14 junio, 2012

Bizcocho sin huevo al azahar

Dicen que las personas no cambiamos nunca; yo no estoy en absoluto de acuerdo. 
Cuando era adolescente me encantaba el verano, adoraba esas tardes largas de julio pasando el rato con mis primos en el campo, montando en bici con luz natural hasta casi las diez de la noche. Y cuando llegaba el cambio de hora en otoño, me resultaba muy triste salir de clase de inglés y que la ciudad me recibiera bajo la oscuridad de la noche.

Ahora es al revés. Bueno, para ser sincera, sí que agradezco que haya más horas de luz solar, animan mucho y dan ganas de salir a disfrutar del buen tiempo, además sienta bien al cuerpo. Pero que sean las nueve y media de la "noche" y siga habiendo tantísima luz, lo llevo fatal. ¡Sobre todo porque a esas horas ya empiezo a suspirar por ir a la cama!


Bizcocho sin huevo al azahar


El trabajo avanza, lento pero seguro. Me pillará el toro al final, lo sé, pero si sigo "funcionando" como en la universidad, trabajar al límite de tiempo me da un empujón final. Veremos. Mientras tanto, el elfo está en su recta final particular, preparando sus miniaturas para el Golden Demon del Games Day de España de este año, el primer fin de semana de julio en Barcelona. Esos días yo estaré en Murcia, que me toca revisión de huesos... a ver qué dice la densitometría esta vez (miedito me da).




Esta mañana he salido bien temprano hacia el centro para entregar una solicitud de beca en el Ministerio de Cultura (y Deporte, ahora). El año pasado me quedé suplente, y no esperaba que con la que está cayendo convocaran nuevas plazas, pero sorprendentemente sí han salido. Muchas menos, y con menor dotación económica, pero hay que intentarlo. Lo bueno es que las personas que me han atendido no podían ser más majas y simpáticas, recibiéndome con una sonrisa y facilitándome las cosas con amabilidad. Me han renovado la fe en la humanidad y como he salido contenta, me he pasado por el Museo Thyssen a hacer una primera visita a la exposición de Edward Hopper. Me encanta su obra.

Bizcocho sin huevo al 
azahar



La receta que traigo hoy de la recámara no tiene más misterio que estar elaborado sin huevo y usando sirope de ágave como principal endulzante. Podéis usar miel en su lugar, que combina muy bien con el aroma de azahar y la naranja, y ajustar el punto dulce. Yo repetiré con menos azúcar, pero no quería reducirlo demasiado porque el elfo luego se me queja :P.


Receta adaptada de Labna

- 150 gr de harina de trigo
- 100 gr de harina de trigo integral
- 70 gr de azúcar
- 2 cucharaditas de levadura química (impulsor)
- 1 pizca de sal
- 120 gr de sirope de ágave
- 200 ml de leche de soja
- 1 cucharadita de aroma de azahar
- ralladura de una naranja


Precaletnar el horno a 180ºC y preparar un molde rectangular.

Calentar en un cazo a fuego suave el sirope de ágave con la leche, hasta que queden integrados. Añadir el azahar, la mitad de la ralladura de naranja y dejar enfriar.

Mezclar en un cuenco los ingredientes secos, con el resto de la ralladura de naranja, y formar un pequeño hueco en el centro. Añadir la mezcla de leche y mezclar con suavidad, hasta conseguir una masa homogénea sin grumos.

Verter en el molde y hornear durante unos 30- 35 minutos, hasta que al pincharlo con un palillo éste salga limpio. Dejar enfriar totalmente sobre una rejilla antes de servir.


Bizcocho sin huevo al azahar
06 junio, 2012

Cookies con chips de chocolate y un toque de sal

Mi cuerpo parece haberse adaptado al horario de verano, bueno, más o menos. Llevo una semana despertándome antes de las 6, de lo cual me alegro porque así aprovecho el fresco mañanero antes de que el sol abrasador entre directamente por nuestras ventanas en plan rayos destructores. Necesitamos estores o cortinas o algo así, porque tenemos que bajar las persianas demasiado pronto, por lo que no aprovechamos del todo la brisa tempranera.

El problema de levantarme tan temprano es que estoy agotada mucho antes por las noches, y no me importaría si no fuera porque el elfo es un animal nocturno y tenemos algunas "peleas" con el sonido de la tele de madrugada (es lo que tiene un piso pequeñito de paredes finas, todo se oye). Ya le tuve que regalar un teclado de ordenador modernísimo para que no me taladrara los sueños con el tac-tac-tac-tac por las noches :P.



Salty chocolate chip cookies


Este mes estoy liada con el trabajo final del curso que me mantiene ocupada, y voy bastante agobiada, la verdad. Es que el calor me deja el cerebro en modo off demasiado pronto, y encima mi pobre y viejo portátil se calienta demasiado y me quemo las manos al escribir cuando alargo las sesiones de trabajo. Así que lo alterno con seriear un poco, y con la cocina, por supuesto ;).

Que tenga menos tiempo para publicar en el blog no quiere decir que no tenga recetas preparadas, además de las que voy compartiendo cada semana en Directo al Paladar. Ya irán viendo la luz, poco a poco (o eso espero). Por el momento os traigo unas galletas deliciosas que horneé el fin de semana pasado, dedicadas especialmente al elfo, que le encantan con su mantequilla y su chocolate. El toque de flor de sal, o sal gruesa en escamas, aporta un contraste fantástico con el dulce, y un toque crujientito genial.



Salty chocolate chip 
cookies



Receta ligeramente adaptada de David Lebovitz

Para unas 25 galletas.

- 115 gr de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- 100 gr de azúcar moreno
- 100 gr de azúcar
- 1 huevo L, a temperatura ambiente
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 180 gr de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de levadura química (impulsor)
- 3/4 cucharadita de flor de sal (sal en escamas gruesa)
- 200 gr de chips de chocolate negro
- una pizca más de sal (opcional)

Con una batidora de varillas, batir la mantequilla con los dos tipos de azúcar unos minutos, hasta que quede bien cremoso. Añadir el huevo y la vainilla, batiendo un poco más.

Tamizar encima la harina con la levadura, añadir la sal y mezclar todo bien. Incorporar los chips de chocolate y trabajar la masa con suavidad, hasta que quede bien homogénea. Cubrir con film y dejar reposar en la nevera por lo menos dos horas, hasta que esté bien firme.

Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas.

Tomar porciones de masa del tamaño de una nuez, formar bolitas y distribuirlas, dejando espacio entre ellas porque se expanden. Añadir una pizca de sal por encima (opcional) y aplanarlas un poquito con una cuchara húmeda. Hornearlas durante unos 12-15 minutos, dando la vuelta a la bandeja a la mitad, hasta que se hayan dorado. Esperar unos minutos fuera del horno y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.



Salty chocolate chip cookies


PD. Hay un niño en la calle que lleva toda la santa tarde tocando las narices con un silbato. Tengo muy poca paciencia con los ruidos molestos repetitivos, pero en este caso creo que mis instintos asesinos tienen justificación. Por favor, no déis a vuestros peques pitos y variantes a no ser que viváis aislados de la sociedad, muchas gracias :P.
02 junio, 2012

hemc#57: Tortitas de calabacín y patata

Ya estoy de nuevo en Madrid. Bueno, llevo varios días ya aquí pero tengo tantas cosas que hacer que se me están esfumando las horas y los días, y apenas tengo tiempo de nada. Menos mal que es temporada baja de series porque tendría un grave problema para llevar mi ritmo habitual del resto del año...

Y a lo tonto, ya es junio; es un mes extraño. Me trae buenos recuerdos de cuando era pequeña ya que implicaba tener sólo clase por la mañana, tardes largas jugando en el parque, piscina, vacaciones a la vuelta de la esquina, helados y polos... ¡Pero ahora me agobia mucho! Y el calor no ayuda, desde luego. Salir a correr se vuelve una actividad de riesgo, pero también limpiar la casa, encender el horno o ponerse a planchar. Tocan madrugones para aprovechar el fresco mañanero.



Zucchini latkes

Antes de que se me pase el tiempo volando de nuevo y el mes se acabe, participo con la primera receta de calabacín para el Hecho en mi cocina que acoge Ana, como ya comenté en la otra entrada. No quería que se me escapara la oportunidad de sumarme a la fiesta de esta fantástica verdura, como me está pasando con otros eventos de la blogosfera, así que ayer mismo aproveché para uno de mis experimentos.



Zucchini latkes


Hacía tiempo que llevaba viendo por la red recetas de los llamados latkes, un plato al parecer típico judío realizado con patatas y matzo. Me recuerdan un poco al Rösti suizo, y al encontrarme variantes que añaden verduras a la masa me pareció una idea genial para que el elfo se las comiera sin rechistar. El pobre tiene un trauma infantil con el calabacín y yo trato de que aprenda a apreciarlo; estas tortitas le han gustado mucho, y son muy sencillas de hacer. Las cantidades van un poco a ojo, no tienen demasiado misterio :).



Zucchini latkes


- 1 calabacín tamaño estándar
- 1 patata hermosa
- 2 cucharadas de queso rallado fino (tipo parmesano)
- 1 huevo batido
- pan rallado
- ajo granulado
- pimienta negra
- tomillo
- sal
- aceite de oliva

Lavar y pelar la patata y el calabacín. Desechar los extremos y rallar usando un rallador con ranuras gruesas. Poner en un colador y presionar bien para escurrir la máxima cantidad de líquido.

Disponer en un cuenco y añadir el resto de ingredientes al gusto (menos el aceite). Añadir el pan rallado poco a poco, mezclando, hasta conseguir una textura húmeda pero que permita compactar porciones con una cuchara.


Zucchini latkes


Calentar aceite en una sartén antiadherente y cocinar porciones poco a poco, dejando que se doren bien por cada lado. No llenar demasiado la sartén, mejor trabajar en tandas. Retirarlas y dejarlas reposar sobre papel absorbente para evitar el exceso de aceite. Se pueden congelar una vez frías.


Zucchini latkes
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