Biscotti

Italia me tiene enamorada por muchísimas cosas, y una de ellas es por su variada y riquísima gastronomía. Aún me queda mucho por descubrir de sus sabores y sobretodo por lograr reproducirlos por mí misma en casa.
Los biscotti son un dulce italiano delicioso que me encanta acompañar de un buen café. Algo parecido quizás a una galleta pero con su forma particular, duro, crujiente y lleno de aromas. Gracias a la receta de Cooking for Engineers he podido disfrutarlos este fin de semana.
Aquí la he traducido (seguramente mal u_u) y simplificado con algunas de mis modificaciones.



200 g de azúcar
2 huevos grandes
80 g de almendras fileteadas
2 cucharadas de corteza de naranja picada
1 cucharilla de levadura en polvo
¼ cucharilla de sal
1 cucharilla de vainilla o extracto de vainilla
un poco de extracto de limón
250 g de harina

Precalentar el horno a 175º C. Mezclar la harina, la levadura y la sal. En un bol bastante grande romper dos huevos y batir con el azúcar. Continuar batiendo hasta que tenga un color amarillo pálido. Añadir la vainilla, el extracto de limón, la corteza de naranja y las almendras fileteadas a la mezcla de azúcar y huevo. Revolver un par de veces con una espátula para combinar.
Verter suficiente cantidad de la mezcla de harina para cubrir la superficie de la mezcla de huevo. Usar una espátula con el mínimo de movimientos posibles. Añadir más harina y mezclar hasta que se integre con movimientos de cubrición envolventes. No hay que mezclar mucho o no saldrá bien crujiente.
Dividir la mezcla en dos partes y colocar ambas en la bandeja del horno engrasada o sobre papel de horno. Formar dos panes con las manos de unos 25 cm por 5 cm cada uno. Humedecer un poco las manos puede ayudar a moldear la masa, ya que es muy pegajosa.



Hornear a 175º C unos 40 minutos rotando la masa después de los primeros 20 minutos. Los panes deben empezar a agrietarse, pero no hay que dejar que salgan grietas muy grandes.
Colocar las masas en una rejilla para que se enfríen unos 10 minutos para poder después cortar diagonalmente cada pan en trozos de un centímetro (o del tamaño que nos guste). El interior de cada biscotto debería ser un poco húmedo, mientras que el exterior firme y duro. Mejor usar un buen cuchillo de sierra especial para pan.



Colocar el biscotti con el lado cortado hacia arriba en la bandeja del horno y hornear 8 minutos. Dar la vuelta y hornear otros 7 minutos. Colocar todas las piezas en una rejilla para que enfríen asegurándonos de que ninguna se toque, pues si están muy juntas pueden estropearse.
Una vez totalmente fríos se pueden consumir directamente o cubrirlos con chocolate.



Recomendación: Mojar en un buen café o vino dulce! ;-)