Publicado en Marzo de 2010 FilmConductor Si cuando éramos niños nos escondíamos bajo las sábanas para protegernos de monstruos y cubríamos nuestros cuellos para no tentar a vampiro alguno, lo que hacemos ahora es acostarnos boca arriba, estirar nuestra arteria hasta que quede tensa y contonearnos lentamente a ver si por fin alguno se digna a mordernos. Y es que los vampiros nunca han lucido tan apetecibles en la pantalla. La sabiduría popular sobre los vampiros es extensa. Si hacemos un poco de memoria podríamos nombrar fácilmente todas sus características, fortalezas y debilidades. Ha sido el cine, en gran medida, el responsable de tan vasto conocimiento puesto que el vampiro ha estado presente prácticamente desde sus orígenes [1]. Aunque relegado al cine de género, últimamente su consumo se está masificando porque la temática está de moda, claro, y aparece cada vez con más frecuencia, variables y mixturas en libros, películas y series. Sin embargo, el consumo
Blog de Sofía Ferrero Cárrega, de Argentina. Crítica de cine