Dietrich Wegner, que como todo el mundo sabe es australiano, dice que el mundo está lleno de contradicciones y que es precísamente eso lo que le inspira para sus obras. Y qué mejor manera de presentarlas que su Playhouse: un hongo de una bomba atómica convertida en casita de árbol.
Hale, a disfrutar del finde largo que tenemos… el que lo tenga.