domingo, agosto 30, 2009

Mi, sol, mi, faaaa

Practicaba en un cuartito de seis metros cuadrados, con un atril y el violocello de la escuela. Sólo había avanzado el método del primer nivel. Nunca tuve la inteligencia suficiente para poder reconocer el mi, sol, mi faaaa, mi, sol, faaa en las partituras.
Emiliano me conoció mientras tocaba el cello, me pidió que lo hiciera sonar mientras él extasiado se convencía que había tomado una buena decisión al tomar las clases conmigo.
No sé cuantos años han pasado de eso. Pero también me hice amiga de él porque era de las pocas personas que había conocido, que no se asustaba por saber que él fumaba mota, ¡gran ciencia!, ¿habría que asustarse por ello?, ¿habría que admirarle por ello?, conocía a mucha gente de la peor calaña. Emiliano en ese entonces era un buen chico.
Una noche de alcohol en sus venas, lo convertí en un chapulín inofensivo. Brincaba, subía y bajaba, chiquito, con un sexo delgado. La cama rechinaba y mientras estaba abajo, me aburrí de ver su exotismo. ¿Esto es lo mejor que puedes hacer?, pensé. Lo anoté en la lista de los tipos con los que nunca más volvería a meterme. Fue de las pocas personas con las que cogí y seguimos hablándonos como si nunca nada hubiera pasado, y como si nunca nada volviera a pasar entre nosotros. Somos buenos amigos y puedo saludarlo, besándolo en la boca (claro, cuando no está su vieja cerca) sin que ocurra algo importante y revivamos amor añejo, algo que nunca existió entre nosotros, y que tampoco existirá.
Una de las imágenes más graciosas que tengo, es que en una ocasión me levanté al baño y me asomé a la recámara donde dormía, él estaba con los pantalones abajo, sin habérselos quitado por completo, su mano estaba metida bajo su boxer, no pude evitar reírme porque supuse que había llegado borracho mientras yo gritaba en el cuarto de al lado y la cama rechinaba, a él se le había antojado una chaquetita, pero no pudo terminar porque su embriaguez lo venció y se quedó dormido con semejante posición.
Constantemente pienso en lo mucho que he cambiado, y en lo que él ha cambiado para seguir siendo el mismo. Hace unos días volví a extrañar el cello, escuché algunas piezas de Bach, busqué a Rostopovich en la red, incluso saqué los discos de Apocaliptyca, sacudí algunos recuerdos, las primeras fotos en las que hice desnudo yo estaba con un cello. Recordé a la maestra cubana de solfeo, las veces en las que cargaba como una joroba al instrumento en la calle, cuando lo llevaba en los camiones, cuando tuve que dejarlo por la universidad.
Hoy me debato entre ser escritora, actriz, amante, o simplemente mortal. Sería buena opción regresar a la música. Aprender a solfear, sacar mi Dandelot, comenzar a repasar las notas en clave de Fa, sacar mi método y entonar las piezas de nuevo.
A veces la vida no es suficiente para hacer todo aquello que queremos hacer, como lo queremos hacer o ¿tal vez si?



PD. Alex, por cierto, regularmente duermo sólo 6 horas.

Gastados

Empezamos la historia de amor al revés. Peleamos, cogimos y nos amamos. Por eso hoy, cuando ya no cogemos, ya no peleamos, he aprendido a aceptar que te amo, el final es una posibilidad que se desdibuja entre posibilidades gastadas.

jueves, agosto 27, 2009

Yeyo

Recomendación de la noche

Por Fernando Lobo


miércoles, agosto 26, 2009

Mancha en el sillón




Pablo tiene cara de niña, tetas de niña, risa de niña, pero una verga grande. Fuma mota mientras está despierto. Trabaja toda la noche, duerme de a ratos en el día. Desde hace unos años renunció a salir de casa, sólo se dirige a la tienda para comprar tabaco cuando el material se acaba, el trabajo le llega a la casa, arregla computadoras y la mayor parte del espacio que ocupa su cuarto, son cpus, propiedades de dueños que ya no regresaran por su software hecho cacharro, contra la velocidad de los nuevos diseños compactos y baratos.
De vez en cuando me gusta dormir con él, hablar, hablar, hablar y coger cuando nos hartamos de conversar. Sus gestos de nena me fascinan, cuando estudiaba preparatoria, más de una vez lo confundieron con una niña, por eso se dejó los míseros bigotes que nunca han podido crecerle con viril perseverancia.
En algún momento de una de las novelas de Murakami, aparece una prostituta china golpeada y ensangrentada, su cliente le partió la cara y se fue sin pagarle a ella y el hotel, la razón: le había bajado la menstruación, mientras se la cogía.
Una noche, mientras discutíamos la crisis mundial, y la mano tibia de Pablo permanecía en mi vientre desnudo, declaró su admiración a Chávez, habló de libros de poesía que no conocía, yo le argumentaba mi rotunda admiración, porque él era uno de los pocos locos libres que se había zafado del yugo occidental de vida, decidimos continuar con la faena de caricias y besos.
El vientre me dolía. Pablo sabía de mi indisposición, pero su vocecita sensualmente femenina, me dijo que él no tenía quimeras, me embistió cuando me recargué en un sillón. El sonido de nuestras carnes fue suficiente para constatar nuestro deseo.
Interrumpí cuando me percaté que el sillón estaba manchado, yo comencé a sentirme culpable por la evidencia, él reía e insistía en continuar sin importarle que hubiera estropeado la sala de la casa de sus padres, sólo se subió los pantalones cuando observó que buscaba en su baño algo para limpiar el mueble, regresé con una jícara, jabón y un cepillo, en menos de un minuto ya estaba limpiando la mancha, mientras él extasiado me contemplaba desnuda con cepillo en mano; no pudo evitar confesar que eso le encantaba, que si tuviera una cámara no dudaría en tomar una foto, para no olvidar el momento doblemente fortuito: una mujer desnuda limpiando el sillón de su casa, y dos, su amante negando la prueba de un coito con marca sanguínea.
Sus años de estudiar Medicina, lo habían hecho olvidar todo tipo de asco referente a las excrecencias humanas. Desertó a la carrera, gracias al permanente miedo de tener que matar a un ser humano por error, siempre tuvo pánico a acostumbrarse a ver morir a la gente por las negligencias diarias del hospital, de la inexperiencia, del descuido o ignorancia de los pasantes.
Me gusta dormir con Pablo, aunque su cuarto apeste a sudor, aunque su aliento y sus pulmones estén contaminados de humo, aunque todo su cuerpo con grasa acumulada le haya quitado parte de su aspecto masculino.
La última vez que lo vi, me quedé tres noches con él, pude postrarme como una ostra, de no ser porque no había más remedio que salir por provisiones para el refrigerador, esa vez le dije que iría al super para comprar, al dar el primer paso en la calle sentí mi olor pestilente, subí a mi auto que había estado parado frente a su casa, una capa de polvo lo cubría, lo encendí, dos cuadras después me di cuenta que no tenía un solo peso para comprar comida. Regresé a mi casa, tenía que hacerlo, las toallas sanitarias, también se me habían terminado.
Mientras cenaba en mi cocina, recordé una conversación con Pablo...
- Siempre he querido coger con una oriental.
- Yo no soy oriental, sólo tengo los ojos rasgados, la piel amarilla y el apellido chino.
- Has cumplido con una de mis fantasías.
- ¿quieres ser mi padrote?

martes, agosto 25, 2009

Mezcal se va... snif, snif

Por lo visto este es tiempo de decisiones cruciales. Les comento, me caso (con el gordo por supuesto). Me ha llegado la madurez de golpe y he encontrado el camino del bien, naaah, ni quien me crea, nada que ver ¿por qué cuando tengo que dar noticias buenas, luego salen con la jalada del bodorrio?, pero bueno, aprovechando, le reafirmo al gordo que lo quiero y que estoy con él en las buenas y en las malas.
Esta última semana me tocó tomar una de las decisiones más difíciles en mi vida, por ridículo que les parezca, así fue, fue algo que no me dejó dormir algunas noches, y algo que me daba un poco de dolor en el estógamo. Por fin, hoy me ausenté en el teatro. Hace unas semanas el Gran Maestro, nos invitó a su proyecto de teatro, yo estaba con unas fervientes ganas de decir: ¡siiii quiero estar en la obra!, pero ya había planes a futuro, y estar con el Maestro, no es cosa sencilla, ni cosa que se toma a la ligera. Es estar en una dura disciplina, en entrenamiento físico y emocional, artes en las que ¿para qué hacerme tonta?, pus la neta estoy bastante verde para eso de la actuación, asiesque, lo más sano fue ausentarme para reafirmar lo que todos ya sabían, que yo no iba a estar en esa obra.
La segunda decisión difícil, que no quiero tomar, pero debo de hacerlo, es vender MI carro, snif, snif, snif, nooooo!, ¿saben lo que me costó mi platina adorado? ¿lo saben?, bueno, pues sangre, eso me costó. Estará algo destartalado, pero es mío, le cambié llantas, cuando recién lo cargaba mi marido en turno le puso las balatas, mi jefa le cambió la bomba de gasolina cuando en realidad sólo se le tenía que limpiar el condenado sensor de posición del cigüeñal, le puse una batería nueva, hace unas semanas se le cambió la banda del alternador, le pagué las tenencias, y bueeeh, todo carro viejo es una vil sacadera de dinero, pero justo ahora que la maquina está chida y sin peligro de cosas graves, lo tengo que vender. Mezcalito se va, snif, snif, y saben, ahora que recuerdo no tengo ni una sola foto con él.
Mi platina-Mezcal, tiene sus historias, ha sido testigo y facilitador de la banda de escritores para movernos de un lado a otro, ha ido un chingo de veces a Etla para el taller de narrativa y ahora para el taller de novela, donde por cierto doy ray encantada a mis amigos, con los que el camino es toda una aventura de risotadas. No sé qué voy a hacer sin carro. Le aseguro que no lo sé. Es como lo único de gran valor que he obtenido en mi vida, con mi dinero. Me agarró la depre con la sola idea de pensarlo… tal vez sea una materialista, pero las cosas que depositan lo mucho que me costó conseguirlas, no ayudan a poder desprenderme tan fácilmente de mi carro.
No hay de otra. Las decisiones ya están tomadas y ahora no puedo echarme para atrás, ni modo, a los camiones de nuevo.

domingo, agosto 23, 2009

Blusa amarilla

¿Recuerdan a Naty? bueno, hace años escribí sobre ella en este blog. Mi prima hoy tiene 17 años y va a entrar a la universidad. El caso es que ella tiene un severo caso de anorexia, lo peor no es eso, sino que a partir de esta semana, arriba a mi casa otra de mis primas, una que estudiará la secundaria y Naty, que entrará a la universidad.
Desde hace unas semanas permanezco inquieta, ya saben, eso de la perdida del espacio personal, el tener a dos gentes más en mi casa, las ondas de la convivencia no es cosa sencilla de asimilar.
Hasta hace una semana se me ocurrió la gran idea de cambiar de casa, sólo que el único lugar disponible a donde me puedo ir, es a un fraccionamiento mucho más alejado la ciudad.
Hoy pasó algo y no sé que tan duro u oportuno fue para Naty.
Ella es una niña, una vil niña, si la vieran no dudarían en que no tiene más de diez años. Su ropa les puedo asegurar es de cuando ella era una infanta. No necesita usar siquiera corpiño porque su pecho es una plancha desierta.
Ayer que me la encargó su mamá, le dije que lo primero que ella tenía que hacer era comprarse ropa, tuve que convencerla que debía utilizar sus ahorros para tal fin. Así que hoy me la llevé a las tiendas, créanme que si hubiera podido yo le compro la ropa pero no tengo dinero ni para mí.
Dios, si la vieran, tacaña (se comprende porque sus ahorros los obtuvo trabajando en vacaciones), bueno anduvimos por tres tiendas, compró una blusa, después de haberse probado un chingo, entre ellas una de color amarillo que le había gustado y que ya estaba por comprar
De repente dijo que mejor no, que el amarillo no le gustaba, que hacía tiempo le había dicho una niña de su escuela que el amarillo no le quedaba por su color de piel…
Por un momento casi la mato, pero después comprendí que eso era una alerta roja, por ese detalle vi problemas graves en ella, por más que le insistí que la blusa estaba linda, que se le veía bien, que ya no estaba en su pueblo para que la viera esa niña criticona, no logré hacerla cambiar de parecer, bueno en fin, intenté todos los argumentos sin éxito.
Eso fue algo que me preocupó. Después con más calma me puse en un plan conciliador, digo, trabajar con chamacos todos los días me ha ayudado a saber cómo tratarlos ( a veces), le hablé a calzón quitado, le dije que lo que ella necesitaba era un par de cachetadas y que si seguía con esos traumas, poco iba a conseguir contra su anorexia, todos en la vida hemos pasado por etapas difíciles en la secu o en la prepa, y que nunca va a faltar el gandaya que nos haga la vida de cuadritos en esa etapa, bueno, esto se lo dije al final, antes de eso, le pregunté si ella quería seguir con esas ideas absurdas, le pregunté si eso no la torturaba y ¿cuándo iba a comenzar a superarlo?, bueno, la nena se me puso a chillar a media calle, la abracé, no sé si hice bien, realmente no lo sé, pero las palabras fluyeron en mi boca, y también me di cuenta, que no era buena idea dejar la casa por ellas, más por Naty, yo sé que no voy a resolverle la vida, pero creo que algo puedo hacer.
Es difícil cambiar de vida de un día para otro, y más para ellas que van a estar fuera de su casa, la verdad, dudo que aguanten, me preocupa, porque ahora no sé qué broncas traiga la otra nena, pero algo me queda claro, si mi otra tía aceptó que ella se viniera para acá, es porque en la secundaria en la que estaba ya no la quisieron aceptar, me indica que es niña problema.
Después de todo creo que en esas etapas no tuve broncas tan severas. Siempre fui bien portadita, lo que me preocupa ahora es saber como tratar a mis niñas, en cuanto pueda iré a comprarle la blusa amarilla a Naty, ¿por algo debo iniciar? ¿ustedes qué opinan?

jueves, agosto 20, 2009

Hombres etilicos

Ando borracha. Anoche dormí junto con Selby, Alarcón y Borges. En la cama tenía a más de cuatro hombres chingones juntos, libros abiertos e historias no concluidas, igualito que con los ojetes que me cogen y se van. Desperté con una llamada.
Hoy me tomé un vino chingón y por eso ando harto mareada y perturbada, tantos días sin escribir… por mi grado etílico, he agarrado el valor para decirles a todos esos hombres de mi vida, que chinguen a su madre, a mí no.
¿Qué le voy a hacer a este corazón de dueños múltiples, socios de una propiedad privada? ¿de este órgano imaginario y de mi jodido amor?
Cada hombre se ha adueñado de una parte de mí, por usufructo, con alevosía y ventaja, con abuso de autoridad y violación premeditada.
Existe el hombre que no se arriesga a apropiarse de mí, porque teme que le diga que no. Y por eso le diré que NO, pero quiero que aprenda a insistir, a partirse el lomo, hasta que por fin me rinda y yo le diga: si, si, si te quiero, siempre lo has sabido ¿por qué chingá lo dudas?
Existe el hombre que alimenta las fantasías, el inexistente, el que me llenó de prosas bonitas y utopías, a una mente sin muchas esperanzas.
Existe el hombre que todavía me puede pintar con sus pinceles, al que nunca le he regalado un orgasmo, pero se remite en mis fantasías añejas.
Existe el hombre ajeno, al que nunca intentaré sacarlo de su mundo de comodidad, al que recurre a mí por diversión, por pasatiempo, por placebo, aunque sólo me contemple, y se contenga el coraje cuando se entere de otro en mi vida.
Existe el hombre que deseo, por diversión, por pasatiempo, por narcisismo, por jugueteo, por mera necesidad de cogerlo y alimentarme el ego.
Existen muchos hombres, constituidos a base de mis materiales oníricos, a base de saliva y gemidos, a base de fantasías, melancolías, desilusiones e imposibilidades, a base de alcohol, como hoy se me ha dado la gana estar borracha por ellos, saluuu!! Hijos de la chingada, salú porque los amo y los detesto, porque los odio y los tolero. Saluu!

lunes, agosto 17, 2009

Sostiene Liliana

El domingo me puse a lavar la ropa, mientras la lavadora se movía de un lado a otro, saqué los últimos dos cigarros del coche y me tiré uno, el agua de jabón se teñía de color mugre.
Poco antes de que se acabara, salió mi mamá al patio y pisé inmediatamente la colilla.

En la tarde, estaba sentada en las escaleras leyendo a Tabucchi, me fumaba el último cigarro, justo cuando lo encendí, Pereira también había encendido el suyo en el libro, unos segundos después mi mamá volvió a salir al patio, esta vez el pitillo estaba bastante grande como para apagarlo por su presencia. No lo hice. Me miró ya sin regaños, con gracia dijo algo que no recuerdo. Ya va siendo hora que acepte que soy una adulta, y que pago mis vicios.

Ando llegando al punto que me choca escribir la misma historia revolcada con diferente macho. Hoy me volvió a comentar algo que cuestionaron sobre mí ¿Lili no será lesbiana?, ella sabe que no, reí y entre dientes le dije que yo no tenía ningún problema en andar con otra mujer, pero creo que ella no se dio cuenta de lo que le confesaba, la conozco tan bien, que sé que algunas veces ella escucha y entiende lo que quiere entender. Dice que como sea ella me acepta, aunque les apuesto prefiere verme con un hombre.
Me di cuenta de un detalle, de los muchos que existen: ¿Cómo diablos no voy a seguir escribiendo las mismas historias, si tengo que responder a cada rato las mismas preguntas estúpidas, con diferente respuesta sin que se den cuenta de ello?

El libro de Tabucchi termina cuando Pereira decide hacer lo único arriesgado que ha hecho en su vida, publicar lo que nunca publicaría, cambiarse de nombre y nacionalidad, y tomar sus maletas a Francia para huir de toda la mierda que le embarga en Portugal.

Jodorowsky en menos de dos minutos



Este video lo encontré en el blog de Yépez y me gustó, les comparto.

sábado, agosto 15, 2009

Me gusta esta canción

Me la he pasado escuchando esta canción todo el sábado. Me gusta mucho. Si sé por qué.

jueves, agosto 13, 2009

Nenucos rotos

Hace una semana recibí una queja muy seria en este blog, la razóne es: 'mi abierta prostitución literaria en otro blog',dicho lector no ha querido dejar su comentario al respecto porque hacerlo según él es 'darme demasiada importancia'.
Fui regañada por dejar de ser ese personaje sin pretensiones, que ahora pretende 'escribir bien'.
Mi decisión no ha cambiado, sigo en el otro blog (aunque debo decirlo, me chocan los compromisos, las responsabilidades y escribir por encargo y más cuando hay reglas), pero salirme del colectivo, por reclamo de ese lector (del que no hablaré) es darle demasiada importancia.
Esta semana, el tema es 'juegos' y vieran que bien me sentí ayer que me puse a recordar cosas bien chidas de cuando era niña...

en fin, hoy pasénle por aquí...

martes, agosto 11, 2009

Arbitrariedades del feisbuk

Desde que me inscribí en el feisbuk, me he dado cuenta que me choca. La razón es simple: soy una envidiosa, ja. Después de años de no ver a mis compas de la uni, les vuelvo a ver las mismas jetas, con unos kilos de menos o más, con plastas de maquillaje, pero siguen siendo los mismos, no necesito volverles a hablar para darme cuenta de ello, con solo ver sus comentarios o las cosas que entre ellos platican.
El gay de closet sigue siendo el mismo higadito que nadie aguanta, la bonita se puso más buenerrima y no para de recordarnos (a las insípidas solteras) que ya se va a casar, el gay istmeño sigue estando bien papito y presume de las velas en su pueblo, las fresitas que en su tiempo, toleraba y hasta me caían bien, siguen con sus caras lindas, sonriendo siempre para la foto y reuniéndose para el antro o el café cada semana. En los mensajitos que se dejan no paran de decirse cuánto se quieren entre ellas, ¡Por Dios! ¿Es que no son humanas? ¿Es que no se afligen? ¿Es que el mundo es rosa y no me he dado cuenta? ¿En dónde putas me perdí en ese mundo de sonrisas?
Simple, salí de la uni y corté de tajo toda relación. La que era mi mejor amiga, terminó diciéndome que nunca más quería tratar conmigo, mi segunda mejor amiga se casó, y con la que de vez en cuando me topo, es con Zeni, una vieja bien chida y super cabrona, porque trabaja en ondas comunitarias y demás acciones sociales. Yo por supuesto mido mis logros en fracasos. Este año me ha servido para asimilar que no puedo andar por la vida quejándome de mis desgracias (lo sé, pero a veces no puedo evitarlo), al contrario, debo de entender que es bueno equivocarse, cagarla, fracasar y fracasar, porque es uno de los mejores métodos de enseñanza para crecer.
Hoy fui a ver mi situación en una de las escuelas donde trabajo, estoy segura que me van a dar cranck. ¿A cuántos de nosotros alguna vez en nuestra vida nos toca lidiar con jefes o jefas que se los apuesto no tienen ni la universidad terminada? Y eso no es lo grave, probablemente hay muchos que no necesitan de un papel para ser profesionales, pero de paso, son mala leche, envidiosos o incompetentes.
Creo que debería borrar de mis contactos a mis compañeros de la uni, no soporto verles. Aunque me agrada enterarme de sus chismes. Les apuesto que ya me comieron, porque hace un año, me tocó darle clase a una de mis compañeras.
En fin, no todo es engorroso en el facebook, gracias a los avisos, ya me puse de buen humor porque Almadía publicó una nota sobre Da Jandra, ya estoy oyendo un Danzón chido, y acabo de encontrar a varias de mis primas que desde hace años no veo.
Pensaré seriamente en eso de unirme o no unirme a las redes sociales, aunque creo que desde mi blog estoy bastante cómoda, donde la mayor parte de los lectores no me conocen, donde soy Liliana Toy, donde escupo o libo miel, donde soy libre y me chaqueteo por puro placer.

Enlace

Cada vez respeto más al Maestro. Es de las personas más coherentes con lo que dicen, viven y hacen, que conozco.

Da Jandra

Cuando sea vieja (si es que vivo) con orgullo diré: este fue un Gran Maestro.

viernes, agosto 07, 2009

¡Te la chupo!



Ando corriendo con la chamba, actualizar los putos planes a competencias. De paso el ensayo para la obra, donde por supuesto, mi papel que es ‘estelar’, dura menos de cinco minutos (je, je, je), desde siempre he dicho que no me gusta actuar, pero le he encontrado cierto placer a eso de convivir con los actores (verdaderos actores) y echar desmadre. Eso es adorable.
Yo y Dolores, hemos aprendido más de la chamba dura del oficio, es decir, ser parte del equipo de producción, desde hacer escenografías, coser vestuarios, cargar la utilería, hasta andar de chachas de los bailarines y de los cantantes.
Entre esos avatares, uno hace de todo y tenemos que buscar ayuda por donde se pueda, desde invitar a toda la gente que conozco para que vaya a vernos, y obligar a mis alumnos a que vayan, ya que no se dispone de mucha lana y difusión, pues nuestros recursos son limitados.
Hoy necesitábamos transporte, y Oskar nos echó la mano, a Lilis (que es la mera, mera de la obra) y a mí.
Oskarito llegó con su camioneta para ayudarnos a llevar unos muebles a la Casa de los teatros, pero hoy viernes hay tianguis frente al teatro, así que para no hacer más tráfico se subió a la banqueta, dos segundos después una gritona señora, de ojo verde fúrica, que por su pantalón de mezclilla, entendimos se estaba capacitando para ser una tránsito municipal, le dijo que eso era una falta, pero la hubieran visto!!!, se puso en un plan intransigente y grosero, hay que entender que su educación y preparación cultural, no le dieron la tolerancia suficiente para darse cuenta que íbamos a transportar unos muebles y si nos parábamos en medio de la calle o en la segunda fila, íbamos a generar más tráfico, así que me meto a dar explicaciones, que aguantara vara.. bla, bla, bla, tal parece que eso le gustó a la culera porque se puso más agresiva la jija de la chingada, yo discutiendo mientras que Oskarito y su primo, iban subiendo los insulsos tres muebles.
Hasta que la seño, grosera, grosera le dijo a Oskar, ‘pues espero que traiga su licencia, enséñemela…’ él, como buen hombre razonable que es (conozco muy pocos), le dijo en forma tajante ‘No estoy de acuerdo con la forma en la que usted está actuando, y por eso no le voy a enseñar NADAA, así que déme mi infracción, llévese mi placa y apúrese porque tengo muchas cosas que hacer’ en ese momento pensé:¡Lo que quieras ¡mi vida! Te la CHUPO en este mismo momento, ja, ja, ja, ¡eso es tener huevos y carácter!
Yo y Lilis, nos quedamos congeladas, porque Oskar le pidió las pinzas para sacar la placa, y la cara de culera de la seño, se le quitó en dos segundos, comenzó a buscar en su reglamento para poner el artículo de la falta. Para no hacer el cuento largo, se tardó mucho más, que nosotros en subir las cosas, minutos valiosísimos que ella hubiera sido más útil en hacer avanzar a los siete carros en segunda fila y de paso correr a otra camioneta que se había subido a la banca, justo dos metros atrás de nosotros, no sé si ponerse en ese plan, era seña inequívoca de que ella quería un soborno, pero más listo salió MI gordo (y me vale madres que luego me vengas a reclamar que porqué me apropio de ti sin autorización).
La verdad es que en esos momentos yo y Lilis andábamos emputadas, reclamandole: ‘ya vio inche vieja (eso no lo dijimos pero lo pensamos), mire cuantos carros hay y usté aquí…
Oskar se ofreció para ayudarla a buscar en el librito el artículo, y hasta le dijo ‘si quiere recárguese en la camioneta para que anote bien’, mientras buscaba en el reglamento, él sacó una risita de ‘no viene’ (ja, ja, ja, ja, no puedo evitar recordar y reírme), pero lo gandalla de la transito, se le vino a bajo cuando al ver tal actitud, confesó: ‘ya me puse nerviosa’ (ja, ja, ja, ja, ¡qué buen chiste!).

La verdad es que fue una muy buena lección, más que mala suerte Óscar nos enseñó a Lilis y a mí, algo bien importante: am, este, ajam, pues, este… ¿qué chingaos aprendí?...(esta no es una crónica con moraleja), ya saben que este blog no es para dar consejos a nadie, pero por lo menos, yo afirmo con gusto: ¡Te la CHUPOO!

Ah si, se me olvida, los que sean de Oaxaca vayan a verme al teatro Juárez, este sábado 8 de agosto a las 20 hrs. y este domingo a las 19 hrs. ¡Por supuesto ahí salgo! Con mi ESteLaaR, ja, ja, ja.

miércoles, agosto 05, 2009

Lo atroz de la pasión es cuando pasa



Cosa inusual, me puse a escuchar a Sabina con otros oídos... y me gustó más que antes.

lunes, agosto 03, 2009

Tabula rasa




Trato de evitar el alcohol. Me he propuesto dejar de fumar. Incluso me he alejado de la mayor parte de mis amigas.
Solo tengo unas cuantas cosas importantes que resolver.
Volví a entrar al Tabula rasa. El barcito de mala muerte que se afresó (aunque tiene mejor aspecto, siguen asistiendo los mismos borrachos). Tenía mucho, pero mucho tiempo que no entraba. Creo que la última fue cuando el sueco invitó. Incluso, las primeras veces que entré ahí con Emiliano, las mesas eran de aluminio y creo que las sillas eran de plástico.
Recuerdo la Rockola, que funcionaba con cinco pesos por tres canciones, cuando cantamos ‘Paloma negra’, la vez que no llevábamos para pagar y tuve que salir media mareada para conseguir dinero. Yaaaa, yaaaa, esas cosas son momentos que no se repetirán, porque desde hace mucho ya no canto mi himno de sufrimiento, y tampoco veo a Emiliano, ni tampoco quiero seguir entrando a cantinas. A menos que sea con los escritores, a los que escucho encantada.
Resulta que mis tres amigos, terminaron hablando de sus amores derrotados. Yo sólo me quería ir, porque tres vasos de caguama, un alita sin filtro, dos camel, andar sin carro y las referencias de libros que yo no había leído, me crearon ansiedad, realmente la ansiedad era porque yo no estaba dispuesta a decir que en efecto alguna vez me había enamorado y que también todo se había ido al carajo, pero realmente al carajo, no mamaditas de que me engañó con la amiga, era casado, o me bateó por alguien más. Tan al carajo se fue que desde hace mucho, dije que de eso no iba a hablar, ni iba a escribir, hasta que tuviera el nivel suficiente para que no pareciera un relato tragicómico-melodramático.
Les decía, tres vasos insulsos de caguama, me hicieron pensar en los hombres que por extraños motivos nunca he resuelto nada.

Al amore mío declarado:

Sí, yo también te amo, ¿pero que voy a hacer con este pasado fraudulento como de reelecciones priístas y las tantas veces que nos dijimos cosas que no debíamos?


Al amore mío desconocido:

¿Dónde putas estás? Te vas justo en los cinco minutos en los que estoy dispuesta a cualquier arranque de locura.

Al amore mío deseado:

Planeo, planeo… fantaseo con empujarte a la pared, llevarte al baño de mujeres a escondidas, para que pueda hacerte lo que se me ocurra en unos cuantos minutos de aquelarre pasional.

Por eso ya no quiero una gota de alcohol más.