Aunque es octubre el día sopla invernal. Vamos a comprar a la floristería dos planteles de pensamientos - violeta y amarillo - y un ramo de margaritas blancas. El viento produce un vaivén en las flores que me recuerda a las mariposas.
viento frío,
aletean los pétalos
de los pensamientos
Los pensamientos toman su denominación del lenguaje de las flores de la época victoriana:su nombre científico es viola tricolor. El nombre de margarita se debe, posiblemente, a Aristóteles en su tratado de plantas. Si la florista lo busca en internet también lo sabrá.
Con el rastrillo de mano hoyo la tierra húmeda de la jardinera de madera y acurruco a los dos pensamientos al lado del romero más alto. Las manos se ensucian con miedo; se mete entre las uñas el compost nuevo y arranco con ayuda de unas tijeras de podar unas raíces leñosas y secas.
Terminado el trasplante montamos en el coche, se nos ha hecho algo tarde y corro más de lo permitido, por la A-31, para que no nos cierren. Por la mañana el horario es de nueve a una. Llegamos a menos veinte Las puertas de hierro siguen abiertas. Unas mujeres encalan tristemente unas calvas de la tapia.
Unos pocos pasos al frente, luego se gira a la derecha y posteriormente a la izquierda: en la de abajo.
Los tallos son demasiado largos; con la navaja acomodo las flores al tamaño del jarrón; las colocamos con la misma ternura que se dan dos besos.
corto los tallos
de las margaritas,
para mi padre