En Robyn Hitchcock
nada es casual , nada es insustancial ; es
por eso que resulta indefinible
, ya que su identidad musical se confunde
con su naturaleza imaginaria , mercurial y cosmopolita que muda de piel a voluntad ; por eso
cada disco suyo fascina particularmente en una especie de iluminada inspiración e inteligente
capacidad sensorial , revelación pop de un mundo de lúcida exquisitez .
Spooked dulcifica mi carácter , siempre a la deriva ; de escucha perezosa
e ingenuidad calculada , pues su flor
esconde veneno letal ; la
densidad trabajada hasta la
extrema sencillez , Robyn desborda siempre desde otros parámetros y por eso nos descoloca ; y en esta ocasión desde un sonido primario
que fascina por su limpieza ( en esta ocasión se olvida de mayores apuntes experimentales ) … y expresividad ; el
esqueleto acústico que soportan tal colección de gemas esconden matices inéditos
que Dave Rawlings y
Gillian Welch supieron
adivinar en las intenciones
de Hitchcock ; escuetos
arreglos y sutiles aportaciones que lograron no alterar
la materia prima , de aparentes
estructuras simples pero , aun tenuemente , ejecutadas con intenciones perversas
; un disco más introspectivo de lo que en ha sido habitual , cálido ,
intimista pero siempre imprevisible .
Que no despiste la inicial Television , en su cándida e infantil inercia
subyace la tonada obsesiva
de ducha y cama : es el magistral dominio de los resortes del silencio y el espacio ; así transcurre Spooked
, un concentrado perfecto que cohesiona – una vez más- muchos otros universos sonoros
sin dejar de ser el mismo , es esa sensación de libertad creativa
la que me fascina y que me hace
acudir a Robyn siempre en la necesidad de seguir aprendiendo ; la
inclasificable personalidad de
Hitchcock resplandece de forma íntima en
este disco , haciendo que lo
complejo nos parezca simple , y lo fácil , complicado. Es su sello
. Magia potagia. Spooked.