Hace unos días visité la polémica obra del Arquitecto americano Peter Eisenman que se está ejecutando en Santiago de Compostela, el Proyecto: "Cidade da Cultura de Galicia".
Y
he puesto el adjetivo "polémica" porque por un montón de circunstancias
ha sido imposible que pasase desapercibida. Se ha usado como arma
política para desprestigiar a unos y a otros, se ha criticado la
elección del Arquitecto, del emplazamiento, del Proyecto, de su
justificación, se ha dudado de la legalidad de las "modificaciones"
presupuestarias y cientos de expertos, periodistas, tertulianos, algunos
mas capacitados que otros han dado su opinión al respecto. Se ha
hablado tan mal de esta obra, de momento inacabada (aunque siguen
adelante con los trabajos) que era difícil no tener algún tipo de
prejuicio antes de su visita.
Por
mi profesión he visto y participado en muchos proyectos, con
Arquitectos desconocidos y con otros ya consagrados. Se que cada
proyecto es distinto y se lleva un trozo del alma y de la vida de quién
lo proyecta y de quién lo ejecuta. Las noches sin dormir, las
discusiones, las partidas presupuestarias, los miles de problemas que se
deben resolver durante el desarrollo de una obra de este tipo, al final
se olvidan y solo queda lo que se ha hecho. Puede ser un museo, una
biblioteca, un centro comercial, una gasolinera, da igual su uso, eso es
para otros, sé que para los que han participado, sigue y seguirá siendo
"la obra".
Esto me ha hecho recordar lo que una vez un Jefe de Obra con el que trabajé me dijo: "el dinero siempre se irá pero las obras quedarán ahí". Con el tiempo cada vez lo entiendo mejor, es de las pocas cosas que me hacen pensar que este trabajo tiene sentido.
Creo
que realmente ha valido la pena visitar la parte terminada y sacar mis
propias conclusiones, me gustaría verla completa y espero que todo este
esfuerzo tenga un sentido y finalmente no se convierta, por el capricho
de algunos, en otro edificio fantasma.