30 julio, 2017

Magdalenas tradicionales - mi receta favorita (por ahora)

A los antojos hay que escucharlos. Pero antojos de los de verdad, de esos que entran de repente y no te sueltan, y te pasas los días con un gusanillo picándote detrás de la oreja. No es gula -de verdad que no-, es algo difícil de explicar, aunque se asocie siempre a las embarazadas. Sí creo que tiene mucho que ver con recuerdos y nostalgia, al menos mis antojos casi siempre me evocan sensaciones en la memoria. El antojo de unas magdalenas tradicionales fue más fuerte que el calor hace unos días, así que terminé de dar forma a mi receta favorita.

Magdalenas

Solo hay que oler ese aroma de unas magdalenas creciendo en el horno o pegarles el primer mordisco para darse cuenta de que no, no son muffins ni cupcakes sin cobertura. Una magdalena, nuestras magdalenas de toda la vida, tienen personalidad propia, por mucho que se parezcan a tantas otras recetas de repostería. Tendrán la misma forma -más o menos, porque ni eso- que un muffin, pero ni de coña son lo mismo.

Magdalenas

Claro que en un dulce con tanta tradición y carácter artesano es fácil que cada uno tengamos nuestra imagen de la magdalena perfecta. Es cierto que hay variaciones por todo el país, y a mí me encanta probar las artesanales que me encuentro cuando viajo. Para mí, una magdalena está hecha con aceite y puede llevar nata, pero no es grasienta; debe ser esponjosa pero no reseca, con copete pero sin explosionar en su cumbre, doradita pero sin churruscarse, con aroma de limón, canela o anís, y sin más cosas en la masa.

Magdalenas

Después de probar varias recetas diferentes he dado con la fórmula que mejor me va. Es por tanto mi receta favorita de magdalenas, la que siempre me funciona, que no me supone ninguna dificultad y que está ajustada a mi gusto. En estos años de pruebas magdaleniles he tenido varias fuentes de inspiración, destacando Xavier Barriga, Webos Fritos y Chocolatisimo, cuyas recetas y consejos os recomiendo encarecidamente -¡como si no los conociérais ya!-. Pero esta es mi receta y os la dejo por aquí por si todavía no os habéis animado a regalarlos el placer de unas deliciosas magdalenas caseras :).

Magdalenas

Magdalenas tradicionales de toda la vida
Inspiración: mis antojos, pruebas y experiencias varias
Receta para 12-14 unidades de tamaño medio

- 3 huevos de unos 65 g cada uno (gallinas felices)
- 140 g de azúcar (la última vez rebajé a 120 g y salieron bien también)
- 1 limón (murciano a ser posible :P)
- 100 g de aceite de oliva virgen extra (me gusta el arbequina)
- 20 g de aceite de girasol
- 50 g de leche sin lactosa
- 250 g de harina de repostería
- 1 sobre de levadura química
- 1 buena pizca de sal
- azúcar extra para cubrir (opcional)

Hay que procurar tener a temperatura ambiente todos los ingredientes.

Lavar bien el limón, secar y rallar la piel al gusto echándola sobre el azúcar, solo la parte amarilla. Estrujar con los dedos o una espátula para liberar el aroma.

Colocar los huevos en un cuenco mediano y empezar a batir con batidora de varillas. Añadir poco a poco el azúcar y seguir batiendo por lo menos 5 minutos, hasta que haya aumentado mucho el volumen y tenga un color pálido, con textura espesa.

En otro recipiente mezclar con varillas o tamizar la harina con la levadura y la sal. Echar los dos tipos de aceite a los huevos y mezclar con las varillas. Incorporar una parte de la harina, mezclar con las varillas y echar la leche. Seguir añadiendo la harina, mezclando con las varillas, hasta tener una mezcla homogénea sin grumos secos.

Tapar y dejar reposar al menos 30 minutos. Si lo dejamos más tiempo, mejor llevar a la nevera, pero hay que procurar que no esté extremadamente fría cuando la saquemos antes de hornear. Precalentar el horno a 250ºC y preparar las cápsulas.

Para que queden bien siempre hay que usar un molde rígido; el mío tiene la tira de años y fue el primer accesorio de repostería que me compré. Colocar las cápsulas en los huecos y llenar con la masa, dejando un dedo antes de llegar al borde. Con una manga pastelera se hace más fácil.

Añadir un poco de azúcar por encima si nos gusta con costra -al elfo le encanta, yo prefiero sin-, y al horno, con calor arriba y abajo, sin ventilador. Bajar la temperatura a 220ºC pasados los primeros 5 minutos, y continuar la cocción hasta completar unos 15 minutos. Cada horno es un mundo, como siempre.

Esperar un momento fuera del horno y desmoldar con cuidado cuando no nos quememos. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Magdalenas

¿Cómo os gustan más las magdalenas? ¿Desayuno o merienda? ¿Café, chocolate o sencilla leche fresquita?

Hablando con mi madre el otro día le di envidia y me exige enseñarle a hacerlas cuando vaya para Murcia en agosto. ¡Casi es agosto! No lo tenía claro pero estaré dos o tres semanas por allí; la verdad es que ya añoro mi tierra y a la familia. A ver si la otra mitad del verano se porta bien.

¡Buen cambio de mes a todos!
23 julio, 2017

Aprikosen-Hefekuchen - pan semidulce levado con albaricoques

El verano está pasando rápido y lento al mismo tiempo. Todo depende la perspectiva, claro, como ocurre siempre en esta vida. Es leeeento, porque aún estamos en julio y no veo el momento de que los días de verdad se noten más cortos y que refresque cuando se ponga el sol. Pero va muy rápido, ¡ya casi es agosto! Y viene ajetreado, para variar. Pero mientras me voy preparando, sigo horneando, como este pastel levado de albaricoques y almendras, o Aprikosen-Hefekuchen/Blechkuchen. ¡Que se nos acaban los albaricoques, horror!

Aprikosen-Hefekuchen

Cada vez que paso por el supermercado/frutería me llevo unos cuantos; sufro mucho pensando en el día que ya no habrá más. Todavía se pueden encontrar algunos muy ricos y son mi picoteo preferido estos días, cuando parece que tengo hambre a todas horas. Más bien bajones de energía mezclados con una sed extrema; me despierto muy temprano y luego voy medio zombie. Además, desayuno varias veces a lo largo de la mañana, y aún así suelo almorzar en horario suizo -mediodía literal- cuando estoy sola, porque ya mi estómago no aguanta más. Y claro, pronto por la tarde el cuerpo me pide otra vez nutrientes, pero el calor de la siesta me quita un poco el apetito. Solución: ¡fruta!

Aprikosen-Hefekuchen

Salvo que esté muy enferma, nunca se me quitan las ganas de comer fruta, y el verano es un festín. Así que ya sabéis, aprovechad para cocinar muchas cosas ricas con ellas, a conservarla en mermeladas y compotas, a preparar helados y polos caseros y a usarlas también en salado. Pero yo hoy vuelvo a una de mis recetas favoritas, un pan plano semidulce típico de centroeuropa, que podría recordar un poco a la focaccia.

Aprikosen-Hefekuchen

A no ser que lo horneé para compartir de postre o merienda, estas masas cada vez los hago más a mi gusto -al fin y al cabo soy yo la que se las come-. Es decir, más rústicas y sin complicarme mucho: con harinas integrales, poco azúcar, poca grasa, mucha fruta, frutos secos y hierbas aromáticas. En otoño ya recuperaré más la canela, el jengibre y el cardamomo, pero ahora me encanta combinar la fruta con tomillo, romero, lavanda o salvia.

Aprikosen-Hefekuchen


Receta de Aprikosen-Hefekuchen
Inspiración: esta receta y mi pasión albaricoquil
Ingredientes para 1 pan plano de tamaño medio-grande

- 30 g de mantequilla sin sal
- 10 g de levadura fresca de panadería
- 1 huevo L
- 130 ml de leche o equivalente vegetal (uso de soja)
- 1/2 vaina de vainilla
- 1/4 cucharadita de sal
- 30 g de azúcar
- 100 g de harina integral de espelta
- 100 g de harina de trigo de repostería
- 50 g de harina de trigo de fuerza
- albaricoques frescos
- almendra cruda en bastones o laminada
- hierbas provenzales
- limón
- azúcar moreno
- leche extra o huevo batido para pintar

Derretir la mantequilla o dejarla muy blanda (es poquita y en verano se pone blandurria enseguida). Calentar la leche sin que llegue a hervir con la vaina de vainilla. Infusionar unos minutos, dejar enfriar hasta que no queme y retirar la vainilla. Desmenuzar la levadura y mezclar.

En un recipiente grande mezclar las harinas con el azúcar y la sal. Hacer un hueco y echar la leche con levadura, empezar a mezclar y añadir la mantequilla. Trabajar la masa hasta que quede homogénea.

Amasar sobre una superficie limpia hata tener una textura elástica y suave. Formar una bola, poner en un cuenco engrasado con aceite o mantequilla y tapar. Dejar levar hasta que doble su tamaño. Mientras tanto lavar los albaricoques, retirar los huesos y cortar en gajos o medias lunas.

Aprikosen-Hefekuchen

Aplastar la masa y reamasar un poco. Cubrir una bandeja o fuente de horno con papel sulfurizado y extender la masa encima. Se puede usar rodillo, pero en ese momento no sé en qué caja andaba, así que lo hice a mano, a lo rústico.

Distribuir la fruta por encima, presionando ligeramente, y añadir las almendras, hierbas y ralladura de limón. Se puede echar un poco de azúcar moreno sobre los albaricoques, sobre todo si no están del todo maduros. Tapar con un paño y dejar levar 30 minutos.

Precalentar mientras el horno a 200ºC. Pintar la masa, especialmente por los bordes, con leche o huevo batido, si se desea, para darle un tono más dorado y brillante. Hornear durante 30-35 minutos, bajando la temperatura a 180ºC cuando pasen los primeros 15. Dejar enfriar sobre rejilla.

Aprikosen-Hefekuchen

Otro síntoma de que el verano va rápido/lento: estoy escribiendo esto mientras veo el final del Tour. ¡Qué larga parece la carrera cuando empieza, y qué veloz se me ha pasado! Y qué bonito es París, jo, qué ganas de volver a saldar mis cuentas pendientes con ella.

¡Feliz final e inicio de semana!
12 julio, 2017

Ensalada de pimientos asados con anchoas y labneh - Al rico calorcico

Nada podrá igualar al placer de una taza humeante de café calentándome las manos, pero admito que cada año le cojo un poco más el punto al café con hielo. Sin aguar, claro, que el verano no es motivo para cometer sacrilegios. Y admito que el affogato es una delicia que apetece más si hace calor. También me gusta salir a correr al amanecer, aunque echo de menos los atardeceres. Pero está bien, no me quiero seguir quejando del verano. Porque hay platos como esta ensalada de pimientos asados con anchoas y labneh que se disfrutan mucho más si aprieta el calorcico.

Ensalada de anchoas, pimiento asado, tomate y yogur

Mi padre viaja un montón y siempre trae alguna cosilla comestible cuando sale fuera, de las que he ido dejando testimonio en el blog en años pasados. Es algo que hecho de menos al vivir lejos, me pierdo esos souvernirs, pero ahora lo compenso con mi suegra. Lo suyo son más bien viajes nacionales porque va saltando de congreso en curso y tiro porque me toca, y siempre me pregunta si quiero algo. O directamente me compra cosas sin yo pedírselo - he visto estos botes tan monos de mermelada y tenía que traértelos, aunque sea solo para las fotos - porque ya sabe que soy gastrofriki.

Anchoas del Cantábrico - Anchoviess

El caso es que hace poco fue a Santander, me preguntó qué quería y... obviamente pedí sobaos y anchoas. Será lo más típico que uno puede traerse de Cantabria, pero ¡es que son una delicia! El día que probé un sobao artesano cántabro de verdad casi me derrito, y cuando descubrí que hay anchoas y ANCHOAS se abrió un mundo de delicias en mi vida. Las conservas de pescado y marisco, si son de buena calidad, son un verdadero manjar y te solucionan un platazo en un instante.

Ensalada de anchoas, pimiento asado, tomate y yogur

Me chifla la combinación de anchoas o ventresca con los pimientos asados, y lo mejor de todo es que tenía un buen cargamento que me trajo mi padre cuando la mudanza. Sí, hacían compañía a esas berenjenas tan monas, y también me pedían que los asara. Podría alimentarme a base de pimientos asados acompañados de cosas.

Esta ensalada no tiene mucho misterio, pero os dejo la receta. Mezclé los pimientos con tomates en conserva de los caseros de mi madre, coroné con anchoas y acompañé de labneh, que no es más que yogur natural espeso bien escurrido. Limón, cebollino, buen aceite, un poco de sal en escamas, pimentón... y pan al lado, porque esos jugos no se pueden desperdiciar.

Ensalada de anchoas, pimiento asado, tomate y yogur

Receta de ensalada de pimientos asados con anchoas y labneh
Inspiración: mi padre, mi suegra, mis vicios
Ingredientes en cantidades variables según raciones

- pimientos rojos hermosos (todos los que puedas)
- tomates en conserva artesana o naturales, pelados
- anchoas del Cantábrico artesanas de buena calidad
- yogur tipo griego natural espeso
- cebollino fresco
- sal en escamas
- aceite de oliva virgen extra arbequina
- ralladura de limón
- un poco de pimentón

Lavar los pimientos y asar en horno precalentado a 200ºC durante unos 25 minutos o hasta que estén muy tiernos, con la piel poniéndose negra. Sacar la fuente y cubrir con papel de aluminio. Dejar enfriar tapados para que suden. Pelar y retirar las semillas y filamentos. Cortar en tiras y guardar en un recipiente de cierre hermético, con todos los jugos posibles.

Colocar el yogur en una tela fina o gasa, mezclado con un poco de sal, y dejar escurrir sobre un colador durante varias horas, en la nevera. Se puede dejar más o menos espeso, para esta ensalada yo no buscaba dejarlo demasiado seco.

Mezclar una porción de pimientos con tomates, trocear y mezclar, aliñando con aceite de oliva virgen extra. Repartir en platos o colocar en una fuente y poner encima las anchoas. Servir con una buena porción de labneh, condimentado con un poco de sal en escamas. Añadir cebollino picado, ralladura de limón y pimentón al gusto. Servir fresquito.

Ensalada de anchoas, pimiento asado, tomate y yogur

Ya tengo vestido y me he cortado el pelo, así que ya he cumplido con todo lo justo y necesario que pienso invertir en la boda del sábado. Que nos toca ir hasta Toledo y hacer noche allí, así que reutilizaré sandalias, bolso y posibles complementos. Me niego a comprar más cosas absurdas que no volveré a usar en muchos meses.

¿Moriremos de calor? Si tenéis curiosidad podéis marujear lo que comparta en redes sociales, menos mal que existen instagram y twitter para sobrevivir a ceremonias y compromisos ;P.
07 julio, 2017

Muffins de arándanos y albaricoques con plátano y avena [receta saludable sin azúcar añadido]

Buenas noticias: ya no vivo entre cajas de cartón. Malas noticias: esto no parece tener fin. Las obras y las mudanzas son lo que tienen, que siempre quedan flecos y cosas por guardar/ordenar, pero empieza a ser desesperante. Son tonterías -cuadros sin colgar, remates de carpintería, un embellecedor que falta, un mueble que no cierra bien...- pero la cosa de repente va taaaan lenta que me desespero. ¡En fin! Al menos el verano está siendo piadoso y ya le voy cogiendo el ritmo a la cocina nueva, ¡como demuestran estos muffins saludables!

Oatmeal banana muffins with blueberries

Yo también levanto la ceja cuando aparece una receta con apelativos que quieren resaltar eso de "sano", pero creo que estos bizcochitos se han ganado el nombre, visto lo visto que hay por ahí. La base son copos de avena y un poco de harina de garbanzos, el único dulce lo ponen los plátanos maduros y están llenitos de fruta fresca, sin más grasas añadidas que las yemas de los huevos y lo que pueda llevar la leche/bebida vegetal que usemos.

Tenía que dar salida a los típicos plátanos que maduran mucho en verano, y unos arándanos de la nevera me hacían ojitos. Además tengo un buen cargamento de albaricoques, porque van a desaparecer en pocos días del mercado y ya sabéis que  es de mis frutas favoritas del mundo. Tenía antojo de algo repostero pero rústico, de miga jugosa y que fuera nutritivo. Y estos muffins fueron mi respuesta, además me sirvieron para probar el horno nuevo.

Oatmeal banana muffins with blueberries

Ahora mismo está tronando otra vez y no podría gustarme más. Y eso que me vuelve a fastidiar los planes que tenía para esta tarde. Ayer, después del Tour -¡¡por fin vuelven las sobremesas de ciclismo!!- me empeñé en salir a hacer unos recados bajo la lluvia, con mi chubasquero. Me encanta pasear bajo la lluvia. Claro que el cielo decidió tirarme un cubo de agua gigante encima, ¡tuve que huir al metro más cercano! Volví chorreando, literalmente. Las calles eran ríos y todos los despistados a los que también les pilló la tromba por sorpresa corrían como pollos buscando refugio. La verdad es que ahora me río :D.

 Oatmeal banana muffins with blueberries

Se está poniendo negrísimo, creo que voy a aprovechar para hornear alguna otra cosita esta tarde :). Que me temo que va a durar muy poco, volverá a hacer calor y lucir el sol, y seguro que nos tocará el pico más alto de temperatura justo cuando estemos en la boda que tenemos la semana que viene. Oh-oh, aún no tengo modelito que ponerme.

Oatmeal banana muffins with blueberries

Receta de muffins de arándanos y albaricoques con plátano y avena
Inspiración: antojo propio
Ingredientes para 12 muffins no muy grandes

- 2 huevos L
- 100 g de plátano maduro (pesado pelado)
- 150 g de leche o bebida vegetal
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 220 g de copos de avena finos
- 30 g de harina de garbanzos
- 2 cucharaditas de canela molida
- 1 pizca de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de levadura química
- ralladura de limón
- 140 g de arándanos
- 2-3 albaricoques

Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja con 12 huecos para muffins, engrasnado los moldes o usando cápsulas de papel, mejor si las engrasamos un poco también.

Batir los huevos con los plátanos machadados, la leche y la vainilla. Aparte mezclar la avena con la harina de garbanzos, la canela, la nuez moscada, la sal y la levadura química.

Combinar suavemente ambas masas y añadir los arándanos y los albaricoques troceados. Agregar ralladura de limón al gusto y repartir la masa en las cápsulas.

Hornear durante unos 20 minutos, o hasta que al pinchar en el centro con un palillo salga limpio. Esperar un poco antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Es recomendable guardarlos en un recipiente hermético dentro de la nevera si no se consumen todos en dos días, especialmente en verano. Yo congelé la mitad envolviendo cada uno en plástico film, descongelan muy bien y ligeramente calentitos también están ricos.

¡Qué maravilla de lluvia!

Oatmeal banana muffins with blueberries
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