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sábado, 13 de noviembre de 2010
viernes, 15 de octubre de 2010
La caja de Pandora
Pandora, de Jules Joseph Lefebvre.
Imagen obtenida de la Wikipedia
Pandora era la bella mujer de Epimeteo. Zeus les envió una caja para que cuidasen de ella con unas estrictas normas: que nadie se le acercase y que nunca la abrieran ni mirasen dentro.
Pandora que era muy curiosa, empezó a preguntarse qué podía tener dentro, acercó el oído y oyó unos susurros que decían "Pandora, por favor, líbranos, déjanos salir".
Días después, Pandora no pudo aguantar más y abrió la caja ante las insistencias de las voces. De repente, todos los males del mundo salieron. Al instante cerró la caja, pero oyó otra voz que decía: "déjame salir". Abrió la caja y liberó a la esperanza.
sábado, 29 de mayo de 2010
Una sonrisa
En las lejanas tierras nevadas de Canadá tuvo lugar la historia de cómo un lobo se convirtió en el mejor amigo del hombre.
En las montañas vivía Skan, el lobo gris plata, junto a su manada de lobos árticos.
Un día la llegada del hombre destrozó todo aquello que era la gran naturaleza. Los humanos ponían trampas para capturar a todo tipo de criaturas. El gran lobo que se paseaba por allí quedó atrapado por la red del hombre. Cuando no tenía ninguna esperanza de salvarse, un humano con gran corazón lo agarró del cuello y lo salvó. El animal no sabía cómo agradecérselo a quien le hubiera salvado la vida.
Skan pidió ayuda a Nocormi (hija de la Luna) que le dijo: según lo que me has contado, el humano estaba triste y la única forma de hacerle feliz es dibujando una sonrisa y además no sólo harás feliz al humano, harás feliz a todo el que esté contigo. Y así lo hizo.
En las montañas vivía Skan, el lobo gris plata, junto a su manada de lobos árticos.
Un día la llegada del hombre destrozó todo aquello que era la gran naturaleza. Los humanos ponían trampas para capturar a todo tipo de criaturas. El gran lobo que se paseaba por allí quedó atrapado por la red del hombre. Cuando no tenía ninguna esperanza de salvarse, un humano con gran corazón lo agarró del cuello y lo salvó. El animal no sabía cómo agradecérselo a quien le hubiera salvado la vida.
Skan pidió ayuda a Nocormi (hija de la Luna) que le dijo: según lo que me has contado, el humano estaba triste y la única forma de hacerle feliz es dibujando una sonrisa y además no sólo harás feliz al humano, harás feliz a todo el que esté contigo. Y así lo hizo.
jueves, 27 de mayo de 2010
El baobad
Cuentan las leyendas africanas que había un árbol magnífico y excelente. Un tronco fuerte sostenía un importante y frondoso ramaje para su árbol, sus hojas estaban siempre frescas y jugosas y los frutos los escondía para que nadie tuviese la tentación de comérselos.
Un día vino un pájaro sucio, maloliente y maligno. El árbol hizo movimientos bruscos para que ese pájaro se marchase. El pajarito dijo:
- Podrías dejarme descansar.
- ¡No! Fuera de aquí.
- Por favor, déjame descansar. Llevo todo el día buscando comida para mis hijos y hace un rato un halcón casi me arranca el ala.
El árbol sin compasión le respondió diciendo que no le contara sus desgracias. Tengo muchísimo trabajo para poder conservarme como estoy, y no voy a dejar que un miserable pájaro como tú me lo estropee.
Y diciendo esto, el antipático árbol empezó a mover sus ramas y sus hojas con intención de alcanzar al pájaro, no le alcanzó, pero el pájaro se fue.
El baobad no sabía que ese pájaro lo habían enviado los dioses para poner a prueba al orgulloso árbol y por eso le hicieron enterrar sus hojas y poner al descubierto sus raíces.
Un día vino un pájaro sucio, maloliente y maligno. El árbol hizo movimientos bruscos para que ese pájaro se marchase. El pajarito dijo:
- Podrías dejarme descansar.
- ¡No! Fuera de aquí.
- Por favor, déjame descansar. Llevo todo el día buscando comida para mis hijos y hace un rato un halcón casi me arranca el ala.
El árbol sin compasión le respondió diciendo que no le contara sus desgracias. Tengo muchísimo trabajo para poder conservarme como estoy, y no voy a dejar que un miserable pájaro como tú me lo estropee.
Y diciendo esto, el antipático árbol empezó a mover sus ramas y sus hojas con intención de alcanzar al pájaro, no le alcanzó, pero el pájaro se fue.
El baobad no sabía que ese pájaro lo habían enviado los dioses para poner a prueba al orgulloso árbol y por eso le hicieron enterrar sus hojas y poner al descubierto sus raíces.
martes, 25 de mayo de 2010
Leyenda africana
En algunas aldeas de Namibia cuentan que hace mucho, mucho tiempo, el cocodrilo tenía la piel lisa y dorada como si fuera de oro.
Dicen que pasaba todo el día debajo del agua en las aguas embarradas y que sólo salía de ellas durante la noche y que la luna se reflejaba en su brillante y lisa piel.
Los otros animales iban a esas horas a beber agua y se quedaban admirados contemplando la hermosa y dorada piel del cocodrilo.
El animal, orgulloso de la admiración que causaba su piel, empezó a salir del agua durante el día para presumir de su piel. Entonces, los demás animales, no sólo iban por la noche sino que se acercaban también cuando brillaba el sol para contemplar la piel dorada del cocodrilo.
Pero sucedió, que el sol brillante, poco a poco fue secando la piel del cocodrilo, cubierta de una capa de reluciente barro, y cada día se iba poniendo más fea. Al ver este cambio en su piel, los otros animales iban perdiendo su admiración. Cada día, el cocodrilo tenía su piel más cuarteada hasta que se le quedó como ahora la tiene, cubierta de grandes y duras escamas parduzcas. Finalmente, ante esta transformación, los otros animales no volvieron a beber durante el día ni a contemplar la antigua hermosa piel dorada del cocodrilo.
El cocodrilo, antes tan orgulloso de su piel dorada, nunca se recuperó de la vergüenza y humillación y desde entonces, cuando otros se le acercan se sumerge rápidamente en el agua, con sólo sus ojos y orificios nasales sobre la superficie del agua.
Dicen que pasaba todo el día debajo del agua en las aguas embarradas y que sólo salía de ellas durante la noche y que la luna se reflejaba en su brillante y lisa piel.
Los otros animales iban a esas horas a beber agua y se quedaban admirados contemplando la hermosa y dorada piel del cocodrilo.
El animal, orgulloso de la admiración que causaba su piel, empezó a salir del agua durante el día para presumir de su piel. Entonces, los demás animales, no sólo iban por la noche sino que se acercaban también cuando brillaba el sol para contemplar la piel dorada del cocodrilo.
Pero sucedió, que el sol brillante, poco a poco fue secando la piel del cocodrilo, cubierta de una capa de reluciente barro, y cada día se iba poniendo más fea. Al ver este cambio en su piel, los otros animales iban perdiendo su admiración. Cada día, el cocodrilo tenía su piel más cuarteada hasta que se le quedó como ahora la tiene, cubierta de grandes y duras escamas parduzcas. Finalmente, ante esta transformación, los otros animales no volvieron a beber durante el día ni a contemplar la antigua hermosa piel dorada del cocodrilo.
El cocodrilo, antes tan orgulloso de su piel dorada, nunca se recuperó de la vergüenza y humillación y desde entonces, cuando otros se le acercan se sumerge rápidamente en el agua, con sólo sus ojos y orificios nasales sobre la superficie del agua.
martes, 18 de mayo de 2010
Leyenda del Año Nuevo chino
Esta leyenda cuenta la historia de un monstruo muy fuerte llamado Nian que vive en las profundidades del mar.
Cada víspera de Año Nuevo chino sube a la tierra a devorar ganado y a las personas que encuentra a su paso. La víspera de un Año Nuevo chino apareció un hombre de pelo gris con intención de cazar a la bestia. Cuando Nian llegó al pueblo para ocasionar estragos se encendieron muchos petardos.
El monstruo asustado por el ruido y las luces huyó despavorido.
Todos los habitantes regresaron a su pueblo y encontraron todo intacto, pero el hombre había desaparecido.
Desde ese día todos celebramos en el Año Nuevo chino la gran fiesta tradicional de Nian colgando banderas rojas y lanzando petardos.
La costumbre se propagó a lo largo y ancho del país.
Cada víspera de Año Nuevo chino sube a la tierra a devorar ganado y a las personas que encuentra a su paso. La víspera de un Año Nuevo chino apareció un hombre de pelo gris con intención de cazar a la bestia. Cuando Nian llegó al pueblo para ocasionar estragos se encendieron muchos petardos.
El monstruo asustado por el ruido y las luces huyó despavorido.
Todos los habitantes regresaron a su pueblo y encontraron todo intacto, pero el hombre había desaparecido.
Desde ese día todos celebramos en el Año Nuevo chino la gran fiesta tradicional de Nian colgando banderas rojas y lanzando petardos.
La costumbre se propagó a lo largo y ancho del país.
domingo, 16 de mayo de 2010
Leyenda del origen de Noya
En Noya fue donde Noé desembarcó después del Diluvio Universal. Llegó la paloma, cogió la rama y volvió al Arca. En Noya, fue donde plantó su viña Noé y se comió sus primeros frutos.
Y allí, en lo alto de las faldas del monte Barbanza quedó enterrada para siempre el arca de la salvación.
Luego, los hijos de Noé se casaron y tuvieron descendencia. Y dice la leyenda que algunos nacieron allí. Uno de ellos tuvo una hija, la llamó Noela. Ésta se casó con su hermano llamado Galo. Y los dos construyeron una ciudad en nombre de su antepasado Noé.
Y allí, en lo alto de las faldas del monte Barbanza quedó enterrada para siempre el arca de la salvación.
Luego, los hijos de Noé se casaron y tuvieron descendencia. Y dice la leyenda que algunos nacieron allí. Uno de ellos tuvo una hija, la llamó Noela. Ésta se casó con su hermano llamado Galo. Y los dos construyeron una ciudad en nombre de su antepasado Noé.
jueves, 13 de mayo de 2010
La calavera
Cuentan los ancianos que entre 1850 y 1860, hubo un sacerdote que se dedicaba con frecuencia a la vida mundana. Cuentan que por las noches recorría diferentes antros de vicio. Algunos fieles le informaron de un extraño fenómeno. Él, intrigado, fue a verlo y se encontró con una calavera. Él le dijo:
- ¿Qué estás haciendo? Éste no es tu lugar.
La calavera le respondió:
- Soy la calavera del padre Higuera y ando purgando cadena.
Después desapareció. Asustado, se recluyó en el convento.
Pero un día salió y se montó en un asno sin rumbo fijo. Nunca más se supo de ellos, ambos desaparecieron.
- ¿Qué estás haciendo? Éste no es tu lugar.
La calavera le respondió:
- Soy la calavera del padre Higuera y ando purgando cadena.
Después desapareció. Asustado, se recluyó en el convento.
Pero un día salió y se montó en un asno sin rumbo fijo. Nunca más se supo de ellos, ambos desaparecieron.
miércoles, 12 de mayo de 2010
El volcán Fumiyama
En Japón, el volcán Fumiyama es un monte sagrado.
Cada año se organizan peregrinaciones al templo, que está en su cima a 3776 m de altitud. Según leyendas, el templo es la residencia de varios dioses. Una de las leyendas cuenta el origen del volcán:
Este volcán se formó del sueño inacabado de un gigante.
Él quería rellenar de tierra el océano Pacífico. Durante la noche el gigante tiró enormes sacos de tierra al océano, pero al ver que el océano no crecía hizo esto:
Tiró el resto de sus sacos a Japón. La tierra se amontonó y formó una montaña a la que más tarde se llamaría Fujiyama.
Y se convertiría en uno de los volcanes más importantes de Japón.
Cada año se organizan peregrinaciones al templo, que está en su cima a 3776 m de altitud. Según leyendas, el templo es la residencia de varios dioses. Una de las leyendas cuenta el origen del volcán:
Este volcán se formó del sueño inacabado de un gigante.
Él quería rellenar de tierra el océano Pacífico. Durante la noche el gigante tiró enormes sacos de tierra al océano, pero al ver que el océano no crecía hizo esto:
Tiró el resto de sus sacos a Japón. La tierra se amontonó y formó una montaña a la que más tarde se llamaría Fujiyama.
Y se convertiría en uno de los volcanes más importantes de Japón.
sábado, 8 de mayo de 2010
El león del lago
Un atardecer, el gran león se encaminó hasta un lago cercano para beber. Era su lago favorito porque sus aguas eran limpias y despejadas. Cuando el felino inclinó la cabeza y se dispuso a calmar su sed, vio su rostro reflejado y creyó que otro león le miraba con ferocidad.
Asustado, dio un salto hacia atrás.
-Éste debe ser el león encargado de custodiar el lago. Me atacará si intento beber aquí – pensó.
Atemorizado se alejó a la orilla esperando que tal vez más tarde el guardián se iría. Pero la sed le acuciaba y decidió volver a intentarlo.
Y otra vez, al inclinar la cabeza se encontró con el león del algo observándole. Quiso asustarlo y abrió sus fauces todo lo que pudo dejando escapar un terrible rugido, pero lo mismo hizo el león del lago. Muy asustado se alejó tan deprisa como pudo. Como la sed iba en aumento, lo intentó varias veces y siempre estaba allí aquel maldito león para impedirle beber.
Hasta que llegó un momento en que desesperado por beber, decidió jugarse la vida si era necesario y tomó la determinación de meter su morro en el agua pasara lo que pasara.
Se acercó a la orilla e introdujo rápidamente la boca en sus cristalinas aguas y, en ese momento, “el león guardián” se desvaneció.
Asustado, dio un salto hacia atrás.
-Éste debe ser el león encargado de custodiar el lago. Me atacará si intento beber aquí – pensó.
Atemorizado se alejó a la orilla esperando que tal vez más tarde el guardián se iría. Pero la sed le acuciaba y decidió volver a intentarlo.
Y otra vez, al inclinar la cabeza se encontró con el león del algo observándole. Quiso asustarlo y abrió sus fauces todo lo que pudo dejando escapar un terrible rugido, pero lo mismo hizo el león del lago. Muy asustado se alejó tan deprisa como pudo. Como la sed iba en aumento, lo intentó varias veces y siempre estaba allí aquel maldito león para impedirle beber.
Hasta que llegó un momento en que desesperado por beber, decidió jugarse la vida si era necesario y tomó la determinación de meter su morro en el agua pasara lo que pasara.
Se acercó a la orilla e introdujo rápidamente la boca en sus cristalinas aguas y, en ese momento, “el león guardián” se desvaneció.
jueves, 6 de mayo de 2010
El rapto de Europa
Según la leyenda, Zeus estaba enamorado de Europa y decidió seducirla. Se transformó en un toro blanco y se mezcló con las manadas de su padre. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus costados y, viendo que era manso, terminó por subir a su lomo.
Zeus aprovechó esa oportunidad y corrió al mar, nadando con ella a su espalda hasta la isla de Creta. Entonces reveló su auténtica identidad y Europa se convirtió en la primera reina de Creta. El acto amoroso tuvo lugar bajo un plátano, árbol que según la mitología debe el que sus hojas sean perennes a este acontecimiento.
Zeus le dio tres regalos: un autómata de bronce, un perro que nunca soltaba a su presa y una jabalina que nunca erraba. Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas que actualmente se conocen como la constelación “Tauro”. Algunas leyendas cuentan que este mismo toro fue con el que se topó Heracles, y que finalmente engendró al Minotauro.
Zeus aprovechó esa oportunidad y corrió al mar, nadando con ella a su espalda hasta la isla de Creta. Entonces reveló su auténtica identidad y Europa se convirtió en la primera reina de Creta. El acto amoroso tuvo lugar bajo un plátano, árbol que según la mitología debe el que sus hojas sean perennes a este acontecimiento.
Zeus le dio tres regalos: un autómata de bronce, un perro que nunca soltaba a su presa y una jabalina que nunca erraba. Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas que actualmente se conocen como la constelación “Tauro”. Algunas leyendas cuentan que este mismo toro fue con el que se topó Heracles, y que finalmente engendró al Minotauro.
martes, 4 de mayo de 2010
Antaño, el lago sagrado de los Antankarana.
En el país Antankarana, en el norte de Madagascar, se encuentra el lago Antaño. Cuenta el pueblo Antankarana que hace mucho tiempo, donde hoy está el lago, existía un gran poblado que contaba con su rey, príncipes y princesas con grandes manadas de vacas, campos de yuca, patatas y arroz.
En este pueblo, mezclados entre la población, vivía un hombre y una mujer a quienes sus vecinos no conocían. Se habían casado y tenían un niño de unos seis meses de edad.
Una noche, el niño empezó a llorar, sin que la madre supiera qué hacer para calmarlo. A pesar de las caricias de la madre, de mecerlo en sus brazos, de intentar darle de mamar, el niño no cesaba de llorar y gritar. Entonces la madre cogió al bebé en brazos y fue a pasear con él a las afueras del pueblo, sentándose bajo el gran tamarindo donde las mujeres solían juntarse por la mañana y por la tarde para moler arroz. La madre pensaba que la brisa y el frescor de la noche calmarían al niño. En cuanto ella se sentó, el niño se calló y se quedó dormido. Entonces, suavemente volvió para casa, pero nada más cruzar la puerta, el niño se despertó y comenzó de nuevo a llorar y a gritar. Así cuatro veces más. A la quinta vez decidió pasarse la noche en el tamarindo. Apenas había tomado esta decisión, cuando de repente todo el pueblo se hundió en la tierra desapareciendo con un gran estruendo.
Donde hasta entonces había estado el pueblo no quedaba sino un enorme agujero que pronto comenzó a llenarse de agua hasta que ésta llegó al pie del tamarindo donde la mujer sostenía asustada al hijo.
Desde entonces, el lago adquirió un carácter sagrado. Si haces algo al lago te comerán tarde o temprano los cocodrilos.
En este pueblo, mezclados entre la población, vivía un hombre y una mujer a quienes sus vecinos no conocían. Se habían casado y tenían un niño de unos seis meses de edad.
Una noche, el niño empezó a llorar, sin que la madre supiera qué hacer para calmarlo. A pesar de las caricias de la madre, de mecerlo en sus brazos, de intentar darle de mamar, el niño no cesaba de llorar y gritar. Entonces la madre cogió al bebé en brazos y fue a pasear con él a las afueras del pueblo, sentándose bajo el gran tamarindo donde las mujeres solían juntarse por la mañana y por la tarde para moler arroz. La madre pensaba que la brisa y el frescor de la noche calmarían al niño. En cuanto ella se sentó, el niño se calló y se quedó dormido. Entonces, suavemente volvió para casa, pero nada más cruzar la puerta, el niño se despertó y comenzó de nuevo a llorar y a gritar. Así cuatro veces más. A la quinta vez decidió pasarse la noche en el tamarindo. Apenas había tomado esta decisión, cuando de repente todo el pueblo se hundió en la tierra desapareciendo con un gran estruendo.
Donde hasta entonces había estado el pueblo no quedaba sino un enorme agujero que pronto comenzó a llenarse de agua hasta que ésta llegó al pie del tamarindo donde la mujer sostenía asustada al hijo.
Desde entonces, el lago adquirió un carácter sagrado. Si haces algo al lago te comerán tarde o temprano los cocodrilos.
sábado, 1 de mayo de 2010
Gallarín y el tesoro del rey Almanzor
Entre Noalejo y Arbumiel se encuentra el cortijo de la torre, situándose encima del cerro de la atalaya, nombrado así por una edificación árabe que allí había. El cortijo estaba en manos de un musulmán llamado Gallarín, que mandó construir en los cerros una torre de vigilancia. Contaba Gallarín con la amistad y confianza del rey Almanzor, que con frecuencia visitaba a sus amigo en su escondido rincón de Sierra Mágica.
En una de ellas, Almanzor, en un gesto premonitorio de su trágico final en Calatañazor, le propuso esconder en algún lugar secreto todos los tesoros que había acumulado durante su vida. Los súbditos de Gallarín construyeron un foso para el tesoro, un complejo sistema para colocar todas las riquezas.
En el testamento de Almanzor se lee lo siguiente: a cinco leguas de Jaén, sitio de la torre, señas más principales: Loma de Cabras y el castillo derribado en la atalaya que divisa siete torreones. Es terreno que allí existe, tiene dedos, yemas y rayas en las piedras. Un árbol negro con un tronco muy grueso y unos endrinos. Tres mogotes de piedra hechos de la mano del hombre, uno enfrente de Coloma y los otros dos al hilo del este. Debajo de uno, bajo un carril desmochado de piedras, cuando acaba a tres metros en dirección al sol saliente, una piedra igual de ancha que de larga tapa un agujero y a continuación un pasillo ancho y largo, no hagas caso de cuanto veas y oigas, sigue adelante hasta que veas dos pollos grandes.
Durante años el tesoro se ha buscado, pero sin éxito.
En una de ellas, Almanzor, en un gesto premonitorio de su trágico final en Calatañazor, le propuso esconder en algún lugar secreto todos los tesoros que había acumulado durante su vida. Los súbditos de Gallarín construyeron un foso para el tesoro, un complejo sistema para colocar todas las riquezas.
En el testamento de Almanzor se lee lo siguiente: a cinco leguas de Jaén, sitio de la torre, señas más principales: Loma de Cabras y el castillo derribado en la atalaya que divisa siete torreones. Es terreno que allí existe, tiene dedos, yemas y rayas en las piedras. Un árbol negro con un tronco muy grueso y unos endrinos. Tres mogotes de piedra hechos de la mano del hombre, uno enfrente de Coloma y los otros dos al hilo del este. Debajo de uno, bajo un carril desmochado de piedras, cuando acaba a tres metros en dirección al sol saliente, una piedra igual de ancha que de larga tapa un agujero y a continuación un pasillo ancho y largo, no hagas caso de cuanto veas y oigas, sigue adelante hasta que veas dos pollos grandes.
Durante años el tesoro se ha buscado, pero sin éxito.
domingo, 25 de abril de 2010
La procesión de las ánimas
A finales del siglo XIX, muchas de las casas del barrio de San Telmo, en la ciudad de Buenos Aires, quedaron deshabitadas a consecuencia de la epidemia de fiebre amarilla. En una tarde de invierno, los pocos vecinos que quedaban en el barrio, se reunieron en la casa de los Quiroga para hacer la tertulia y los festejos del cumpleaños de Enriqueta, la hija mayor del prestigioso comerciante.
Cuando comenzó a anochecer, Remigio, el menor de los Quiroga, se quedó asomado a la ventana. De pronto, vio cómo de las casas abandonadas se fueron abriendo una a una las puertas y una fila de luces comenzó a ir hacia el norte.
El grito de Remigio llevó a todos junto a la ventana. Hubo un silencio atronador y nadie se despegó de allí en un buen rato.
Blancas siluetas sin rostro y con una potente luz se dirigían en hileras de dos rumbo a la catedral.
Ésa fue la primera vez que las vieron, pero no la última. La procesión de las ánimas a la Santa Compaña era como una procesión de almas en pena que vagaba por la ciudad durante la noche. Siempre llevaban algo en su mano, una luz, una vela, un candil o incluso un hueso encendido.
Los hombres dejaron de salir de sus casas por la noche para no cruzarse con los difuntos. Los más valientes se arriesgaban a quedar condenados a vagar noche tras noche hasta el momento de su muerte.
Cuando comenzó a anochecer, Remigio, el menor de los Quiroga, se quedó asomado a la ventana. De pronto, vio cómo de las casas abandonadas se fueron abriendo una a una las puertas y una fila de luces comenzó a ir hacia el norte.
El grito de Remigio llevó a todos junto a la ventana. Hubo un silencio atronador y nadie se despegó de allí en un buen rato.
Blancas siluetas sin rostro y con una potente luz se dirigían en hileras de dos rumbo a la catedral.
Ésa fue la primera vez que las vieron, pero no la última. La procesión de las ánimas a la Santa Compaña era como una procesión de almas en pena que vagaba por la ciudad durante la noche. Siempre llevaban algo en su mano, una luz, una vela, un candil o incluso un hueso encendido.
Los hombres dejaron de salir de sus casas por la noche para no cruzarse con los difuntos. Los más valientes se arriesgaban a quedar condenados a vagar noche tras noche hasta el momento de su muerte.
lunes, 12 de abril de 2010
Leyenda de Garajonay
La tradición oral relata que en un pueblo de la isla de la Gomera (Canarias, España) vivía una hermosa muchacha, Gara. Un día arribó a la isla Jonay un tinerfeño guanche que cruzó el mar a bordo de dos pieles de cabra infladas. Jonay se enamoró de ella y la muchacha también lo amó. Sin embargo, los parientes de ésta se oponían.
Ambos jóvenes huyeron hacia el monte, pero se les persiguió. Los amantes subieron hasta el pico más alto de la Gomera y al verse acorralados, tomaron un palo afilado por ambas puntas y, apoyándolo en sus pechos, se abrazaron y murieron atravesados.
Desde entonces esa montaña de laurisilva se llama Garajonay, en recuerdo de los dos enamorados que prefirieron morir juntos a continuar su vida separados. Actualmente el lugar es un Parque Nacional, el Parque Nacional de Garajonay.
Ambos jóvenes huyeron hacia el monte, pero se les persiguió. Los amantes subieron hasta el pico más alto de la Gomera y al verse acorralados, tomaron un palo afilado por ambas puntas y, apoyándolo en sus pechos, se abrazaron y murieron atravesados.
Desde entonces esa montaña de laurisilva se llama Garajonay, en recuerdo de los dos enamorados que prefirieron morir juntos a continuar su vida separados. Actualmente el lugar es un Parque Nacional, el Parque Nacional de Garajonay.
domingo, 11 de abril de 2010
Leyenda: "El pescador"
Había una vez un pescador que era igual que los demás. Este señor tenía mala suerte, echaba la red, la subía y no había ni un solo pez.
Decidió ir al medio del lago a probar si tenía más suerte, pero no cambió.
Un día con mucha niebla el pescador tiró la red con tanta fuerza que no supo dónde cayó, de repente una fuerza tiró de la red y el pescador pensó que había pescado la pieza más grande de su vida, y cuando sacó la red vio una carpa bellísima. La carpa le suplicó que no la dejara sufrir porque se había enganchado la cola en la red y se le estaban secando las escamas, y el pescador le dijo que no la iba a matar, que la iba a dejar libre.
Entonces la carpa se lo contó a su padre, y éste para darle las gracias le dio un trozo de red y cada vez que la ponía en el agua le salían tesoros, perlas, dinero…
Y así tuvo suficiente para vivir.
Decidió ir al medio del lago a probar si tenía más suerte, pero no cambió.
Un día con mucha niebla el pescador tiró la red con tanta fuerza que no supo dónde cayó, de repente una fuerza tiró de la red y el pescador pensó que había pescado la pieza más grande de su vida, y cuando sacó la red vio una carpa bellísima. La carpa le suplicó que no la dejara sufrir porque se había enganchado la cola en la red y se le estaban secando las escamas, y el pescador le dijo que no la iba a matar, que la iba a dejar libre.
Entonces la carpa se lo contó a su padre, y éste para darle las gracias le dio un trozo de red y cada vez que la ponía en el agua le salían tesoros, perlas, dinero…
Y así tuvo suficiente para vivir.
miércoles, 24 de marzo de 2010
Leyenda de Escocia
Imagen vista en el blog "Eterna verdad".
Las ondinas que viven en los lagos de Escocia son conocidas por el nombre de Kelpies. Uno de estos extraños seres se encaprichó de un monje al que intentaba seducir de todas las maneras posibles.
El santo varón, sin embargo, consiguió resistir sus propósitos argumentando que primero tenía que aprender a vivir bajo el agua. Como esto era imposible, la Kelpie acabó por despedirse de este proyecto amoroso, no sin antes haber derramado abundantes lágrimas, que se transformaron en guijarros de color verde gris, a lo que los escoceses dan el nombre de “Lágrimas de sirena”.
Ondina: en las mitologías germánicas y escandinava, ser que habitaba en las profundidades de las aguas, ninfas.
Ninfa: en las mitologías griega y romana, deidad femenina que personificaba la fecundidad de la naturaleza.
El santo varón, sin embargo, consiguió resistir sus propósitos argumentando que primero tenía que aprender a vivir bajo el agua. Como esto era imposible, la Kelpie acabó por despedirse de este proyecto amoroso, no sin antes haber derramado abundantes lágrimas, que se transformaron en guijarros de color verde gris, a lo que los escoceses dan el nombre de “Lágrimas de sirena”.
Ondina: en las mitologías germánicas y escandinava, ser que habitaba en las profundidades de las aguas, ninfas.
Ninfa: en las mitologías griega y romana, deidad femenina que personificaba la fecundidad de la naturaleza.
lunes, 22 de marzo de 2010
Anahí o la leyenda de la flor del ceibo
Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una india fea que se llamaba Anahí. En las tardes de verano cantaba canciones dedicadas a sus dioses y al amor.
Un día llegaron unos invasores. Anahí fue capturada por los invasores. Pasó días llorando.
Un día por la noche, la india consiguió escapar, al hacerlo despertó al vigilante. Ella para lograr su objetivo clavó un puñal en el pecho del guardia y huyó a la selva.
El grito despertó a otros guardias que empezaron a perseguirla y fue alcanzada. En venganza le pusieron como castigo morir en la hoguera.
La ataron a un árbol e iniciaron el fuego. La india sufría en silencio. Cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol. ¡Era asombroso!
Al día siguiente los soldados se encontraron con un precioso árbol.
Un día llegaron unos invasores. Anahí fue capturada por los invasores. Pasó días llorando.
Un día por la noche, la india consiguió escapar, al hacerlo despertó al vigilante. Ella para lograr su objetivo clavó un puñal en el pecho del guardia y huyó a la selva.
El grito despertó a otros guardias que empezaron a perseguirla y fue alcanzada. En venganza le pusieron como castigo morir en la hoguera.
La ataron a un árbol e iniciaron el fuego. La india sufría en silencio. Cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol. ¡Era asombroso!
Al día siguiente los soldados se encontraron con un precioso árbol.
domingo, 21 de marzo de 2010
El pescador
A la orilla de un lago había una pequeña aldea, en una de las casas vivía un pescador con muy mala suerte porque era el que menos peces cogía. Un día decidió ir al centro del lago. Tiró las redes al agua. Pasó una hora y no picaba ningún pez. De repente una carpa dijo que la soltase porque le hacían daño las redes. El pescador asombrado la soltó.
Cuando éste se iba vio que el pez volvía y le dijo:
- Toma esta red tan pequeña, te la ha mandado mi padre el rey Dragón, te la manda por haberme salvado la vida.
En la red no cabían peces, pero sí perlas y monedas de oro.
El joven pescador supo administrar y emplear con bondad.
Cuando éste se iba vio que el pez volvía y le dijo:
- Toma esta red tan pequeña, te la ha mandado mi padre el rey Dragón, te la manda por haberme salvado la vida.
En la red no cabían peces, pero sí perlas y monedas de oro.
El joven pescador supo administrar y emplear con bondad.
martes, 16 de marzo de 2010
La princesa fragante
Leyenda asiática:
El poderoso Quianlong, Hijo del Cielo, Emperador de China, esperaba en el salón del trono de la Ciudad Prohibida el regreso de sus generales, quienes le habían hecho llegar noticia de sus victorias y deseaban ofrecerle el valioso botín que habían conseguido.
Quianlong estaba acostumbrado a recibir cuantiosas fortunas: joyas, y sedas, mármoles labrados y maderas preciosas, excelentes caballos y mil otras riquezas, pero esta vez, además de todo eso, sus generales pusieron ante sus ojos una muchacha de tan extraordinario porte y belleza que el Emperador inmediatamente se enamoró de ella.
Quianlong preguntó el nombre de la joven y sus generales le dijeron que nunca habían conseguido que dijera ni una palabra y que la llamaban la Princesa Fragante porque la joven parecía estar envuelta en un perfume tan seductor que todo el que se acercaba quedaba hechizado.
Así pudo contarlo el Emperador cuando se aproximó a ella y ordenó que fuera con ese nombre con el que se la conociera desde ese momento.
Los días que siguieron fueron un tormento para el Emperador que había sentido un profundo amor por la princesa, le rogaba accediera a sus demandas y la joven movía la cabeza en un gesto constante de negación. NO. NO. Ella siempre decía NO y Quianlong no prestaba atención a nada que no fuera la consecución de su amor.
La madre del Emperador se enfureció. ¿Quién creía que era esa extranjera para rechazar al Hijo del Cielo? ¿Acaso pensaba que podía hacer tambalear el Imperio con sus desprecios?
Una noche que oyó cómo su hijo se lamentaba y lloraba a causa de la nueva negativa de la princesa, decidió que ya era suficiente y ordenó a sus eunucos que sacaran a la joven de su aposento y la ahorcaran en un árbol del jardín.
La orden se cumplió y al amanecer los gritos y llantos de los criados despertaron a Quianlong. Con un terrible presentimiento corrió al jardín solo para confirmar el horror que imaginaba. La Princesa Fragante yacía muerta sobre los cojines de seda donde la habían colocado las doncellas. Sólo su perfume continuaba vivísimo, dando testimonio de su paso por el mundo.
Dicen que la persistencia de ese perfume en Palacio acabó volviéndolo loco por su ausencia y dicen también que el Emperador nunca amó a ninguna otra mujer.
El poderoso Quianlong, Hijo del Cielo, Emperador de China, esperaba en el salón del trono de la Ciudad Prohibida el regreso de sus generales, quienes le habían hecho llegar noticia de sus victorias y deseaban ofrecerle el valioso botín que habían conseguido.
Quianlong estaba acostumbrado a recibir cuantiosas fortunas: joyas, y sedas, mármoles labrados y maderas preciosas, excelentes caballos y mil otras riquezas, pero esta vez, además de todo eso, sus generales pusieron ante sus ojos una muchacha de tan extraordinario porte y belleza que el Emperador inmediatamente se enamoró de ella.
Quianlong preguntó el nombre de la joven y sus generales le dijeron que nunca habían conseguido que dijera ni una palabra y que la llamaban la Princesa Fragante porque la joven parecía estar envuelta en un perfume tan seductor que todo el que se acercaba quedaba hechizado.
Así pudo contarlo el Emperador cuando se aproximó a ella y ordenó que fuera con ese nombre con el que se la conociera desde ese momento.
Los días que siguieron fueron un tormento para el Emperador que había sentido un profundo amor por la princesa, le rogaba accediera a sus demandas y la joven movía la cabeza en un gesto constante de negación. NO. NO. Ella siempre decía NO y Quianlong no prestaba atención a nada que no fuera la consecución de su amor.
La madre del Emperador se enfureció. ¿Quién creía que era esa extranjera para rechazar al Hijo del Cielo? ¿Acaso pensaba que podía hacer tambalear el Imperio con sus desprecios?
Una noche que oyó cómo su hijo se lamentaba y lloraba a causa de la nueva negativa de la princesa, decidió que ya era suficiente y ordenó a sus eunucos que sacaran a la joven de su aposento y la ahorcaran en un árbol del jardín.
La orden se cumplió y al amanecer los gritos y llantos de los criados despertaron a Quianlong. Con un terrible presentimiento corrió al jardín solo para confirmar el horror que imaginaba. La Princesa Fragante yacía muerta sobre los cojines de seda donde la habían colocado las doncellas. Sólo su perfume continuaba vivísimo, dando testimonio de su paso por el mundo.
Dicen que la persistencia de ese perfume en Palacio acabó volviéndolo loco por su ausencia y dicen también que el Emperador nunca amó a ninguna otra mujer.
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