La verdad es que lo he tenido tan movidito que no sé si se me ha pasado volando o se me ha hecho largo, pero no tenía previsto dejar tantos días sin publicar nada por aquí. El verano me agota y cuando cae por fin la noche lo que menos me apetece es ponerme delante del ordenador. Así que hoy aprovecho el tiempo entre el desyuno y la última carrera matutina madrileña para dejaros una receta bien sencilla, aunque me temo que requiere encender el horno.
Podría contaros muchas cosas pero hoy tengo ganas de desahogarme un poco. Mañana jueves cojo un tren camino de Murcia para pasar allí el mes de agosto, pero hasta que no esté sentada en mi asiento no me creeré que realmente estaré en marcha. Y es que no sabéis la odisea que ha sido conseguir un billete válido para viajar.
Renfe cada vez ofrece un servicio peor. Modifican su página web y siempre que lo hacen me echo a temblar, porque jamás arreglan todos los fallos que cometen y siempre complican más el sistema. Yo no quería viajar en cambio de mes ni en fin de semana, pero las circunstancias me lo pusieron todo en contra. No os aburriré con los detalles pero al final acordé con mi padre ir en AVE (que me salía más barato en Preferente que un billete en turista a Murcia en Alvia) hasta Alicante, donde mi progenitor estará por cosas de trabajo.
Y justo ayer, de pura casualidad, escucho en las noticias matutinas que habrá huelga los días 31 y 1. Genial. En modo pánico corro a buscar información en la red, y tras descifrar el infinito documento en el que se detallan los servicios mínimo, mi tren no aparece. Mientras voy con el elfo de compras llamo por teléfono y tardo años en conseguir contactar con alguien. Con la gracia de que es un puñetero 902 y no me ponen en espera, sino que una grabación me animaba a "llamar más tarde".Cuando consigo contactar con una persona, un señor me dice que mi tren sí que va a salir, pero los datos que me da no me los creo (la hora de llegada era diferente a la de mi billete). Sigo intentando contactar y nada, vuelta a dejarme la factura del teléfono en un maldito contestador automático.
En fin... Una vez en casa comprobé que efectivamente, mi tren estaba afectado (quién sería el palurdo que me dijo lo contrario) y, después de más llamadas y follones varios, consigo cambiar el billete por un tren anterior, pagando la diferencia, que por supuesto pienso reclamar.
No me quiero meter con los huelguistas (me temo que los pobres no consiguen mucho con sus huelgas, porque hacen muchas a lo largo del año) pero el servicio de atención al cliente de Renfe y la utilidad de la página web es nefasta. Así que no me creeré que todo va bien hasta que tenga mi trasero sentado en mi asiento y vea el tren moverse.
Tras este rollo-desahogo, vamos con la receta. Desde que traje mi adorada skillet a casa sabía que quería hacer algo parecido, y al final adapté una receta de Pfannkuchen de un blog germano. Es una elaboración muy sencilla y ligerita: una especie de tarta fina a base de masa de tortita con fruta. Se cuaja en el horno, dejando la base más sólida, como una tortita, y la parte superior más cremosa. Yo elegí frambuesas, una fruta ácida, pero los más golosos preferirán otra fruta más dulce, o quizá necesiten agregar algo más de azúcar. A mí me gustó mucho este resultado y estaba muy rico tanto recién hecho, templado, como al día siguiente con el frío de la nevera.
Pfannkuchen - Tarta-tortita de frambuesas al horno
Receta adaptada de Raspberry Sue
Ingredientes para una skillet de 20 cm
- 120 g de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de levadura química
- 1 pizquita de sal
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 2 huevos L
- 300 ml de leche de soja
- 150 g de frambuesas (usé congeladas)
Precalentar el horno a 200ºC y engrasar la skillet o el molde ligeramente. Si se usa fruta congelada, dejar que pierda el hielo sobre un colador con un poco de agua templada, o descongelar totalmente previamente.
Batir con batidora de varillas a velocidad baja los huevos y agregar la leche de soja, el azúcar y la sal. Tamizar encima la harina con la levadura y mezclar bien hasta conseguir una masa sin muchos grumos. Llenar la skillet y repartir por encima la fruta. Agregar un poco más de azúcar si se desea.
Hornear durante unos 25-30 minutos, hasta que veamos que está cuajada la superficie y las paredes se despegan de molde con facilidad. Esperar unos minutos fuera del horno antes de servir. Guardar lo que sobre bien tapado en la nevera.
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Os leo desde Murcia ya en agosto, ¡pasadlo bien!