30-11-04 - Joseca
Como si de una novia engalanada se tratara, nuestro añorado y nunca bien ponderado ex presidente entró en el Congreso con diez minutos de retraso. Como mandan los cánones, los invitados se encontraban ya dentro del recinto y el novio, el “centrista” Zaplana, esperaba ansioso su llegada.
Se sentó el Jose en su confortable sillón y, tras un soso monólogo en el que ya anunció los nubarrones que poco después iban a ennegrecer la Sala, se dispuso a escuchar a uno de sus palmeros predilectos.
Zapplana, ese maestro de las insinuaciones y de la mala baba, vomitó en su intervención y en sus preguntas -retóricas todas ellas- ese rencor que lo ha caracterizado como animal político. El presidente de horror, complacido, le dedicó alguna sonrisa y una ración de galletas de odio: aparecieron y desaparecieron, como los ojos del Guadiana, las imprecaciones a la cadena SER, las convicciones sobre manifestaciones no expontaneas y las tesis revisionistas sobre el comando Dixan.
Acto seguido tomó la palabra el portavoz de CIU, Jordi Jané y en un tan hábil como interesado y decepcionante ejercicio de equilibrio político fue dando una de cal y dos de arena. Apretó pero no ahogó y en su haber tan sólo puede apuntarse un tato... digo un tanto: el escuchar a Aznar reconocer un defecto o error: “no soy un experto en comunicación". Pero tamaña muestra de humildad, posiblemente desconocida desde que hizo la primera comunión, era necesario equilibrarla con la correspondiente dosis de esa soberbia del que todo cree saberlo y en realidad nada conoce: fue él y su ministro miserable los que abrieron la vía islámica pese a las reticencias de los mandos policiales... el mundo al revés. Sólo hacía falta que apareciera por el hemiciclo Tejero llamando golpista a Gutierrez Mellado. En fin, un interrogatorio que fue una perdida de tiempo.
Tras afirmar que tuvo “la convicción de que había una conexión islamista la noche del 12 de marzo” y contradecir así a los mandos policiales, a su propio ministro de “Interiores”, a él mismo en sus declaraciones a una radio colombiana y hasta a una furgoneta que pasaba por ahí, se presentó con las maletas llenas y la satisfacción en su mirada ante el representante de ERC. Joan Puig, pese a que estuvo duro en las formas, equivocó el formato y concluyó arrimando el ascua a su sardina, hablando de la necesidad del diálogo con ETA cuando se demostró incapaz de sostenerlo siquiera con Aznar. Acto seguido el susodicho le recordaba que ERC era “miembro de la coalición gubernamental”, quien sabe porqué. Eso sí, para las hemerotecas queda el momento en que Joan Puig, en el único momento de lucidez que tuvo toda durante toda la comparecencia, le conminó a superar “su complejo de inferioridad” y a preguntarse si “se considera honesto”. Sin duda Ánsar estuvo más cómodo manteniendo un debate sobre Carod que sobre su gestión antes, durante y después del 11-M y hasta se permitió dejar una de las perlas de la mañana: "Estoy absolutamente convencido de que los atentados del 11-M no buscaban sólo un número importante de víctimas, buscaban volcar la situación electoral”.
El portavoz del PNV, Emilio Olabarría, comenzó pidiendo explicaciones por esa mezcla ya clásica como los mazapanes en Navidad de “la Cadena Ser con Al Qaeda y el PSOE”. Lo único que sacó en claro fue que Aznar no se atrevió a utilizar la palabra “conspiración”, aunque de hecho estuvo revoloteando durante las once horas que duró la tortura. La comisión a estas alturas ya defraudaba tanto por su contenido como por las formas empleadas. El propio Olabarría rogaba al ex PPresi que no mentase más al lendakari en relación a los atentados... el mundo al revés. Total, que lo único que sacamos en claro fue que, según aseguraba Ánsar, “las fuerzas de seguridad españolas, dirigidas por el ministro del Interior, detuvieron a más de 120 terroristas islámicos en España”. En fin, supongo que Olabarría tendría que haber repreguntado qué cuantas de esas se hallaban en libertad y cuantas detenidas... seguro que más de uno se llevaba una sorpresa. Pero en fin, la cosa no daba para más.
Y en esto llegó Llamazares, un “asesino” para las decenas de personas que se concentraban ante el Congreso de los Diputados alzando las banderas españolas y llevando flores a María. Fue de los más valientes, aunque justo es de reconocer que pese a ello, le faltó el aplomo de siempre. Comenzó bien, recordando al desmemoriado Aznar que no está en la Comisión "a iniciativa de su grupo (el PP) sino de casi todos los grupos de la Cámara". Llamazares le acusa de minusvalorar la amenaza del terrorismo islámico y de no no realizar "ni una sóla reflexión crítica", ni “reflexión” ni “crítica” diría yo. Pese a ello, el políglota conferenciante no daba muestras de nerviosismo y seguia sin salirse del guión: “usted pregunte lo que quiera que yo responderé lo que me de la gana”. ¿El momento estelar de Llamazares? Yo creo que fue cuando el ex – ppresi le retó al líder de IU a que le ofreciera un ejemplo concreto de que retuvó aquellos días información y éste, con sangre en los ojos y mostrando su talante más desleal y pancartero, le enumeró un sinfín de declaraciones de otros comparecientes en la comisión.
Llegó el turno de Uxue Barkos, portavoz del Grupo Mixto. Plas, plas, plas. Fue la única que parecía no estar asustada por el azufre que expedía el cuerpo enjuto que tenía delante. Con su primera pregunta ya descolocó a Aznar: “¿Era usted presidente del Gobierno el 11-M?". A continuación le espeta que si puede enumerar las medidas contra el terrorismo adoptadas tras el atentado de Casablanca... y el del azufre dando vueltas sin poder señalar una sola. Y así continuaron, la Uxue planteando preguntas concisas y rápidas y el Jose circunloqueando y con el agua al cuello. Con la habilidad de un experimentado abogado, la representante de Nafarroa Bai fue intercalando preguntas que pese a su aparente inocencia (“¿estuvo usted en las Azores?”) escondían el martillo que clavaba las alcallatas de la responsabilidad política. Entre ellas, interpelaciones claras, concisas y ceñidas a los hechos. Fue la única que cumplió con su papel y que puso contra las cuerdas a ppresidente de honor.
Y llegó el turno de Álvaro Cuesta, del PSOE. Cuando el Jose aún no se había repuesto del duro interrogatorio de la nacionalista, cuando todos esperabamos una faena de orejas y rabo que acabase con el morlaco suplicando el descabello, apareció el “talante” o algo peor: Cuesta hizo una introducción larga y tediosa que permitió descansar a Aznar y unas preguntas de corte político más propias de una sesión de control al Gobierno que de una Comisión de Investigación. Entró en la arena política y no tomó ejemplo de lo hecho por la portavoz del Grupo Mixto. Aznar agradeció el gesto y se fue creciendo como si le hubieran puesto un par de banderillas negras. El halago final a George Bush resume a la perfección lo que hizo el PSOE: tender puentes y rebajar la tensión. Las caras de satisfacción en los diputados ppopulares eran palpables e incluso hubo quien preguntó a Zapplana si había algún tipo de pacto de no agresión con el PSOE. Zapplana lo negó... así que ya saben a que atenderse: hubo pacto. Al menos eso creo yo. No quiere ninguno de los dos grandes grupos que sus dos jefes de filas salgan heridos de esta Comisión. Habrá que esperar a la comparecencia de ZP, pero el hecho de que el PSOE optase por un interrogatorio de perfil bajo, lleno de generalidades que solo convencen a los convencidos y renunciase a que fuese Rubalcaba el que preguntase al Jose demuestra que o bien no deseaban hacer leña del árbol caído o bien no supieron, que no sé que es peor. Lo cierto es que el interrogatorio de Cuesta ha supuesto para mi una decepción que no por esperada es menos dañina para mi amor propio... y es que yo fui uno de los del voto útil.
En fin, que del resto poco queda por contar: una nueva ronda de preguntas (salvo el “centrista” Zapplana que prefirió soltar una soflama política y felicitarse a si mismo). De lo dicho por Aznar durante esta segundaronda muy pocas novedades: que le recomendaron no hacer público fue el hallazgo de la furgoneta (eso dice él, él, y sólo él), refrendo de su teoría del 4 de marzo y de la intención de los treroristas de cambiar el mapa electoral (y eso que no deben tenerse en cuenta los motivos de los barbudos) y un "¿Usted es perfecto, señor Llamazares?, pues yo tampoco" que demostraba que el Ánsar había llegado fresco al final del interrogatorio.
Y mención especial para Labordeta que tomó la palabra en esta fase sustituyendo a su compañea del Grupo Mixto y que pese a tampoco estar a la altura a la que suele brillar si dejó una perla “teledirigida” al centrista de la Comisión: “no es cierto que no hayan venido confidentes policiales a declarar a la Comisión. Vino Zouhier en forma de cuestioanrio ilegal”. Sin duda el Grupo Mixto fue lo único que se salvó ayer.
En conclusión, y salvo el duelo al sol entre Ánsar y Uxue Barkos, la comparecencia de ayer en el Congreso fue un escarnio para todos. Hubo quien equivocó el formato, hubo quien quiso y no pudo y hubo quien huyó de su verdadera función de manera vergonzosa.
Todo ello no debe servir para exonerar al amigo del tejano no, no, nooo. In fact, Aznar no causó ninguna sorpresa para nadie: fue él mismo, sin colorantes ni aditivos. Fue simple como un bocadillo de pan, repitiendo sin rubor los tics conspiranoicos de sus amigos centristas (la mención a los autores intelectuales de montañas y desiertos cercanos es una deslealtad evidente, más cuando siembra la duda y no aclara sus intenciones). Fue retorcido como solo él sabe, lanzando insidias contra un grupo de comunicaciones que no podía defenderse (ni siquiera para sacar la cara por él tuvo agallas el PSOE). Y fue desleal... sí, sí, desleal, con sus antiguos compañeros de viaje (según nos manifestó su divinidad la iniciativa del famoso mai la las Embajadas fue obra de nuestra Anita Palacio, tan olvidada ya; Acebes no le informó de la prevalencia de la pista islámica hasta el día 13; y sobre las declaracioens de Zapplana mejor que conteste él). Fue en definitiva, Aznar en estado puro.
Pero eso sí, Sr. Aznar, aunque los comisionados hayan demostrado que son menos serios que los hermanos Marx en el célebre camarote, eso no le exonera a usted de algo muy evidente a la luz de millones de españoles: durante aquellos tres días utilizó la información que tenía en beneficio propio. Convocó manifestaciones con lemas que buscaban la confrontación, hizo llamadas a medios de comunicación asegurando la autoría etarra en un acto sin precedentes, presionó a la propia ONU para que aprobase una declaración en los términos que le convenía... son tantos y tantos los datos, los hechos que no podrá esconderlos bajo los escombros de la iniquidad que vivimos ayer... "y quien diga lo contrario miente, ahora, mintió entonces y a sabiendas ahora y entonces".
30/11/04
Ánsar dixit
Maestro de insidias (Editorial EL PAÍS) y El Aznar de siempre (Editorial El Periódico)
Maestro de insidias
30-11-04 - EL PAÍS
De los varios caminos que tenía, Aznar eligió el de la insidia. No sólo no asumió responsabilidad alguna en lo ocurrido, ni pidió excusas por los errores de su Gobierno en relación al 11-M, sino que extendió la sospecha hacia los demás en términos que nadie hasta ahora había osado.
En respuesta a una pregunta del diputado Olabarría, del PNV, el ex presidente aclaró que él no ha hablado nunca de teoría conspirativa. No la llamó así, como es lógico, pero toda su intervención se centró en exponer la infundada suposición de que detrás de los autores materiales había un diseño que buscaba no sólo causar víctimas, sino provocar un vuelco electoral; el cerebro de la trama, el autor intelectual, eligió la fecha adecuada, y, si las elecciones hubieran sido una semana antes, también los atentados se habrían adelantado. Incluso el atentado de Casablanca, en mayo de 2003, se hizo entonces porque había pronto elecciones autonómicas y municipales, según Aznar.
No dijo quién era ese cerebro en la sombra que habría teledirigido el atentado, pero sí que la conspiración siguió los días posteriores al de los terribles sucesos para "fabricar la mentira" de que el Gobierno ocultaba información, y que en esa conspiración participaron partidos de la oposición y medios de comunicación, en una paranoica explicación de por qué el PP perdió las elecciones. Mezcló la denuncia de noticias que se revelaron erróneas con rumores o declaraciones de particulares, como si todo ello obedeciera a una planificación deliberada.
Eso sí, ningún reconocimiento de errores propios por mucho que la única información radicalmente falsa resultara ser a la postre la que el Gobierno manejó con pertinacia, imprudencia y hasta desvergüenza durante tres días.
Y siempre dando por supuesta la mala fe. No era él, sino ellos, los otros, quienes en las horas cruciales que siguieron a la matanza actuaron pensando en cómo obtener beneficio electoral de lo ocurrido. No dio nombres, pero los que planificaron todo el asunto están cerca, no en "lejanas montañas o desiertos", advirtió. No aclaró, sin embargo, si las mentes que prepararon los atentados buscando un vuelco electoral calcularon también la torpeza con que se iba a comportar el Gobierno para que esos efectos se tradujeran en un castigo al PP en las urnas.
Aznar explicó por qué era verosímil la hipótesis inicial de la autoría de ETA en la mañana del día 11. Sin embargo, el problema radica en que se empecinó en mantenerla como prioritaria cuando ya no lo era para los investigadores, según ha quedado establecido en anteriores comparecencias, e incluso se deriva de sus propias palabras. Como señaló el comisionado de CiU, hubo diligencia para afirmar, incluso en la ONU y a través de las embajadas, que había sido ETA "sin ninguna duda", pero nadie se preocupó de aclarar luego que eso ya no era así.
Es cierto que resulta más fácil juzgar las cosas a posteriori que en medio de la conmoción de aquellos días. Pero entonces, ¿a qué viene la afirmación de que todavía no está descartada la participación de ETA, cuando los servicios de seguridad, españoles y extranjeros, coinciden en que no hay indicio alguno en tal sentido? Cualquier posibilidad debe ser investigada, pero la insistencia en esa hipótesis sólo puede explicarse como deseo de exonerar al ex presidente Aznar y a su Gobierno de las groseras manipulaciones en que incurrieron.
El papel de los medios de comunicación
Particularmente insidiosa -aunque bastante chusca, si bien se mira- fue la atribución de un papel conspirativo a los medios (con repetidas falsedades atribuidas a la cadena SER), o la desfiguración del contenido de sus llamadas a directores de periódicos.
El crédito que dieron al entonces presidente del Gobierno y del que éste se sirvió, hasta el punto de modificar en el caso de EL PAÍS la portada de la edición especial que salió el mismo 11 de marzo, pretende ser convertido ahora por Aznar en argumento en contra; lo mismo cabe decir de los políticos y Gobiernos extranjeros que tras hablar con él apoyaron la versión de la autoría de ETA, tuvieran o no dudas al respecto.
Por supuesto que los culpables de los atentados son quienes los cometen, pero haría bien el ex presidente del Gobierno en repasar sus declaraciones y comportamientos cuando era jefe de la oposición. ¿Cómo cabe interpretar que, apenas un día después de acudir, en febrero de 1996, a la multitudinaria manifestación en recuerdo del asesinado Tomás y Valiente, el entonces candidato del PP dijera que aquella concentración tuvo que celebrarse porque "la lucha contra el terrorismo va muy mal"?
También dijo varias veces Aznar que nunca ha negado legitimidad al Gobierno salido de las urnas. Es cierto que tras las elecciones ya admitió que los ciudadanos votan a quien quieren y que no había que cuestionar los resultados. Pero luego no ha dejado de presentar el cambio producido como efecto de la interferencia terrorista, a la cual presenta como fruto de una conspiración, sin la más mínima autocrítica sobre su lamentable gestión de la crisis.
Por supuesto que los hechos influyeron en las elecciones; lo preocupante habría sido que el mayor atentado de la historia de España, con 191 muertos y 1.500 heridos, no hubiera golpeado el ánimo de los votantes. Por de pronto, influyó en un aumento de la participación, del 68% en 2000 a casi el 76% en marzo. Sería bien paradójico considerar menos legítimos los resultados por eso. Antes bien, la voluntad popular se vio reforzada por los acontecimientos.
¿Qué habría que hacer para que eventuales golpes terroristas no influyeran en próximas elecciones? Mayor Oreja ha insinuado la posibilidad de establecer un mecanismo para suspender los comicios en tales casos, y el portavoz oficioso de Aznar se preguntaba sobre la bondad de una medida así el mismo día de los últimos comicios generales. Esto sí sería poner en manos de los terroristas el derecho a decidir qué elecciones se celebran y cuándo.
El alegato final de Aznar en favor de la unidad de los demócratas contra el terrorismo y su defensa de la coherencia frente a la tentación de sacar réditos políticos de la lucha antiterrorista fue impecable. Pero entre el 11 y el 14 de marzo hizo todo lo contrario de lo que predica (ahí está su negativa a convocar a los demás partidos y al Pacto Antiterrorista y la decisión de que los delegados del Gobierno convocaran la manifestación). Y siguió haciéndolo ayer: a fin de cuentas, lo único que sonó a extraño fue el civilizado estrambote final.
En resumen, el ex presidente perdió la oportunidad de comportarse con la dignidad y el sentido del Estado que cabía exigirle. No reconoció sus errores, descargando siempre la culpa sobre los demás. Y si los ciudadanos esperaban alguna sugerencia -fruto de su experiencia como gobernante- para reforzar los mecanismos de lucha contra el terrorismo islamista, quedaron del todo frustrados. ¿Todavía se pregunta alguien por qué el PP perdió las elecciones generales? Basta con escuchar a José María Aznar para comprenderlo.
Aznar ha confirmado tres cosas realmente notables ante el órgano de la soberanía popular. Dos de ellas negativas: su absoluta irresponsabilidad política y su desprecio por las instituciones representativas. Y una positiva: el enorme acierto que significa que una persona dotada de tanta capacidad de división, insidia y rencor abandone voluntariamente la vida política.
Pero ni siquiera su siembra venenosa aportó novedad alguna al guión preestablecido y, sobre todo, no aportó pruebas que sustentaran ninguna de ellas. Algunas son, además, insinuaciones calumniosas. Dirigidas a partidos políticos y a empresas privadas de medios de comunicación, indican el nulo sentido del Estado que tiene José María Aznar y su absoluta falta de escrúpulos a la hora de ocultar la verdad y de deformar los hechos.
El Aznar de siempre
30-11-04 - El Periódico
La comparecencia del expresidente del Gobierno José María Aznar ante la comisión de investigación del 11-M no deparó ninguna sorpresa. Aznar sigue repartiendo culpas entre los demás y rechazando asumir responsabilidad alguna sobre la falta de previsión política y los errores policiales que se cometieron durante su mandato en relación con el terrorismo islamista.
Una vez más, insistió en que no hay nada que reprocharle, aunque esté claro que mantuvo la autoría de ETA cuando ya se sabía que los indicios iban en otra dirección, y cuando es público que si no hubiera sido por la presión informativa de los medios, los españoles habrían ido desinformados a votar.
El expresidente dijo que los atentados fueron planificados para "volcar" el resultado de las elecciones, y es uno de los pocos ciudadanos del mundo que desvinculan el 11-M de la guerra de Irak. Su reaparición pública tiene, sin embargo, la virtud de refrescar la memoria sobre la razón principal de aquel vuelco: el rechazo a una cultura política, de la que Aznar no se ha apeado, caracterizada por la incapacidad de admitir el error propio y por la obsesión de deshacer al adversario utilizando todo lo necesario, desde una dialéctica distorsionadora de los hechos a la existencia de víctimas.
29/11/04
La SER informa: Puntualización a las acusaciones del ex presidente
29-11-2004 - Cadena SER
El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, en su comparecencia de esa mañana en la Comisión de Investigación sobre el 11-M ha tratado de situar a la cadena SER en el centro de una conspiración política y mediática que, en su opinión, perseguía un cambio de Gobierno aprovechando el atentado. La cadena SER ha dado en directo la comparecencia de Aznar y seguirá informando y emitiendo las valoraciones políticas pertinentes a través de su antena.
Se adjunta un relato extenso de esas noticias así como de la cobertura realizada en aquellos días a fin de facilitar la mejor y más completa información a los ciudadanos incluida una invitación no atendida por el presidente Aznar para ser entrevistado en horario de máxima audiencia en Hoy por hoy, el viernes 12, a las 9 de la mañana.
• DOCUMENTO: Comunicado íntegro de la Cadena SER sobre la comparecencia del ex presidente Aznar
La estrategia de la desinformación
29-11-04 - José Manuel Romero
Aznar y su equipo trabajaron intensamente para difundir que ETA era autora de la masacre
El 11 de marzo de 2004, la masacre de los trenes de cercanías de Madrid, dejó un reguero de informaciones contradictorias. El Gobierno eligió un camino que no coincidió con el que siguieron los hechos ni con el que iban desbrozando los policías encargados de la investigación.
José María Aznar facilitó una versión sobre el atentado, el más grave en la historia de España, que fue desmentida en menos de 48 horas por el peso de los hechos. Desde el mediodía de esa trágica jornada, el jefe del Gobierno se dedicó personalmente a la tarea de comunicar a los principales dirigentes políticos y a los directores de los periódicos de mayor difusión en España su "absoluta certeza" de que ETA había cometido la matanza.
Aznar eligió dos momentos de aquella jornada -entre las 13.00 y las 13.30 horas y entre las 20.30 y las 21.00- para informar a los medios de comunicación sobre sus certezas, basadas supuestamente en los datos que le suministraba todo el aparato de información del Estado.
En su segunda ronda de llamadas, la que realizó en la tarde-noche del 11 de marzo, el presidente informó también del hallazgo de una furgoneta en Alcalá de Henares que contenía detonadores y una cinta magnetofónica con versículos del Corán.
Pese a este descubrimiento, que daba un giro a su primera impresión, Aznar le restó trascendencia y se mantuvo firme en su idea de que la matanza llevaba la firma de ETA.
A esa hora de la tarde, la certeza de Aznar chocaba con las dudas de los policías encargados de la investigación, que en ningún caso confirmaban la versión oficial del Gobierno, ni siquiera apuntaban de manera directa a la banda etarra como responsable de los atentados.
La información que facilitaban Aznar y sus ministros se fue distanciando tanto del curso de las investigaciones durante las 48 horas siguientes que los miles de ciudadanos que se manifestaron en las calles de toda España en la tarde del viernes 12 de marzo expresaron su desconcierto al grito de "¿Quién ha sido?".
PRIMERA DECLARACIÓN
"Todos sabemos..."
Desde el mediodía del 11 de marzo, Aznar cargó su discurso con la presunción de que ETA era la autora de la matanza de Madrid. "Todos sabemos que este asesinato masivo no es la primera vez que se intenta", señaló en su primera comparecencia ante la prensa, en clara referencia a ETA.
Nunca hasta aquella fecha se había apuntado la posibilidad de un asesinato masivo en España por parte de grupos terroristas de origen islamista.
El Gobierno se afanó en recordar aquella mañana que ETA había intentado atentar en Madrid unas semanas antes con una furgoneta cargada con más de 500 kilos de explosivo, interceptada por la Guardia Civil en Cuenca. También subrayó que, en la Navidad de 2003, la organización terrorista vasca había colocado una maleta-bomba en el tren que cubría el recorrido entre Irún y la capital de España. Después, difundió la información sobre el tipo de dinamita utilizada, de la marca Titadyne, habitual de ETA, para reforzar su versión de los hechos. Si al mediodía no había ninguna otra información, a media tarde del mismo día 11 el rápido avance de las pesquisas aportó datos que se apartaban cada vez más del modus operandi de ETA y apuntaban al terrorismo islamista. Estos datos no fueron tenidos en cuenta por el jefe del Gobierno y su ministro del Interior, Ángel Acebes, que insistían en culpar a ETA, mientras los mandos policiales expresaban sus dudas, que repitieron cuando acudieron a la comisión de investigación del Congreso:
- Juan Jesús Sánchez Manzano, jefe de los Tedax. "A las cinco de la tarde del 11 de marzo, con los restos de explosivo de la furgoneta de Alcalá, vimos que era dinamita Goma 2 ECO, porque es la que usamos para las prácticas".
- Jesús de la Morena, comisario general de Información. "En aquel momento pensaba que no lo tenía claro. En mi percepción, no soy especialista en terrorismo islámico, conozco a ETA, yo contemplaba esa posibilidad de ETA con cierto escepticismo".
- Pedro Díaz-Pintado, subdirector general operativo de la Policía. "No dimos prioridad a ninguna línea de investigación. Surgía lo que surgía y lo investigábamos".
OFENSIVA INTERNACIONAL
La resolución de la ONU
El Ministerio de Asuntos Exteriores desplegó durante la jornada del atentado una intensa actividad encaminada a remachar en los foros internacionales la idea de que ETA estaba detrás de las bombas contra los trenes.
En primer lugar, consiguió que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptase por unanimidad la resolución 1530 que "condena los atentados perpetrados en Madrid por el grupo terrorista ETA". Aquella diligente gestión de la delegación diplomática española tuvo que vencer la resistencia de los representantes rusos y alemanes, que se resistían a citar a la banda terrorista. Sólo cinco días después, España tuvo que pedir disculpas en el Consejo de Seguridad.
LA MISIÓN DE LOS EMBAJADORES
"Confirmar que es ETA"
La misma urgencia tuvo la ministra de Exteriores, Ana Palacio, en ordenar el 11 de marzo por la tarde a los embajadores de España en el mundo que insistieran en la tesis de que ETA estaba detrás de la masacre de Madrid. "Deberá aprovechar aquellas ocasiones que se le presenten para confirmar la autoría de ETA de estos brutales atentados, ayudando así a disipar cualquier tipo de duda que ciertas partes interesadas puedan querer hacer surgir".
En el mismo telegrama se informaba de que la confirmación sobre la autoría de ETA se basaba en que el explosivo utilizado era el habitual de la banda vasca, "así como en otras informaciones que no se han hecho públicas por razones obvias".
Nunca hubo otras informaciones que apuntasen a ETA. Respecto a la afirmación de que el tipo de explosivo era el habitual de la banda vasca (Titadyne), se basaba en una afirmación del subdirector operativo de la Policía, Pedro Díaz Pintado, en presencia del secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa. En realidad, se trató de una confusión que a las seis de la tarde ya se había aclarado. Pero ni Ana Palacio ni ningún otro miembro del Gobierno rectificó el error.
MANIFESTACIÓN ANTI-ETA
Convocatoria unilateral
El presidente del Gobierno impuso su criterio para la convocatoria de una manifestación a las siete de la tarde del 12 de marzo. El entonces líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, aceptó de inmediato la decisión de Aznar, que eligió un lema inequívoco para la pancarta que encabezaría la marcha: Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo. La alusión a la Constitución dirigía contra ETA la protesta ciudadana.
Pero la manifestación no salió como se habían planeado. Las multitudinarias marchas ciudadanas celebradas en todas las provincias dirigieron su reproche al Gobierno en forma de pregunta: "¿Quién ha sido?".
LOS MEDIOS PÚBLICOS
"Censura y manipulación"
En los medios públicos de comunicación, las informaciones que avalaban tesis sobre la participación de ETA en el atentado del 11-M se mantuvieron hasta más allá del sábado por la tarde, cuando se conocieron las detenciones de ciudadanos marroquíes e indicios relacionados con el atentado. Ocurrió en la agencia Efe que, cuando ya se habían producido las detenciones, difundió un texto de su jefe de información, Miguel Platón, insistiendo en la autoría de ETA. Y también en TVE, que el sábado por la noche emitió por sorpresa la película Asesinato en febrero, sobre el atentado de ETA contra el diputado socialista Fernando Buesa y su escolta Jorge Díez en 2000.
Telemadrid, la cadena autonómica a cuyo frente se encuentra el antiguo jefe de prensa de Esperanza Aguirre, presidenta autonómica, del PP, emitió esa misma película el viernes por la noche en horario de máxima audiencia.
Trabajadores de Efe, TVE y Telemadrid denunciaron "censura previa", "manipulación" y "propaganda" del Gobierno del PP en la cobertura de los atentados de Madrid.
LLAMADA A CORRESPONSALES
"Tres razones"
Los corresponsales de medios de comunicación extranjeros acreditados en España explicaron que el mismo 11 de marzo por la tarde recibieron una llamada de una funcionaria del Palacio de La Moncloa en la que intentaba convencerles de que atribuyesen a ETA el atentado.
Henk Boom, corresponsal para los diarios De Tijd (belga) y Het Financieele Dagblad (holandés), explicó: "Nos dio tres razones. La primera, que nadie había reivindicado los atentados y ETA tarda varios días en hacerlo. La segunda, que el explosivo era el habitualmente utilizado por ETA. La tercera, que ETA no avisa nunca antes de los atentados". Desde La Moncloa se replicó que no habían "presionado a nadie".
COORDINACIÓN SIN EL CNI
Investigación del atentado
El Gobierno no recurrió al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en los cuatro días siguientes al atentado. Hubo reuniones de coordinación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero nadie llamó a los responsables del servicio de inteligencia español, que atesoraba numerosa información sobre el terrorismo islamista.
El Ejecutivo sólo utilizó al servicio secreto CNI para obligar a su director, Jorge Dezcallar, a desmentir durante la jornada de reflexión una información de la cadena SER. Y, muchos días después, el Ejecutivo en funciones decidió, en una reunión del Consejo de Ministros, desclasificar unos informes del CNI para intentar demostrar que no había mentido al atribuir el atentado a ETA. Recurrió a una nota elaborada por el centro a las 15.50 del 11 de marzo, donde se apuntaba a la hipótesis de la autoría etarra: "Se considera casi seguro que la organización terrorista ETA es la autora de estos atentados". El mismo texto agregaba: "Con los datos disponibles hasta este momento, no puede afirmarse que alguna organización ligada a la Yihad Internacional pudiera ser responsable de la ejecución de estos atentados. Pese a existir ciertas similitudes en cuanto a los procedimientos utilizados y el objetivo genérico atacado -medios de transporte público- con los realizados por grupos terroristas islámicos radicales, las coincidencias son lógicas en un atentado de esta magnitud".
El servicio de inteligencia carecía a esa hora de una información relevante: el hallazgo de una furgoneta junto a la estación de Alcalá de Henares con detonadores y una cinta de versículos del Corán. Dezcallar declaró ante la Comisión del 11-M que se había enterado por la televisión del hallazgo de la furgoneta. "Si me preguntan si la información me llegaba en tiempo real, la respuesta es que no. La información nos llegaba cuando nos llegaba".
El CNI se incorporó el 16 de marzo al equipo de coordinación que investigaba el atentado y emitió una nota en la que consideraba que la furgoneta de Alcalá era "una reivindicación del atentado en sí mismo".
DUDAS Y CERTEZAS
"El nucleo central, detenido o muerto"
Las declaraciones de los dirigentes del PP respecto a lo ocurrido el 11 de marzo han evolucionado con el paso de los meses hasta llegar a una situación de grandes dudas donde no descartan absolutamente ninguna hipótesis. El principal reflejo de esa evolución ha sido Ángel Acebes, ex ministro del Interior y hoy secretario general del PP. El mismo 11 de marzo declaró en una conferencia de prensa que "el atentado, sin ninguna duda", era obra de ETA y calificó de "miserable" a quien dijera lo contrario.
El 4 de abril de 2004, un día después del suicidio en un piso de Leganés de siete de los supuestos autores del atentado, declaró: "El núcleo central del 11-M está detenido o ha muerto en el suicidio colectivo".
Durante su comparecencia ante la comisión de investigación del Congreso, a final de julio, declaró: "No descarto hoy la colaboración entre ETA y el terrorismo islamista, cómo lo iba a descartar entonces. Desde mi punto de vista, ésta no es una investigación cerrada... por encima de El Tunecino y El Chino tiene que haber inspiración, tiene que haber una autoría intelectual. Hay algo que no encaja y que no acaba de encajar en este atentado".
El ex presidente, José María Aznar, asumió el 15 de marzo de 2004 la derrota de su partido en las últimas elecciones generales con una declaración ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP que nunca después ha explicado: "Hemos cometido errores de Gobierno y de partido y asumo lo que me toca".
El 16 de julio de 2004, cuatro meses después de aquel reconocimiento, un periodista de una radio de Colombia le preguntó:
- "Hace una semana usted dijo que el PSOE ganó las elecciones por los atentados del 11-M. ¿Lo cree de verdad?"
- "No tengo la menor duda. Eso lo sabemos en el PP, lo saben en el PSOE y lo sabe la mayoría de los españoles. Es que esto que digo no es ninguna novedad... Si eso no se hubiera producido no tengo la menor duda de que Mariano Rajoy sería presidente".
Aznarismo desatado
29-03-04 - Jaime Rivas (El Otro Diario)
José María Aznar sigue sin asumir los resultados de las urnas, sigue sosteniendo la tesis de ETA y sigue denunciando la supuesta conspiración que el Grupo Prisa organizó para expulsar su partido de La Moncloa. El presidente de honor del PP, de justicia es decirlo, ha estado convincente: ha hablado con determinación, ha repetido una y otra vez unos argumentos meridianamente claros y ha sabido llevar los debates a su terreno. Pero ha mentido.
Todo su discurso ha girado sobre tres ejes: el insulto al único medio de comunicación que informó honestamente a los ciudadanos entre los días 11 y 14 de marzo, la asunción de los planteamientos de radiopredicadores que ya deberían estar ante los tribunales y la aseveración de que dijo la verdad y nadie de su Gobierno mintió.
Aznar cree que un poder fáctico fácilmente reconocible aprovechó la masacre para manipular a los ciudadanos en un sentido determinado. Lo aceptamos. Y es más: coincidimos absolutamente con él.
Mientras el Gobierno vasco anuncia el jueves 11 de marzo la comparecencia de Juan José Ibarretxe para las 09:30 de la mañana (en la que el lehendakari condenaría sin paliativos los atentados y tacharía a los etarras de “alimañas y asesinos”), comienzan las primeras tertulias radiofónicas del día. En la Cadena SER, Iñaki Gabilondo asume la autoría de ETA y afirma que hay que estar con el gobierno, con “nuestro gobierno”. A lo largo de esa edición especial de Hoy por Hoy, Gabilondo pide a los ciudadanos que el domingo vayan a votar masivamente, y que lo hagan sin cambiar el voto que tuvieran pensado.
En la COPE, Federico Jiménez Losantos también se refiere al gobierno de Aznar: “En los últimos años, el Gobierno de España ha demostrado que mantiene una política coherente, y es la que hay que hacer”. Pero añade que “ERC comparte la abyección moral con ETA”. A lo largo de la mañana, en la cadena de los obispos se aprovecha la masacre para atacar a las fuerzas nacionalistas: “Ibarretxe estaba y está en el pacto de Estella que hizo precisamente el PNV cuando toda España, después del asesinato de Miguel Ángel Blanco, se movilizó contra ETA y el PNV se lanzó a apoyar a ETA”. Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, exige en la tertulia a Zapatero que pida responsabilidades políticas a Maragall, por gobernar con “partidos que están estimulando a la banda terrorista”.
El señor Aznar, cuando habla de manipulación de la tragedia, no puede más que referirse al segundo medio. Pero la intoxicación que con gran criterio ha denunciado Aznar continuó en un diario digital cercano al Partido Popular hasta la noche del jueves. Sus articulistas firmaron textos como los siguientes:
“Esta sangre de marzo es la consecuencia lógica del regalo que un fundamentalista visionario convertido en presidente autonómico en funciones le hizo a ETA. Que la reunión de Perpiñán y la matanza de Madrid, que marcará nuestras vidas, son los dos extremos de la misma estrategia de los enemigos de España y de la libertad es una obviedad que no admite discusión.”
Juan Carlos Girauta
“Los objetivos que persigue ETA y el pensamiento -que la nutre y guía- también han de ser condenados. Los delincuentes y asesinos cuando se organizan lo hacen en torno a una ideología afín, a iconos como el Che y personajes como Arana, que les dan un aval para ellos seguir cometiendo sus mismos crímenes, ya sean estos físicos como excluyentes, racistas y xenófobos. [...] El pueblo español hoy sufre más, pero solo deberá cerrar los ojos para ocultar la lágrima del dolor, deberá abrirlos para asegurar su futuro. Su voto, en las elecciones, será el castigo a los errores de los que ahora quieren eximirse de sus responsabilidades con lágrimas de cocodrilo.”
Wenceslao Cruz
“Una vez más en la historia de la democracia en España, el PSOE no estuvo a la altura de las circunstancias y traicionó la Constitución, como hizo en 1934 y como hizo en los meses 'operación de acoso y derribo de Suárez' anteriores al golpe de estado de Tejero. Ahora, el traidor es Maragall, el cual, primero, se niega a desprenderse de Carod, para aceptar después su sustitución por otro miembro de Esquerra, que nunca rectificó la posición política que significó el encuentro de Carod con ETA. La responsabilidad llega hasta Rodríguez Zapatero, máximo dirigente del PSOE, quien, en una muestra de oportunismo político y falta de ética, pretende que no ha pasado nada, que lo ocurrido en el tripartito catalán es un tema menor; incluso que es una maniobra política del PP para influir en la campaña, filtrando la entrevista y no deteniendo 'pudiendo haberlo hecho' a la cúpula de ETA, según declaraciones de 'rencor' González.”
Alberto Recarte
“Estamos consternados. Pero aún nos queda memoria e inteligencia para preguntarle a los mal-nacidos que juegan a la política: ¿Dónde están los actores que no quisieron ponerse la pegatina de 'ETA NO'? Hoy, cuando hayan visto las imágenes de los cuerpos destrozados, espero que hayan sentido vergüenza de que alguien los reconozca por su humanidad. ¡Son alimañas que desconocen lo que traen adentro las palabras solidaridad y compasión! Sus miserables actitudes ya no valen ni como abono para que crezcan los partidos políticos que los amparan. ¿Dónde están los 'intelectuales' que hablan de miedo? Ellos son los que producen miedo porque quieren dialogar a toda costa con los nacionalistas. Hoy, toda esa gentuza, nos hablará de unidad, de ser una piña, etcétera para acabar con ETA. ¡Ratas! Salid a la calle, si tenéis valor, y mirad los rostros tristes de los españoles para que aprendáis qué es la dignidad. [...] La sangre de las víctimas de ETA es el argumento para terminar con los terroristas, los independentistas y los nacionalistas. [...] ¿Dónde está Carod que aún sigue hablando de dialogar con ETA? ¿Dónde hallar a los brivones (sic) que hablan de formas plurales para convivir con los nacionalistas y sus tutores terroristas?”
Agapito Maestre
No hay duda de que se está refiriendo a este poder fáctico. Pero si aún quedaran dudas, despejémoslas con la siguiente trascripción de lo sucedido a primera hora del viernes 12 de marzo:
Ya es viernes. El horror comienza a tornarse en crispación y empiezan a surgir serias dudas sobre el comportamiento del Gobierno. Iñaki Gabilondo, acusado junto con la Cadena SER de manipular los atentados en favor del PSOE, inicia su programa a las seis de la mañana, a la vez que Federico Jiménez Losantos, su principal acusador.
Mientras Gabilondo explica en la SER que hay dos vías abiertas en la investigación, informa de las noticias registradas en las últimas horas y se lamenta de que media España “parezca estar deseando que sea ETA y otra media Al Qaeda”, Jiménez Losantos, en la COPE, dice: “Estamos en campaña electoral y hay gentuza que con tal de lavar su sucia conciencia, y sobre todo la sucia conciencia de sus votantes, de los que pactaron con ETA que matara en Madrid pero no en Barcelona, son capaces de cualquier cosa; lo han demostrado ya y lo seguirán demostrando”. Y aclara, por si quedara alguna duda: “Podrían haber sido los de Al Qaeda, pero no; los cómplices del terror, los del pacto con la ETA, los de Perpiñán, tienen que disimular, no porque se arrepientan, sino porque temen por sus resultados electorales. [...] Todo criminal lo primero que hace es borrar sus huellas, y desde luego los criminales en España cuentan con una brigada importantísima y privilegiada por este Gobierno [...] que se ha esmerado en borrar las huellas del crimen; es que claro, es que está Perpiñán, es que está el Gobierno autónomo de Cataluña, es que está el tripartito, y es que está el PSOE detrás, que tiene sin duda una gravísima responsabilidad moral en los atentados pasados, presentes y futuros de la ETA. [...] Rovireche se fue en condición de presidente de la Generalidad en funciones a pactar con los etarras en Perpiñán que mataran en el resto de España pero no en Cataluña; ese pacto respaldado por el tripartito y por el PSOE de Zapatero fue ayer puesto más en evidencia que nunca”.
El comunicador turolense, votante confeso del PP, tras llamar “merluzos” y atacar a los altos cargos del Gobierno por informar el día anterior del hallazgo de la cinta con versículos del Corán, se vuelve a referir al Grupo Prisa afirmando: “El domingo hay elecciones, y la máquina de mentir tiene que acompañar a la máquina de matar”.
Iñaki Gabilondo, por su parte, deja claro a lo largo de la mañana que asume la versión del Gobierno, pero asegura que sería “muy feo” que nos llevaran a votar culpando a ETA de la masacre y que el lunes nos dijeran otra cosa. Gabilondo convoca a los oyentes a la manifestación contra el terrorismo del viernes por la tarde y les pide nuevamente que el domingo acudan a votar de forma masiva sin dejarse influenciar por los atentados.
Como decíamos, coincidimos del todo con José María Aznar en que un grupo mediático pretendió manipular los sentimientos de los españoles para que votaran en un sentido determinado. Y no hay duda de a cuál se refiere, a no ser que considere peor informar por error –como posteriormente se reconocería- de un supuesto terrorista suicida que hacer cómplice indirecto de una masacre de esas características al mismísimo José Luis Rodríguez Zapatero.
Las mentiras tienen siempre un final, y las que ha pronunciado este lunes el ex presidente del Gobierno ya han recorrido todo el camino que podían andar sin caer por su propio peso.
Tampoco llegará muy lejos la tesis asumida por el Partido Popular en torno a la autoría etarra de los atentados. La intentaron mantener entre el 11 y el 14 de marzo y cayó por motivos obvios: la organización terrorista que todos conocemos no tuvo relación con la tragedia. En primer lugar, porque ETA sabe que una masacre de esas características es perjudicial para sus oscuros intereses. Y en segundo lugar, porque aún no conocemos ninguna prueba ni indicio sólido que señale una relación entre etarras e islamistas. Sólo suposiciones, acusaciones infundadas y teorías más o menos conspirativas. Nada más. No obstante, es positivo que se siga investigando en esta línea como hasta ahora para no dejar resquicio a las dudas.
Finalmente, no es que el Gobierno mintiera: es que informó de manera tendenciosa, parcial y sólo por la presión a la que los ciudadanos –en las concentraciones cívicas del 13M- y los medios no afines le sometieron. Y esto, lejos de ser una interpretación particular, es un simple repaso a las hemerotecas:
Día de reflexión. El Gobierno del Partido Popular se pone en marcha y decide ocupar los informativos con sus declaraciones. Aunque ya todo apunta al integrismo islámico, Eduardo Zaplana se pregunta por qué no podría ser ETA: “Cuando hay un atentado de esta naturaleza, gravedad y trascendencia y con similitudes evidentes a las intentonas abortadas recientemente a la banda terrorista ETA, resulta que algunos parece que quieren descartar que pueda ser la banda criminal y asesina ETA, cuando todo apunta y hay líneas de investigación en marcha, de las que se ha dado cuenta, que no nos debería causar ninguna sorpresa que fueran los criminales de ETA” (13:10).
Una hora y veinte minutos después, Ángel Acebes comparece en rueda de prensa para decir, esencialmente, que “la prioridad sigue siendo ETA”.
Televisión Española y Antena 3 TV se suman a la línea marcada por el Partido Popular e insisten en la tesis de ETA. Miguel Platón, director de la agencia pública EFE, ordena el envío de un telegrama con el siguiente titular: “Las pistas apuntan a ETA y descartan a Al Qaeda”. No se había producido ninguna noticia de la que se pudiera concluir eso.
Mientras tanto, la Cadena SER asegura que fuentes del Centro Nacional de Inteligencia confirman que se está trabajando con el convencimiento, al “99%”, de que el atentado fue obra de grupos integristas islámicos. Pocos medios se hacen eco de la exclusiva de la SER y el máximo responsable del CNI, Jorge Dezcallar, que depende directamente del Gobierno, la desmiente. La confirmación de su veracidad, en todo caso, no tardaría en llegar: Telecinco y la Cadena SER anuncian unos minutos antes de las ocho de la tarde que ya se han producido las primeras detenciones y que estas afectan a ciudadanos marroquíes e hindúes no relacionados con la organización terrorista ETA.
Recordemos las declaraciones que Acebes realiza por la tarde insistiendo en la tesis de ETA, tan solo una hora y media antes de que se produzcan las primeras detenciones de individuos no relacionados con la banda. ¿No conocía Acebes la operación que estaba a punto de llevarse a cabo en Madrid? ¿Mintió? ¿No conocía Platón la operación que estaba llevándose a cabo en Madrid? ¿Mintió? ¿No conocía Dezcallar la operación que ya se había llevado a cabo a Madrid? ¿Mintió?
Los responsables policiales de la lucha antiterrorista lo tienen claro. Según informaría con posterioridad El Periódico de Catalunya, “los responsables policiales de la lucha antiterrorista expresaron en privado su malestar por la utilización política del atentado por parte del Gobierno. Desde el primer momento, el ministro del Interior, Ángel Acebes, ocultó los datos más significativos sobre las pistas policiales en relación con la autoría del atentado. El comisario general de información antiterrorista, Jesús de la Morena, amenazó con dimitir, según informaron fuentes policiales”.
En conclusión, Aznar no ha ido a la comisión de investigación a aportar información relevante para los fines de la investigación: ha ido a rescribir las lamentables horas de manipulación y mentiras que su Gobierno y sus voceros mediáticos protagonizaron entre el 11 y el 14 de marzo. El Partido Popular no perdió las elecciones por un atentado terrorista, sino única y exclusivamente por la gestión que de él hizo. El Partido Popular no informó más que obligado por un medio de comunicación, se resistió hasta el mismo día de las elecciones a reconocer lo evidente e intentó aprovechar en beneficio propio, desde el inicio mismo de la tragedia, las tristes circunstancias que todos vivimos. El Partido Popular organizó una manifestación con un lema que hacía referencia a la Constitución, dando así por supuesto que estábamos ante un crimen de ETA. Y el Partido Popular, en todo caso, era el que llevaba gobernando ocho años, de modo que si fueran ciertas las tesis que maneja con relación a una conspiración en la que estarían involucrados miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, serían ellos –y no otros- los responsables últimos de esa terrible ineptitud que les habría llevado a ignorar lo que organizaban sus subordinados.
A Mariano Rajoy, si es que realmente quiere consolidarse como líder de un partido civilizado y moderado, le perjudican de un modo muy notable declaraciones como las que este lunes ha pronunciado el ex presidente del Gobierno. O limpia el partido de los restos de aznarismo que se han resistido a desaparecer, o será él quien desaparezca absorbido por el agujero negro del aznarismo. Dicho de otro modo: o saca su partido del extremismo, de la irresponsabilidad, del odio, del rencor, del dogmatismo y del guerracivilismo, o permanecerá en la oposición –para fortuna de todos- durante más años de los que es ahora capaz de imaginar.
Aznar no admite ni un error en su gestión del 11-M y asegura que la autoría intelectual no hay que buscarla en "desiertos lejanos o montañas remotas"
29-11-04 - EL PAÍS
José María Aznar, presidente del Gobierno cuando se cometieron los atentados del 11-M, no admitió ni un solo error en la gestión de su Gobierno tanto antes como después de la matanza. Durante su comparecencia de casi 11 horas ante la comisión de investigación del Congreso, la más larga hasta ahora, negó que ni él ni ningún miembro de su gabinete mintiera, manipulara o desinformara entre el 11 y el 14 de marzo o que la guerra de Irak tuviera alguna relación con los crímenes. Quienes hicieron eso, según Aznar, fueron "otros", en referencia a la cadena SER y el PSOE, a los que acusó de montar una "formidable campaña de acoso" al PP, de poner en marcha un "monumental empuje manipulador" con el objetivo de echar a su partido del Gobierno, aprovechándose de un atentado "minuciosamente" planeado por no sabe quién para "causar el mayor número de víctimas posible y volcar las elecciones". Eso sí, admitió que lo que sufrió España ese día 11 fue "un horrible ataque del terrorismo islámico", que pretendió cobrarse como víctima número 192 a su Ejecutivo. Aznar insistió en la necesidad de investigar hasta el final "las relaciones entre terroristas, islámicos y no islámicos", que consideró como "un hecho incontestable". Dicho esto, dudó de que actualmente se estén investigando todos los cabos de la matanza e insistió en que sigue sin descartar que finalmente aparezca implicada ETA.
Aznar permaneció firme en todas sus respuestas a los diputados que investigan el 11-M. Jaleado por la clac de 40 cargos del PP -incluidos ex ministros como Ángel Acebes, Federico Trillo, José María Michavila, Celia Villalobos, o Eduardo Zaplana, quien le interrogó-, el ex presidente rechazó todas las acusaciones. El guión de su comparecencia quedó fijado en su discurso inicial, de 17 folios, y no se salió de él, pese a que se le pidieron explicaciones por las múltiples insinuaciones que deslizó sobre la masacre. No las dio.
Desde el mismo arranque confirmó lo que ya había dicho hace unas semanas en Jerusalén: "El 11-M, tres días antes de las elecciones, España sufrió un horrible ataque del terrorismo islámico". A su juicio, los autores del atentado no sólo querían "causar el mayor número de víctimas posibles", sino también "volcar el resultado electoral", cambiar "la mayoría parlamentaria". Para basar mejor esta afirmación, dijo: "Si las elecciones, en lugar de haberse convocado para el 14 de marzo, se hubieran convocado el 7 de marzo, entonces los atentados hubieran sido el 4 de marzo". Aznar sentenció que, a partir del 11-M, todos los países democráticos ven amenazados sus procesos electorales por el terrorismo. "Ya ninguna democracia puede estar tranquila", agregó, "porque todo el mundo sabe que el 11-M tuvo una influencia clara en los resultados del 14 de marzo".
Estos objetivos del atentado, los criminales y los políticos, responden, explicó, a una "planificación minuciosa", cuya "autoría intelectual" no hay que buscarla "en desiertos lejanos o montañas remotas". "Hubo esa planificación y hubo quien la aprovechó y se sabrá". Fue entonces cuando dejó sentado que la trama asturiana "suministró explosivos a ETA y al terrorismo islámico", algo desconocido por los investigadores, y que la relación entre terroristas islámicos y no islámicos está "demostrada como un hecho incontestable".
Cuando los diputados de lo que antes era la oposición le advirtieron de que nada de eso estaba probado, subrayó que él sólo estaba pidiendo que se investigara hasta el final, lo que dudó que se esté haciendo en la actualidad. El diputado del CiU Jordi Jané tuvo que preguntarle si estaba cuestionando la instrucción que dirige el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo con el apoyo de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Aznar se quejó de la "opacidad y silencio" que rodea ahora las pesquisas.
El ex presidente se enredó entonces en un ataque en toda regla contra la cadena SER, a la que acusó de haberse embarcado en "una estrategia fabricada con falsas imputaciones, de ocultación y mentira", a un Gobierno que, dijo con énfasis, "nunca mintió".
"Fueron otros los que mintieron y mintieron con contumacia, intoxicaron y dieron cobertura a una gravísima alteración de las reglas del juego electoral en la tarde del 13 [...] difundiendo bulos para fabricar la teoría de la mentira del Gobierno", manifestó Aznar, en referencia a los manifestantes que "cercaron las sedes del PP".
Éste fue el argumento ante cada referencia de los diputados a que el Gobierno del PP desinformó, mintió o manipuló, bajó la guardia ante el terrorismo islamista o pecó de imprevisión.
Aznar rehusó retrotraerse a lo sucedido antes del 11 de marzo; es decir, eludió dar explicaciones sobre qué hizo su Gobierno ante la creciente amenaza islamista. "Yo tengo la conciencia tranquila de que he combatido el terrorismo con todas mis fuerzas", dijo una y otra vez. Ni siquiera admitió algún error involuntario. "Yo creo que todas las decisiones que tomamos fueron correctas y no creo haberme equivocado", dijo. ¿No falló nada?, le interpeló el portavoz de Izquierda Verde, Gaspar Llamazares. "No le voy a dar la alegría de darle un titular de que Aznar reconoce fallos", le respondió.
Ni siquiera admitió que se equivocó al no convocar el día de la matanza a la Comisión Delegada del Gobierno para Situaciones de Crisis. "No tenía obligación legal de convocarla y yo quería que esas reuniones fueran lo más flexibles posible y, como requería la presencia física de los ministros, pensé que era mejor que estuvieran en sus puestos (...) y las cosas funcionaron". Si tampoco convocó el Pacto Antiterrorista fue porque nunca se reunió tras un atentado y porque el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, no se le pidió. Además, puso en duda que los partidos de la oposición hubieran asistido a su convocatoria, pues "la campaña de insidias y calumnias estaba a punto de arrancar".
Cuando se le habló de imprevisión, Aznar contestó que fueron él y su partido los que con más fuerza venían advirtiendo desde el 11-S de 2001 de los riesgos del terrorismo islamista, "mientras otros se lo tomaban a broma y hablaban del comando Dixan". A su juicio está fuera de lugar hablar de imprevisión ante el terrorismo en un país que sufre desde hace tres décadas los golpes de ETA o que ha detenido en los últimos años a 120 presuntos terroristas islamistas. "Una cosa es estar prevenidos ante una amenaza y otra evitar un atentado. En un país con 900 muertos del terrorismo es temerario y suicida hablar de imprevisión", afirmó.
Aznar dedicó la mayor parte de su intervención a rebatir que el Gobierno mintiera, manipulara o desinformara entre el 11 y el 14 de marzo. El ex presidente dejó sentado que en la mañana de la matanza "la conclusión unánime" de los responsables policiales y de los servicios de inteligencia fue la autoría de ETA, por puro análisis y por el estudio de los antecedentes de los últimos atentados de la organización terrorista vasca.
Esa hipótesis se mantuvo como única hasta que por la tarde se conoció el contenido de la furgoneta hallada en Alcalá de Henares -con una cinta coránica, detonadores o resto de explosivos- y la primera reivindicación, cuestionable, a un diario londinense en árabe. "Fue entonces cuando di la orden de abrir una segunda línea de investigación, a pesar de lo que pensaba la policía, en contra del criterio de la policía", dijo Aznar. Esta afirmación contradice lo declarado por los mandos policiales que han comparecido en el Congreso, quienes admitieron que todos los indicios recogidos sobre el terreno apuntaban hacia el terrorismo islamista y no hacia ETA.
El ex presidente ofreció su versión de las conversaciones que mantuvo con los directores de varios periódicos el día del atentado. Relató que los llamó en dos ocasiones. Primero, para comunicarles que "lo que le decían" las fuerzas de seguridad es que el atentado era obra de ETA. Luego los llamó por la tarde para decirles que "había ordenado abrir la segunda línea de investigación sobre el terrorismo islámico", lo que, en ese momento, "no suponía descartar la participación de ETA", subrayó.
Aznar reconoció que telefoneó a los responsables de medios de comunicación, pero negó que les presionara. "Yo no presiono porque no me dedico a eso. No se qué es eso de las presiones", dijo.
Respecto a los telegramas enviados a los embajadores por la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, para que se insistiera en la autoría de ETA, trasladó toda la responsabilidad a la ministra. "Fue iniciativa suya", alegó.
Aznar reveló que la pista islamista se impuso totalmente "a lo largo de la mañana del día 13", jornada de reflexión, y se confirmó por la tarde, con la detención de varios ciudadanos marroquíes e indios. Ya por la noche, tras el hallazgo del vídeo reivindicativo en una papelera junto a la mezquita de la M-30, no hubo dudas.
"Lo que nadie sabía el 11 por la tarde es quiénes eran los autores", clamó Aznar. "Tampoco sabía nadie que era ETA y ustedes lo afirmaban y, cuando la policía vio la pista de Lavapiés, ya sabía que era terrorismo islámico", le espetó Jordi Jané, de CiU. "Sí, pero los mandos policiales trasladaron el día 13 que se estaba claramente en la pista islámica", replicó Aznar.
El ex presidente no quiso ni hablar de fallos previos al 11-M y ni siquiera entró a valorar las afirmaciones de su ex secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa, para quien la concatenación de errores policiales fue "un desastre" y "un disparate".
El capítulo de los fallos le dio pie para afirmar que no cree en que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hayan estado implicadas en una especie de conspiración para mirar a otro lado o permitir el tráfico de explosivos.
Cada vez que se le pedía que se retrotrajera a fechas anteriores al 11-M, Aznar terciaba con otra cosa. Se le preguntó por las infructuosas investigaciones sobre tráfico de explosivos de 2001, 2002 y 2003 en Asturias, por la estrambótica excarcelación de Allekema Lamari, presunto líder del comando islamista, por los seguimientos fallidos a varios de los autores de la matanza, por la doble condición de confidentes policiales y colaboradores de los terroristas de varios detenidos... No contestó.
"Yo simplemente era el presidente del Gobierno", se excusó. "No creo ni que el presidente del Gobierno ni el actual ministro del Interior sepan qué pasa hasta en la última comandancia [de la Guardia Civil] de España", añadió.
"Yo no tuve conocimiento", argumentó. "En toda organización puede haber fallos y, en la Guardia Civil pueden pasar, pero eso es imputable a personas concretas, no a la institución. Si ha habido actuaciones irregulares, que se corrijan, pero que no se impute ni a la policía ni a la Guardia Civil".
Sobre la gestión de Ángel Acebes, hizo una mínima concesión a la crítica, pero sólo para atacar mejor. "El Ministerio del Interior no es perfecto, pero todo lo ha hecho bajo el imperio de la ley, no como en otras etapas", dijo, en referencia a la guerra sucia bajo los Gobiernos de Felipe González.
Al final, leyó una declaración en la que reiteró sus principales argumentos. En primer lugar, el Gobierno no mintió. En segundo lugar, hay que investigar la hipotética participación de ETA en el 11-M, porque "todos los terrorismos son iguales" y acaban estableciendo conexiones entre sí. Por último, el terrorismo islamista sigue siendo una amenaza para España, a pesar de la retirada de las tropas de Irak, porque ésta no tuvo nada que ver con el atentado. Pese a ello, defendió su implicación en la guerra de Irak porque dicho país es "la primera línea de lucha contra el terrorismo". En la calle, dos centenares de simpatizantes le jaleaban.
• Vídeo (CNN+) declaración inicial Aznar
• Acta de la comparecencia íntegra de Aznar
• La investigación judicial desmiente las afirmaciones de Aznar en el Congreso
• Uxue Barkos: ¿Era usted (Aznar) Presidente del Gobierno el 11 de marzo de 2004?
28/11/04
Previo a la comparecencia de Aznar
28-11-04 - Cadena SER.com - elmundo.es - europa press
Gran expectación ante lo que ocurra en la comisión de investigación de los atentados del 11 de marzo en Madrid. A partir de las 9 de la mañana del lunes, el ex presidente de Gobierno, José María Aznar, hará su relato de lo ocurrido en aquellos trágicos días y explicará cuál fue la gestión de su Gobierno antes y durante aquellos dramáticos días.
Convocada por Internet una concentración para pedir responsabilidades a Aznar coincidiendo con su declaración
La Red Ciudadana tras el 11-M, una organización integrada por ciudadanos afectados por los atentados de Madrid, ha convocado por Internet una concentración silenciosa ante el Congreso de los Diputados para pedir responsabilidades políticas y transparencia en la comisión de investigación coincidiendo con la comparecencia del ex presidente del Gobierno José María Aznar, según informó a Europa Press un portavoz de la plataforma 'Cultura contra la guerra', que ha difundido por la red la convocatoria.
El citado portavoz explicó que los manifestantes se concentrarán ante las puertas de la Cámara Baja con las manos pintadas de rojo a las 9.00 horas para pedir responsabilidades políticas por los atentados, que acabaron con la vida de 192 personas.
Esta iniciativa partió de la Red Ciudadana tras el 11-M, una plataforma que ha organizado otras concentraciones ante el Congreso y que tiene además prevista otra manifestación silenciosa a las puertas de la Cámara Baja con motivo de la comparecencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
"Cultura contra la Guerra" ha colaborado con la citada plataforma en la difusión de la convocatoria a través de Internet por medio de un comunicado. "Son nuestras víctimas de una guerra inmoral e injusta en la que nos vimos involucrados. Por favor, pásalo y, por supuesto, acude el lunes 29 con las manos pintadas de rojo", indica la organización en su escrito.
El PSOE planteará dos grandes dudas: la imprevisión del Gobierno y la insistencia de la autoría de ETA
A menos de 24 horas de la esperada comparecencia, para la que están acreditados decenas de medios de comunicación, desde el PSOE, su secretario de Organización y Coordinación, José Blanco, afirmó hoy en los micrófonos de la Cadena SER, que el ex presidente del Gobierno José María Aznar "seguirá mintiendo" en su comparecencia ante la Comisión del 11-M, ya que al PP "lo único que le importa es deslegitimar" el resultado electoral del 14 de marzo.
Blanco señaló que lo probado hasta ahora en la comisión del 11-M es "que el PP mintió cuando afirmó sin duda que el autor del atentado era ETA, afirmación que no se puede mantener hoy con ninguna prueba".
Por su parte, el portavoz de los socialistas en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha apuntado lo que para su grupo son las dos cuestiones que Aznar deberá aclarar. Primero, ¿por qué tanta imprevisión?, “él mismo lo dijo, al asegurar que el Gobierno bajó la guardia ante el terrorismo islámico”; y segundo, ¿por qué se sostuvo “machaconamente” la autoría de ETA?, “cuando no había prueba alguna en ese sentido, y se acumulaban las pruebas en el sentido contrario”.
También en los micrófonos de la SER, el diputado del PNV, Emilio Olabarría, ha asegurado que la comparecencia de Aznar "es la más previsible de todas las que vamos a ver en la comisión". El comisionado nacionalista anticipa que el ex presidente hará un discurso defensivo, donde defenderá que el PP no mintió "cuando ya es fehaciente que sí lo hizo". "Esta será una declaración para el interés de los medios de comunicación, no para la investigación", concluyó Olabarría.
ERC espera que Aznar explique ante la comisión por qué adoptó decisiones "tan unipersonales" ante los atentados
El portavoz de ERC en la comisión de investigación del 11-M, Joan Puig, afirmó hoy, en declaraciones a Europa Press, que su grupo parlamentario espera que el ex presidente José María Aznar explique en su comparecencia de mañana los motivos de las "decisiones tan unipersonales" que, en su opinión, adoptó ante la masacre perpetrada en Madrid el pasado 11 de marzo.
"De lo que tiene que hablar principalmente es de su actitud, de por qué tomó unas decisiones incorrectas con la propia legislación, como la no convocatoria del gabinete de crisis, por qué no informó al resto de los partidos políticos, por qué mantuvo la decisión de que era ETA hasta el final cuando no había nadie ni había ningún motivo para mantenerlo y por qué estas decisiones tan unipersonales que tomó él", señaló.
El Partido Popular ultima la comparecencia de Aznar ante la comisión del 11-M y asegura que no quiere montar "un circo"
La dirección del PP no quiere que la comparecencia de José María Aznar ante la comisión de investigación sobre los atentados del 11 de marzo, prevista para este lunes, se convierta en un "circo" con una presencia numerosa de diputados animándole, y prefiere que el ex presidente del Gobierno esté acompañado por un número reducido de dirigentes destacados del partido, algo más de una docena, se informó a Europa Press en fuentes 'populares'.
De acuerdo con esa idea de una representación más cualificada que numerosa, se da por seguro que en la comisión estará todo el Consejo de Dirección del Grupo Popular, cuyo portavoz, Eduardo Zaplana, será además el encargado de interrogarle en nombre del PP, tras sustituir temporalmente a la comisionada Alicia Castro.
IU-ICV cree que Aznar "no dejará títere con cabeza" y que el PP presentará su discurso como una conclusión final
El portavoz de Izquierda Verde (IU-ICV) en la comisión de investigación sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid, Gaspar Llamazares, prevé que el ex presidente del Gobierno José María Aznar "no dejará títere con cabeza" en su comparecencia del próximo lunes ante el órgano investigador y que los 'populares' elevarán su discurso a conclusión final intentando que sustituya al debate que tendrá que tener lugar en el Pleno sobre el dictamen de la comisión.
"No quedará títere con cabeza", pronosticó Llamazares durante un desayuno organizado en el Congreso por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP). En este sentido, auguró que Aznar arremeterá contra el actual Gobierno, los demás partidos de la oposición, las Fuerzas de Seguridad del Estado y el Poder Judicial.
Labordeta (CHA) cree que Aznar "no aportará nada nuevo" y "no asumirá la realidad de lo que allí pasó"
El diputado de Chunta Aragonesista (CHA) en el Congreso, José Antonio Labordeta, señaló hoy que la comparecencia mañana ante la comisión de investigación del 11-M del anterior presidente del Gobierno de la nación, José María Aznar, "no va a aportar nada nuevo" y "no creo que vaya a asumir la realidad de lo que allí pasó".
El Presidente de la Comisión del 11-M cree que Aznar no aportará datos nuevos en su comparecencia del lunes
El presidente de la Comisión de Investigación del 11-M, Paulino Rivero, de Coalición Canaria, consideró hoy que la comparecencia del ex presidente del Gobierno José María Aznar el próximo lunes ante la Comisión "no aportará ningún dato nuevo", puesto que, a su juicio, "los datos más importantes están ya encima de la mesa".
De cualquier forma Rivero declaró a Europa Press que habrá que esperar hasta el lunes para saber lo que puede exponer Aznar y la relevancia de sus palabras en los trabajos de la Comisión de investigación del Congreso.
Aún así, aseguró que las aportaciones que pueda hacer a la investigación de los atentados de Madrid serán "positivas", por su experiencia como presidente del Gobierno "que ha luchado positivamente contra el terrorismo".
En concreto, insistió en que la exposición de lo sucedido el 11-M por parte del ex presidente del Gobierno "puede ser muy interesante" en la línea "constructiva" en que está trabajando, a su entender, la Comisión y "siempre con el fin de encontrar medidas necesarias en materia de seguridad, tanto gubernamentales como parlamentarias, ante el fenómeno del terrorismo radical"
Las televisiones nacionales emitirán en directo la comparecencia de José María Aznar en la Comisión del 11-M
La 2 y CNN+ retransmitirán en directo el próximo lunes, a partir de las 9.00 horas, la comparecencia del ex presidente del Gobierno, José María Aznar, ante la comisión parlamentaria que investiga los atentados del 11 de marzo. Telecinco y Antena 3 ofrecerán en directo la primera parte de la intervención y seguirán el resto de la jornada con avances informativos.
TVE ofrecerá en directo la comparecencia a través de La 2, en principio, de forma íntegra. Lo mismo hará el canal de información continua de Sogecable, CNN+, accesible en la plataforma de pago Digital+.
En Telecinco, el programa de tertulia y opinión 'La Mirada Crítica', presentado y dirigido por Vicente Vallés, también seguirá en directo la comisión del 11-M. Los periodistas Carmen del Riego, José Luis Gómez y Rafael Rubio analizarán la comparecencia del que fuera máximo responsable del Ejecutivo cuando sucedieron los atentados.
Además, a lo largo de la mañana, Informativos Telecinco emitirá diferentes avances, presentados por Vallés, para conocer las últimas noticias del transcurso de la jornada en el Congreso de los Diputados.
Por su parte, Antena 3 ofrecerá desde las 9.00 horas, en sustitución del programa 'Ruedo Ibérico', un especial informativo presentado por Montse Domínguez, que estará acompañada por Pilar Cernuda y Ángel Expósito.
Esta cadena emitirá íntegra la primera intervención del ex presidente del Gobierno, que podría durar en torno a 40 minutos, así como "una parte importante" de la ronda de preguntas de los grupos parlamentarios. No obstante, a lo largo de la jornada ampliará la cobertura de la comisión en avances informativos.
Por lo que respecta al canal autonómico madrileño, Telemadrid conectará degreso, por lo que su programación habitual quedará supeditada al desarrollo de la comisión parlamentaria.
Telemadrid contará con los periodistas y analistas políticos Isabel Durán, Carmen Gurruchaga, Gabriel Albiac y José Luis Martín Prieto para comentar la intervención de Aznar y las incidencias que puedan producirse en la Cámara Baja.
El trabajo en el Congreso
En el Congreso, un pool de dos cámaras, a cargo de TVE y Telecinco, se encargará de realizar la grabación de imágenes previas al comienzo de la sesión.
Otra cámara de TVE distribuirá en directo la señal de las llegadas de los dirigentes políticos destacados. Está previsto que se emitan tres señales distintas: la institucional del desarrollo de la sesión dentro de la sala, la misma señal institucional en lenguaje de signos para sordos y la del "pool" del pasillo.
Además los 12 fotógrafos que están acreditados se encargarán de captar los gestos del ex presidnete.
Desde el Congreso no han hecho público el número de periodistas que asistirán a la comparecencia, aunque han reconocido que será superior a otras jornadas.
Por este motivo, la comparecencia se celebrará en una sala diferente a la habitual: la 'Internacional' -donde se reúne la Diputación Permanente en periodo de vacaciones parlamentarias- , que tiene una capacidad superior, en torno a 175 personas. Además, se habilitará una sala adjunta -la sala 'Cánovas'- para los periodistas, que recibirán señal de televisión por un circuito interno.
La guardia baja ante el 11-M
28-11-04 - José Manuel Romero (EL PAÍS)
Los terroristas aprovecharon las deficiencias en cuestiones básicas de la seguridad del Estado que el Ejecutivo fue incapaz de resolver
El 13 de noviembre de 2001, apenas dos meses después de los atentados de Al Qaeda contra las Torres Gemelas y el Pentágono, la policía española detuvo en Granada y en Madrid a 11 miembros de una organización de radicales islamistas vinculada supuestamente con los ataques terroristas de Estados Unidos.
La investigación del juez Baltasar Garzón reveló que el grupo detenido, dirigido por el sirio Abu Dahdah, participó activamente en la planificación del golpe mortal contra Estados Unidos. Hasta el punto que Mohamed Atta, jefe del comando del 11-S, se reunió en julio de 2001 con otros terroristas en Tarragona para ultimar el ataque que causó más de 3.000 muertos en las Torres Gemelas y en el Pentágono.
Fue el primer aviso serio que recibió el Gobierno de José María Aznar de que la amenaza islamista había echado raíces en España, un país golpeado durante los últimos 36 años por el terrorismo de ETA.
Desde aquel 13 de noviembre de 2001 hasta el pasado 11 de marzo, varias operaciones policiales han destapado la existencia de células de radicalismo fundamentalista con intenciones terroristas. Hasta el 11 de marzo pasado, ni la policía ni los jueces tuvieron constancia que de los detenidos planificaran atentados dentro de España.
De tres islamistas presos en las cárceles españolas por actividades terroristas en 2000, se pasó a 20 en 2001, 16 en 2002 y 29 en 2003. Hoy ya suman 85, muchos de ellos encarcelados en el último mes y medio por planear atentados suicidas indiscriminados.
La amenaza islamista sobre España se consumó el 11 de marzo de 2004 con la masacre de los trenes de Madrid, donde murieron 191 personas y otras 1.500 resultaron heridas.
Algunas semanas después del peor atentado que ha sufrido nunca España, José María Aznar, ya ex presidente, hizo autocrítica en el epílogo del libro sobre sus ocho años de gobierno: "Debo reconocer que tal vez la opinión pública española no era lo suficientemente consciente, hasta el 11 de marzo, del alcance de la amenaza del terrorismo islámico, o por los menos, no tanto como lo ha sido del terrorismo de la amenaza del terrorismo de ETA. Si es así, el Gobierno tiene sin duda una responsabilidad que asumir. Quizás los propios éxitos conseguidos en la lucha contra ETA en los últimos años, nos han llevado a bajar la guardia ante la amenaza fundamentalista".
La reflexión sobre un fracaso que escribió el ex presidente del Gobierno terminaba así: "Las redes del terrorismo fundamentalista islámico están extendidas por todo el mundo y también por Europa y nuestro país. En algunos casos, hemos sido capaces de detectar sus movimientos a tiempo. El 11-M, desgraciadamente, no supimos hacerlo".
La gestión del Gobierno del PP entre el 11 de septiembre de 2001, cuando sucedieron los ataques terroristas en Estados Unidos, y el 11 de marzo de 2004, cuando España fue golpeada por el atentado más grave e indiscriminado de su historia, fue incapaz de tapar las grietas existentes en el servicio público de la Seguridad del Estado, según ha revelado la investigación policial, judicial y política. Por esas grietas se colaron los terroristas que atacaron con bombas cuatro trenes cargados con casi 2.000 viajeros.
LAS ALERTAS
España, objetivo terrorista
El primer informe que avisaba a España de la amenaza terrorista de origen islamista llegó de Francia y se trasladó el 25 de junio de 2002 a través de la subdirección de operaciones de la Guardia Civil. Decía así: "Noticias sin confirmar alertan sobre la posibilidad de un atentado terrorista de Al Qaeda en territorio nacional. En consencuencia, disponga que se intensifiquen las medidas de protección, en especial de objetivos relacionados con intereses de Estados Unidos e Israel".
Tras esta advertencia llegaron otras muchas, más de dos decenas, que pedían que se incrementara la prevención, la protección de determinados lugares y el nivel de alerta. Entre esas alarmas, están las que siguen:
- 12 de marzo de 2003. (ocho días antes del comienzo de la guerra de Irak). Guardia Civil: "No puede descartarse la comisión de actos ilícitos de diversa índole, incluso de carácter terrorista, por grupos radicales, incluídos movimientos extremistas musulmanes". El informe recomendaba extremar la vigilancia, especialmente en inteligencia, y reforzar la protección en aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses.
- 16 de mayo de 2003 (un mes después de los ataques de 14 suicidas en Casablanca con el resultado de 45 muertos, cuatro de ellos españoles). Ana Palacio, ministra de Exteriores entonces, negó que aquel ataque terrorista fuera contra los intereses españoles ni que estuviera relacionado con el apoyo de España a la guerra de Irak. El informe, redactado por un comandante, señalaba que la amenaza era importante y que España podía vivir una situación parecida a la de Casablanca.
- 28 de noviembre de 2003. (Unidad Central de Información Exterior de la Policía Nacional). "España figura ya como un objetivo declarado por Al Qaeda, y esta organización está cumpliendo sus amenazas, atentando contra países que han sido recientemente incluídos como tales, por lo que cabe deducir que España podría ser objetivo, bien en nuestro territorio, bien contra intereses españoles en otro país, en fechas próximas".
- 22 de diciembre de 2003. El apoyo de España a la guerra era, según Europol, un "riesgo adicional".
- Directiva de Inteligencia aprobada en enero de 2004. Elaborada en diciembre de 2003 por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia y aprobada en enero de 2004 por el Centro Nacional de Inteligencia. Por primera vez incluye el terrorismo radical islamista entre las prioridades del CNI y recomienda adoptar acciones preventivas y operaciones de inteligencia ante el aumento del riesgo.
ACCIONES PREVENTIVAS
Sin traductores ni policías
El Gobierno del PP permaneció dos años, entre noviembre de 2001, cuando se detuvo en España a una célula islamista relacionada con los atentados en Estados Unidos, y diciembre de 2003, cuando ya habían sido desarticuladas varias células radicales más, sin incluir en su directiva de inteligencia -la estrategia para combatir el terrorismo- esta amenaza cierta.
Respecto a las medidas de protección especial de aeropuertos, estaciones de autobuses o de trenes que solicitaba un informe de la Guardia Civil, o a la petición de incremento de las acciones preventivas y de las operaciones de inteligencia que reclamaba el Centro Nacional de Inteligencia, no hay ni rastro en los acuerdos de los Consejos de Ministros celebrados en ese periodo o en las declaraciones públicas de quienes fueron los responsables de la Seguridad del Estado.
Plantillas policiales. El incremento de las plantillas dedicadas al terrorismo internacional apenas fue relevante en esta etapa. La policía pasó de 61 agentes en 2001 a 74 en 2004. La guardia Civil pasó de contar 44 efectivos a 62.
Traductores. En las cárceles españolas no había traductores de árabe pese a que la presencia de internos acusados de actividades terroristas se incrementó desde el 11 de septiembre de 2001. El secretario de Estado de Seguridad, José Ignacio Astarloa, aseguró en el Congreso el pasado 18 de noviembre que nadie se lo había pedido: "No, nunca recibí de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ni realmente de nadie en el Ministerio del Interior, una petición, ni genérica ni específica, sobre que se incrementase el número de traductores de árabe".
En la dirección general de Instituciones Penitenciarias, las cintas grabadas a reclusos islamistas detenidos por supuestas actividades terroristas eran borradas tras ser almacenadas durante dos meses sin que nadie las reclamase. No había ni un sólo traductor.
El PP quitó valor a la grabación de conversaciones de presos islamistas acusados de actividades terroristas porque, según argumentaron los dirigentes de este partido, esos reclusos conocían que sus comunicaciones estaban intervenidas. El mismo partido, sólo unos meses antes, había dado gran valor a la transcripción de unas conversaciones en las cárceles entre presos etarras y presos islamistas para barajar la posibilidad de colaboración entre ambos grupos terroristas.
TERRORISMO EN LAS CÁRCELES
La constitución de células
Entre 2001 y 2003, según un auto del juez Baltasar Garzón, algunas cárceles españolas se convirtieron en el escenario donde germinaron células terroristas muy peligrosas. Garzón llegó a explicar en alguno de sus autos judiciales que se trataba de presos condenados por cometer delitos comunes que se radicalizaban en los penales.
El Gobierno del Partido Popular se preocupó realmente por los islamistas presos el 13 de marzo de 2004, dos días después de los atentados en los trenes de Madrid.
Fue el entonces secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, quien reclamó de la dirección general de Instituciones Penitenciarias un informe sobre las relaciones entre presos etarras y reclusos de origen islamista. En torno al informe que hizo Instituciones Penitenciarias, donde se recogían seis contactos entre etarras e islamistas (cuyas comunicaciones estaban intervenidas), el PP formuló sus sospechas respecto a la relación entre ETA y los violentos fundamentalistas que ningún experto en la lucha antiterrorista ha avalado hasta el momento y que los expertos de Seguridad de Instituciones Penitenciarias han negado en distintos informes.
CONTROL DE EXPLOSIVOS
La inseguridad privada
Desde 1968, España sufre un grave problema de terrorismo que ha dejado casi 1.000 muertos: 817 atribuidos a la banda terrorista ETA, y otros 191 correspondientes al atentado más grave en la historia del país, cometido por islamistas radicales el pasado 11 de marzo.
Muchos de los crímenes de ETA se hicieron con coches bomba cargados de dinamita, que en los últimos años correspondía a partidas robadas en Francia de la marca Titadyne.
El explosivo con el que se perpetró el atentado de los trenes en Madrid, dinamita del tipo Goma 2 ECO, fue robado en Asturias, en la mina Conchita. La falta de controles de seguridad en esa mina consta en uno de los informes de la Guardia Civil solicitado por el juez Juan del Olmo, que investiga la masacre de los trenes.
El ex minero José Emilio Suárez Trashorras, según el relato judicial, aprovechó su conocimiento de la explotación minera para facilitar más de 200 kilos de dinamita, primero en tres viajes a Madrid de conocidos suyos cargados con bolsas de Goma 2, y luego en el desplazamiento de tres de los terroristas a la mina.
En Asturias, sólo una veintena de guardias civiles de los 1.600 agentes que hay en esta comunidad se dedican al control de los polvorines.
La Unidad Central de Inteligencia de la Policía Nacional ha alertado en un informe sobre el deficiente control de explosivos en un país como España donde existen 10.000 polvorines y se fabrican cada año 4.000 toneladas de Goma 2.
La Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y Metalurgia ha denunciado en un escrito remitido al ministerio del Interior que "el control del uso de los explosivos, sometido a una intervención permanente de la Guardia Civil, se ha ido derivando en los últimos cuatro años hacia las empresas usuarias ...provocando una significativa pérdida de la eficacia alcanzada por la seguridad pública". La patronal resumió sus preocupaciones en el tercer punto de su escrito al ministerio:
- "La pérdida del nivel de eficacia de la seguridad pública al dejar de prestar funciones de vigilancia los Cuerpos de Seguridad del Estado y trasvasar estas funciones a jóvenes sin una preparación adecuada, decisión que contrasta con lo que sucede en otros países que sufren la lacra del terrorismo, en los que la protección de todo el sector es encomendada, incluso, a las Fuerzas Armadas".
El ministerio del Interior modificó la normativa en junio pasado para extremar los controles sobre el uso de explosivos y se ha comprometido a modificar el Código Penal para castigar con cárcel la custodia irregular de dinamita.
DESCOORDINACIÓN POLICIAL
Investigación fracasada
La policía y la Guardia Civil investigaron en varias ocasiones el tráfico ilegal de explosivos en Asturias, sin saber que detrás de aquellas actividades delictivas podrían estar los islamistas que colocaron 13 bombas en los trenes que cubrían el recorrido entre Alcalá de Henares y Madrid.
La policía tenía como confidente a José Emilio Suárez Trashorras, quien sólo hablaba a los agentes de operaciones relacionadas con el tráfico de drogas, ocultándoles sus negocios relacionados con el robo de explosivos. Suárez Trashorras fue finalmente el principal colaborador de los terroristas para conseguir el explosivo del 11-M.
La Guardia Civil tenía como confidentes a un traficante de drogas, Rafá Zouhier, que habló a un agente del instituto armado de la venta ilegal de explosivos en febrero de 2003, y a Lavandero, que le contó al agente Campillo que Antonio Toro y su cuñado José Emilio Suárez Trashorras traficaba con dinamita y buscaba gente que supiera montar bombas con teléfonos móviles.
Esas investigaciones destaparon una grave descoordinación entre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hasta el punto de que ni siquiera había intercambio de información entre dos comandancias de la Guardia Civil, como son las de Gijón y Oviedo, separadas por sólo unos pocos kilómetros. La policía nunca supo de los confidentes de la Guardia Civil y la Guardia Civil nunca supo que perseguía a un supuesto traficante de explosivos que era confidente de la policía.
En el curso de una investigación por tráfico de drogas, conocida como Operación Pipol, la policía asturiana descubrió en un garaje de los supuestos narcotraficantes Antonio Toro y José Emilio Suárez Trashorras una importante cantidad de hachís, 16 cartuchos de Goma 2 Eco y 94 detonadores eléctricos.
La Delegación del Gobierno en Asturias recibió una comunicación de la policía sobre este extraño alijo. La instrucción judicial de esa operación policial despreció los explosivos y no planteó ninguna diligencia para conocer su origen.
La Guardia Civil no conoció esta operación sobre explosivos, pese a que la dinamita corresponde a sus competencias de investigación, hasta que el confidente Lavandero les habló de Toro y su supuesto negocio de tráfico de explosivos. Pero cuando llegó ese momento, agosto de 2001, Toro andaba encarcelado por tráfico de drogas. Y cuando volvieron a investigar, febrero de 2003, no hallaron nada.
El número dos del Ministerio del Interior cuando se produjeron estas investigaciones frustradas era Ignacio Astarloa. Su juicio sobre estos hechos quedó grabado así en el diario de Sesiones del Congreso: "Esto no es eficiencia policial, es un disparate, es un desastre. Y entiendo que ese desastre es sobre el que tenemos que aclarar dónde están las responsabilidades. Yo tengo que decir con toda claridad que de la mayoría de esas cuestiones yo no tengo ni la más mínima noticia mientras soy secretario de Estado de Seguridad, ni la más mínima".
El Gobierno de Aznar conoció la trama de los explosivos de Asturias en 2001
Los agentes hallaron 16 cartuchos en un garaje de uno de los presuntos implicados en el 11-M
La policía comunicó en julio de 2001 a la Delegación del Gobierno en Asturias que había hallado 16 cartuchos de Goma 2 y 94 detonadores en un garaje de Antonio Toro y Emilio Suárez Trashorras, ahora presuntamente implicados en la venta de los explosivos empleados por los islamistas en los atentados del 11-M en Madrid. Los cartuchos y detonadores fueron trasladados a las dependencias del Tedax hasta que en agosto de 2001 un juez accedió a la petición de la policía para destruirlos, dado que estaban en mal estado. La investigación policial y judicial de lo ocurrido en torno al 11-M indica que los terroristas aprovecharon deficiencias básicas en algunos aspectos de la seguridad del Estado
28-11-04 - J. A. RODRÍGUEZ / F. I. BARROSO (EL PAÍS)
La policía de Gijón informó el 31 de julio de 2001 a la entonces delegada del Gobierno en Asturias, Mercedes Fernández, del decomiso durante la Operación Pipol de 16 cartuchos de goma 2 y 94 detonadores en un garaje propiedad de Antonio Toro -recientemente interrogado por el juez por su presunta implicación en el 11-M-, Emilio Suárez Trashorras -en prisión por haber sido presuntamente uno de los suministradores de los explosivos usadoss por los islamistas en los atentados de Madrid- y José Ignacio Fernández Díaz, Nayo. La dinamita fue destruida unos días más tarde, con autorización judicial porque se encontraba "en mal estado y exudando". No obstante, antes de la destrucción, los agentes hicieron un informe con fotografías sobre los explosivos.
El comisario jefe de Gijón, José Villar del Saz, firma el documento que fue dirigido personalmente a la delegada del Gobierno, a fin de que dé el visto bueno a la nota de prensa elaborada por la policía sobre una "operación contra el tráfico de estupefacientes". En todo momento se habla de tráfico de drogas, principalmente cocaína, que este grupo se dedicaba a distribuir "a la inmensa mayoría de los traficantes de la comunidad".
La nota destaca lo laboriosa que resultó la operación, "dada la gran cantidad de controles y vigilancias a realizar" -incluidas las de Toro, Trashorras y El Nayo- y las dificultades que puso para su seguimiento Laurencio Castaño García, apodado Charly y el Comandante, que era policía local de San Martín del Rey Aurelio.
En la comunicación enviada a la delegada se escribe en negrita y letra mayúscula que entre los elementos incautados se encuentran la dinamita y los detonadores. La nota fue revisada y distribuida a la prensa ese mismo día, a pesar de que la operación se había desarrollado días antes, concretamente el 25 de julio de 2001.
Los agentes efectuaron 13 registros domiciliarios, entre ellos el garaje que Trashorras, Toro y El Nayo tenían alquilado en el número 5 de la calle Eloy Fernández Carabera de Avilés. Los tres fueron detenidos pero se negaron a prestar declaración ante la policía, que los puso a disposición de la autoridad judicial. Toro estuvo en la cárcel hasta diciembre de ese año, El Nayo siguió algo más de tiempo y Trashorras fue captado en otoño como confidente del jefe del grupo de Estupefacientes de Avilés, Manuel García Rodríguez.
Los explosivos, no obstante, tuvieron una corta vida. El 25 de julio, la dinamita y los detonadores fueron trasladados a las dependencias del Tedax, "debido a la peligrosidad de su almacenaje indebido", pero seguían estando a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Gijón, según certifica Manuel García Rodríguez como instructor del expediente policial.
Dos días después, la policía le envió otro escrito al juez en el que le informó de que tenía en su poder "16 cartuchos de dinamita industrial denominada goma 2 ECO de una medida de 26 por 200 milímetros y 94 detonadores eléctricos industriales sensibles de retardo de 500 milisegundos, con marca de fabricación UEB", explosivos cuya posesión adjudica a Antonio Toro.
El escrito dice que el equipo de desactivación está preocupado por los cartuchos, que "están en mal estado y exudando bastante, por lo que sería conveniente proceder a su destrucción dada su inestabilidad". La nota de 27 de julio continúa: "Le significo que se ha hecho un reportaje fotográfico del material explosivo intervenido, así como sus envoltorios, anotándose los lotes correspondientes y de uno de ellos, el que estaba en mejor estado, se han estado tomando muestras que se han remitido al laboratorio central de Madrid para su análisis". Los explosivos siguieron así hasta que, el 6 de agosto de 2001, el juez Juan Laborda contestó con una providencia en la que informó a la policía de que "acuerda acceder a la petición de destrucción de los 16 cartuchos de dinamita y detonadores eléctricos industriales intervenidos a Antonio Toro Castro".
Días después de que se destruyera la dinamita, el confidente Javier Villazón Lavandera, Lavandero, telefoneó a la Guardia Civil para informar de que tenía algo que contar. El 28 de agosto de 2001, Lavandero se entrevistó con el agente de Información del instituto armado Jesús María Campillo, a quien le contó los trapicheos de Toro y Trashorras y le informó de que el segundo le había preguntado si conocía a alguien que supiera montar bombas con teléfonos móviles. Lavandero le dijo al agente que él, por haber estado en las fuerzas especiales, ya sabía cómo conectar el vibrador de un teléfono móvil a una bomba para hacerla estallar.
Esa conversación fue grabada en cinta magnetofónica por Campillo, quien en su informe operativo, según todos los mandos que han comparecido en la comisión de investigación del Congreso sobre el 11-M, no reflejó el detalle de los teléfonos móviles. Esa cinta estuvo en paradero desconocido hasta que fue encontrada casualmente en el puesto de Cancienes por el guardia David Robles. Éste la retuvo hasta el 16 de octubre de este año, cuando la entregó a sus superiores tras escuchar la comparecencia en el Congreso de sus máximos jefes en Asturias.
La confidencia dio lugar a la apertura por parte de la Guardia Civil de la Operación Serpiente, que no dio resultado alguno, entre otros motivos porque algunos de los principales sospechosos se encontraban en prisión en ese momento. El pasado jueves comenzaron las comparecencias en la fiscalía del Tribunal Superior de Asturias para determinar si hubo obstrucción a la justicia por no haberle informado de citada grabación.