lunes, 30 de marzo de 2009

Pequeñas molestias de la vida cotidiana


  1. La persona que se pone junto a la puerta en el tren y el subte, y que cuando el tren llega a una estación,no se baja, sino que se queda ahí quieto entorpeciendo el paso de quienes bajan (y de quienes suben). ¿No es mas fácil bajar, quedarse a un costado y luego volver a subir?

  2. Los que utilizan la nacionalidad para justificar sus propias miserias. "Y que querés? es Argentina!!!!"

  3. Los que hacen alarde de cosas estúpidas.

  4. Los que critican cuando va mal, pero festejan cuando va bien.

  5. La gente que envía zumbidos por msn, sin justificación. Y si les preguntas "¿Pasa algo?" te dicen: "Era para ver si estabas" o "Ayy ¿Te molesta?"

  6. Aquellas personas que les hacen dos preguntas contradictorias y te contestan afirmativa o negativamente Ej: ¿Querés helado de vainilla o de chocolate? Rta: Si.

  7. Ir a preparar el mate y que este sucio.
  8. Estoy en la facultad, la profesora dice un término ininteligible y el compañero que tengo al lado me pregunta: ¿Qué dijo? No sé que dijo, preguntáselo a ella antes que a mí ¿Te crees que tengo un traductor incorporado?

miércoles, 25 de marzo de 2009

Mi amigo más grande

Recibí el siguiente mail:

Me pidió un texto de mi autoría y voy a cumplir con lo pactado. Haga lo que crea conveniente con el mismo

Mi amigo es más grande

Por eso, cuando yo estaba en primaria él me explicaba porqué tenía que estudiar para diciembre o marzo.

Por eso, un día me llamó y su voz era mas grave

Por eso, me hacía escuchar música de bandas que no conocía

Por eso, me decía “esa mina esta buenísima” y yo creía que era una mujer con mucha bondad.

Por eso, crecí con él y a veces junto a él.

Por eso, me invitaba a salir con sus amigos, que también eran más grandes

Por eso, me acompañaba al cine y por eso vimos a Bredicce

Por eso, me acompañó a la facultad en mis primeros meses y cursaba conmigo aunque seguía otra carrera.

Por eso, me ayudó a planear mis viajes.

Por eso, cada vez que lo veo me divierte.

Por eso, pasó penas muchísimo antes que yo.

Por eso, cada vez que lo leo quiero parecerme a él.

Por eso, aborrezco a quien le haga daño.

Por eso (y por muchas cosas más), es por lejos la persona y el amigo más grande que conozco.

Guillermo Rey

sábado, 21 de marzo de 2009

Ni le declaro la guerra ni ella me firma la paz.

Cuando los besos que creía eternos, demostraban ser mortales.
Cuando los abrazos que mas me curaban, están en otros brazos.
Cuando esa mirada que me hacía feliz no se refleja en mis ojos.
Cuando el corazón se me rompía antes de empezar.
Cuando mis sueños dependían tan solo de mi.
Cuando me faltaba con quien compartir.
Cuando deje de arroparte por las noches y de darte el besito de los buenos días.
Cuando me patoteaba el sol en la persiana y no me dejaba dormir.
Cuando no podía hilvanar dos ideas seguidas y menos plasmarlas en una oración.
Cuando me perseguía la mala racha (y cuando me alcanzaba)
Cuando los ojitos se me llenaban de lágrimas y tenía que dejar de escribir.
Cuando la gente me hacia mal y me pensaba peor.
Cuando no encontraba lo que tengo y perdía lo que no tengo.
Cuando los vendedores de flores me saludaban.
Cuando creía en lo que veía mas que en lo que sentía.
Cuando los espejos no reflejaban lo que quiero ver, y mostraban solo lo aparente.
Cuando la costumbre me aburría.
Cuando los impostores compartían mi misma mesa.
Cuando me rodeaba de gente con antifaz.
Cuando me molestaba porque llueve mucho.
Cuando no me caía de la cama por cosquillear a alguien.
Cuando miraba al cielo y la nube gris, seguía sobre mi cabeza.
Cuando tenia regalos que no te podía dar....

...es cuando mas necesitaba que estés.


Ya estoy curado, anestesiado, ya me he olvidado... Hoy me despido de tu ausencia (y de tu presencia), ya estoy en paz...

jueves, 19 de marzo de 2009

La Memoria

Hay canciones que me gustan, miles que no quiero olvidar, otras que me divierten, muchas que me hacen pensar y algunas que me emocionan. Además de hacer todo eso, esta canción es una de las pocas, que siempre que termino de escucharla me doy cuenta que tengo los ojos vidriosos y llenos de gotitas saladas.

Los viejos amores que no están,
la ilusión de los que perdieron,
todas las promesas que se van,
y los que en cualquier guerra se cayeron.

Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.

El engaño y la complicidad
de los genocidas que están sueltos,
el indulto y el punto final
a las bestias de aquel infierno.

Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.

La memoria despierta para herir
a los pueblos dormidos
que no la dejan vivir
libre como el viento.

Los desaparecidos que se buscan
con el color de sus nacimientos,
el hambre y la abundancia que se juntan,
el mal trato con su mal recuerdo.

Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.

Dos mil comerían por un año
con lo que cuesta un minuto militar
Cuántos dejarían de ser esclavos
por el precio de una bomba al mar.

Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.

La memoria pincha hasta sangrar,
a los pueblos que la amarran
y no la dejan andar
libre como el viento.

Todos los muertos de la A.M.I.A.
y los de la Embajada de Israel,
el poder secreto de las armas,
la justicia que mira y no ve.

Todo está escondido en la memoria,
refugio de la vida y de la historia.

Fue cuando se callaron las iglesias,
fue cuando el fútbol se lo comió todo,
que los padres palotinos y Angelelli
dejaron su sangre en el lodo.

Todo está escondido en la memoria,
refugio de la vida y de la historia.

La memoria estalla hasta vencer
a los pueblos que la aplastan
y que no la dejan ser
libre como el viento.

La bala a Chico Méndez en Brasil,
150.000 guatemaltecos,
los mineros que enfrentan al fusil,
represión estudiantil en México.

Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.

América con almas destruidas,
los chicos que mata el escuadrón,
suplicio de Mugica por las villas,
dignidad de Rodolfo Walsh.

Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.

La memoria apunta hasta matar
a los pueblos que la callan
y no la dejan volar
libre como el viento.

Es mucho más lindo si lo escuchan a Leon Gieco acá.

domingo, 15 de marzo de 2009

Pasado por agua

Siempre que uno va apurado caminando por la vereda suelen aparecer desde la mismisima nada, unas personas que a simple vista son las abuelitas mas tiernas del mundo, pero que esconden detrás de esa ternura una clara intención de no dejarnos llegar a tiempo. Si uno quiere pasarlas por el sector derecho, la simpática abuelita lo intuye y se va moviendo pasito a pasito hacia el sector mencionado para no dejarlo pasar a uno con una agilidad que dejaría pasmada a Eleonora Casano.

Lo lógico es, entonces, que uno intente sortear este obstáculo por el otro sector (al que llamaremos izquierdo para diferenciarlo del primero), pero con gran asombro y estupor veremos como la ya no tan amable y tierna abuelita se desliza hacia ese flanco cortándonos el paso al mejor estilo Mascherano.

Es como si tuvieran un radar incorporado y supieran, merced a dicho radar, cuales van a ser nuestros movimientos futuros.

Esto ya de por si es malo, pero es mucho peor en el caso que estas simpáticas señoras fueran acompañadas por sus amigas y/o parejas, no tendremos otra opción que resignarnos a llegar tarde o a no concurrir a nuestras correspondientes obligaciones.

En caso de lluvia, las posibilidades de llegar a tiempo también disminuyen considerablemente. Además de las ya mencionadas "simpáticas abuelitas" debemos lidiar con aquellas personas que usan el paraguas no solo para protegerse de la lluvia, sino para protegerse de los balcones ¿Por qué razón aquellos que usan paraguas lo hacen debajo de los techos, toldos, balcones etc? Deben creer que sus paraguas lo protegen, incluso de caca de pájaros, escupitajos provenientes de balcones, bombitas de agua, bollos de papel etc ¿O creen que la lluvia cae con tanta fuerza que atraviesa su paraguas y por eso buscan refugio debajo de los techos?
Si hasta se indignan cuando uno les dice algo, exclamando (al tiempo que arquean las cejas) el ya célebre “¿ Y por donde querés que camine?"

Tendria que existir una licencia para portar paraguas. Mas de una persona ha perdido un ojo o ha sufrido serias lesiones debido al mal manejo de esas sombrillas que nos protegen de la lluvia.

Si usas paraguas, llevalo alto para prevenir accidentes, y no vayas debajo de los techitos.

domingo, 8 de marzo de 2009

Primera aventura amorosa (o la importancia de tener una moneda)

El amor se apoderó de mí cuando tenía doce años. Aún llevaba pantalones cortos, pero un tenue vello empezaba a brotar de mi labio superior. Una jovencita, también de doce años, vivía en el apartamento de encima del nuestro. Tenía una "buena figura". Además de su buena figura, tenia numerosos tirabuzones castaños que caían agradablemente sobre su cuello, y dientes tan uniformes como los granos de una mazorca de maíz en un año de buena cosecha. Gracias a unas hábiles maniobras mías ella invariablemente me encontraba en el descansillo cada vez que subía a su piso.
Yo había estado ahorrando mis centavos durante cierto tiempo y finalmente había acumulado el dinero necesario para invitarla al teatro de variedades Hammerstein Victoria. Yo nunca había estado allí, pero lo había oído mencionar frecuentemente. Tenia ahorrados 70 centavos y lo había calculado todo minuciosamente. Dos localidades del segundo anfiteatro, 50 centavos... Tranvía de ida y vuelta, 20 centavos... Total, 70 centavos.
Hubiésemos podido ir andando, pero vivíamos en la calle 93 Este, y el teatro estaba en la 42 Oeste. Estábamos en enero, los días eran cortos y el tiempo ofrecía una imitación bastante buena de Laponia.
Cuando descendimos del tranvía en Times Square, Lucy estaba encantadora, y yo muy guapo. Pero un granito de arena se había introducido en el engranaje. El granito de arena era un vendedor ambulante. Estaba instalado ante el teatro y vendía dulces de coco a 5 centavos la bolsa. Fiel a su sexo, Lucy contemplo al vendedor y murmuro que el dulce de coco era su golosina predilecta y que cuales eran mis intenciones al respecto. Yo hice lo que todos los tontos han hecho en todas las épocas, cuando la belleza pide algo. Lo que aquella belleza no sabia era que su indiferente petición había echado por los suelos mi cuidadoso presupuesto y me había arruinado la tarde incluso antes de empezar.
Nos instalamos en el segundo anfiteatro, lejos, muy lejos del escenario. Los actores parecían enanos y los sonidos que proferían apenas si eran audibles desde nuestro observatorio. Mas fuerte que las voces de los actores, sin embargo, era el continuo crujir de los dulces de coco, a medida que cada uno de ellos se deslizaba graciosamente por el bello gaznate de Lucy. Tal vez ella estuviese demasiado absorta en la representación para ofrecerse a compartir conmigo los dulces, o quizá supusiera que yo era diabético y, sintiendo por mi un amor loco, no deseaba poner en peligro mi salud. Cualquiera que fuese el motivo se los comió todos, migajas incluidas.
Quede algo afectado por el egoismo de Lucy, pero tenia ante mi un problema que me hizo olvidar incluso los dulces que no llegue a probar. Aunque registre esperanzadamente mis bolsillos, únicamente encontré en ellos una solitaria moneda de 5 centavos.
La representación por fin termino. Salimos en silencio del teatro. Al hallarnos en la calle nos encontramos con la oscuridad y una furiosa tormenta de nieve. Ahora me siento terriblemente avergonzado acerca de esto, pero recuerda que solo tenia doce años, que hacia un frío tremendo y que Lucy se había comido todos los dulces. Además, si ella no me hubiese obligado a comprarle los dulces, me habrían sobrado 10 centavos, lo suficiente para que ambos pudiésemos haber regresado a casa en tranvía.
Pese a todos estos argumentos convincentes, todavía me quedaba algo de honor. Me volví hacia ella y le dije:
-Lucy, cuando salimos para el teatro de Hammerstein yo tenia 70 centavos, lo suficiente para las entradas y para el viaje de ida y vuelta. Yo no había proyectado comprar dulces. Yo no quería dulces. Has sido quien los ha pedido. Si llego a saber que ibas a querer dulces, hubiese retrasado la invitación. El caso es que solo me quedan 5 centavos. Recuerda, Lucy, que te has comido los dulces y sabes muy bien que tengo perfecto derecho a irme a mi casa en tranvía y dejar que tu regreses andando. Pero ya sabes que estoy loco por ti y que no puedo hacer tal cosa sin concederte una oportunidad. Escucha con atención. Voy a tirar esta moneda al aire. Tu eliges cara. Si sale cara tu coges el tranvía. Si sale cruz, lo cojo yo.
Los dioses estaban de mi parte. Salio cruz.

La hembra de la especie siempre me ha desconcertado y siempre la he considerado como una raza aparte. Por alguna extraña razón, Lucy nunca volvió a dirigirme la palabra. La ultima vez que me vio fue como si yo hubiese muerto. Y de llevar ella un cuchillo, seguramente lo hubiera utilizado.

Bueno, ese fue el final de mi primera aventura amorosa, e incidentalmente, de mis 70 centavos. Sin embargo, creo que tuvo una particularidad. Probablemente fue la única aventura amorosa de la historia que fracaso por falta de cinco centavos.

Groucho Marx
Del libro "Groucho y yo", correspondiente al capitulo 5 "Mi juventud: Puedes quedarte con ella"

jueves, 5 de marzo de 2009

Feliz gracias a Ella

No esperen profundidad en este relato ni algo revelador.

Ayer estaba en medio de un bache intelectual, me había perseguido durante la última semana y finalmente me había alcanzado.

Decidí ir al gimnasio. Y al volver llovía muchísimo, pero MUCHISIMO. Decidí caminar despacito bajo la lluvia, y me dí cuenta que me gusta demasiado caminar bajo la lluvia como para usar paraguas. La lluvia tiene algo especial, caminar y sentir como las gotas resbalan por mi cuerpo es algo sorprendente.

Claro, llegué a casa cual pato mojado (empapado). Luego de una ducha, descubrí en un instante, la felicidad:

Mates + Jazz (mas si es Ella Fitzgerald)

No se si eludí al bache intelectual, pero estuve pensando largo rato "esto debe ser estar feliz"