Probablemente hoy nazca mi nieto Thomas Alexander en una maternidad de este país del llamado Primer Mundo. Alemania será muy adelantada en montones de cosas, pero el nacer acá, visto desde la experiencia de mi país, deja harto que desear en algunos aspectos que en Chile damos por descontado como es el sensible tema de si te darán anestesia o no, porque acá no la dan por defecto como allá, sino que hay que pedirla insistentemente, firmar papeles, y un largo etc. Hay que soportar bromas pesadas por parte de las matronas y médicos de la especialidad que por alguna razón que desconozco, es un tema que parece no importarles o gustarles.
Ante la insistencia de mi hija de si la clínica tenía servicio de anestesiología (!) la doctora encargada, riéndose, le preguntó si quería que le llamaran al profesional cuando llegara de parto. La respuesta lógica en Chile es OBVIO, y así se hace; tu médico llega con su equipo de colaboradores o usa el de turno del establecimiento y, salvo que desees lo contrario, te dan la anestesia que se requiere, y si deseabas que no te pusieran y cambias de opinión, te la dan también, no como acá que si no la pediste estando "sana y buena" durante el parto no te la dan aunque te rajes gritando y sea un primer parto con forceps, complicado y largo como le pasó a una amiga chilena de Ale Jr. que cuando en medio de esa verdadera ordalía pidió analgesia le dijeron que no, porque no había firmado y en ese momento no valía. Como para no desear reincidir teniendo hijos, la verdad.