Es tarde el refrán de la noche se desangra, arrastrando bajo su surco nubes oscuras y titilantes estrellas escondidas. El pacto de la mirada se apaga, declinan los ojos como una cruz indicando el final, los misterios se abren y los párpados se cierran como una herida llena de resurrección.
(Solo bajo el amanecer la soledad guia mi mano por sus senos de eterna ausencia)