selección representativa. No sé de muchas editoriales que se animen a publicar a tantos autores es un solo volumen, y por eso quiero resaltar el interés que Editorial Casatomada ha tenido desde que le propuse el proyecto, porque así como Casatomada dijo que sí, hubo editoriales en Perú, México y España que desestimaron el proyecto por diversas razones, entre ellas la de la extensión, aunque también hubo algo de miedo a invertir en autores muy recientes.

2. En el prólogo del libro señalas que esta antología pretende ser una muestra de la narrativa iberoamericana última, que se distancia de la etiqueta de la literatura del Boom y Postboom, ¿hasta qué punto se puede ser parricida en ese sentido, si tú mismo admites la influencia de los escritores del Boom en esta muestra?

En principio, el parricidio es algo en lo que yo no creo, sería un poco inocente pensar que el padre no existe, todo el mundo proviene de algo, y todo artista tiene uno o más padres (creo, por ejemplo, que no reconoceríamos a Mario Vargas Llosa sin su cuota de Faulkner o Flaubert). Sin ir muy lejos, yo siempre cito cuatro padres cuando hablo de mi propia obra. Porque es innegable que lo que se llaman influencias, o préstamos o diálogos, según quien recite, pertenecen al proceso creativo de cualquier obra, sea esta literaria, pictórica, arquitectónica o cinematográfica. Nadie es 100% original, sobre todo después de miles de años de producción artística. A veces te topas con entrevistas con autores que dicen haber matado al padre y que sin embargo continúan los caminos de ese padre supuestamente muerto. Pienso que las influencias no restan originalidad, y no deben darnos miedo en la esfera pública, son parte de lo que nos hace únicos y siempre deben mencionarse. En mi opinión, es el amasijo de fijaciones que cada quien tiene, y lo que te han inculcado, lo que te hace distinto, pero esa distinción, al mismo tiempo, mantiene evidentes conexiones con textos y figuras pasadas, nada es gratuito en el arte ni en la contabilidad, para tal caso, toda actividad cuenta con algún tipo de intersección. Lo que señalas respecto al prólogo es cierto. Hablo de una falta de rechazo a ultranza al Boom y al Post-Boom y al mismo tiempo de un alejamiento. El rechazo que no existe es la postura bastante explícita de Gómez y Fuguet en el prólogo de McOndo. Pienso que eso no existe en estos narradores, es decir: no hay una ruptura inscrita en manifiesto. Pero sí hay un alejamiento estético y discursivo, que puede funcionar en algunos autores en mayor o menor grado, pero que no deja de estar ahí, como por ejemplo el hecho de que el Boom, a pesar de sus distintos autores y a pesar de que la etiqueta la crearan terceros, tenía una visión política mucho más marcada y buscaba representar realidades y problemáticas abarcadoras, hispanoamericanas (algo que puedes ver en una nouvelle de José Donoso o en un cuento fantástico como Apocalipsis de Solentiname de Cortázar). Esa actitud, en mi opinión, no es una norma hoy en día; existe por instantes, pero no como una preocupación primaria ni generacional. Por eso vuelvo a decir que el parricidio, al menos desde mi punto de vista, es ingenuo, porque los autores incluidos en Asamblea portátil tienen padres diversos y han leído en su momento a los autores del Boom y el Post-Boom (en el Post-Boom había mucha literatura testimonial, por ejemplo, ahora el testimonio es un género menos requerido), y seguramente los siguen leyendo, pero no se trata de que deba existir un fusilamiento de referentes, esa sería una postura extremista y dislocada. Lo que yo planteo en el prólogo es que hay una diferencia en la aproximación a esos referentes, una aproximación aleatoria; esto no quita que alguien guste más o menos de un autor, pero en términos grupales, como grupo, carecen de intenciones que en otras épocas eran mucho más evidentes. Y creo que eso se debe a que estos autores nacieron y viven en un mundo mucho más ecléctico, donde existen más cuestionamientos y también desencantos. Lo puedes llamar frustración por los sueños inacabados de la modernidad o la condición posmoderna, o decir que son chicos o chicas “light”, pero si son como son es porque el caldo de cultivo los hizo así, y por qué no decirlo, porque sus padres los hicieron de ese modo, también.

3. Son narradores de 13 países los convocados y el gran ausente es Brasil, ¿esto se debe a la distancia lingüística o a otros criterios?

La única razón por la que Brasil no tiene representación (lo mismo que Portugal, y hay una nota al pie en el prólogo donde hablo brevemente sobre ello) es porque no convoqué a ningún brasileño, y no lo hice porque no había leído suficientes autores brasileños en el rango de edad que la compilación maneja. Me pareció que sin tener un conocimiento más profundo cualquier inclusión hubiera sido injusta y también superficial. La distancia lingüística es manejable, pero no la falta de un estudio detallado. Han quedado fuera también algunos países centroamericanos que sí tuvieron pre-seleccionados pero que no llegaron a la lista final. En casos como el de Paraguay, aunque suene raro, hubo una muestra de cuatro autores, de los cuales solo quedó uno. Gracias a mi revista tengo la suerte de conocer o estar en contacto con muchos narradores, es una fuente de información envidiable y por ello puedo estar muy al día, pero cuando me planteé este reto no lo vi como un tablero de Risk que debía llenar con piezas en cada rincón, sino como una selección que iba a tratar de ser lo más representativa posible teniendo en cuenta también la oferta de autores y las limitaciones que cualquier proyecto tiene. A pesar de que Brasil, Portugal y otros países no están representados, la compilación no deja de ser un muestrario de narrativa iberoamericana.

4. Tenemos una antología de narradores latinoamericanos que hace poco editó Diego Trelles, El futuro no es nuestro; además del número de Zoetrope sobre narrativa latinoamericana que prepararon Daniel Alarcón y el mismo Trelles, ¿qué es lo nuevo que aporta esta antología para poder llamar la atención del público lector y la crítica?

Bueno, lo nuevo en sí no se puede medir. La novedad muchas veces es fantasía, pero creo que sí podemos hablar de las diferencias en los planteamientos y puntos de vista. Dicho sea de paso, Diego y yo hemos compilado más o menos en la misma época, yo un poco después que él, pero conversando acerca de ambos proyectos; incluso varios de los autores tanto de la versión en papel como de la versión digital de El futuro no es nuestro son autores que recomendé y que Diego pudo contactar gracias a las referencias que le di. Hay cuentos en esa compilación, como el de Ena Lucía Portela o Tryno Maldonado, que fueron publicados en Los Noveles años antes de la gestación de El futuro no es nuestro. Cuando empecé a trabajar en lo que sería Asamblea portátil partí sabiendo que no iba a utilizar nombres que él había escogido; si no me equivoco, nuestra única coincidencia es Samanta Schweblin, pero a mi favor diré que Samanta no estaba es la lista original de El futuro no es nuestro y que fue añadida mucho más tarde, cuando ella ya había aceptado participar en Asamblea portátil. El prólogo que Diego preparó para su antología es en gran medida genealógico (de la muestra que Daniel y Diego hicieron para Zoetrope no voy a hablar mucho porque no cuenta con un prólogo explicativo sino con una nota introductoria muy básica). En El futuro… Diego traza una genealogía de la tradición antológica latinoamericana para inscribir su antología dentro de dicha tradición, y lo hace de manera bastante organizada, llegando incluso a reparar en textos olvidados. Esa antología, por otro lado, tiene un campo de acción solamente latinoamericano, mientras que Asamblea portátil incluye textos peninsulares, españoles, por lo que se puede hacer una lectura trasatlántica e iberoamericana. Asimismo, Asamblea portátil es una compilación que le presta más atención a los referentes y a los diálogos literarios y extraliterarios; es decir, una de mis preocupaciones como antólogo era situar el imaginario de los cuentos y conectarlo con sus préstamos más obvios, sean novelísticos o televisivos o cinematográficos, de ahí el uso de críticos como Reinaldo Laddaga o referencias a los ensayos del Afterpop, porque muchas de las grandes diferencias entre los autores más recientes y los anteriores están en esas relaciones con la cultura de masas y en la sobreabundancia de información de la que somos víctimas hoy en día. Creo que Asamblea portátil es más explícita al resaltar esos detalles y además, como mencioné hace un rato, me importaba llamar la atención sobre la problemática de las crisis ideológicas, que me parece es un punto fundamental del que debemos ser muy conscientes. Desde luego, cada crítico o antólogo tiene un punto de vista, y ya sabemos que los puntos de vista no están hechos de metal; estoy seguro que mi análisis no es infalible y que puede ser puesto en tela de juicio en cualquier momento, pero precisamente esa es la función de esta clase de proyectos, crear un debate alrededor de sí mismos. Espero que los aportes que el libro pueda tener sirvan para sumar de algún modo, y lo que no se considere un aporte, supongo que se desintegrará por sí solo con el tiempo y con mejores argumentaciones.

5. ¿Por qué esa necesidad toxico-maníaca de relacionar esta antología con una tradición literaria, cuando se señalan los referentes de la Generación McOndo y el Grupo Crack? ¿No sería mejor desmarcarse de esa tradición para nacer como una generación a-referencial?

Esto de algún modo ya lo mencioné en otra de mis respuestas, pero hablemos otra vez de ello, ya que es un tema importante. Así como no creo en el parricidio tampoco creo en un grupo a-referencial, por el simple hecho de que todo proviene de algo; por otro lado, si el fin es en realidad desmarcase de algo, habría primero que saber de qué hay que desligarse. En el prólogo hablo de una selección indiscriminada de referentes que así como puede acercarse por momentos a McOndo o al Crack también puede subvertirlos y obviarlos, pero no sólo a esos referentes, sino al Boom o al regionalismo y a toda la tradición literaria en general. Todo texto nace inscrito en una tradición, no hay texto que no la tenga, y la muestra de Asamblea portátil participa también dentro de una; podemos argumentar sobre su forma de participación, pero no negar que exista una participación, y que dicha participación cuente con algún tipo de relación referencial. El caso de McOndo, y de vez en cuando el de Crack, pero sobretodo McOndo, es un tema polémico porque se ha personalizado en la figura de Alberto Fuguet. Al leer el prólogo de McOndo se piensa más en él o en sus libros que en el prólogo en sí, y eso es algo que he tratado de eliminar en Asamblea portátil, porque a pesar de que no soy un seguidor de la literatura de Fuguet y que poco me sorprenden sus obras o sus gustos cinematográficos, sí soy consciente de que, fuera de los momentos infantiles que puede tener el prólogo, o de lo prosaico de su lenguaje o de la falta de un marco teórico (no es un crimen escribir un prólogo sin marco teórico, por cierto), el prólogo de McOndo tiene mucha lucidez en puntos como el de la relación literatura-cultura de masas y en el de la globalización de referentes, sobretodo de referentes norteamericanos. Quizá Fuguet y Gómez no lo plantearon citando a quince sociólogos, antropólogos y teóricos posmodernos, y tampoco tenían por qué tomar esa ruta, pero si se lee ese prólogo sin prejuicios, se pueden hallar claras coincidencias entre aquello y discursos que están muy de moda en España hoy por hoy, y ojo que estamos hablando de más de diez años de diferencia. No glorifico a Fuguet, pero sí es importante decir que el prólogo de McOndo se adelanta a un debate que hoy en día Iberoamérica articula mucho mejor.

6. Lo que sí me parece acertado es desmarcar a los narradores latinoamericanos de las llamadas “Generación X”, “Generación Kronen” y “Generación Nocilla”, españolas, que me parecen denominaciones bastante “castizas” para ser trasplantadas a nuestra realidad, salvo que queramos utilizar el término de “Generación Milo” (o “Generación Leche Enci”, para ser más localistas).

Concuerdo en que estas denominaciones siempre son un poco penosas, y me consta que los críticos serios no las utilizan, son más que todo denominaciones mediáticas que difunde el periodismo por razones prácticas y de mercado; claro, tampoco deberían ofendernos tanto, porque en el fondo las únicas personas que deben hallar mejores denominaciones y utilizarlas son los críticos o los teóricos, el resto del público no necesita enfrascarse en esos debates. Dicho esto, quizá no lo mencioné en el prólogo porque no me detuve en la comparación, pero desde mi punto de vista, España y Latinoamérica, sobre todo después de la caída de Franco, pero ya en los años sesenta con el diálogo que había entre los escritores del Boom y autores como Goytisolo, por ejemplo, tienen un derrotero literario relativamente similar. Es cierto que la influencia de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra es mucho más visible en Latinoamérica, donde los servicios y horarios nacionales fueron “norteamericanizados” desde por lo menos los años 50 y que tuvimos Sears y KFC antes que cualquier ciudad española, y que nunca les pusimos peros a los anglicismos, sin embargo, a partir de la apertura democrática, España recuperó el tiempo perdido y se puso al día con mucha rapidez. Por eso yo diría que aunque fui explícito describiendo la Generación Kronen y la Generación Nocilla, no veo muchas diferencias entre el realismo sucio que pululó durante los años 90 en América Latina y lo que hacían Mañas y Cía. en Madrid por la misma época. A todo el conjunto iberoamericano de ese calibre tal vez deberíamos llamarlo Estética de los 90, porque siendo ramplones, en ambas partes del Atlántico se popularizó la misma literatura, y muchos de los referentes son exactamente los mismos: Easton Ellis, Bukowski, Carver. Los más recientes, los que llaman Nocillas, que es una etiqueta que sirve tan solo para un subgrupo y no para la totalidad de los narradores nuevos españoles, tienen algunas coincidencias con el discurso mcondiano, y vuelvo a lo de la globalización y la cultura de masas, porque ahí se conectan, y se conectan al mismo tiempo con el Manifiesto Crack, porque de la mezcla entre la cultura de masas y la “sofisticación” que se autoimputaba el Crack yo creo que te queda un Fernández Mallo, o algo parecido a Fernández Mallo. Y en el fondo tendría cierto sentido teniendo en cuenta que el castellano es un código compartido. Latinoamérica y España no están tan alejadas como aparentan, y menos en la era digital. Eso sí, que quede claro que no he dicho que Nocilla Dream sea producto de los gametos de Fuguet y de Volpi; lo que sí he dicho es que en los últimos años hemos pisados terrenos similares que hemos bautizado con distintos nombres y que es imposible que no haya una retroalimentación.

7. Y para terminar, una pregunta picante: Veo en la lista a autores con cierta trayectoria como el caso de Diego Trelles y Samanta Schweblin, y autores de reciente difusión, ¿cómo se logro conjugar los “egos” de ambos tipos de escritores para aparecer unos junto a otros?

Felizmente no hemos tenido ningún problema de egos. Con muchos de los autores tengo relaciones que van más allá de una antología, y aún con los que no tenía contacto previo me he llevado muy bien. En esta compilación hay chicos que participaron en Bogotá 39, como el boliviano Rodrigo Hasbún y el venezolano Rodrigo Blanco Calderón, tienes también una narradora con mucha proyección en España como Elvira Navarro, de quien Enrique Vila-Matas ha hablado maravillas públicamente. Está Mayra Luna, mexicana, reconocida por sus compatriotas como una de las escritoras más interesantes de su generación. Hay, desde luego, personajes menos difundidos, pero en eso me baso para poner en marcha proyectos como este. Yo en realidad suelo pensar en los autores que vendrán mañana porque esa ha sido mi fijación desde que fundé mi revista. Recuerdo que en un email de hace unos años dedicado a Los Noveles Edmundo Paz Soldán me dijo que yo solía estar “ahead of the curve”, al menos en lo que respecta a la recopilación literaria. No lo niego porque siempre me han interesado los autores últimos, es algo que me trae muchas satisfacciones, la promoción y difusión de artistas emergentes, y Asamblea portátil es parte de esa especie de filosofía de vida. Me gusta curiosear y que otras personas curioseen. Diego y Samanta no son los únicos en este libro que tienen carreritas encaminadas; Samuel Solleiro y Juan Sebastián Cárdenas andan muy bien, y hay que leer más uruguayos como Fernanda Trías y Leonardo Cabrera, y la española Lara Moreno que tiene una prosa redonda. El menor de la antología, Diego Zúñiga Henríquez, un chileno muy joven, dale tres años más y nos sorprende con una novela corta de las que merecen la pena. Podría seguir, y quizá no mencioné a todos, pero creo que la selección es bastante diversa y al mismo tiempo muy representativa de los tiempos que corren. Los dos chicos cubanos que están en libro, por ejemplo, ambos son muy recomendables y muy “actuales”. Eso de “actuales” no sonó muy bien, pero suena. Y a pesar de ese enfoque tan moderno que se le puede imputar a la antología, creo que no hemos obviado textos de estilo más tradicional, ahí tienes una pieza como Los pasares, del paraguayo Juan Ramírez Biedermann, ese cuento es neorrealista, muy bello, me recuerda bastante a Ribeyro. Y el cuento de Gabriel Rimachi, también, con esos cierres existenciales de antaño.

12 October 2009

MÁS BIZARRO QUE NUNCA


Mi amigo Carlitos Vizcardo, amante de lo bizarro también, me envía una página que puede ser de interés para los seguidores de este blog:


Ahi podrán encontrar todo un universo bizarro por descubrir. Dense un par de vueltas por esa realidad bizarra paralela.

REACCIONES AL NOBEL DE LITERATURA


La polémica sobre el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Herta Müller continúa y diversos bloggers y escritores han escrito sobre el tema. Edmundo Paz Soldán, Iván Thays, Gustavo Faverón y Patricia de Souza dan sus respectivas opiniones, a favor y en contra. En el blog Puente Aéreo, Faverón escribe un interesante artículo sobre el "eurocentrismo" del premio:

En 1974, la Academia Sueca decidió declarar un empate y conceder el Premio Nobel de Literatura de ese año a los escritores Eyvind Johnson y Harry Martinson.

El problema: Johnson y Martinson, ambos suecos, eran miembros de la Academia y formaban parte del comité que, tras concienzuda deliberación, había alcanzado ese veredicto.

En la nómina de los candidatos descartados habían quedado, entre otros, Graham Greene, Vladimir Nabokov y Jorge Luis Borges.

Ese solo incidente debería bastar para que nadie más, nunca jamás, le hiciera mucho caso a las decisiones de la Academia Sueca. Pero la fuerza de la costumbre es portentosa, la ansiedad de referentes inmediatos es omnímoda y la morbosa curiosidad por la competencias es, al parecer, insuperable: todos volvemos al tema con esperanzas, como hinchas peruanos ante una próxima eliminatoria.

Para continuar, aquí

ORLANDO MAZEYRA SOBRE RIBEYRO


En la página virtual Literaturas.com, se ha publicado un artículo de Orlando Mazeyra sobre Julio Ramón Ribeyro. Los dejo con la lectura:

En su libro de entrevistas a destacados periodistas de la prensa y la televisión, “Rajes del oficio”, Pedro Salinas (Lima, 1963) sostiene un interesante diálogo con Mario Vargas Llosa. ¿Qué le entristece del Perú?, le preguntan al autor de Viaje a la ficción y éste responde que, por lo general, el peruano se inhibe, no en uno, sino en todos los campos: “El peruano carece de entusiasmo. Somos un país que carece de entusiasmos. Nuestros entusiasmos son totalmente pasajeros, y muy inmediatamente seguidos del desaliento, de una falta de continuidad”. Luego, Salinas utiliza un término muy futbolero (ese que dice que, la tocamos, a veces jugamos bonito, pero nunca hacemos goles) para seguir dándole cuerda al novelista: ¿el peruano no culmina?

Vargas Llosa recurre a una imagen muy limeña, pero no exclusiva de la capital; es algo que todos vemos a diario ––sobre todo cuando el avión está a punto de partir o aterrizar y el mar de hogares inacabados y edificios amorfos se apodera del panorama––, una postal que se extiende de Piura hasta Tacna, algo que todos podemos apreciar si nos damos una vuelta por cualquier rincón de Arequipa: “En ninguna ciudad del mundo como en Lima hay tantas construcciones empezadas y que luego son abandonadas. Para mí eso es un poco el reflejo de la sensibilidad nacional. Después del esfuerzo inicial surge la inhibición, que es una falta de convicción que paraliza. Entonces, el Perú está lleno de peruanos que iban a ser escritores, y no fueron. Peruanos que iban ser pintores, y no fueron. Peruanos que iban a ser músicos, y no fueron. Peruanos que iban a ser extraordinarios abogados, y no fueron. ¿Por qué? Porque en el camino, como se inhibieron, perdieron el impulso, perdieron el entusiasmo. Los esfuerzos se congelan. Es una sensación que a mí me desmoraliza y me entristece muchísimo”.

Para continuar, hacer click aquí.

09 October 2009

EL CHICO VIERNES

By: Max Palacios

Sabía que era una mala idea. Es verdad que la culpa no fue totalmente mía. Harry, el sucio, también estaba conciente de que era una muy mala idea. Estoy seguro, mi querido Harry (que no te bañas, porque, según tú, una persona limpia no necesita bañarse a menudo), estoy seguro que tú sabías que era una idea fatal y que las consecuencias serían funestas. Pero no, no te puedo culpar del todo. Si tuviéramos que hallar a algún culpable tendríamos que mencionar, además, a los que nos reuníamos los viernes por la noche: El Perro, Gustrago, y Mike, el Chico Viernes. De todos, el Chico Viernes tiene gran parte de la culpa. Eso de llegar todos los viernes con una botella de ron y un poco de marihuana, a lo largo traería lamentables consecuencias para alguno de nosotros.

La rutina era la misma. Primero acondicionar el cuarto y colocar todo tipo de imágenes sugerentes y alucinantes en las cuatro paredes de la habitación. Luego instalar el equipo de sonido y seleccionar la música que íbamos a escuchar. Solo grupos que pudieran desconectarnos de la realidad: C.C.Revival, Doors, Gran Funk, Joy Division y Nirvana. Nada de jazz ni de música clásica, el despegue podría ser nocivo. Sabíamos casos de brothers que se pegaron con Miles Davis o Charly Parker, o con Chopin o Mahler, y que cuando quisieron retornar a la realidad jamás lo lograron. Por el bien de todos, ni jazz ni música clásica. Una vez acondicionada la habitación y la música, Gustrago, mismo alquimista, preparaba una cuba libre extra-power: Full ron y un poco de Coca-Cola para darle color. Acto seguido, el Perro preparaba unas tremendas bazucas de yerba que pudieran satisfacer las exigencias de los fumarolas reunidos.

-Ahora sí, muchachos, ajústense los cinturones -anunciaba el Perro. Era el más angurriento de todos nosotros y según tú, Perrito, fumabas de acuerdo a tus necesidades. Pero a mí no me engañas, Perro, eras el más angurriento de todos y el que daba el play de honor al supertroncho que habías preparado.

Lo demás venía por cuenta propia y cada quién se daba su propio vacilón. Todos queríamos evadirnos de nuestra asfixiante realidad, pensar que la vida podía ser soportable en este mundo de mierda. Así eran nuestras vidas y si teníamos que drogarnos para poder seguir adelante, lo hacíamos. Pero aquel viernes fue memorable: El Perro se alucinó Dave Grohl, el baterista de Nirvana e incluso se dio el lujo de prestarle sus baquetas a Gustrago para acompañar la voz de Cobain:

Come as you are,

as you were,

as I want you to be,

as a friend,

as a friend,

as an old enemy.

Si hubiera estado Alex, hubiese alucinado que estaba en una trinchera de la guerrilla, luchando por la revolución y hubiera rampado desde el cuarto hasta la cocina gritando consignas contra el gobierno y a favor de la lucha armada como lo hizo alguna vez en uno de los cuartos de la residencia universitaria ante la risa de todos los estudiantes. Hubiera sido divertido ver a Alex arrastrándose por el suelo como una lagartija. Así no, mi querido guerrillero, así no es, con la yerba jamás hubieras llegado a hacer la revolución.

Mike, el Chico Viernes, después de un esfuerzo de alucine, logró meterse en un afiche de U2 que estaba colgado en la pared.

-Oye, Salvador, ¿logras verme?

-Puta, brother, no te veo.

-Huevón, estoy detrás del árbol, por eso no me ves.

Todos estábamos en un bacilón bien bacán. Pero tú, Harry, no despegabas. Solito te cagabas de risa en un rincón del cuarto, oliéndote las axilas de vez en cuando. Hasta que no sé cómo se te ocurrió la idea de poner a Mozart en el equipo.

-No lo pongas, Harry.

-Sólo un toque.

- No, Harry, no.

- Un ratito.

-Bueno, sólo un ratito y nada más, ah.

Der Vogelfänger bin ich ja,

Stets lustig, haissa, hopsassa !

Ich vogelfänger bin bekannt

Bei alt und jung im ganzen Land.

Un toque nada más, huevón. Sabías que no iba a ser un toque. Jamás consentiría escuchar a Mozart un toque. Era todo o nada, porque escuchar a Mozart en estado normal era una verdadera transfiguración. Entrar en un estado de misticismo en el que cada nota musical hacía brotar un universo en tu mente y permitía que tu espíritu se elevara de este mundo terrenal. Ahora, escuchar a Mozart stone, es decir, totalmente alucinado, era entrar en un estado de gracia y beatitud. Sentir que tu cuerpo se va evaporando para dar paso al imperio del espíritu en donde cada molécula, cada átomo y cada electrón estan en armonía con el universo, llegar a las puertas del paraíso y contemplar la evolución de las cosas más bellas del planeta, como por ejemplo, observar el proceso en el cual una rosa se abre al amanecer. Eso era escuchar a Mozart stone: sentirse el dios de tu propio universo.

Poco a poco, empecé a alucinar cosas indescriptibles para el lenguaje humano. Aluciné a la luna haciendo el amor con un camello en pleno desierto. Aluciné, también, a la señora de la pensión como la vaca Gertrudis y a sus hijos como los tres cerditos, aunque en este caso no hice demasiado esfuerzo, dado que la vieja y sus hijos bien podrían pertenecer a la escala zoológica. Lo mejor..., perdón, lo peor, vino después. En un momento dado, empecé a alucinar que era una pluma de pavo real flotando en la habitación, una pluma ligera y tornasolada viajando por todo el cuarto. Rozaba muy suave el cuerpo de los muchachos y nadie se daba cuenta. De pronto, alguien me alcanzaba con una de sus bocanadas de humo e iba a parar al otro extremo de la habitación, que por cierto estaba muy cargada de olor a marihuana. Despacio, muy despacio, fui acercándome a la ventana. Afuera, recorría un viento invernal que traía el olor de la brisa marina. No sería mala idea darse una vueltita por allí para cambiar de atmósfera. Cruce lentamente la ventana sin hacer el menor ruido para no perturbar a nadie en su alucine y justo, cuando ya empezaba a sentirme bien con la nueva atmósfera, Mozart dejó de sonar. ¡Puta Madre! Era demasiado tarde para retroceder, la ventana de la habitación estaba lejos y los tres pisos hacia abajo eran la única e irrenunciable opción.