Empezamos por cortar cuatro círculos de 16 cm. de diámetro, dejando aproximadamente 0,5 cm de margen. Lo ideal es hacerlo con dos telas combinadas para resaltar el efecto.
Las encaramos, dejando el revés de la tela, hacia afuera.
Yo soy un poco patosa para la costura, así que acostumbro a hilvanar mis labores, así que este paso se lo pueden saltar las expertas costureras.
Cosemos todo alrededor, dejando una pequeña abertura para poder dar la vuelta a las telas. Una vez cosido, hacemos unos cortes, todo alrededor para que la tela no se frunza mucho al voltearla.
Damos la vuelta a nuestra labor
Cerramos con puntada escondida. Y algo imprescindible en este momento, planchar las dos piezas, que hemos cosido de igual forma.
Una vez planchadas de forma individual, vamos a marcar con la plancha y como en la foto, dos diagonales, perpendiculares.
Unimos con una línea los cuatro puntos que marcan la circunferencia.
Doblando la tela hacia afuera, por la línea que hemos marcado. Sujetamos con alfileres.
Por la misma razón que antes, y para asegurarlo pasamos un hilván que sujete la tela
Repetimos la operación con el otro círculo de tela. Y volvemos a planchar ambas piezas.
Doblamos las cuatro puntas hacia dentro, haciéndolas coincidir con el centro del cuadrado
Una vez planteadas las cuatro esquinas, aseguramos con una puntada en el centro y volvemos a planchar.
Encaramos las dos piezas, y las cosemos con puntada escondida, dejando una pequeña abertura para meter el relleno. Cerramos la abertura y colocamos un botón, una perla o el objeto que elijáis justo en el centro, tensado bien, para darle un poco de forma, de la misma forma que hacemos con los biscornus.
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